Así pues es innegable el interés lexicográfico que surge a partir del siglo
XVIII a través de la publicación de obras de carácter especializado que
trataban los diferentes ámbitos de la ciencia o la tecnología como: botánica,
historia, química, náutica, agricultura, artes, oficios, etc. Muchas de estas
obras se dedicaron a la agricultura en general y otras a diferentes cultivos en
particular.Ya en el siglo XVII Maximilien de Béthune, duc de Sully (1559-
1641) inicia una política de revalorización de la agricultura lo que quedó
patente con la famosa frase “labourage et pâturage sont les deux mamelles
de la France”. Sin embargo hay que esperar al siglo XVIII para asistir a un
auténtico progreso tecnológico aplicado a la agricultura lo que dio lugar a
una serie de publicaciones especializadas así como de textos divulgativos a
través de los cuales se logra un aumento considerable de la calidad de los
cultivos. A lo largo del siglo XVIII surge una escuela de pensamiento
económico, la fisiocracia o fisiocratismo, que consideraba la agricultura el
único sector productivo que puede generar riqueza mientras que las otras
actividades económicas como la industria y el comercio son considerados
estériles. Su fundador fue François Quesnay cuya obra, Tableau
économique, fue considerada una de las primeras obras sobre economía.
Tanto Quesnay como su sucesor, Turgot, así como todos los que formaron
este grupo de intelectuales, no estuvieron exentos de críticas y detractores
como Rousseau, Voltaire o Diderot. Adam Smith los llamó “inofensivos”
mientras que para Hume eran “quiméricos y arrogantes”. Sin embargo no
podemos obviar la influencia que ejercieron sobre los pensadores de su
época que llegaron a publicar un gran número de obras inspiradas en su
pensamiento. No olvidemos, como veremos a continuación, que la gran
mayoría de los títulos de tratados y de diccionarios sobre agricultura
publicados en el siglo XVIII, incluyen el término Oeconomie.
Los primeros diccionarios de agricultura aparecen en Francia entre los
años 1660 y 1750 y a través de ellos se pretende difundir la nueva
terminología agrícola ligada a los recientes avances y hacerlos llegar a un
público cada vez más amplio. Esta divulgación científica no sólo utilizó