los gentilicios de los lugareños que manifiestan influencia de ciertos grupos
étnicos o familias en esa área. Sirva de ejemplo para nuestro estudio la calle
Alemanes en Sevilla, un gentilicio con el que se agrupaba al conjunto de
comerciantes de dicha procedencia. La combinación de las disciplinas
auxiliares citadas se vuelve necesaria en la tarea investigadora de encontrar
la motivación de un topónimo, una tarea nada liviana y no exenta de
complicaciones, como explica M. Gordon:
La explicación de los nombres de lugar entraña todo tipo de dificultades, y a
menudo resulta no sólo difícil sino incluso imposible si no estamos dispuestos
a abandonar el terreno de lo científico y objetivo. No cabe duda de que la
interpretación toponomástica es primordialmente competencia de los
lingüistas, quienes han de recopilar documentación histórica original —
cuanto más antigua (es decir, más cercana al origen del nombre), mejor— lo
mismo que las formas orales actualmente en uso entre la población local. Este
material documental ha de ser analizado desde los puntos de vista fonético,
morfológico, léxico-semántico y dialectológico, y ello dentro del contexto de
toda la toponimia regional. (Gordon, M.D, 2011: 91)
1.1. La toponimia de las calles
Según Beatriz Sanz Alonso en su artículo “La toponimia de las calles de
Valladolid”, la toponimia “fósil” (Cfr. Sanz, 2017: 31), esto es la oronimia y la
hidronimia, referida a aspectos geográficos (montañas, ríos, lagos, etc.) en
una región puede cambiar a lo largo del tiempo, aunque es más extraño y, si
lo hace, es posible que se deba a la transformación de la fisonomía del lugar.
En el caso de la toponimia de los callejeros es distinto, pues ésta se altera de
una forma más acelerada respondiendo al cambio fisionómico de las urbes y
a razones políticas e ideológicas, según la alternancia política en el poder. De
este modo, un cambio de gobierno repercute de forma directa en la
rotulación de nuevas calles, así como en el renombramiento de otras que
denotaban el reconocimiento de simpatizantes o activistas del régimen
anterior. Para superar el libre albedrío en el que subyacen las diferentes
ideologías políticas se establecen unas bases reguladoras referidas a la
rotulación de las calles. Dichas pautas se recogen en las ordenanzas de
carácter municipal, siguiendo las directrices a nivel nacional. Por ejemplo, en