ISSN: 2171-6633
Estudios Franco-Alemanes 3 (2011), 33-56
ANNETTE VON DROSTE-HÜLSHOFF Y SUS POEMAS DE
LA NATURALEZA
ÁNGELES GARCÍA CALDERÓN
Universidad de Córdoba
id1gacaa@uco.es
Fecha de recepción: 21.03.2011
Fecha de aceptación: 30.06.2011
Resumen: Trabajo que trata sobre la obra de una poetisa de procedencia noble,
ligada a su tierra, a su familia y a sus tradiciones, pero que pone de relieve en sus
poemas un arte que se basa en la pureza y la verdad, que elevarán su poesía a altas
cotas de rigor. Escritora que permaneció alejada de las escuelas poéticas de su época,
aunque sin menospreciar los acentos de la Junges Deutschland ni la nostalgia de las
baladas de estilo Biedermeier. Su “programa poético”, en medio de un siglo artificial
en poesía fue el de aplicar las grandes lecciones de la vida y de la naturaleza.
Palabras clave: Poesía femenina, tradiciones familiares, naturaleza, traducción.
Abstract: In this paper I discuss the literary work of the 19th century German poet
Annette von Droste-Hülshoff. She kept close links to her land, family and traditions
and in her poetry she highlights feelings of purity and sincerity to the utmost degree.
As a poet she remained far away from the poetic trends of her time, although she did
not look down on the new voices of Junges Deutschland literary movement nor on
Biedermaier’s nostalgic ballads. Her “poetic agenda” consisted in implementing, in the
context of topical artificial poetry, the great lessons of life and nature.
Key words: Femenine poetry, Family Traditions, Nature
Introducción
La obra de Annette von Droste está, como otras muchas obras femeninas,
directamente alimentada por una sensibilidad que a menudo permanece
“tapada”, casi oculta, pero que el lector reencuentra sin cesar en una lectura
detenida y atenta de sus poemas. Marcada muy profundamente su país
natal, su familia y su sentido de casta, así como por su honda formación
religiosa y poética que ya se pone de relieve desde la redacción de sus
primeros poemas. A pesar de todos estos lazos con su país, su casta familiar
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y la religión la escritora experimentará desde muy pronto la experiencia de
la soledad, que se extenderá a todo: soledad de los lugares, pues tras la
muerte de su padre vivirá mucho tiempo sola, o casi, yendo de un castillo a
otro y a la pequeña morada de Rüschhaus, extraviada en los bosques y en la
landa. Soledad de corazón: sufrirá esa especie de fatalidad que va ligada a
todos sus amores
1
(algo que parece ser el destino ineludible de algunas
poetisas), consagrados por una u otra razón al fracaso y que le dejarán un
regusto amargo de abandono. Soledad en la fe, que sólo representa para ella
el objeto lejano de una busqueda incierta, como si toda su vida debiera
agotarse en la espera de un reencuentro imposible. Soledad en su arte: en
toda la generación de 1830 no hay un poeta más solitario que la Drosten, ya
sea en forma de soledad imaginativa poblada de rechazos, de dolores, típica
de la poesía patética de los “enfants du siècle”, ya sea de un modo más
confortable que se corresponde con el del alma “biedermeyer”, que gusta de
replegarse sobre misma, descubriendo en el aislamiento el encanto
delicado que canta Mörike.
2
Su soledad se revelará a lo largo de su vida como ligada a la falta de
amor, que para el proceso de la escritura debía ser uno de los motores de su
vida; a pesar del episodio de Meersburg y su gran amor tardío y fracasado
por Levin Schücking el amor le inspirará una gran cosecha de poemas y que
se diferencian de todos los escritos hasta entonces: hasta Meersburg, toda la
obra de Annette se inscribe bajo el signo de la virginidad; virginidad forzada
e impuesta, que hacer nacer en ella un sentimiento de auténtico
renunciamiento; después de Meersburg, la pasión se libera y se transforma
en poesía, aunque la obra queda ya marcada por la disciplina que lenta y
penosamente habrá conquistado con su renunciamiento.
A estas dos fuerzas motoras e impulsoras de su obra, con todas las
restricciones inherentes, se unirá otra tercera que aparecerá en un primer
momento como freno a su labor creativa de escritura: la enfermedad, que se
hace patente en continuos y largos trastornos y dolores que llegan hasta a
1
Algo que parece ser el destino ineludible de algunas de las mejores poetisas de la literatura
mundial, como es el caso de Emily Dickinson (1830-1836) o Cristina Rossetti (1830-1894) y del
que escapará Elizabeth Barret por su unión con el poeta Browning.
2
Eduard Friedrich Phillip Mörike (1804-1875), escritor perteneciente al “Biedermeier” enfermizo
y de una supersensibilidad hipocondríaca, que escribiera hermosos poemas de amor y gran
musicalidad
Annette von Droste-Hülshoff y sus poemas de la Naturaleza 35
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paralizarle la pluma, impidiéndole físicamente escribir. Su Geistliches Jahr
parece como si estuviera redactado en una especie de vértigo, en un estado
intermedio entre la lucidez y el sueño, y en general toda su obra da la
impresión de estar atravesada por una fatiga, un abatimiento que ella
resaltará en su correspondencia: “los dolores de cabeza y de dientes tornan
confusos los pensamientos y embotan los sentimientos”
3
. La enfermedad se
revela para ella como algo temible y difícil, si no imposible, de superar sobre
todo cuando afecta al cerebro, que se le presenta como un aniquilamiento de
todo su ser. Si durante toda su vida la escritora tendrá presente la
enfermedad, la continua vigilancia y cuidado de ésta la llevarán a una
especie de rechazo de la sensibilidad romántica y la profusión sentimental,
marcando su obra de una sequedad y de una aridez que se convertirá en una
especie de distintivo personal y una de sus cualidades más notables como
escritora.
1. Su figura y su obra en la literatura alemana.
Poetisa proveniente de una familia aristocrática católica, desde muy
temprano mostraría grandes dotes para el dibujo, la música y sobre todo la
poesía. Dividida entre su exaltación apasionada, su sed de vivir y su moral
llena de restricciones, como correspondía a su educación, ella expresará
todas estas contradicciones y su búsqueda de Dios a través de una obra
original, de un lirismo angustiado a la vez que sereno y sembrado de
descripciones realistas y minuciosas de la naturaleza.
Anna Elisabeth Franzisca Adolphina Wilhelmina Ludovica Freiin von
Droste zu Hülshoff, conocida como Baronesa Annette von Droste-Hülshoff
nace en 1797 en Burg Hülshoff (Münster)
4
, Renania del Norte-Westfalia y
3
Die Briefe der Annette von Droste-Hülshoff. Gesamtausg. hrsg von Karl Schulte Kemminghausen,
Jena: Diederichs, 1944, p. 207. La traducción es este y en los poemas es nuestra.
4
Allí pasa su juventud e inicia su labor poética; su padre, Clemens-August von Droste-Hülshoff
(1760-1826) tenía profundos conocimientos de Historia, Zoología y Botánica; su madre, Therese
Louise von Haxthausen (1772-1847), sentía predilección por la literatura, siendo ella quien
inculcó este amor a la joven y a sus tres hermanos (Maria Anna, Werner Konstantin y
Ferdinand, que moriría a los veintinueve años de tuberculosis). De infancia y juventud
enfermiza, tras la muerte de su progenitor se traslada junto a su hermana mayor y su madre a la
residencia Rüschhaus en Münster-Nienberge. Allí conoce a Christoph Bernhard Schlüter (1801-
1884), Elise Rüdiger (1812-1899) y Levin Schücking (1814-1883). A los siete años, Annete viaja
hasta Haxthausen, con su abuelo, para recuperar su quebradiza salud y es enviada por sus
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morirá en 1848 en el castillo de Meersburg junto al Lago de Constanza
(Baden-Wurtemberg). Descendiente de una noble familia de Westfalia, lleva
una vida retirada, “propia de una mujer soltera de su rango”, siendo
siempre en su obra fue fiel a sus raíces: la tierra de Westfalia, su linaje y la fe
católica. Sus poemas, inspirados en la naturaleza en gran parte, versan sobre
los aspectos misteriosos e insondables de la existencia humana. Su obra más
famosa, el relato Die Judenbuche (1842), considerada como una obra maestra
del realismo alemán, recrea un hecho histórico: el asesinato no esclarecido de
un judío, que lleva a la autora a diseccionar un hondo estudio del arquetipo
del criminal. Escritora y poetisa perteneciente a la corriente “Biedermeier”
5
,
padres al castillo de Abbenburg. El paisaje montañoso de Westfalia impresionó a la joven. Su tío
August von Haxthausen (1792-1866), que por aquel entonces estudiaba en Göttingen, se
desplaza hasta Bökerhof acompañado de algunos amigos de estudio, entre ellos los hermanos
Jacob (1785-1863) y Wilhelm Grimm (1798-1855) y Heinrich Straube (1794-1847). Cerca de
Bökerhof y Abbenburg, en Bellersen, la autora está en repetidas ocasiones. Sus progenitores le
habían contado que en los alrededores se había producido el asesinato de un judío, y que el
asesino había escapado de la justicia, apresado como esclavo por los turcos y regresado al lugar
como mutilado de guerra. Finalmente, éste se había ahorcado en el mismo árbol bajo el cual
perpetró el crimen. Este hecho real sirvió para que la joven concibiera su conocidísima novela
corta Die Judenbuche, ein Sittengemälde aus dem gebirgigten Westphalen. En febrero de 1834
Annette, acompañada por su tío Werner, participa en una tertulia literaria, y allí conoce a
Christoph Bernhard Schlüter. Gracias a esto, entabla un estrecho contacto con la familia
Schlüter. En octubre de ese mismo año su hermana Jenny contrae matrimonio con el barón
Joseph von Laßberg. Durante los años siguientes, Annette visitará una y otra vez la consulta del
homeópata Clemens Maria von Bönninghausen, aquejada de malaria. En julio de 1835 parte
junto a su madre hacia Eppishausen (Suiza). En octubre de 1836 regresa a Münster; este período
está caracterizado por nuevas inestabilidades de salud y una gran producción literaria. En 1839
la amistad con Levin Schücking se hace aún más estrecha, inspirando buena parte de sus
poemas. En octubre de 1843 Schücking contrae matrimonio, y en noviembre de ese mismo año
Annette adquiere una casa en Meersburg (“das Fürstenhäusle”), que actualmente alberga el
Museo Droste. En mayo de 1844 recibe la visita del matrimonio Schücking, siendo entonces
cuando conoce a Louise von Gall (1815-1855), la esposa de su gran amigo. Aunque todos se
esfuerzan por sobrellevar tan embarazosa situación, el alejamiento entre Levin y Annette era ya
inevitable, siendo este su último encuentro.
5
El término “Biedermeier” fue acuñado por los escritores, Ludwig Eichrodt y Adolf Kussmaul
en algunas poesías satíricas publicadas por un diario de Munich en 1885. En los inicios del siglo
XIX se dio el nombre de “Biedermeier” a un sobrio estilo de muebles y de decoración típico de
Alemania, y a continuación el término fue aplicado por extensión a cierta pintura y literatura
del mismo período, caracterizadas por el sentimentalismo, el intimismo y por una bondadosa
sátira del mundo pequeño-burgués. El adjetivo ‘bieder’ (sencillo), originariamente usado como
sinónimo de integro, honrado, fue trivializado por los contrarios a la política de la restauración
Annette von Droste-Hülshoff y sus poemas de la Naturaleza 37
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no es sólo la mejor poetisa de su país, sino una de las mejores de la literatura
universal en el siglo XIX. Debido a sus orígenes familiares crecerá en una
sociedad católica y conservadora, estructurada según un orden jerárquico;
de ahí que ella considerara que en la estructura social tradicional patriarcal
existía un orden divino, en peligro por la pérdida de la fe y por el
racionalismo ilustrado.
6
Meersburg y el Lago de Constanza serán, por una parte, la patria chica de
la poetisa, y, por otra, el lugar donde Annette escribirá la mayoría de sus
poemas. Una parte de la crítica ha visto en su obra un antecedente del
Naturalismo, dada la exactitud con que describe los paisajes que se reflejan
en sus composiciones. En la soledad de su estancia en Rüschhaus, junto al
Lago Constanza, Annette escribe la mayor parte de su obra; lejos de su
ciudad natal y al pie del lago, compone sus Haidebilder y su Knaben im Moor.
Los poemas escritos en 1845, durante una estancia en Abbenburg denotan
una cierta resignación de la poetisa. Así, el poema Auch ein Beruf pone de
manifiesto de forma satírica la incipiente resignación de la autora. Desde
1846 su salud empeora y las visitas al homeópata son continuas. La muerte
de su madre en 1847 y los acontecimientos políticos merman sus fuerzas y
apenas puede celebrar su cumpleaños en 1848. Poco después, el 24 de mayo
de 1848 fallecerá en el castillo de Meersburg, al parecer de una neumonía
severa. Su tumba se encuentra en el cementerio de Meersburg
7
.
al ser una característica polémica de la burguesía conservadora y apolítica; suponía una
desvalorización política además de estética. Pero esta polémica desvalorización coetánea que se
refleja en la historia de algunas palabras (por ejemplo, “Biedermann”), no es obligadamente
equiparable con el denominativo de época literaria posteriormente utilizado. Éste está tomado
de la historia del arte, que describía con él sobre todo la cultura de vivienda y moda burguesa
de la primera mitad del siglo XIX. En la historia literaria se introdujo en un principio como
denominación genérica para la época, posteriormente se limitó a las corrientes conservadoras
de la burguesía. El “Biedermeier” es también la época del nacimiento del vodevil (Karl von
Holtei, 1798-1880) y de la comedia burlesca en Viena (Nestrov), Berlín (Kalisch, Angely),
Hamburgo (Jacob Heinrich) y otras ciudades.
6
En este aspecto, su figura responde perfectamente a la de la poetisa espiritual, soñadora, que
no tolera la tiranía de la ciencia ni incluso la de la lógica, por pensar que hay otro mundo dentro
del nuestro y dormidas potencias misteriosas en el seno de nuestro espíritu.
7
Una muestra de la relevancia de esta autora es la reproducción de su retrato en los billetes de
veinte marcos alemanes y el establecimiento de dos premios literarios: el Premio Annette von
Droste-Hülshoff y el Premio Droste de la ciudad de Meersburg.
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Tras su muerte, y a pesar de que el amor y posterior amistad durante
muchos os con Levin Schücking se había roto, éste publicará su obra
póstuma Letzte Gaben en 1860, y dos años más tarde la biografía Annette von
Droste. Ein Lebensbild. A lo largo de 1878 y 1879, consagrado ya como
escritor, Schücking editará las obras completas de la autora, así como una
nueva edición del ciclo poético Das geistliche Jahr (1818-1820, 1839-1840), que
el propio Schlüter había publicado por primera vez en 1851.
8
2. Los poemas de la Naturaleza.
La fama de la escritora se basa sobre todo en sus poemas líricos, sus
pastorales y baladas: su representación poética de la naturaleza es difícil de
igualar, haciendo de sus trabajos obras imperecederas por su originalidad.
Con una extraordinaria vivacidad sensible percibe toda la vida y el
movimiento de la naturaleza de su tierra natal, capta todos los detalles más
pequeños, los colores, los sonidos, y los expresa en un lenguaje libre de
tópicos, de un modo muy personal. Pero el estilo y lirismo de Annette se irá
formando y evolucionando desde sus primeros poemas; así, tras lo que
podríamos calificar de violenta tensión de las primeras epopeyas, la poetisa
se va abandonando en la calma de un paisaje alpestre a una benefactora
lasitud que será para ella la primera forma de la experiencia lírica
9
. Por
medio de las descripciones de la naturaleza, salpicadas con alegorías con
frecuencia convencionales, volvemos a hallar en ella sin cesar el mismo
motivo: el del despertar poético; para ello la autora, y bajo formas variadas,
esboza generalmente el tema de la búsqueda del “momento propicio”,
argumento de un poema de noviembre de 1835, Die rechte Stunde, que podría
servir de epígrafe a todo el resto. En él dos estrofas se enfrentan entre sí,
como dos concepciones de la poesía. Veámoslo:
8
Otras obras suyas son Gedichte (Münster, 1838), la novela anteriormente mencionada Die
Judenbuche, publicada en 1842 en el diario Morgenblatt für gebildete Leser, Gedichte (1844),
Westfälische Schilderungen (1845) y una serie de cartas entre la autora y Levin Schücking.
9
Coincidente con su estancia en Eppishausen, 1835-1836.
Annette von Droste-Hülshoff y sus poemas de la Naturaleza 39
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DIE RECHTE STUNDE
Im heitern Saal beim Kerzenlicht,
Wenn alle Lippen sprühen Funken; -
Und gar vom Sonnenscheine trunken,
Wenn jeder Finger Blumen bricht; -
Und vollends an geliebtem Munde,
Wenn die Natur in Flammen schwimmt, -
Das ist sie nicht die rechte Stunde,
Die dir der Genius bestimmt.
Doch wenn so Tag als Lust versank,
Dann wirst du schon ein Plätzchen wissen,
Vielleicht in deines Sofas Kissen,
Vielleicht auf einer Gartenbank:
Dann klingt's wie halb verstandne Weise,
Wie halb verwischter Farben Guß
Verrinnt's um dich, und leise, leise
Berührt dich dann dein Genius.
10
10
EL MOMENTO OPORTUNO
En la serena estancia, a la luz de las velas
cuando chispean los labios -
por entero bebiéndose los fulgores del sol,
cuando cada dedo transporta una flor
y se la da toda ella a la boca amada,
cuando ya la natura nada entre llamas, -
no es la hora oportuna
que te indica el genio.
Mas cuando se sumerja el día en el deseo,
conocerás entonces un rincón más pequeño,
quizás en los cojines de tu sofá,
o quizás en un banco del jardín.
Todo entonces será una sabiduría inconsciente,
cual si difuminada fusión de los colores
penetrando en ti, y, queda, queda,
y despierta tu genio.
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La primera estrofa evoca un lirismo que no es profano, inspirado por el
brillo de los salones, por la embriaguez de la naturaleza, por el éxtasis del
amor; a este mundo, que no es el de la poetisa, ella prefiere un arte más
difuminado, siendo su hora la de la noche que va cayendo, momento en el
que el recogimiento íntimo es posible y en el que la conciencia se despierta a
la voz de la poesía. A Annette le basta con el pequeño rincón de un diván, de
un banco o de un jardín, para acoger a la inspiración o dejar que le venga. Y
es que, diríase que la escritora prefiere un mundo poético sin brillo, casi
impersonal, hecho éste relevante en el lirismo alemán de 1830 que no ofrecía
imágenes semejantes. El cambio fundamental que le produce esta forma de
interiorización es que la poesía ya no es para ella una misión como lo era en
Geistliche Jahr de 1818-1820, sino una forma de existencia.
Paulatinamente la naturaleza va a jugar un papel cada vez más
importante en sus poemas pasando a ser de algo artificial descriptivo a una
naturaleza viva, que contagia al lector con su magia a través de los epítetos
de la poetisa que cada vez se muestran más auténticos debido a que la
propia autora contempla paisajes y montañas con una nueva aptitud
“impregnándose” de la magia múltiple de la primavera, dejándose acariciar
por el sol del verano, a la vez que sueña en otoño esperando que llegue la
primavera. Este cambio de aptitud se muestra ya muy sensible en otro ciclo
de poemas de Eppishausen, Die Elemente, cuya importancia radica en que
por primera vez aparecen en la poesía de Annette von Drosten esos lazos
con la materia que confieren a su imaginación una profundidad, densidad y
realidad notables; ya la elección del título, la citación de los elementos es
bastante significativo.
Un poema de Mörike anterior (1824) del mismo nombre, Die Elemente, era
como la última ilustración poética de una mitología de la naturaleza con un
tratamiento similar a Novalis o a Schelling; en él los elementos son fuerzas
muy humanas movidas por las grandes leyes de la imaginación romántica.
El rey de los elementos es un gigante consumido por la nostalgia, a la espera
de la redención:
DIE ELEMENTE
Am schwarzen Berg da steht der Riese,
Steht hoch der Mond darueber her;
Die weissen Nebel auf der Wiese
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Sind Wassergeister aus dem Meer:
Ihrem Gebieter nachgezogen
Vergiften sie die reine Nacht,
Aus deren hoch geschwungnem Bogen
Das volle Heer der Sterne lacht.
Still schaut der Herr auf seine Geister,
Die Faust am Herzen fest geballt;
Er heisst der Elemente Meister,
Heisst Herr der toedlichen Gewalt;
Ein Gott hat sie ihm uebergeben,
Ach, ihm die schmerzenreichste Lust!
Und namenlose Seufzer heben
Die ehrne, goettergleiche Brust.
Die Keule schwingt er jetzt, die alte,
Vom Schlage droehnt der Erde Rund,
Dann springt durch die gewaltge Spalte
Der Riesenkoerper in den Grund.
Die fest verschlossnen Feuer tauchen
Hoch aus uraltem Schlund herauf,
Da fangen Waelder an zu rauchen,
Und prasseln wild im Sturme auf.
Er aber darf nicht still sich fuehlen,
Beschaulich im verborgnen Schacht,
Wo Gold und Edelsteine kuehlen,
Und hellen Augs der Elfe wacht:
Bruenstig verfolgt er, rastlos wuetend,
Der Gottheit grauenvolle Spur,
Des Busens Angst nicht ueberbietend
Mit allen Schrecken der Natur.
11
11
LOS ELEMENTOS
Al pie de la montaña negra está el gigante,
la luna está allá en lo alto;
la blanca niebla sobre la pradera,
son espectros del agua que emerge del mar:
siguen a su señor
y envenenan la noche pura,
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La visión, en el poema de Annette, va a seguir leyes muy diferentes y en
el poema hay que distinguir varias capas de imágenes: en la superficie una
fresca y rápida, que parece confundirse con una descripción banal; más en lo
hondo, un sueño que ya no está alimentado por ideas románticas, sino por el
impulso misterioso de una sensibilidad que comienza a diluirse, que
languidece y responde a la llamada de una potencia seductora y todavía
desconocida. No se trata ya de una ensoñación de ideas, sino como bien
pusiera de relieve en su obra Bachelard de un “rêve de matières”
12
. Y es que,
siguiendo con la idea del filósofo francés, los elementos, incluso sus
combinaciones, son menos importantes que la manera con la que son
tratados. De este modo, la imaginación material está subordinada a la
imaginación dinámica que convierte al poeta en un ser “en estado de
desde sus altos arcos pendulantes
sonríe todo el ejército de estrellas.
El señor contempla en silencio a su espíritu,
mientras que con el puño su corazón presiona;
se llama Señor de los elementos,
y Señor del poder mortífero;
un dios le ha otorgado ese poder,
¡ah! ¡le ha dado la más dolorosa lujuria!
Y lanza suspiros anónimos
el pecho noble y de diosa.
Ahora balancea el muslo,
toda la tierra amenazando,
y luego estalla el viejo cuerpo
de diosa, en astillas.
El fuego retraído sumido
en la primigenia garganta regurgita,
y los bosques comienzan a humear,
y crepitan, salvajes, en medio del tifón.
Mas el Señor no puede sentir jamás sosiego,
escondido allá en el pozo oculto,
donde el oro y las piedras preciosas se enfrían,
y vigilan los ojos límpidos de los elfos:
en celo, prisionero de la ira persigue,
la huella tan horrenda de la divinidad,
no supera el miedo del pecho
a todos los horrores de la naturaleza.
12
Gaston Bachelard (1884-1962), L’Eau et les Rêves, Essai sur l’imagination de la matière (Paris, José
Corti, 1942): “pour rèver profondement, il faut rêver avec des matières”, p. 33.
Annette von Droste-Hülshoff y sus poemas de la Naturaleza 43
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creación absoluta”, como sería el caso de Novalis, ya que cada poeta o a cada
corriente literaria son afines a una corriente inquebrantable por uno de los
cuatro elementos de la cosmogonía antigua
13
. Los elementos proporcionan al
a ensoñación poética una consistencia, una realidad que hasta ese momento
habían buscado en vano. En este sentido los cuatro poemas de Annette son
una especie de consagración, ya que ella se abandona a las fuerzas que ha
elegido y con las que plasma y pone de relieve la mejor parte de su
conciencia de poeta; la impresión es que: una vez descubierto el umbral de
su mundo poético, la autora buscara en los elementos una lección de
dulzura, de bienestar y de invitación al reposo; podríamos deducir que la
poetisa aspira a mezclar su alma con los elementos. Veamos el poema y sus
cuatro partes:
13
Novalis y Hördeling serían afines al fuego y Edgard Allan Poe al aire.
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DIE ELEMENTE
LUFT
DER MORGEN, DER JÄGER
Wo die Felsenlager stehen,
Sich des Schnees Daunen blähen,
Auf des Chimborasso Höhen
Ist der junge Strahl erwacht;
Regt und dehnt die ros'gen Glieder,
Schüttelt dann sein Goldgefieder,
Mit dem Flimmerauge nieder
Blinzt er in des Tales Schacht.
Hörst du, wie es fällt und steigt?
Fühlst du, wie es um dich streicht?
Dringt zu dir im weichen Duft
Nicht der Himmelsodem - Luft?
Ins frische Land der Jäger tritt:
Gegrüßt du fröhlicher Morgen!
Gegrüßt du Sonn', mit dem leichten Schritt
Wir beiden ziehn ohne Sorgen.
Und dreimal gegrüßt mein Geselle Wind,
Der stets mir wandelt zur Seite,
Im Walde flüstert durch Blätter lind,
Zur Höh' gibt springend Geleite.
Und hat die Gems, das listige Tier,
Mich verlockt in ihr zackiges Felsrevier,
Wie sind wir Drei dann so ganz allein,
Du, Luft, und ich und der uralte Stein!
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LOS ELEMENTOS
AIRE
LA MAÑANA, EL CAZADOR
Allí donde están las rocas
se inflama el plumón de la nieve,
en las cumbres del Chimborazo
el joven rayuelo ha despertado;
alarga los sonrosados miembros,
sacude su plumaje dorado
y con su centelleante ojo
penetra en el pozo del valle
¿Puedes oír cómo baja y sube?
¿Puedes sentirlo a tu alrededor?
¿No te alcanza, envuelto en suave aroma
cual aliento celestial, el aire?
Al fresco campo el cazador llega
¡Salúdote, venturoso día!
¡Y a ti, oh sol de liviano paso!
¡Ah, sin cuitas ambos caminamos!
También a mi compañero, el viento
que nunca se separa de mí
suavemente susurra entre hojas
risueño a la cima escolta
me ha seducido, astuta, la gema
cual animal en abrupto coto
¡Pues cuán solos estamos los tres,
aire, tú y yo, y la vetusta roca!
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WASSER
DER MITTAG, DER FISCHER
Alles still ringsum -
Die Zweige ruhen, die Vögel sind stumm.
Wie ein Schiff, das im vollen Gewässer brennt,
Und das die Windsbraut jagt,
So durch den Azur die Sonne rennt,
Und immer flammender tagt.
Natur schläft - ihr Odem steht,
Ihre grünen Locken hangen schwer,
Nur auf und nieder ihr Pulsschlag geht
Ungehemmt im heiligen Meer.
Jedes Räupchen sucht des Blattes Hülle,
Jeden Käfer nimmt sein Grübchen auf;
Nur das Meer liegt frei in seiner Fülle,
Und blickt zum Firmament hinauf.
In der Bucht wiegt ein Kahn,
Ausgestreckt der Fischer drin,
Und die lange Wasserbahn
Schaut er träumend überhin.
Neben ihm die Zweige hängen,
Unter ihm die Wellchen drängen,
Plätschernd in der blauen Flut
Schaukelt seine heiße Hand:
Wasser, spricht er, Welle gut,
Hauchst so kühlig an den Strand.
Du, der Erde köstlich Blut,
Meinem Blute nah verwandt,
Sendest deine blanken Wellen,
Die jetzt kosend um mich schwellen,
Durch der Mutter weites Reich,
Börnlein, Strom und glatter Teich,
Und an meiner Hütte gleich
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AGUA
EL MEDIODÍA, EL PESCADOR
Todo está en calma en derredor,
duermen las ramas, las aves callan.
Como un barco en llamas en las aguas
y que a la novia del viento caza,
así cruza el firmamento el sol.
Duerme la natura, no su aliento,
penden gravosos sus verdes rizos
y sólo su palpitar deambula,
desenvuelto, por el mar sagrado.
La oruga en la hoja refugio busca
y su hoyuelo el escarabajo
tan sólo el mar yace libre y pleno
mirando el azul firmamento.
Una barca oscila en la bahía,
el pescador se estira dentro
y contempla, preso del ensueño,
del agua el largo sendero
Junto al pescador penden las ramas,
las olillas rompen bajo él
susurrando la azulada marea
y balanceando sus manos blancas:
“Agua” -dice-, “el bien de tus olas
respiras, tan fresca en las arenas.
Tú, valiosa sangre de la tierra,
unida estás a la mía propia,
mándame pues tus blancas ondas
que alrededor sus caricias sienta,
pues atraviesan el materno reino
en fuente, corriente y quedo estanque
y también a los pies de mi choza.
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Schlürf' ich dein geläutert Gut,
Und du wirst mein eignes Blut,
Liebe Welle! heil'ge Flut!” -
Leiser plätschernd schläft er ein,
Und das Meer wirft seinen Schein
Um Gebirg und Feld und Hain;
Und das Meer zieht seine Bahn
Um die Welt und um den Kahn.
ERDE
DER ABEND, DER GÄRTNER
Rötliche Flöckchen ziehen
Über die Berge fort,
Und wie Purpurgewänder,
Und wie farbige Bänder
Flattert es hier und dort
In der steigenden Dämmrung Hort.
Gleich einem Königsgarten,
Den verlassen die Fürstin hoch -
Nur in der Kühle ergehen
Und um die Beete sich drehen
Flüsternd ein paar Hoffräulein noch.
Da des Himmels Vorhang sinkt,
Öffnet sich der Erde Brust,
Leise, leise Kräutlein trinkt,
Und entschlummert unbewußt;
Und sein furchtsam Wächterlein,
Würmchen mit dem grünen Schein,
Zündet an dem Glühholz sein
Leuchtchen klein.
Annette von Droste-Hülshoff y sus poemas de la Naturaleza 49
Estudios Franco-Alemanes 3 (2011), 33-56
Sorbo tu purificado bien
y así serás tú mi propia sangre
¡Sagrada marea!, ¡amada ola!”
Murmurando en voz baja se duerme
y el mar su resplandor arroja
al campo y a la montaña, al bosque,
al mundo entero y también al bote.
TIERRA
LA TARDE, EL JARDINERO
Pequeñas manchas rojizas
flotan sobre las montañas,
y como ropajes púrpura,
como cintas de colores,
aquí y allá deambulan
al amparo del ocaso.
Como en un real jardín,
que abandona la princesa-
caminan aún dos damiselas
en torno a los arriates,
susurrando bajo el frío.
El celestial telón cae,
se abre el seno de la tierra,
sereno entre hierbecitas
y fallece inconsciente,
y el medroso vigilante,
gusanitos de luz verde,
enciende la ardiente leña
su pequeña lamparita.
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Der Gärtner, über die Blumen gebeugt,
Spürt an der Sohle den Tau,
Gleich vom nächsten Halme er streicht
Lächelnd die Tropfen lau;
Geht noch einmal entlang den Wall,
Prüft jede Knospe genau und gut:
»Schlaft denn«, spricht er, »ihr Kindlein all,
Schlafet! ich lass' euch der Mutter Hut;
Liebe Erde, mir sind die Wimper schwer,
Hab' die letzte Nacht durchwacht,
Breit wohl deinen Taumantel um sie her,
Nimm wohl mir die Kleinen in acht.
FEUER
DIE NACHT, DER HAMMERSCHMIED
Dunkel! All Dunkel schwer!
Wie Riesen schreiten Wolken her -
Über Gras und Laub,
Wirbelt's wie schwarzer Staub;
Hier und dort ein grauer Stamm;
Am Horizont des Berges Kamm
Hält die gespenstige Wacht,
Sonst alles Nacht - Nacht - nur Nacht.
Was blitzt dort auf? - ein roter Stern -
Nun scheint es nah, nun wieder fern;
Schau! wie es zuckt und zuckt und schweift,
Wie's ringelnd gleich der Schlange pfeift.
Nun am Gemäuer klimmt es auf,
Unwillig wirft's die Asch' hinauf,
Und wirbelnd überm Dach hervor
Die Funkensäule steigt empor.
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El jardinero, sobre las flores inclinado,
siente el rocío en las suelas,
y de la cosecha aparta,
riendo, las tibias gotas;
va otra vez por la muralla,
examinando los brotes:
“dormid, dice, pequeñines”,
os doy protección materna.
Tierra, de sueño me muero,
pues anoche estuve en vela;
de rocío tu mano extiende,
y cuídame a los pequeños.
FUEGO
POR LA NOCHE, EL HERRERO
¡Oscuridad! ¡Ya todo es pesada oscuridad!
Las nubes, cual si fueran gigantes avanzan
sobre la hierba y sobre el follaje
revoloteando como lo hace el negro polvo;
aquí un tronco gris, otro por allá,
y allí en el horizonte la cresta de la montaña.
La vigilia fantasmagórica no tiene
sino noche, noche y solamente noche.
¿Qué reluce allá arriba?, -una estrella que es roja-
Ora refulge cerca, ora otra vez distante;
¡mírala centellear y centellear vagando!,
como ondulada igual que la serpiente que silba.
Ahora trepando por las murallas en ruinas,
enojada arroja cenizas hacia arriba
y revolotea sobre el tejado,
la columna de chispas se alza.
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Und dort der Mann im ruß'gen Kleid,
- Sein Angesicht ist bleich und kalt,
Ein Bild der listigen Gewalt -
Wie er die Flamme dämpft und facht,
Und hält den Eisenblock bereit!
Den soll ihm die gefangne Macht,
Die wilde hartbezähmte Glut
Zermalmen gleich in ihrer Wut.
Schau, wie das Feuer sich zersplittert!
Wie's tückisch an der Kohle knittert!
Lang aus die rote Kralle streckt
Und nach dem Kerkermeister reckt!
Wie's vor verhaltnem Grimme zittert:
“O, hätt' ich dich, o könnte ich
Mit meinen Klauen fassen dich!
Ich lehrte dich den Unterschied
Von dir zu Elementes Zier,
An deinem morschen, staub'gen Glied,
Du ruchlos Menschentier!
Annette von Droste-Hülshoff y sus poemas de la Naturaleza 53
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Y allí, el hombre con la ropa llena de hollín,
-su rostro está pálido, frío e inerte,
un cuadro del taimado poder-
¡Cómo amortigua y calma las llamas,
y sostiene, preparado, el bloque de hierro!
Éste le dará la fuerza prisionera,
la brasa salvaje y dominadora
aplasta, preso de su ira.
¡Mira cómo se hace pedazos el fuego!
¡Cómo se arruga peligrosamente el carbón!
¡Se estira saliendo de la garra roja
y se alarga tras el carcelero!
Cómo tiembla ante la rabia contenida:
“¡Oh, si te agarrase,
si pudiese atraparte en mis garras!
¡Te enseñaría la diferencia
que hay entre ti y el elemento,
en tu polvoriento y carcomido miembro,
vil bestia humana!”
Conclusión
Los poemas de Annette von Droste-Hülshoff, lejos de pertenecer a una
época determinada, constituyen auténticas creaciones atemporales y
carentes de todo provincianismo o localismo, de forma que son considerados
desde hace tiempo como pertenecientes a la literatura universal. Su
universalidad se basa fundamentalmente en enlazar la tradición e
individualidad poética, siendo esa precisamente la razón de que esté dotada
de una extraordinaria originalidad. En sus poemas y narraciones cortas
descubrimos nuevas representaciones de la naturaleza, a la que la autora
concibe como paisaje poético en el que se enmarca la representación de una
realidad dotada de un cierto carácter fantasmagórico. Esta particularidad de
su obra la hace consciente de su relevancia: Meine Lieder werden
Leben/Wenn ich längst entschwand (“Mis poemas continuarán viviendo/aun
cuando ya haga tiempo que me haya ido”).
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