Aprendizaje cooperativo en itinerarios bilingües de Educación Primaria 87
Estudios Franco-Alemanes 13 (2021), 63-93
evaluación (grupal e individual) del alumnado cuando este trabaja en
grupos. Se trata de un principio básico en AC, ya que el trabajo del
alumnado se estructura en ambos ámbitos y, por tanto, ambos procesos han
de ser evaluados para que el ciclo de aprendizaje sea completo. Este dato se
complementa con el proveniente de la Tabla 10, que indica que el 52,4 % del
profesorado a menudo implementa la evaluación individual por
considerarla una forma justa de premiar el esfuerzo. A través de la
evaluación individual el profesorado puede valorar aspectos esenciales del
AC como la iniciativa personal y la responsabilidad (Palomares-Montero y
Chisvert-Tarazona, 2016, p. 386). Finalmente, nuestros datos indican que el
61,9 % del profesorado (Tabla 11) declara que los estudiantes siempre
conocen los criterios de evaluación del trabajo en grupo, lo cual también es
un dato positivo porque, la eficacia de la evaluación depende de diversos
factores, entre otros, la familiaridad del alumnado con los criterios de
evaluación (Azarnoosh, 2013, p. 2). Por tanto, el hecho de que el alumnado
conozca los criterios facilita este tipo de evaluación, que el AC acoge en la
mayoría de sus implementaciones.
Para concluir, y teniendo en cuenta los resultados de nuestro trabajo,
podemos afirmar que el profesorado adscrito a itinerarios bilingües de
Educación Primaria declara conocer los principios básicos del aprendizaje
cooperativo. Asimismo, este profesorado es consciente y reconoce muchas
de las dificultades de su implementación (por ejemplo, falta de tiempo,
estructura del horario escolar, o diferencias de nivel en la L2 entre el
alumnado de un mismo grupo), al tiempo que identifica las ventajas que
aporta (por ejemplo, incremento en el nivel de motivación entre el
alumnado) e implementa modelos de evaluación, acordes con la
metodología de AC. Por tanto, creemos importante que el profesorado de
itinerarios bilingües esté familiarizado con el AC que, según la literatura,
reporta probados beneficios al proceso educativo en general (Rohrbeck,
Ginsburg-Block, Fantuzzo, y Miller, 2003; Roseth, Johnson, y Johnson, 2008;
Sharan, 2002; Slavin, 2010, 2013; Webb, 2008), y al enfoque AICLE en
particular (Casal, 2016; Verspoor, de Bot, y Xu, 2015, entre otros), ya que la
renovación metodológica del proceso educativo ha de venir acompañada
por investigación que informa de los hallazgos positivos y del camino que se
ha de seguir.