ISSN: 2171-6633
Estudios Franco-Alemanes 2 (2010), 119-139
LA EVOLUCIÓN EN LA ESCRITURA DE MONIKA
MARON: DE LA CONTAMINACIÓN MEDIOAMBIENTAL
A LA POLUCIÓN POLÍTICA
Olga Hinojosa Picón
Universidad de Sevilla
hinojosa.olga@gmail.com
Fecha de recepción: 10.03.2010
Fecha de aceptación: 1.05.2010
Abstract: Due to the dramatic historic and social changes that have occurred in
Germany during Monika Maron’s lifetime, the author has become a unique and
privileged witness of this country’s recent past. For more than forty years, she has
given testimony of her experiences through her writing. In this way both her essays
and fictional works have become a living part this significant period. The main goal
of this essay is to analyze the development of Maron’s critical position between
herself and her environment during this transformative time. Through her novels
and with particular emphasis on her journalistic works we will discover how
the autobiographical nature of much of her canon serves to deconstruct the barrier
between reality and fiction and thus allow her texts to offer more of a documentary
perspective of this dynamic age.
Keywords: Monika Maron, GDR, Reunification, Journalism.
Resumen: Debido a los profundos cambios históricos acaecidos en la época en la que
se encuentra inmersa, Monika Maron se convierte en un testigo pre(-esencial) del
pasado más reciente de Alemania, del que durante cuatro décadas va dejando
constancia a través de su escritura. Analizar la evolución de la postura crítica de esta
escritora con su entorno durante ese período de tiempo a través de su legado en la
prensa, en conjunción con su obra de ficción, constituye el objetivo principal de este
trabajo. Con ello pretende mostrarse el valor documental que adquiere su obra
literaria a partir del análisis de textos autobiográficos que desvirtúan las fronteras
establecidas tradicionalmente entre realidad y ficción.
Palabras clave: Monika Maron, RDA, Reunificación, Periodismo.
OLGA HINOJOSA PICÓN
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Introducción
Nacida unos años antes de que finalizara la II Guerra Mundial y
trasladada poco después a la recién constituida República Democrática
Alemana
1
, Monika Maron abandona la zona oriental apenas unos meses
antes de su desintegración. Y lo hace por haber entrado en conflicto con los
parámetros que dicta un régimen político con el que sin embargo se había
sentido identificada desde su instauración. Esta evolución se produce entre
la década de los años setenta, cuando la autora aún deposita una fe ciega en
el Socialismo, de la que da muestras su ópera prima, Flugasche
2
y los
ochenta, en los que esa creencia se transforma en un pronunciado
escepticismo, manifiesto en su segunda novela, Die Überläuferin
3
.
Su desplazamiento a la República Federal tampoco se encuentra exento
de complicaciones, especialmente porque a pesar del visado con carácter
temporal que obtiene para ese efecto
4
, Maron se siente obligada a romper
con su pasado por causas políticas, lo que no implica que su cambio de
residencia sea necesariamente satisfactorio en un plano personal. Su tercera
novela, Stille Zeile Sechs
5
, registra de manera evidente este dilema interior
que la ruptura con las raíces socialistas ocasiona en la autora. Un texto que
representa un ajuste de cuentas con el régimen político de su país y cuya
redacción interrumpe Maron poco después de asentarse en Hamburgo,
cuando se precipita la caída del muro.
Durante la última década del siglo XX y la primera del siglo XXI Maron
continúa publicando obras de ficción
6
, aunque intensifica su producción
como ensayista, difundiendo sus controvertidos puntos de vista a través de
1
A partir de este momento se recurrirá a las siglas RDA en el presente trabajo para aludir a la
Alemania oriental.
2
MARON, 1981. A partir de ahora se emplearán las siglas FA, junto al número de página
correspondiente a la edición del año 2002 para las referencias que se hagan a esta novela.
3
MARON, 1986. A partir de ahora se emplearán las siglas DÜ, junto al número de página
correspondiente a la edición del año 2002 para las referencias que se hagan a esta novela.
4
Cfr., HAGE, 1988.
5
MARON, 1991.
6
Valgan como ejemplo las siguientes novelas: Animal Triste (1996), Pawels Briefe (1999),
Endmoränen (2002) y Ach Glück (2007).
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periódicos de distinta índole. Una labor que comienza a ejercitar ya antes de
iniciarse como literata y a la que se dedica con especial atención tras la
reunificación, entrando así a formar parte de un debate todavía abierto en
un país, en el que la unidad geográfica todavía no ha supuesto la
consecución de una identidad nacional.
Como consecuencia de ello, su obra de ficción queda impregnada por
acontecimientos y experiencias reales vividas en primera persona. Esto le
concede un grado de veracidad a su literatura casi equiparable al de los
documentos oficiales, especialmente cuando se interpreta su producción
artística desde la lectura de los artículos y ensayos autobiográficos, puesto
que éstos revelan su propia cosmovisión de la época en la que se encuentra
inmersa. Y es precisamente al análisis de esta faceta de la escritora como
reportera a la que se dedica el presente trabajo, que comienza con su crítica
al desastre medioambiental en los años setenta en la Alemania oriental y que
concluye con los artículos de opinión reunidos en un tomo cuya publicación
coincide con el vigésimo aniversario de la reunificación y en el que la autora
se ocupa de la contaminación política presente en el Socialismo de la RDA,
así como de las consecuencias de la reunificación.
1. Del periodismo a la literatura: la contaminación medioambiental en la
RDA.
Antes de convertirse en escritora, Monika Maron ejerce como reportera
varios años para el periódico berlinés Die Wochenpost. Durante esa etapa,
viaja a una de las ciudades más contaminadas de la zona oriental de
Alemania, Bitterfeld, con el objetivo de escribir un artículo que comienza así:
In Bitterfeld steigt nur aus, wer aussteigen muß, wer hier
wohnt oder arbeitet oder sonst hier zu tun hat. Die
weiterfahren, sehen durch die Fenster ihres Zuges
bedenklich oder betroffen in den Himmel über die Stadt,
den diesigen nebligen Himmel, den die Sonne nicht
durchbringt, den Schornsteine durchbohren, in dem
weithin sichtbar eine aprikosenfarbige Flagge aus
Stickoxiden weht. Ein Chemie-Himmel. (Maron, 1974)
Publicado el 21 de junio de 1974 con el título Drachentöter, en este
reportaje Maron deja constancia de las pésimas condiciones en las que se
encuentra una de las viejas fábricas de carbón de la ciudad industrial de
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Bitterfeld, responsable de la emisión de gases altamente perjudiciales para
sus habitantes. Pero no lo hace exclusivamente a título informativo, sino que
yendo más allá de su compromiso como periodista, subraya la necesidad del
cierre inmediato de la misma.
Con esta intervención en la prensa, Maron destapa un tema
controvertido
7
cuya existencia, aún siendo desconocida por gran parte de la
población, no ignora el SED
8
, partido por antonomasia de la RDA, que,
considerando la cuestión ecológica un tabú, no sólo no admite de forma
oficial la gravedad del asunto, sino que se esfuerza en convertirlo en un
secreto de Estado:
Umweltdaten zählten in der DDR zu den ganz
besonderen Staatsgeheimnissen. Seit 1982 unterlagen
quasi alle Daten zu Umweltsituation strengster
Geheimhaltung. Der Raum Bitterfeld war eine der
bestüberwachten Regionen der DDR.
9
Y precisamente porque como periodista Maron intuye sus limitaciones
ya que no debe pasarse por alto que todavía durante esos años se encuentra
afiliada al Partido , no se restringe a presentar una realidad ciertamente
incómoda para el gobierno, sino que señala a la RDA como heredera de un
problema que se remonta en Bitterfeld a principios del siglo XX. De esta
7
El problema de la contaminación en Bitterfeld no se reduce, como en el artículo de Maron, a la
utilización de una sola fábrica en pésimas condiciones. De hecho, en 1968 se produce una
explosión en una de las muchas factorías de esta ciudad, provocando una catástrofe que deja un
gran número de muertos y cientos de heridos. (Vid., «Brennpunkt Bitterfeld. Der große Knall -
Bitterfeld 1968», http://www.mdr.de/doku/364761.html, consultada el 13.06.2008). A pesar de
que ya entonces se constatan las pésimas condiciones en las que se encuentran algunas
instalaciones y con ello que el accidente podría haberse evitado invirtiendo en la reparación de
piezas defectuosas, el gobierno continúa haciendo caso omiso de las advertencias y no renueva
ninguna de las centrales de Bitterfeld que se encuentran en condiciones similares.
8
Las siglas S.E.D (Partido Socialista Unificado de la Alemania del Este) hacen referencia al
único partido legítimo que gobierna en la RDA. Un partido, que por no admitir una opinión
divergente y legitimar su permanencia recurriendo a la represión fundamentalmente
psicológica de sus detractores, se reconoce como el Partido, término al que se recurre a partir de
este momento en el presente trabajo para aludir tanto al SED como al Estado.
9
«Brennpunkt Bitterfeld. Bitteres aus Bitterfeld», http://www.mdr.de/doku/364761.html,
consultada el 13.06.2008.
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forma expone un tema candente en un reportaje en el que la crítica se
encuentra prácticamente ausente y que oscila entre la denuncia y la mera
constatación de una realidad que debe cambiarse. Éste es el motivo por el
que se publica su artículo, a pesar de la existencia de una férrea censura, en
un periódico
10
dependiente de un gobierno, que procuraba en todo
momento hacer constar a través de los medios de comunicación que todo
funcionaba a la perfección.
Años más tarde, y tras constatar que su artículo no ha tenido ninguna
repercusión, Maron abandona el periodismo y comienza la redacción de su
ópera prima
11
, Flugasche, la primera novela que traslada a la ficción el
problema de la contaminación medioambiental
12
en la República
Democrática Alemana. En ésta, la escritora crea un personaje, Josefa, cuya
profesión coincide con la que acaba de abandonar, es decir, la protagonista
es una reportera que, como previamente hiciera Maron, tiene que redactar
un artículo sobre B.,sigla que sin lugar a dudas se refiere a la ciudad de
Bitterfeld. Para hacerlo, Josefa recurre a las mismas palabras que empleara
Maron en Die Wochenpost:
Ein leeres weißes Blatt, voller Möglichkeiten, Vorsätze,
Selbstverpflichtungen […]. Ich […] stelle mir den Weg
10
Un periódico que, como explica la propia Maron en una entrevista (DOERRY ; HAGE, 2009:
136), era “ein relativ aufgeklärtes Blatt” en comparación con otros medios informativos de la
RDA.
11
De hecho, en 1976, fecha en la que la autora comienza la redacción de su primera novela, con
ocasión de la celebración de la IX Conferencia del Partido, se publican en Neues Deutschland,
un periódico al que el SED concedía numerosos privilegios los objetivos a seguir en los cinco
años siguientes, entre los que figura el aumento de la capacidad de producción de las centrales
eléctricas sin que se haga mención alguna al problema de la contaminación al que se refería ya
Maron en su artículo de 1974. (Cfr. «Die Energie-und Rohstoffbasis stärken», Neues Deutschland
(1976)). Además, a finales de los años setenta, la RDA, la mayor productora a nivel mundial de
lignito, aumenta el consumo nacional de carbón con la finalidad de reducir la importación del
carbón piedra y especialmente del petróleo con motivo de la crisis de 1973. Estufas de carbón de
principios y mediados del siglo XX vuelven a ser utilizadas para cumplir los planes económicos
establecidos por el Partido, lo que en lugar de mejorar, agrava considerablemente el grado de
contaminación ya existente. (Cfr. ZIEMANN, «Bitteres Erbe des Erreichten Sozialismus»,
www.spu.edu/orgs/nacfla004.doc, consultada el 13.06.2008).
12
Vid. FRANKE, 2005: 3.
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vom Bahnhof in B. […] vor, meinen ersten Schreck über
diese Stadt […]. Wenn schon nicht die ganze Wahrheit,
dann wenigstens einen schönen Satz. Also: In B. steigt
nur aus, wer hier aussteigen muß, wer hier wohnt oder
arbeitet oder sonst hier zu tun hat. - Das ist mein erster
Satz. Ich bin zufrieden. (FA, 32)
Pero a diferencia de Maron, la protagonista de Flugasche, en lugar de
proponer una solución acorde a los parámetros socialistas
13
, lleva a cabo una
crítica directa al sistema y a su ineficaz gestión medioambiental. Esta
denuncia en la ficción a la cuestión de la contaminación atmosférica, que
intensifica la planteada con anterioridad en un plano real como
corresponsal, no es la única medida que la autora asume para mostrar su
desacuerdo con la falta de medidas adoptadas por el gobierno socialista,
sino que, para hacer aún más visible su postura se da de baja, al igual que su
protagonista, de las filas del Partido
14
.
13
La propia Maron reconoce décadas más tarde de haber escrito su reportaje en Die Wochenpost,
que: “Je härter der Text war, umso optimistischer musste der Schluss sein. Das wussten auch
die Leser“. (DOERRY; HAGE, 2009:137). Una adaptación por parte de la autora a los parámetros
socialistas de los que deja constancia POLKEHN (1997: 213-214): “Die Reportage in der
Wochenpost endet versöhnlich. Muß sie sicherlich. Der »Drache«, das dreckschleudernde
Kraftwerk in Bitterfeld, soll mit sozialistischem Optimismus besiegt werden. [...] Monika
Marons Wochenpost-Artikel schließt so: »Bitterfeld ist in dieser Zeit keine schöne Stadt
geworden, aber im Kreis Bitterfeld werden zwei Prozent des Nationaleinkommens produziert.
Die Frage: Was zuerst? mußte in der Chemiestadt lange mit dem Wort Produktion beantwortet
werden. Trotzdem oder besser: Gerade durch diese zwei Prozent wurden die Möglichkeiten
geschaffen, dem Drachen seine Köpfe abzuschlagen, die Umwelt zu schützen und zu verändern
und auch aus einer Chemiestadt eine saubere Stadt zu machen, die keinen Ersatzhimmel
braucht”.
14
Cfr., DIETRICH, 1998: 293-294. Una decisión que como la propia autora explica en una
entrevista, no es en absoluto espontánea, sino el resultado de un largo proceso de reflexión:
“Also, ich (Monika Maron, O.H.) war zwölf Jahre Mitglied der SED, und das war ich aus vor mir
ganz ehrenhaften Gründen. Ich bin eingetreten, weil ich dachte, innerhalb der Partei kann
man´s besser verändern als von auβen. Ich war drin und wuβte nach ganz kurzer Zeit, daβ dies
eine Illusion ist. Man ist gebunden an eine Disziplin, aus der man gar nicht herauskommt, ohne
seine Existenz zu stürzen. Dadurch, daβ ich entdeckte, ich kann Bücher schreiben, bin ich
eigentlich rausgekommen. Das hat mich gerettet. Also, dieser ganze jugendliche Aktionismus,
der mich in die Partei reingetrieben hat, das war der größte Fehler meines Lebens.“ (HAMETNER,
1992:42).
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La consecuencia es que Flugasche, a diferencia del artículo anteriormente
mencionado de Monika Maron y en consonancia con el ácido reportaje que
redacta Josefa en la ficción, no sale a la luz
15
, por poner de manifiesto una
realidad, esta vez sin adornos, que el Socialismo no puede permitirse
admitir públicamente. En consecuencia, el informe redactado por Maron
como periodista, punto de partida para la constitución de su ópera prima
16
,
representa para la autora una primera ruptura con el régimen político de la
RDA. Una ruptura que va en aumento tras haber trasladado el problema real
a la obra literaria, en la que, refugiándose en la ficción, la escritora cree
poder gozar de una libertad, de la que sin embargo carece. Precisamente el
hecho de constatar esa limitación es lo que la conduce a radicalizar su
postura frente al Socialismo, iniciando una carrera como literata, que
comienza como una prolongación de su faceta periodística
17
, con la que a su
vez, como se expone en los siguientes apartados, prosigue, aunque la
continúe, asimilando un papel muy distinto al de una reportera objetiva.
2. De la literatura al periodismo: la polución política en la RDA.
A partir de 1981, año en el que la editorial occidental Fischer lanza al
mercado su primera novela, Maron adquiere el reconocimiento de su estatus
como escritora exclusivamente en la República Federal
18
. De esta forma se
convierte paradójicamente en una autora presente en la zona occidental, en
la que se le permite ejercer su profesión y ausente en la oriental, en la que
15
Cfr., KLOETZER, 1992: 249.
16
Cfr., CORINO, 2006: 141.
17
Cfr., CORINO, 1981.
18
De hecho, tanto al libro de relatos Das Missverständnis, que cronológicamente sucede a su
ópera prima, como a su segunda novela, Die Überläuferin, que tampoco supera la censura
impuesta por el sistema socialista, no les espera un destino diferente a Flugasche. A pesar de lo
cual, como explica Katharina Boll, en algunos casos y a pesar de la falta de disponibilidad de
sus manuscritos en la RDA, la obra de Maron alcanza su público en la Alemania oriental:
“Obwohl “Flugasche” nicht in der DDR erscheinen durfte, wurde der Roman dennoch auf
“Schleichwegen” rezipiert. Maron erhielt vom Fischer-Verlag 100 Freiexemplare, die sie an
Leser in der DDR verteilte, welche nach der Lektüre die Bücher wiederum an andere
weitererreichten. Auf diese Weise erzielte “Flugasche” eine geschätze “Auflage” von 10 000
Büchern.“ (BOLL, 2002: 19).
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mantiene su lugar de residencia. Una situación que la convierte en un testigo
excepcional de las diferencias entre ambas Alemanias y que la obliga a
posicionarse tanto en un plano profesional como personal respecto a dos
sistemas políticos antagónicos a los que tiene que adaptarse para sobrevivir
física e intelectualmente. Porque Maron, hija de una comunista convencida e
hijastra del que fuera Ministro del Interior de la RDA durante la época de la
construcción del muro de Berlín, se educa en un ambiente de rechazo al
fascismo, término equiparable al imperialismo, es decir, al capitalismo
occidental, dentro de las fronteras que delimitan el Socialismo. Por ese
motivo no puede desligarse fácilmente de su pasado, como explica ella
retrospectivamente:
Da ich (Monika Maron, O.H.) von Kommunisten
erzogen wurde, blieb es mir erspart, das Wort
“deutsch!!! als Schimpfwort zu erlernen. Die
Schimpfworte hieβen: Nazi, Faschist, Kapitalist. Nicht
das deutsche Volk hatte die Kriegsverbrechen begangen,
sondern der deutsche Imperialismus. Und den gab es
nicht mehr in dem Teil Deutschlands, in dem ich lebte.
(Maron 1993: 20)
Es precisamente la educación recibida lo que le impide desvirtuar por
completo la legitimidad de una ideología en torno a la que durante años ha
basado su existencia, vigente sin embargo en un sistema que le impide
ejercer su profesión. Un sistema cuya delimitación geográfica Maron, contra
todo pronóstico, se niega todavía a abandonar a mediados de los ochenta.
Como tampoco lo hace la protagonista del manuscrito que se encuentra
redactando en esos momentos, Die Übeuferin, para la que “[…] wenn die
Welt irre ist, liegt im Irrsinn der Sinn.” (MARON, 2002: 29).
Proyectando un mundo alternativo a la realidad socialista en el plano de
la imaginación, Maron deja que su personaje, Rosalind, destape en su
segunda novela, Die Überläuferin, la farsa del Socialismo. Sin embargo su
esperanza en que, bajo el disfraz de la ficción, su novela pase inadvertida
ante los censores, se convierte en un profundo escepticismo cuando tras
concluirla, una vez más, se le deniega la publicación. Una decepción que
transforma en palabras en el periódico occidental Die Zeit:
Jetzt werde ich (Monika Maron, O.H.) wohl etwas
pathetisch, aber mir klopft das Herz und ich habe
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feuchte Hände, während ich das schreibe, nicht vor
Angst (ein bißchen doch). Dabei habe ich vor
fünfundzwanzig Jahren, als die Mauer gebaut wurde,
zwar nicht zu denen gehört, die sie bejubelten, wohl
aber zu jenen, die hofften, so, getrennt von dem fremden
Wertsystem, ließe sich endlich eine gerechte
sozialistische Gesellschaft mit wahrhaft demokratischen
Umgangsformen aufbauen, die, wenn sie ihre
Konzeption erst einmal ungestört entwickeln konnte,
keine Mauer mehr braucht. Na ja, so hohl wie die
Hoffnung gerät mir nun der Satz über sie.“ (Maron;
Westphalen 1988:11)
Esta declaración forma parte de un intercambio epistolar con el reportero
occidental Joseph von Westphalen que da comienzo en 1987
19
, un año más
tarde de que Die Überläuferin vea la luz exclusivamente en la Alemania
occidental y concluye en 1988. El diálogo en la distancia que se plantea en
este volumen, que pone de relieve el abismo y la proximidad palpable que
une y separa dos zonas de una frontera que se antoja cada vez más artificial a
finales de los ochenta, representa una prueba evidente del salto que Maron
vuelve a dar hacia el periodismo, medio al que recurre desde ese momento
cada vez con más asiduidad para poner de manifiesto su percepción de la
realidad en primera persona y no exclusivamente a través de sus novelas.
Por ello, sin abandonar la ironía que caracteriza su obra literaria, en la
que desenmascara la ficción que se esconde en la política vigente en la
República Democrática, pero con la autoridad que le concede la prensa, la
autora, se permite convertir lo que fuera una queja implícita en las novelas,
en una denuncia explícita en clave de humor, desafiando así a unos censores
que no pueden desautorizar la publicación de sus declaraciones en un
periódico occidental como es Die Zeit:
Ich (Monika Maron, O.H.) sage mir, daß die Behörde, ob
sie will oder nicht, mir in jedem Fall Gutes tut. Läßt sie
mich reisen, freue ich mich, kann in öffentlichen
Lesungen um Gunst der Leser buhlen, treffe Kollegen
19
Este intercambio epistolar, que tiene lugar en el periódico occidental Die Zeit, concluye en
1988, editándose íntegramente con posterioridad en el libro titulado Trotzdem herzliche Grüsse. Ein
deutsch deutscher Briefwechsel. (MARON; WESTPHALEN 1988).
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und sehe die Welt. Läßt sie mich nicht, zwingt sie mich,
die ich zur Faulheit neige, zu kontinuierlicher Arbeit, so
daß ich zum höheren Ruhme meines Landes ein neues
Buch schreiben kann, das der gleichen Behörde um so
schneller zur Begutachtung (die bisher immer als
Mißachtung ausfiel) vorliegt, je selterner sie mich reisen
läßt. Dann, hoffe ich, stöhnt die Behörde und klagt:
Hätten wir sie doch reisen lassen, dann müßten wir jetzt
nicht ihr Buch ablehnen. So lebt sie. Und sie wollen mit
mir Mitleid haben? Bedauern Sie die Behörde. (Maron;
Westphalen 1988: 24)
Dejando constancia de la carencia de libertades impuesta por unas
autoridades que ejercen un poder arbitrario, Maron describe las limitaciones
de las que son víctimas los intelectuales en la RDA. Con frases como “Die
Gesetze sind das Schlimmste, sie kriminalisieren schon die Träume“ (Maron;
Westphalen: 1988:10) , con la que alude a la censura interior, amén de la
impuesta por la Stasi la escritora concede veracidad a lo que pregonaba
Rosalind en la segunda novela, cuando aludía a la frustración que le
provocaba esa “unerlaubte Phantasie” (Maron 2002: 170) que prescribía el
sistema socialista. Así mismo, y a pesar de la advertencia que le hacía ya en
la ficción un funcionario a Rosalind, “Sie werden sich erinnern, wir (haben,
O.H.) den Damen nur ein Schreibverbot ausgesprochen, aber zu viele haben
sich nicht daran gehalten”(Maron 2002: 156), Maron, que también ha sido
víctima de la censura en un plano real, hace uso de este intercambio
epistolar para afirmar con rotundidad , “Das Schlimmste, was einem Autor
hier passieren kann, ist nicht, nicht gedruckt zu werden, sondern im Neuen
Deutschland gelobt zu werden“ (Maron; Westphalen 1988:17)
20
.
Declaraciones de una sinceridad aplastante que no hacen sino dificultar su
situación como novelista:
Ein Verlag in der DDR beabsichtigte, den Roman zu
publizieren, es gab einen Vertrag, Vorschüsse
erschienen ist “Flugasche” drüben nie. Auch nicht im
20
Maron alude aquí al periódico de propaganda del Partido, Neues Deutschland, que gozaba de
un gran número de privilegios, en comparación con el resto de medios de comunicación en la
RDA.
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zweiten Anlauf, als 1986 Klaus Höpcke, für Literatur
zuständiger Kultusminister der DDR, in einem West-
Interview erklärte, man werde das Buch drucken, wenn
sich die Autorin mit einem Verlag verständige. Sie nahm
ihn beim Wort, und der Aufbau-Verlag sagte tatsächlich
die Veröffentlichlung zu. Doch dann began der
Briefwechsel zwischen Monika Maron und Joseph von
Westphalen im ZEITmagazin und bot einen Vorwand,
das Versprechen nicht einzuhalten. “Unappetitlich
nannte der Verlagsleiter Elmar Faber die Briefe der
Maron in aller Öffentlichkeit (…). (Hage 1988)
La crítica al Socialismo manifiesta en la prensa en primera persona otorga
a la obra de ficción de Maron un grado de veracidad sumamente peligroso
para el equilibrio de un sistema que debe la perpetuación de su poder a la
manipulación i- deológica a la que somete a sus habitantes. De hecho, lejos
de relegar su verdad exclusivamente a un plano ficcional como ya lo hace
en su segunda novela, en la que la protagonista en su exilio interior
cuestiona la validez de un sistema que aniquila el desarrollo de un
pensamiento autónomo , Maron hace hincapié en un plano real en el grado
de polución política presente en el Partido. Con ello se erige como voz
representativa de la de muchos ciudadanos orientales para los que la
esperanza de la utopía socialista se había ido convirtiendo paulatinamente
en puro escepticismo, destapando así un fenómeno palpable y
completamente censurado en la Alemania oriental a través de unas cartas
que están alcanzando su público regularmente en la Alemania occidental
por medio de un periódico difícilmente asequible en la RDA:
Ich (Monika Maron, O.H.) (muss, O.H.) mich auf meine
Beobachtungen hier, in der DDR, beschränken (...). Und
da sehe ich, daß in den Leuten die Lust wächst zu
widersprechen, sogar zu widerstehen. Versammlungen
werden aus den Fugen der Tagesordnung gebrochen
(mancherorts finden darum auch keine mehr statt), das
Wort Zivilcourage scheint wieder einen Sinn zu
bekommen und ist öfter zu hören; es ist wieder möglich
geworden, an Veränderung zu denken, auch wenn
davon bisher kaum etwas zu spüren ist. (Maron;
Westphalen, 1988:41)
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Pero además de facilitar una imagen fidedigna del Socialismo a los
lectores de la República Federal, incidiendo en la arbitrariedad con la que
se conceden permisos para abandonar temporalmente una zona de su país,
desmintiendo el prejuicio de que todos los alemanes orientales acepten
voluntariamente la política del SED y justificando el que muchos de ellos
permitieran la instauración de un sistema dictatorial por no haber podido
intuirlo Maron, consciente de lo paradójico de su situación todavía
continúa esforzándose en explicar lo inexplicable para un alemán occidental:
Ich (Monika Maron, O.H.) ahne, wie viele unserer
Mitleser, vielleicht sogar Sie selbst, fragen werden:
Warum geht er denn nicht in den Westen? Eine
illegitime Frage, wie ich finde (die aber auch mir oft
gestellt wird). Er kann nicht. Er ist gebunden durch
seine Biographie, seinen Charakter, seinen Beruf; er
kann nicht das muß reichen. (Maron; Westphalen
1988:41)
De esta forma, y aún reconociendo que en la RDA los ciudadanos no gozan
ni siquiera del derecho de reclamar sus derechos (Cfr., Maron; Westphalen
1988:53)
21
, la autora procura acercar su postura a la occidental. Y justifica
esta permanencia en un Estado que aniquila la voluntad del individuo
argumentando que la necesidad de que se produzcan cambios, no
necesariamente conduce a la emigración, algo que le parece completamente
absurdo cuando se hace dentro de las fronteras de un mismo país, cuyos
ciudadanos comparten una historia, una cultura y una lengua común:
Die Deutschen in Ost und West können einander als
Spiegel dienen; jede Seite lebt der anderen deren andere
Möglichkeit vor. Und was sie jetzt, wenn sie sich
gegenseitig betrachten, aneinander nicht mögen oder gar
verachten, verachten sie im Grunde an sich selbst.
(Maron; Westphalen 1988:60)
A pesar de lo cual, pocos meses más tarde de que se diera por concluido
este intercambio epistolar y antes de que cayera el muro, Maron se convierte
21
La traducción al castellano del fragmento originalmente escrito en lengua alemana, es
responsabilidad mía.
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en uno más de los emigrantes de la zona occidental, a donde se traslada para
proseguir la escritura de su tercera novela, Stille Zeile sechs, en la que no
logra progresar. El por qué de este cambio de actitud lo explica ella misma
en uno de los ensayos que publica, ya en 1989, viviendo en la República
Federal, como se muestra a continuación en el siguiente apartado. Valga
como anticipo el planteamiento con el que comienza a gestarse la novela que
interrumpe antes de su marcha:
Warum bin (Monika Maron, O.H.) ich überhaupt noch
hier? (…) Ich war da nicht gedruckt, die Gespräche
waren dieselben, es ergab sich nichts Neues, so daβ ich
immer wieder dachte: Warum bin ich bloβ hier, warum
gehe ich nicht endlich weg? (…) Deshalb war am Anfang
die Annäherung an den Roman »Stille Zeile sechs« mein
Versuch, mir die Frage zu beantworten (…) Und als ich
angefangen hatte zu schreiben, bin ich dann ja auch
schon gegangen. (Hametner 1992: 42-43).
3. Literata y ensayista: Sobre la contaminación política de la RDA y las
consecuencias de la reunificación.
La redacción de Stille Zeile Sechs se ve interrumpida por segunda vez tras
la caída del muro de Berlín, un acontecimiento que sobrecoge a Maron
viviendo ya en Hamburgo, donde unos meses antes y a través de ensayos
como el publicado el 14 de agosto de 1989 en el diario semanal Der Spiegel,
expone las razones que la conducen a abandonar su ciudad natal:
Warum bin ich selbst gegangen? (...) Wenn das
Vorausgesetzte einmal in Frage gestellt ist, fällt es
schwer, eine Antwort zu finden. (...) Diese Regierung,
das weiß man, ist nicht fähig und nicht willens, mit dem
Volk, über das zu verfügen sie sich anmaßt, einen
Konsens über die gemeinsame Zukunft zu suchen. Wer
das vorher nicht gewusst hat, weiß es jetzt, nach den
Reformen in der Sowjetunion, in Ungarn und Polen.
(Maron 1989: 22).
En un momento en el que el muro se está desmoronando, la escritora
intensifica su intervención en diferentes medios informativos, a través de los
que, tomando como arma la palabra y haciendo uso de su capacidad para
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divulgarla, describe, sin temor alguno a la censura, su experiencia personal
en la RDA, como ciudadana e intelectual. De hecho, pocos meses después de
dar por finalizado el intercambio epistolar al que se ha hecho referencia en el
punto anterior, concretamente en septiembre de 1988, Maron comienza a
trabajar como columnista en la revista Du, en la que va publicando artículos
a lo largo de todo un año
22
. En ellos antecede ya un discurso que se hace
extensivo tras la reunificación, cuando se multiplican las novelas y ensayos
autobiográficos, consecuencia de la necesidad de justificación de los
alemanes orientales y la sed de información de los occidentales.
Paralelamente Maron no descuida su obra literaria. Del estatismo que
caracteriza al Socialismo, así como de la pasividad a la que condena a sus
habitantes, que acaban aceptando como algo normal lo que tras la caída del
muro se vislumbra como completamente anormal, deja constancia en Stille
Zeile Sechs, una novela, cuya redacción, como se ha comentado, interrumpe
de forma temporal para asumir una vez más el riesgo de opinar en primera
persona sobre los vertiginosos cambios que están sucediéndose en esos
momentos en su país. Y es que, a pesar de haber cambiado el lugar de
residencia, la escritora continúa haciendo gala de su compromiso político no
sólo en la ficción sino a través de los medios de comunicación, en los que
corrobora las opiniones que pone en boca de las protagonistas de sus
novelas.
Tras la caída del muro, la producción de Maron es tan prolífica en
novelas como en ensayos autobiográficos y artículos de opinión que va
editando en diversos periódicos durante dos décadas. De una selección de
estos últimos escritos surge un libro en el vigésimo aniversario de la
reunificación Zwei Brüder. Gedanken zur Einheit 1989-2009
23
en el que se
hace presente cómo la escritora continúa observando con ojo crítico su
entorno y plasmando su cosmovisión en un plano real. Precisamente por
este motivo la Deutsche Nationalstiftung, una institución que fomenta el
fortalecimiento de una identidad alemana en el contexto de una Europa
22
Doce de esos artículos que Maron escribe como columnista, forman parte posteriormente del
volumen de ensayos publicado por la escritora en 1993 con el título Nach Maβgabe meiner
Begreifungskraft, en los que se ocupa no sólo de la política corrupta del Socialismo sino ya de la
nueva realidad alemana tras la reunificación. (Vid. MARON, 1993).
23
MARON, 2010.
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unida, le concede el Premio Nacional Alemán en el año 2009. Un galardón
que otorga a Maron la oportunidad de explicar que el reconocimiento a su
obra por parte de una institución política no debe desmerecer la estética de
su obra literaria. De esta forma, la autora procura deconstruir las opiniones
críticas que la catalogan como autora de la RDA, alegando que ello limita la
interpretación de sus novelas y postula por la visión de una Alemania unida
en la que la etapa del Socialismo se integre dentro de la historia de un
mismo país:
Es ist an der Zeit, die Literatur, die in der DDR
entstanden ist oder sie als Erfahrungsmaterial
verwendet, an ihrer literarischer Qualität zu messen,
statt sie nach ihrer geographischen Herkunft oder ihrem
politischen Standort zu klassifizieren. Die DDR war das
Ergebnis der gemeinsamen deutschen Geschichte, sie
gehört zur deutschen Geschichte, und die Literatur, die
in ihr geschrieben wurde, ist deutsche Literatur, gute
oder schlechte, wahrhaftige und verlogene vieles, was
schon vergessen wurde, und anderes, das vermutlich
vergessen wird, wie zu allen Zeiten. (Maron 2010: 206)
Pero si por una parte Maron persigue a través de sus manifestaciones
superar las diferencias entre ambas zonas de Alemania, también registra en
sus publicaciones las contradicciones que derivan de la caída de un sistema
político, que en otros países conlleva simplemente un cambio de gobierno y
que en Alemania supone la completa desintegración de una zona que
durante casi cuarenta años llegó a ser autónoma. Y en este sentido,
afirmaciones como la siguiente son enormemente ilustrativas: “Ich wuchs
auf in einer Welt der Ideologien, nicht der Nationen, Deutschland ist mir
erst allmählich als Problem angetragen worden“ (Maron, 1993:9). Con este
tipo de sentencias pone de manifiesto la relevancia de la ideología
particularmente para el alemán oriental, que habiendo formado parte de un
sistema que justificaba la demarcación geográfica en la división de clases,
está obligado de la noche a la mañana a condenar al olvido la educación
recibida. Aún más, a descartarla, a asumirla como algo erróneo. Una
realidad cuyas consecuencias son únicamente perceptibles tras la superación
de la euforia que prosigue inmediatamente a la reunificación, cuando, una
vez adquirida la libertad orada para entrar y salir de una zona geográfica
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concreta, el alemán oriental se encuentra repentinamente inmerso en una
nueva situación a la que necesariamente tiene que adaptarse mediante la
superación de un pasado que ahora se ve obligado a justificar. Razón ésta
entre otras, que conduce a Maron a realizar afirmaciones como la siguiente,
en las que resuena nuevamente el eco de las voces de una colectividad:
“Inzwischen ist mir die Einheit zum Alptraum geworden (...). Wir leben in
einer verspäteten Nachkriegszeit“ (Maron 2010,79). Una frase que subraya el
problema que supone para los alemanes de procedencia oriental la
inmersión en un mercado laboral que desconocen, origen de un pesimismo
vital que Maron, que desprecia la categoría de ctima, también rechaza,
pero que cree necesario poner en el candelero. Así como el hecho de que los
alemanes herederos de una democracia tras la época del nacionalsocialismo
aludan a una colectividad cuando se refieren a los procedentes de la RDA
como ciudadanos de segunda clase.
Incitando al debate sobre la nueva realidad alemana, con un relato entre
muchos otros como Vier Archetypen
24
, en el que representa cuatro prototipos
cliché de alemanes orientales y occidentales, Maron no sólo continúa
confrontando al lector con diferentes interpretaciones de una misma
realidad sino que lo incita a reflexionar sobre la arbietrariedad con la que se
suceden acontecimientos que condicionan las distintas biografías que
conviven en la Alemania actual. Con ello no sólo alude a hechos concretos
que pueden encontrarse descritos en libros de historia, sino que continúa
denunciando, como ya lo hiciera durante los años ochenta, la existencia de
una frontera entre ambas Alemanias. Con la diferencia de que esta vez no se
trata de una delimitación física sino psicológica, por lo que el Estado deja de
ser su objeto principal de análisis para focalizar su esfuerzo en desentrañar
los condicionantes que han provocado una nueva situación de
incomprensión entre los alemanes, que igualmente trata de solventar a
través de la escritura. Y más concretamente a través de la redacción de
biografías de personajes individuales en la ficción, con las que el lector de
novelas puede identificarse, y con la proyección de la suya propia en la
prensa, mediante la que da a conocer la visión de una intelectual que ha
vivido a caballo entre ambas Alemanias. Como la propia Maron (2010: 203)
explica:
24
MARON, 2010: 93-110.
La evolución de la escritura de Monika Maron: de la contaminación…
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Das vermag Literatur im glücklichsten Fall: im einzelnen
Menschen verstehen, was
uns allen innewohnt, und die Umstände erkennen, die
es zutage fördern können. Die Literatur als intuitiver
Weg der Erkenntnis, die in der Sprache ihre Zuspitzung
oder ihren Ausgleich findet, die in den Exzess oder zur
Versöhnung führt (...). Wenn meine Arbeit mir nicht
misslungen ist, habe ich also nicht die DDR erklärt,
sondern ich habe erzählt, was mit Menschen geschieht,
wenn sie Verhältnisse unterworfen sind, in denen sie
eine relative materielle Sorglosigkeit mit ihrer geistigen
Freiheit bezahlen und in denen der Versuch, sich aus der
Unmündigkeit zu befreien, die Existenz und sogar die
leibliche Freiheit kosten kann. Auch wer nicht in der
DDR gelebt hat, wird in seinem Leben an einem
vergleichbaren Kreuzweg gestanden und seine
Entscheidung getroffen haben.
Pero en la Alemania de la reunificación, Maron no sólo se dedica a poner
de relieve el grado de contaminación política presente en la RDA y las
secuelas que ha dejado la absorción por parte de la República Federal de la
zona oriental en la sociedad actual alemana, sino que vuelve a retomar el
tema de la contaminación medioambiental en la ciudad de Bitterfeld, para
dejar constancia de los proyectos que se han llevado a cabo treinta años más
tarde de su denuncia a la polución atmosférica en dicha ciudad. Ello supone
para la escritora retomar el contenido de su primera novela para contrastarla
con una nueva realidad que describe en el reportaje Bitterfelder Bogen, que
publica en el año 2009. Para sus críticos representa la oportunidad de
preguntarle a la escritora si está retomando la faceta periodística con la que
comenzó su carrera literaria (Flugasche), una faceta que como se ha
demostrado a lo largo de este estudio, la autora nunca llega a abandonar:
Von der Reportage sind Sie (Monika Maron, O.H.) einst
zum Roman gekommen, nun, nach vielen Romanen,
kommt wieder eine Reportage. Eine Rückwende?
(Doerry; Hage 2009: 138)
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Conclusiones.
Con un alto grado de dramatismo en algunas ocasiones, con una
reconfortante ironía en otras, a veces empleando eufemismos, otras
apuntando al objetivo con una contundencia políticamente incorrecta, ya sea
como literata, reportera o columnista, Monika Maron deja constancia a
través de su escritura de los acontecimientos que han sobrecogido a su país
en la segunda mitad del siglo XX y en los albores del XXI, lo que la convierte
en un punto de referencia imprescindible para conocer el pasado más
reciente de Alemania.
Comenzando ya a mediados de los años setenta a poner de manifiesto las
contradicciones del sistema socialista, Maron no sólo hace pública una
realidad desconocida por gran parte de la población a ambos lados del muro
la del alto grado de contaminación medioambiental que oculta el gobierno
de la Alemania oriental, sino que paralelamente registra el malestar de las
generaciones posteriores a la fundacional de la RDA, herederas de un
sistema político que no evoluciona con sus habitantes.
Su tímida crítica como reportera que procura atenerse al principio de
objetividad se convierte, cuando constata la falta de libertad de expresión en
un Estado teóricamente democrático, en una crítica directa al mismo, que
lleva a cabo refugiándose en la ficción, plano en el que describe una realidad
tan palpable como peligrosa para el gobierno socialista. Porque el SED
perpetúa su poder recurriendo a la censura, manipulando la información y
evitando la difusión de cualquier manifiesto ideológico que pueda poner en
entredicho la legitimidad de la etiqueta de Estado de bienestar con el que se
publicita. De esta forma, ya desde el comienzo de su carrera como escritora,
Maron se convierte en un personaje ciertamente incómodo para las
autoridades orientales, que, poniendo en marcha todos los medios a su
alcance para silenciar la voz de una opositora intelectual al Socialismo, no
consigue sin embargo evitar que ésta recurra a los medios de comunicación
para señalar aún con más fuerza la realidad que registra mediante la ficción.
Los años ochenta conceden a Maron su estatus como escritora
exclusivamente en la zona occidental. El grado de veracidad que contiene su
ópera prima, en la que apunta con el dedo índice al Estado, le reporta la
prohibición de publicación en la RDA una medida que, como se ha
comentado, se hace extensiva a sus novelas posteriores. Pero que no sólo la
perjudica, sino que le concede a la escritora el prestigio necesario para que
La evolución de la escritura de Monika Maron: de la contaminación…
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sus opiniones gocen de una relevancia especial en la República Federal,
donde Maron, que hace hincapié a través del periódico Die Zeit en los
defectos de un sistema que sin embargo se niega a abandonar, se convierte
en un personaje público conocido por un gran número de lectores a través
de sus reflexiones en la prensa. Y de esta forma, comienza a leerse su obra de
ficción como una ampliación de la ensayística, en la que Maron descuida la
estética a favor de la política, pero cuyo mensaje revierte en su literatura
concediéndole un valor documental.
Debido principalmente a su trayectoria política, siendo testigo presencial
y crítico de acontecimientos históricos que han generado graves
contradicciones en la sociedad alemana sobre los que no se limita a
especular, las reflexiones de la escritora sobre la reunificación en la prensa se
convierten en un referente en el debate público sobre la Alemania del siglo
XXI. Puesto que su opinión no se contempla exclusivamente en el plano
literario sino, valga la redundancia, en el político, por haber logrado plantear
con nitidez los conflictos derivados de la división física e ideológica que
sufre su país durante cuarenta años, así como las consecuencias de su
reunificación, y no exclusivamente a través de la ficción.
Por todo ello, no parece precipitado afirmar que si por una parte su obra
literaria, en la que confluyen estética y política, carece por su condición de
la rigurosidad que caracteriza los documentos oficiales, no por ello describe
la escritora en sus novelas de forma menos objetiva su entorno. Una
objetividad que proviene de su faceta como reportera, tras la que inicia su
carrera literaria y que nunca llega a abandonar, lo que le permite, con un
lenguaje directo y conciso, manifestar sus controvertidos puntos de vista en
diferentes medios de comunicación. Estas declaraciones a su vez, le
conceden a su obra literaria un valor documental imprescindible para
comprender la realidad alemana actual, al mismo tiempo que convierten sus
ensayos y artículos en un material indispensable desde el que aproximarse a
su obra literaria.
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