90 ESTHER VÁZQUEZ Y DEL ÁRBOL
Estudios Franco-Alemanes 5 (2013), 73-94
b) Cláusula reducida: Ich setze hiermit zu meinen Erben ein:
1. ……………….. zu 45/100 Erbteil,
2. ……………….. zu 15/100 Erbteil,
3. ……………….. zu 5/100 Erbteil.
Otra cuestión es la de la fraseología sucesoria arquetípica. Los
testamentos del grupo anglogermánicos (aunque también sucede con los
españoles), especialmente los británicos, han sido más dados al empleo de
binomios, trinomios y tetranomios (pares, tríos y cuartetos de elementos
cuasi sinónimos que pueden resultar redundantes), como son los casos
siguientes:
a) Testamentos en lengua inglesa: “give, devise, and bequeath”, “Last
Will and Testament“, “Being of sound and disposing mind and
memory”, “by any menace, fraud or undue influence”, “I do hereby
make, publish and declare this”, “If she shall fail or cease to serve
for any reason”, “the whole of my property and estate”, “share and
share alike”, “shall contest this Will or attack or seek to impair or
invalidate any of its provisions”, “acts or proceedings”, “SIGNED,
PUBLISHED AND DECLARED”.
b) Testamentos en lengua alemana: „Letzter Wille und Testament“.
c) Testamentos en lengua española: “Religión Católica, Apostólica y
Romana”, “de todos sus bienes y derechos”, “conocer, ver y
entender”.
La cuestión más reseñable a nivel léxico es el empleo de préstamos o
extranjerismos. Paradójicamente, y sabiendo que Inglaterra, Gales e Irlanda
del Norte aparentemente no poseen raíces de Derecho Romano, hemos
descubierto que los latinismos han sido especialmente útiles y recurrentes en
el grupo de documentos británicos, a saber:
- latinismos: “funeral”, “executor”, “executrix”, “survivor”,
“testator”, “testatrix”, “testament”, “codicil”, “videlicet”,
“pecuniary”
- galicismos: “menace” (threat).
En lo que a extensión verbal se refiere (incluyendo las alternativas
fraseológicas posibles), el testamento británico variaba (530 palabras para el
de Inglaterra, Irlanda del Norte y Gales frente a las 340 del escocés), el
español contaba con 393 palabras, el alemán presentaba 251 palabras, frente
a sólo 230 del testamento galo).