ISSN: 2171-6633
Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 00-00
LA LEXICOGRAFÍA ELECTRÓNICA ANTE EL UMBRAL DE
LA IA. POCKET ELECTRONIC DICTIONARIES (PED) Y
TENDENCIAS EN ASIA ORIENTAL
JESÚS PÉREZ GARCÍA
Universidad de Valladolid
jesus.perezgarcia@uva.es
Fecha de recepción: 04.05.2023
Fecha de revisión: 12.06.2023
Fecha de aceptación: 23.07.2023
Resumen: La lexicografía occidental y la de Asia oriental difieren en su origen y
concepción. Con la globalización tienden a generalizarse a lo ancho del globo muchas
tendencias lexicográficas. No obstante, se mantienen algunas actitudes y diferencias
tecnológicas entre el Oeste y el Este, de modo conspicuo en el uso de los llamados
“diccionarios electrónicos de bolsillo” (DEBs).
Este estudio analiza esas divergencias en un momento del tiempo previo a la
explosión de la inteligencia artificial (IA) en el período pospandémico de los
primeros años 20 del siglo XXI, y a la vez intenta buscar una explicación a través de
las diferentes tradiciones históricas de diccionarios, así como en los distintos
entornos sociológicos y educativos. Se le presta una especial atención a Japón, líder
en los diccionarios electrónicos de bolsillo de gama alta, y a China. Para este trabajo
se realizaron encuestas entre estudiantes japoneses y chinos en España, y se
examinaron en detalle cuatro diccionarios electrónicos de bolsillo.
Palabras clave: lexicografía; globalización; inteligencia artificial; diccionario
electrónico de bolsilllo.
Electronic lexicography on the threshold of the AI. Pocket
electronic Dictionaries (PED) and trends in East Asia
Abstract: Western and far-eastern lexicography differ in their origin and conception.
With the globalization, many lexicographical trends tend to expand across the world.
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However, there are some attitudes and technological differences between West and
East, mainly those concerning the use of pocket electronic dictionaries (PED).
The research published on this paper analyzes those divergences in a stage prior to
the explosive development of the artificial intelligence (AI) in the post pandemic
period in the early 2020s and tries to explain them according to the different
historical tradition of dictionaries, as well as the sociological and educational
backgrounds. Particular attention is granted to Japan, the leader in quality hand-held
electronic dictionaries, and China. Surveys were conducted among Japanese and
Chinese students in Spain, and four pocket electronic dictionaries were examined in
detail.
Keywords: lexicography; globalization; artificial intelligence; pocket electronic
dictionary.
Sumario: 1. Introducción. 2. Tradiciones lexicográficas en Europa y Asia. 3.
Dinamismo del mercado asiático en el panorama de los diccionarios. 4.
Particularidades de China y Japón. 5. Análisis de diccionarios electrónicos de bolsillo
(DEB). 6. Contenidos de los DEBs. 7. Conclusiones.
1. Introducción
Lenguas europeas como el alemán, el inglés o el francés pueden
enorgullecerse de contar con una tradición, al menos bicentenaria, de
grandes diccionarios, tanto por su riqueza de datos, como por el rigor de los
planteamientos científicos modernos con que estos fueron gestados. El
castellano y el catalán también están descritos en excelsas obras, aunque en
la península Ibérica a la filología científica le costó algo más de tiempo echar
raíces.
No obstante, con la aparición de las nuevas herramientas digitales
diccionarios electrónicos de bolsillo (en adelante, también mencionados
como DEBs), Internet, aplicaciones para smartphones y otros dispositivos
móviles, el formato tradicional ha saltado por los aires. Sin menoscabo de
la lectura y consulta pausada que permite el papel, el almacenamiento y
recuperación electrónica de los datos ha supuesto un gigantesco salto
cualitativo
1
. Una panorámica de la revolución incoada con la lexicografía
1
Este artículo está dedicado a la memoria de Dr. Eva Parra Membrives, gran filóloga e
impulsora de los estudios de la literatura alemana en España. Desde su base en la Universidad
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electrónica se encuentra, en lo que a las obras s recientes se refiere, en
Fuertes-Olivera / Bergenholtz (2011), Fuertes-Olivera (2012), Fuertes-Olivera
/ Tarp (2014), Grander / Paquot (2012, con especial énfasis en el principio de
la usability), Fuertes-Olivera / Niño Amo / Sastre Ruano (2019) y Fuertes-
Olivera (2022). Para los diccionarios electrónicos de bolsillo, son de gran
interés los estudios de TANG (1997), JIAN et al. (2009), TONO (2001, 2009) y
YAMADA (2010).
Independientemente de la erudición occidental y de los grandes
avances y replanteamientos de la lingüística desde finales del siglo XVIII,
otros lugares del mundo también presumen de una rica herencia de
consignación y sistematización escrita del caudal léxico. Es lo que ocurre con
culturas como la china, la japonesa o la coreana, que cuentan con una
muchas veces centenaria, cuando no milenaria, tradición lexicográfica a sus
espaldas, lo que, sin duda, explica el que actualmente esta región del mundo
se encuentre, en algunos aspectos, en la vanguardia de la lexicografía
electrónica. Y ello tanto en las concepciones, el número y calidad de los
nuevos diccionarios, como en su condición de líderes en algunos de los
segmentos del mercado de diccionarios. Así ha sido con los diccionarios
electrónicos de bolsillo, una herramienta en franco retroceso en la tercera
década del siglo XXI, pero aún con numerosos adeptos en Japón
2
.
de Sevilla tejió una fructífera red de estudiosos y puso en marcha muchas iniciativas, que
abrieron, junto con sus escritos, nuevas líneas de investigación.
Quiero también expresar mi agradecimiento al Dr. Pedro Fuertes-Olivera, reconocido
especialista internacional en el campo de la lexicografía, por su asesoramiento e indicaciones
bibliográficas. También gracias a él he podido profundizar en proyectos como las ediciones
chinas del diccionario Cobuild, basado en un riguroso trabajo de lingüística del corpus, en el que
él ha participado. Mi reconcimiento también se dirige a la estudiante japonesa SHIO Rina, que
me ayudó a validar y elaborar datos relativos a la lengua y cultura japonesas, y a las estudiantes
chinas CENG Zhen y CHENG Shendong, que hicieron lo propio en relación con el ámbito
chino.
2
Nótese que el concepto diccionario electrónico de bolsillo” puede inducir a cierta confusión.
Con él se hace referencia a unas máquinas portátiles, capaces de transportarse en un bolso de
mano, y en las que se hoy se suelen incluir un sinfín de diccionarios concretos, muchas veces
versiones electrónicas de obras en papel. No obstante, mantengo ese término debido a que es el
más habitual en el uso del lenguaje. En inglés, por ejemplo, la literatura científica los suele
denominar pocket electronic dictionaries (TONO, 2009; YAMADA, 2010), electronic pocket
dictionaries (Jian et al., 2009) o hand-held electronic dictionaries (TONO, 2009).
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Con el presente estudio se quiere hacer un recorrido por las tendencias
que han marcado la lexicografía electrónica del chino y el japonés durante
las dos primeras décadas del tercer milenio, haciendo hincapié en las
diferencias con la situación para lenguas europeas con sistemas de escritura
alfabéticos, como el alemán, así como en aquellos puntos que podrían servir
para enriquecer la lexicografía al uso en Europa. Como claves explicativas
presto especial atención a las particularidades de las lenguas extremo-
orientales, como su tipología morfológica analítica en el caso del chino, y
aglutinante, en el japonés, el determinante que supone la escritura
mediante ideogramas o silabarios, el tono de palabra con relevancia
semántica (en chino y también en japonés), la vitalidad de un bagaje cultural
en forma de códigos tradicionales, como los proverbios, y la mentalidad y
protocolos confucianos (y neoconfucianos, para Corea y Japón). El análisis se
hace con un enfoque user oriented, atendiendo especialmente a las
necesidades de los usuarios.
El estudio está basado, además de en la bibliografía al efecto, en el
análisis de herramientas lexicográficas, así como en la experiencia personal
como usuario de ellas, y del trabajo de campo, consistente en entrevistas con
estudiantes asiáticos que aprenden español en la Universidad de Valladolid,
y la observación durante dos viajes a Corea del Sur (2011, 2023), tres a Japón
(2014, 2016, 2018) y veinte viajes a China (2006-2019), dieciséis de ellos con
una duración de más de seis semanas y con estancias en centros superiores
de enseñanza de idiomas, frecuentados por un alumnado internacional, en
su mayoría de China, Japón y Corea del Sur. Igualmente, nutro mis datos de
la participación en seminarios del Instituto Confucio en España sobre el uso
de materiales electrónicos para la adquisición de idiomas, y de la
colaboración con departamentos de sinología en Alemania.
2. Tradiciones lexicográficas en Europa y Asia
Al comparar la historia de la lexicografía en Europa y Asia oriental, es
fundamental tener en cuenta la independencia con la que, hasta fecha
relativamente reciente, se han desarrollado la una de la otra. En los dos casos
se han alcanzado logros de gran magnitud, que, en el mundo globalizado
actual, tanto económica como culturalmente, las convierten no en rivales,
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sino en complementarias
3
. Europa, y algunas de sus colonias en el continente
americano, revolucionaron la lingüística con métodos científicos muy
innovadores desde finales del siglo XVIII. Por el contrario, Asia oriental
tiene a sus espaldas una tradición lexicográfica muy antigua, que fue
pionera en la implantación de avanzadas tecnologías de la escritura, como la
imprenta o el papel, y que concibió trabajos de una envergadura y
minuciosidad sin parangón en otros lugares del mundo. Para comprender
mejor la idiosincrasia de la lexicografía occidental y la oriental conviene
hacer un breve recorrido por cada una de ellas.
En 2013 la Real Academia Española celebraba el tricentenario de su
existencia, un largo período marcado por las vicisitudes histórico-políticas
que influyeron en su quehacer, así como por el advenimiento de nuevas
actitudes hacia la lengua, desde los planteamientos retóricos y prescriptivos
del Barroco tardío, y, sobre todo, por la elaboración de una serie de
diccionarios autoritativos que han condicionado la percepción de la propia
lengua de los hispanohablantes.
Esta institución es un ejemplo de como, en los últimos trescientos años,
en Occidente ha existido una intensa preocupación de Occidente por
atesorar su patrimonio léxico. La creencia en el progreso de la Ilustración y
el fortalecimiento de la identidad propia, de la mano del Romanticismo y el
Nacionalismo decimonónicos, animaron la lexicografía, quizá más que
ninguna otra parcela de los trabajos lingüísticos. El Deutsches Wörterbuch
(DWB, iniciado en 1838 y completado en 1861), de los hermanos Jacob
Grimm y Wilhelm Grimm, es un buen testimonio de este devenir. Esta
monumental obra constituyó el primer diccionario a gran escala que
aplicaba los principios de la recién nacida historiolingüística y que se
proponía bucear en las propias raíces, con objeto de construir la identidad
nacional en este caso, en el contexto del proceso hacia la unificación
alemana de 1871. Muchas lenguas occidentales, fruto de todos esos
esfuerzos, se benefician hoy de un rico repertorio de grandes diccionarios,
3
Fuera del ámbito de análisis de este artículo se encuentran otras tradiciones lexicográficas de
gran importancia, como las del árabe, el hebreo o el sánscrito. Aunque estas también se
ubiquen, en parte o en su totalidad, en Asia, en este artículo se aplican, siempre que no se se
especifique lo contrario, los conceptos asiático y “oriental” a la región del Asia extremo-
oriental o ribereña del océano Pacífico.
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en algunos casos elaborados con un rigor y una precisión científica que son
imitados en todo el mundo.
Dando un gran salto con relación con a los glossari medievales,
concebidos con poco más alcance que el de una colección de anotaciones o
glosas, interlineales o marginales (el Abrogans alemán, del siglo VIII, es uno
de los glosarios altomedievales más importantes), el Renacimiento alumbró
las primeras obras verdaderamente importantes de descripción lingüística
de las lenguas vernáculas del Occidente, tanto algunas gramáticas como los
primeros diccionarios
4
. Continuando con esta tendencia, durante el Barroco
siguieron compilándose obras lexicográficas, en general con un carácter
especializado en las necesidades retóricas del complejo y esotérico ejercicio
de la poesía, en manos de los entonces conocidos como poetae docti o laureati.
Entre aquellas obras, los Thesauri, se cuentas florilegios o colecciones de
metáforas y usos retóricos conocidos.
Pero fue en el siglo XVIII y sobre en el siglo XIX, cuando la reflexión de
la lengua dejó de estar en manos de la Retórica nombre con el que en la
Edad Moderna había venido a llamarse el ejercicio y la teoría de la
literatura y se transfirió a científicos imbuidos del mismo espíritu y rigor
que el de las ciencias naturales. Ese fue el momento en el que la lexicografía
europea inició la gestación de los diccionarios modernos, que,
profundamente revisados luego, se siguen utilizando hoy en día. No
obstante, hay que indicar que muchas de esas obras surgieron en un
momento de transición, y, aún hoy, se nota muchas veces que participan,
simultáneamente, del pensamiento preceptista retórico, por un lado, y de la
exactitud y falta de prejuicios de la ciencia, por otro. Un buen ejemplo es el
Diccionario de la Real Academia Española, diccionario autoritativo que sigue sin
abandonar cierto purismo hoy rancio, más propio de principios del siglo
XVIII. Pero esta venerable obra, no hay que olvidar, se debe al tesón de
4
Entre los primeros diccionarios europeos descollan el Tesoro de la lengua castellana (1611, primer
diccionario monolingüe extenso del castellano), de Sebastián de Covarrubias, el Lexicon latino-
polonicum (1564), de Jan Mączyński, el neerlandés-latín y latín-neerlandés de Gert van der
Schuren (1475), el Thesaurus linguae latinae (1531), de Robert Stephanus, uno latín-inglés, de
1538, otro francés-latín, de 1565, y el Thesaurus linguae graecae (1572). Además de estas obras
para el estudio de las lenguas clásicas, el léxico de las lenguas vernáculas también se empezó a
documentar exhaustivamente, como en los diccionarios sobre la lengua alemana de Dasypodius
(1536) y Maaler (1561). Cf. Schippan (1992: 23).
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esforzados lexicógrafos, y de ahí esa resistencia a romper con las raíces,
noblesse oblige.
En contextos similares, pero con las particularidades del contexto
nacional o regional de cada lugar, el francés, el inglés o el alemán remontan
las raíces de sus grandes obras lexicográficas al siglo XVIII. En Francia la
tutela de la Académie Française (responsable del Dictionnaire de l’Académie
Française, 1694) se ha diluido en el protagonismo de dos editoriales privadas,
abanderadas de los diccionarios en el ps galo, representadas cada una de
ellas por los editados bajo el sello Larousse (una de sus principales obras es
Le Petit Larousse, 1905) y Le Petit Robert (1967, con Paul Robert como autor).
En el área cultura alemana, donde el purismo del XVII perd después
fuelle, las referencias y autoridades para la descripción léxica son los
diccionarios del Bibliographisches Institut, más conocido por la serie de
diccionarios Duden. Aunque con carácter independiente, este “instituto” se
vincula al Estado alemán (si bien en la lexicografía también intervienen
comités y sedes editoriales en Suiza y Austria), ya que a él se le encomienda
compilar las normas ortográficas de carácter vinculante en el aparato
administrativo y educativo alemán (cf. la reforma implantada a lo largo de
1996-2006). Otra fuente de referencia en los países de lengua alemana es el
diccionario Brockhaus.
En el caso de la lengua inglesa, además de las dos obras clásicas
británicas, A Dictionary of the English Language, de Samuel Johnson (1755,
obra de consulta fundamental durante 150 años), y el Oxford English
Dictionary (OED, editado en fascículos a partir de 1884), o los también muy
utilizados diccionarios británicos de Cambridge, Longman, Collins y
Macmillan, son de destacar, por su singularidad, el Merriam Webster’s
Collegate Dictionary (1898, a partir de una versión de 1828) y el American
Heritage Dictionary, que representan la implantación y evolución del inglés
en Estados Unidos, el primero de ellos muy deudor de las ideas ilustradas
con las que nación la nueva nación del otro lado del Atlántico, o The
Chambers Dictionary (TCD; que se remonta a The Chambers Etymological
Dictionary, 1867; seguido por The Chambers English Dictionary, 1872). Esta
obra, editada originalmente en Edimburgo (Escocia, Reino Unido), es quizá
una de la más notables de entre los grandes diccionarios europeos, debido a
que la variedad escocesa de la lengua inglesa no ocupa una posición de
centralidad, y mantiene una diversidad fonética y léxico arcaizante que ha
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podido pervivir debido a la independencia o autonomía de los territorios
escoceses tras la implantación del anglosajón en los valles centrales de
Caledonia, más o menos de forma coetánea a la instauración del anglosajón
en lo que hoy es Inglaterra. Debido a ello, la concepción lingüística de los
hablantes escoceses del inglés es muy sensible a la falta de fijación fonética
de la lengua inglesa, y, por ello, este diccionario, aunque consagrado al
inglés estándar, recoge alófonos y alógrafos difíciles de localizar en otras
fuentes. Recientemente, un planteamiento muy novedoso, pionero en la
aplicación sistemática de los presupuestos de la corpus linguistics, es el que
subyace al diccionario Cobuild, con gran éxito luego también en China y
Japón
5
.
Más allá del núcleo de las grandes lenguas europeas, consideradas así
por su número de hablantes, destaca la lexicografía en los países nórdicos.
Ocupa aquí un lugar destacado el grupo Ordbogen A/S, con sede en Odense
(Dinamarca), que en 2023 ofrecía más de 100 diccionarios digitales, cubría
numerosas lenguas y desarrollaba una amplia y diversa gama de
herramientas digitales que permitían “búsquedas integradas” en
metadiccionarios, o herramientas de ayuda de escritura mediante como el
Write Assistant, widget que permitía consultas rápidas mientras se utilizaba
un programa de tratamiento de texto. Vinculada a la proyección
internacional de la empresa se halla el Diccionario Valladolid-UVa, con
colaboración de la Universidad de Valladolid, lanzado en 2023, y con Pedro
Fuertes-Olivera como máximo responsable (cf. Fuertes-Olivera / Niño Amo /
Sastre Ruano, 2019).
Por su parte, la región de Asia oriental con centro en China se retrotrae
a una milenaria tradición lexicográfica, sorprendente por la magnitud de las
obras producidas, y por el puntilloso celo con el que se compilaba y
almacenaba la información. Envergadura, minuciosidad y conservación son
tres rasgos en los que Asia ha brillado. Uno de sus mayores hitos fue la
5
Existen excelentes versiones bilingües para el chino y el japonés. Entre ellas, el Collins Cobuild
English-Chinese Learner’s Dictionary. Concise Edition, Beijing, 2007, en versión para la China
continental, editada por la Foreign Language Teaching and Research Press. A pesar de la
denominación de “conciso”, tiene más de 2000 páginas en papel Biblia, y dentro de las entradas
se incluyen en torno a 62.000 ejemplos bilingües extraídos a partir del corpus inglés “The Bank
of English”. Muchos diccionarios de bolsillo electrónicos japoneses también incorporan
ediciones del Cobuild (por ejemplo, en el modelo Seiko SR-G10000, cf. YAMADA, 2010: 408).
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enciclopedia Yongle (22.877 volúmenes, años 1403-1408), cuyo tamaño,
mucho mayor que la Encyclopedie de Diderot y d’Alambert (desde 1751), no
fue superado hasta hace unos años por la Wikipedia
6
. La fecha de elaboración,
siglos XIII y XIV coincidió con la dinastía Ming (1368-1644) y el auge y la
eficiencia de una meritocracia, conocida como los litterati (traducción del
chino wenren 文人), grupo al que luego los portugueses llamaron
“mandarines” —sorprendidos por el “mando” y poder que ostentaba este
cuerpo funcionarial. Pero ese cuerpo profesional no había surgido por
generación espontánea. Durante el primer milenio de nuestra era, China
atesoraba ingentes registros públicos, que, entre otras funciones,
atestiguaban las traducciones y labores de interpretación que acompañaban
las misiones diplomáticas, intercambios culturales y religiosos, tratados
políticos, etc., con los pueblos del Asia central, o la India y Persia, regiones
en las que el chino no servía lengua vehicular, como lo hacía en Corea y
Japón (cf. Pérez-García, 2013; Lung, 2011). Y qué decir de la innovación
tecnológica en las herramientas de comunicación que supusieron la
temprana introducción del papel (adoptado por los árabes tras la victoria en
la batalla de Talas (751, en territorio del actual Kirguizistán) del Califato
abasí, apoyado por los tibetanos, sobre la China de la dinastía Tang (618-
907), así como de la imprenta de tipos móviles, primero de materiales como
la porcelana, y ya en el siglo XIV, los de metal la colección de sutras Jikji,
1377-1378, de Corea, período Joseon, hoy conservada en la Bibliotèque
Nationale de Francia, se adelantó tres cuartos de siglo a la imprenta de
Gutenberg.
3. Dinamismo del mercado asiático en el panorama de los diccionarios
El mundo de los diccionarios está sometido en la actualidad a una
profunda transformación, debido a la incorporación de los medios
electrónicos (cf. Fuertes-Olivera / Bergenholtz, 2011), y en algunos de esos
6
Aunque hablar de la larga tradición lexicográfica en Asia oriental pueda resultar una
obviedad, creo necesario insistir en ello, dada la tendencia a los planteamientos eurocentristas
que hasta hace poco han prevalecido en la ciencia y la educación occidentales. La magnitud y
anticipación de la enciclopedia Yongle, sobre todo en relación con empresas análogas en Europa
y Estados Unidos, fue destacada por el Dr. Henning Bergenholtz, lexicógrafo danés, en su
discurso en el Solemne Acto de Investidura como Doctor Honoris Causa, en la Universidad de
Valladolid (22 de abril de 2010; cf. también Bergenholtz / Nielsen / Tarp, 2009).
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nuevos formatos y concepciones, Asia oriental se encuentra en la
avanzadilla, tanto como productor, como por la tasa de penetración de estas
herramientas en su mercado.
En función del soporte principal de los diccionarios, en la actualidad
cabría hacer la siguiente clasificación grosso modo:
Papel (en uso en los print media o printed media), el soporte
tradicional, en franco retroceso, sobre todo entre los usuarios más
jóvenes.
Ordenador. Frente a los ya obsoletos DVDs o contenidos
almacenados en el disco duro, cada vez dominan más los
diccionarios accesibles on-line, debido a la progresiva
universalización en el acceso a Internet (cf. Fuertes-Olivera, 2012).
Estas herramientas ofrecen la ventaja de que suelen estar
evolucionando (carácter dinámico), y pueden almacenar y procesar
una cantidad de datos ingentes, y muchas veces describen más de
dos lenguas. Además de los corpora, han surgido populares
colecciones de diccionarios como los del grupo israelí Babylon
(fundado en 1997, acuciado por problemas de malware en su software
en 2013), que llegó a establecer acuerdos de asociación con algunas
de las más prestigiosas editoriales lexicográficas, un paquete de
obras similar en China, cual es la colección Lingoes, o las language
tools de Google. También gozan de buena aceptación herramientas
tales como el paquete de diccionarios (“Proofing Tools”) que ha
ofrecido Microsoft en algunas de sus versiones del programas como
Word (dentro de la suite de ofimática Office), que se instalan en el
ordenador y, en parte, están disponibles off-line. En el caso de
Alemania, uno de los diccionarios generalistas más populares es el
Leo (www.leo.de), que ya ha añadido el polaco. Tiene éste un sesgo
eurocéntrico, por cuanto de las lenguas de otros continentes sólo
está representado el chino, pero faltan el japonés y el coreano a
fecha de enero de diciembre de 2013, situación que diez años
después, en 2023, se mantenía. Como tendencia a estas
herramientas se observaba a principios de los años 2020 una
progresiva migración hacia aplicaciones de inteligencia artificial
(IA), como traductores en línea, que requieren acceder a Internet, o,
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incluso, diccionarios que se autogeneran “minando” la Red (mined
dictionaries
7
). La mejora de las redes de telefonía y el abaratamiento
de los servicios de roaming entre diversos países contribuyen a ello.
Apps para dispositivos móviles, como smartphones o tablets
(“tabletas” como el iPad u otras). Este segmento se consolidó como
uno de los más dinámicos ya a principios de la década de 2010. Aquí
hay diferentes tipos de diccionarios, entre los cuales pueden
destacarse tres. 1) Algunos son diccionarios clásicos en papel, de los
que se han preparado versiones optimizadas para estos aparatos. 2)
Otros son aplicaciones que acceden a los contenidos online. Un
ejemplo de estos son los diccionarios de la casa alemana Pons,
muchos de los cuales en 2013 eran consultables de forma gratuita
mediante este sistema. Y 3) diccionarios concebidos especialmente
para estos nuevos formatos. Los hay de pequeña escala, con un
número de lemmata reducido, pero otros son gigantes. Especialmente
dinámico se muestra el mercado chino, que por su tamaño y la
importancia de la educación y de los idiomas extranjeros en las
grandes políticas estatales, genera un sinfín de productos. El espacio
chino permite, además, que con un coste bajo, las aplicaciones
puedan ser rentables, dada la inmensidad del mercado. Muy
populares entre los estudiantes chinos de idiomas extranjeros son los
diccionarios de la serie “Helper” (como el de español, Es-Helper); y
para los occidentales que estudian chino, el repositorio y
metadiccionario Plesco. Otro notable, con excelente información
sobre los caracteres ideográficos es el Ktdict de chino-inglés. En
general, el público occidental se muestra aquí algo más conservador.
Por ejemplo, en el espacio alemán, las editoriales tuvieron
dificultades para rentabilizar los diccionarios de pago relativamente
caros, las versiones premium. Y por ello, optaron por comercializar
versiones reducidas, essential, más baratas. En algunas ocasiones la
oferta se limitó a estas últimas: el principal diccionario alemán-
japonés de una editorial europea en 2012 era el Essential de
7
Un ejemplo temprano de mined dictionary es el CLAD (Cross-language association dictionary), que
establece relaciones entre palabras afines en varias lenguas explorando páginas de Wikipedia
(cf. YE et al, 2012: 2474-5).
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Langenscheidt, aunque luego esta editorial optó por primar las
consultas de sus versiones open-access
8
en la Web o bien aplicaciones
con diccionarios grandes de pago (como el Großes Chinesisch
Wörterbuch, con un precio en España de 35,99€, en abril de 2023, en
la versión i-Phone). En general, las editoriales japonesas se han
decantado desde un principio por ofrecer sus grandes diccionarios
en versiones optimizadas para apps, como productos de alta gama y
precio alto. En algunos casos, los distintos diccionarios que se van
adquiriendo se integran en una suite que permite búsquedas
cruzadas entre diccionarios (al modo de un metadiccionario). Un
buen ejemplo es la suite Dictionaries diseñada por Monokakido
(Tokyo, Japón, 2019), en la que en 2023 se podían incluir clásicos de
la lexicografía japonesa bilingüe como el célebre The Wisdom (inglés-
japonés y japonés-inglés, que también fue adquirido por Apple
como built-in dictionary” en sus dispositivos), el Nouveau Petit Royal
Dictionnaire (francés-japonés, japonés-francés) o el Shogakukan
Словарь (Shogakukan-Slovar’”, ruso-japonés, japonés ruso). En la
lexicografía coreana, un ejemplo de un potente diccionario adaptado
al entorno app es YBM AiA EKE Plus Dict. English-Korean-English
Plus+ (2022), sobre sistema operativo iOS, versión 6.4.4., desarrollado
por DaolSoft, Co. En la mayoría de estos casos estamos hablando de
diccionarios preexistentes en papel (print dictionaries), que han sido
adaptados para su consulta en un entorno digital, sin alteraciones
substanciales en el contenido. Se trata, como en los diccionarios
impresos subidos a Internet (uploaded dictionaries) de lo que Fuertes-
Olivera (2022: 26) considera un fenómeno de pervivencia de culturas
lexicográficas anteriores.
Diccionarios electrónicos de bolsillo. Estos productos han tenido escasa
repercusión en Occidente, y el país que abandera los avances
8
El concepto de open access dictionaries ha sido adoptado como modelo de negocio paralelo por
algunas editoriales, que complementan sus ingresos con publicidad o la obtención de datos a
través de cookies y otros procedimientos. No obstante, para las obras o proyectos lexicográficos
financiados con proyectos públicos, como numerosas iniciativas transnacionales promovidas
por la Unión Europea, el acceso abierto constituye la legitimación misma del destino de los
recursos públicos provistos (cf. Fuertes-Olivera, 2022: 363).
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91
tecnológicos es Japón
9
. En Asia han llegado a ser herramientas
imprescindibles de los estudiantes de lenguas extranjeras. En Japón,
Sharp produjo el primer DEB en 1979, denominado IQ-3000, que
contenía 2.800 entradas para el inglés-japonés, y 5.000 para el
japonés-inglés. Por esa fechas, empresas americanas, como Texas
Instruments, estaban lanzando al mercado productos similares. En
las siguientes fases Japón consolidaría su dominio en este segmento
productivo. En 1987 llegó la segunda generación de DEBs, con el
modelo Denjirin de Sanyo, que, por primera vez, mostraba en el
display los ideogramas chinos (o kanji), y no sólo signos fonéticos,
como ocurría hasta entonces. La tercera generación, a la que
pertenecía el Seiko Tr-700 (del año 1991), supuso un salto cualitativo
en la calidad de los contenidos, al reunir por primera vez algunos de
los grandes diccionarios existentes en papel, como los bilingües de
japonés-inglés Kenkyusha, y el inglés Roget’s Thesaurus. La cuarta
generación, que llega a la segunda década del siglo XXI, ha
multiplicado exponencialmente el número de diccionarios
integrados y la interrelación entre ellos (cf. Tono, 2009: 34-25). En
este campo, que en Asia había llegado a ser un predio japonés, se
han introducido empresas de otros países, como la taiwanesa Besta
(su nombre chino es Wubi 無敝, literalmente “sin enemigo”, no
match), que, en parte, superan los productos japoneses en cuanto a
los colores de pantalla y las funciones multimedia. La compañía
Besta, creada en Taipei en 1989, es una filial del grupo de
informática Inventec, que, a su vez, ha establecido alianzas con
empresas punteras como la también taiwanesa Acer, japonesas como
Toshiba, o anglosajonas como Hewlett-Packard, o la Fujitsu-Siemens
(cooperación germano-nipona). Besta y el grupo Inventec en general
han desplegado una gran presencia en el mercado y el sector
manufacturero en la China continental, donde, no en vano, se halla
uno de sus mayores mercados. Pero, con todo, los japoneses
mantienen el tipo, cuando no son superiores, en relación a sus
9
La escasa penetración de los DEB más allá del público asiático ha mantenido su invariabilidad.
Poco ha cambiado desde la constatación que hiciera Tang (1997), indicando la ausencia de estos
aparatos en las aulas de alumnos europeos, africanos o americanos.
JESÚS PÉREZ GARCÍA
Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 00-00
92
competidores asiáticos en no pocos nichos lexicográficos
10
. Otras
empresas señeras en este campo son las japonesas Casio y Sharp. Si
en la China continental los diccionarios electrónicos de bolsillo se
habían convertido en una antigualla en la década de 2020,
desplazados por los smartphones y tablets, en Japón mantenían sus
nichos comerciales y seguían lanzándose versiones actualizadas al
mercado. Dos ejemplos son los siguientes modelos, orientados a
estudiantes de secundaria, con énfasis en el inglés y la lengua
japonesa, pero también con una amplia panoplia de materias del
curriculum escolar, lo que convierte a estas herramientas en un
artilugio suplementario de la educación y apto para el e-learning, sin
los peligros de distracción de la navegación desordenada en
Internet: 1) Casio XC-SX4910WE. Electronic Dictionary, High School
Students (Enhanced English and Japanese Languages), X-Word, 250
Contents (edición de 2023); y 2) Sharp Brain Electronic Dictionary,
High School Student Model (6 subjects) PW-H1-W (edición de 2021).
4. Particularidades de China y Japón
De las modalidades de diccionarios anteriores, en Asia oriental se
observan una serie de rasgos claramente diferenciadores en lo relativo a las
aplicaciones para dispositivos móviles y en los diccionarios electrónicos de
bolsillo (DEBs). En las apps, las de desarrolladores europeos cubren, en
general, insatisfactoriamente las lenguas asiáticas. Desde China y Japón, en
cambio, se ofrece un amplio abanico, que va desde los productos gratuitos o
a bajo precio, a versiones de casi todos los diccionarios de prestigio editados
en Japón, comercializados a precios idénticos o similares a las ediciones en
papel. Y, en cuanto a los DEBs, estos no han llegado a conquistar los
corazones de los occidentales, por razones en las que se tratará de ahondar
en las páginas siguientes.
10
“Overall, pocket electronic dictionaries in Japanese are superior to their Asian competitors in
terms of dictionary contents; the Japanese bilingual dictionaries are very high in quality, which
makes a difference in the quality of the information provided. On the other hand, other Asian
products are superior to Japanese models in their extendibility, especially linking functions to
audio-visual information via USB or MP3, other NLP tools such as translation or text-to-speech
engines.” (TONO, 2009: 38).
La lexicografía electrónica ante el umbral de la IA. Pocket electronic dictionaries (PED)
Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 79-109
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Procediendo de forma deductiva, y como conclusiones preliminares,
cabe relacionar los hechos diferenciales de la lexicografía en Asia con la
influencia de una serie de tradiciones y convenciones sociales. Además de
una historia propia de elaboración de diccionarios, avanzada en las páginas
anteriores, hay que señalar otros elementos clave.
Para China, la rápida implantación de una cultura propia de las apps
viene favorecida por una serie de hechos. En primer lugar, hay que decir que
si durante algún tiempo se señaló a China con el dedo por no ser muy
escrupulosa en el respeto de la propiedad intelectual, tal como establece la
Organización Mundial de Comercio –en la que el reino del Medio” ingresó
en 2001, situación que en la segunda década del siglo XXI ya se había
revertido claramente, en los nuevos ecosistemas electrónicos se ha
expandido una cultura de la gratuidad” matizada. Se asume que los
productos editoriales se comercializan a precios bajos, como ocurre con la
mayoría de los libros, o el pujante mercado de e-novels que en el entorno del
año 2010 se vendían serializadas, y ello es rentable gracias a la gran escala
del mercado. En esas condiciones, la práctica del pirateo tiende a reducirse
de forma espontánea. Por otro lado, en estrecha relación con la tradición
confuciana y el sentido comunitario, poco individualista, de la mentalidad
de raíz china, en los nuevos contextos electrónicos se han creado bitos de
trueque, de recibir aportaciones de otros en correspondencia a las
contribuciones propias. Es lo que ocurre con la popular página de
“mochileros”, qiongyou (http://www.qyer.com), en la que la nueva
marea de jóvenes turistas chinos que se mueve por el mundo, documenta allí
sus experiencias y enumera toda una serie de consejos prácticos. La
eficiencia de esta gina no tiene parangón entre los occidentales, que para
muchos destinos tiran directamente de las biblias de viajes Lonely Planet,
igualmente traducidas al chino, pero poco demandadas por los asiáticos. Y,
del mismo modo, a través de Internet crecen de forma exponencial
repositorios de documentación de calidad, como los de baidu wenku
(http://wenku.baidu.com) o aiwen (http://ishare.iask.sina.com.cn, año 2013;
nueva URL: https://iask.sina.com.cn, activa a fecha de 2023), que se nutren
de la propia comunidad de internautas, y que permiten un acceso más libre
cuantas más aportaciones propias uno haya subido y más tokens o puntos
tenga. Esta cultura colaborativa, no sólo es un vector de desarrollo, sino que
tiene un gran recorrido en consonancia con las nuevas tecnologías de la
JESÚS PÉREZ GARCÍA
Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 00-00
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inteligencia artificial generativa, como los chatbots que se popularizaron en
2023 (entre ellos el estadounidense y pionero ChatGPT, los chinos Tongyi
Qianwen del grupo Alibaba o Ernie bot asociado al motor de búsqueda
baidu.com, o el ruso GigaChat), que ponen en jaque la llamada
“expertocracia”, y la sustituyen por una difusa masa de colaboradores que
entre se corrigen y permiten refinar los contenidos. Esta tendencia
representa una verdadera revolución para la lexicografía, por cuanto
cuestiona los “sistemas de expertos” como editores y garantes de la calidad
de los contenidos (sobre los “sistemas de expertos”, cf. Fuertes-Olivera, 2022:
365).
En cuanto a Japón, a los rasgos confucianos comunes hay que sumar
elementos insulares y relacionados con el tradicionalmente mayor poder
adquisitivo, que explican el que sea posible comercializar electrónicamente,
sin demasiado temor a la piratería, obras lexicográficas caras. A la par que la
economía japonesa ha conocido un desarrollo relativamente endogámico
11
,
los japoneses tienen interiorizada una férrea defensa de los derechos de
propiedad, y asumen como necesaria una celosa protección de sus patentes
de tecnología ultrasofisticada, que han asegurado el liderazgo del país en
sectores muy concretos, como los microchips que se utilizan en automóviles
y otros muchos ingenios entre ellos, los diccionarios electrónicos de
bolsillo, que se comentan en este artículo. Japón es, en efecto, un mercado
con sesgo proteccionista, que levanta las llamadas barreras invisibles”,
manifiestas en complejas normativas y estándares difíciles de cumplir por
empresas extranjeras.
Por último, un rasgo común a China, Japón y también Corea del Sur, es
la elevadísima tasa de penetración que tiene allí la electrónica de consumo.
No sólo esta se fabrica en esa región del mundo, y en buena parte también se
diseña allí, sino que es donde es más demandada. En el caso de los
diccionarios electrónicos de bolsillo, Japón detenta una posición de
11
El modelo económico japonés, más allá de ajustes ligeros y transiciones poco tormentosas, se
aferra a un proteccionismo inveterado: Pese a la notable occidentalización de las costumbres,
las industrias locales se siguen beneficiando del monopolio en la práctica de una demanda
nacional de más de 120 millones de consumidores, que conservan en parte las costumbres
tradicionales, monopolio garantizado entre otras cosas por la pulverización del comercio al
detalle, que vuelve prohibitivo para las empresas extranjeras los costes de inserción en el
mercado japonés.” (Mainardi, 1989:124)
La lexicografía electrónica ante el umbral de la IA. Pocket electronic dictionaries (PED)
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hegemonía mundial a través de empresas como Casio y Sharp, o las patentes
que cede a la empresa asociada de Taiwán, Besta. En China también se han
consumido intensamente esos productos, al mismo tiempo que se fabricaron
otros que los emulaban, muchos de ellos s sencillos, pero más accesibles,
por su menor precio, al gran público propio. En 2006 era habitual adquirir
diccionarios electrónicos sicos y baratos chino-inglés en lugares como las
oficinas de correos. No obstante, la sociedad china se muestra
particularmente adaptativa, y no duda en descartar lo que deja de servir y se
vuelve obsoleto, y abrazar en su lugar lo nuevo, con gran entusiasmo.
Además, los países de la cornisa pacífica de Asia, hay un gran
dinamismo de la tecnología electrónica educativa, con robótica, ordenadores
o tablets para niños, cuyo conjunto de funciones se orientan todas a
complementar las clases en el colegio. El conglomerado chino BBK o
Bubugao 步步高 (fundado en 1995) es uno de las principales en este
segmento; en 2023 había diversificado considerablemente su ámbito de
acción, y ocupaba posiciones destacadas en sectores como la telefonía móvil,
con marcas como Oppo, Vivo o OnePlus, y con oficinas centrales en la
provincia sureña de Guangdong (“Cantón”, exónimo que se aplica tanto a la
provincia Guangdong, como a la ciudad Guangzhou) y grandes hubs
industriales en la ciudad de Dongguan y otras cercanas, la región del
llamado “Silicon Valley chino”.
5. Análisis de diccionarios electrónicos de bolsillo (DEB)
Se han elegido cuatro diccionarios electrónicos de bolsillo, los dos
primeros comercializados en la China continental, el tercero en Japón, y el
último en Europa (concretamente, en Finlandia). La situación descrita, tanto
en cuanto los objetos seleccionados como en relación a su uso, refleja una
foto fija de los años 2012-2013. Se describen diccionarios electrónicos
disponibles en ese momento, acomo el uso que se hacía de ellos en ese
momento. La situación en la lexicografía electrónica es muy cambiante, y si
algunas de las pautas de uso se han mantenido con cierta estabilidad en
Japón, en la Gran China” (Greater China, concepto que en la cultura
comercial de las multinacionales abarca la China continental, Hong Kong,
Macao, Taiwán y Singapur), otras regiones asiáticas o en Europa los cambios
han sido muy profundos. Los ítems analizados son:
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Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 00-00
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Besta “año 2006”, OS Version V1.00. Producto de una empresa
taiwanesa, pero en versión para la China continental. La
introducción de caracteres chinos se hace a través de la
romanización “pinyin” o las formas simplificadas de los
ideogramas. Las formas tradicionales de los ideogramas, empleadas
en Taiwán y Hong Kong, sólo se ofrecen como alógrafo en el lemma
en uno de los diccionarios monolingües incluido (The Contemporary
Chinese Dictionary). Carcasa metálica resistente, en acabado gris plata
brillante.
Besta “año 2010, OS Version V1.00. La misma versión de software,
pero, con relación a la de 2006, aquí se amplía el mero de
diccionarios, el número de lenguas, a como la capacidad de las
bases de datos. También se recogen nuevas modalidades de
diccionarios del inglés, como los de collocations y de análisis de las
palabras en word components, crecientemente populares en las nuevas
tendencias de aprendizaje de la lengua inglesa en China y en Japón.
Carcasa negra de plástico duro, relativamente ligera, más endeble
que la de Besta “2006”. Hay que señalar que la empresa Besta
mantenía su nea productiva de diccionarios en 2023, y entre ello
comercializaba modelos especiales para exámenes, como la célebre
selectividad china (gaokao 高考). Entre ellos, el modelo “2022-2027
Examination Model”.
Casio, version EX-Word Dataplus 5 XD-A6500 (edición 2011).
Edición destinada a los japoneses, para consulta de la propia lengua
y de información enciclopédica en japonés, además de numerosas
herramientas de descripción léxica del inglés, en el disco duro,
ampliadas con otra colección de obras en torno al chino, en la tarjeta
extraíble de ampliación de memoria. Esta tarjeta es reemplazable por
otras que contengan otros idiomas. Carcasa metálica roja de gran
calidad y reforzada en algunos de los bordes con flejes metálicos
plateados que le otorgan un carácter noble. Tamaño y peso algo
superior a los dos diccionarios anteriores.
ZER. 29 Language Translator (edición 2006). Contiene información
léxica limitada sobre 29 lenguas europeas y asiáticas, combinables
entre en pares, así como listas de frases útiles pare el viaje. En el
teclado ocupan un lugar importante el acceso a funciones prácticas
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como reloj mundial, calendario o agenda. Carcasa de plástico negro,
extraplana. Físicamente, es el producto más ligero y frágil de los
cuatro. Claramente es un producto cuyo fin es ser una ayuda de
conversación para un viajero que visite diferentes destinos. Se ha
comercializado también como producto de tienda in-flight en vuelos
intercontinentales.
Tab. 1.1: Especificaciones técnicas de los DEBs analizados
C1
C2
C3
C4
C5
C7
C8
C9
C10
C11
C12
C13
C14
Besta
2006
No
No
No
Besta
2012
No
No
No
No
Casio,
XD-
6500
No
No
No
No
No
ZER. 29
No
No
No
No
No
No
No
No
No
No
No
Leyenda:
C1) Ranura para tarjeta de memoria (amplía el número de diccionarios)
C2) El display en pantalla principal permite visualizar escritura en alfabeto latino
C3) El display en pantalla principal permite visualizar escritura en caracteres chinos y escritura coreana hangul
(o hangeul)
C4) Permite escritura a mano (con puntero)
C5) La escritura a mano se efectúa en la pantalla principal
C6) La escritura a mano se efectúa en una pantalla secundaria, de pequeño tamaño, en la zona del teclado
C7) Los displays permiten pasar de pantalla en blanco y negro a pantalla en más colores
C8) Fuente de energía: batería recargable con toma de corriente
C9) Fuente de energía: pilas
C10) Permite actualizar el contenido conectándose a Internet vía ordenador
C11) Teclado ergonómico (tamaño proporcional a la yema del dedo)
C12) Carcasa de material duro muy resistente
C13) Carcasa de material semiduro, resistente
C14) Tacto aterciopelado del teclado (factor ergonómico)
En conjunto, los DEBs de Besta, empresa con matriz en Taiwán, son
productos de calidad léxica y con un contenido relativamente abierto, que
permite ser actualizado gratuitamente a través de Internet.
En cambio, el Casio, de la compañía japonesa homónima, pionera en las
calculadoras electrónicas tras la II Guerra Mundial, es un producto más
cerrado, sin conexión a Internet, pero superior en la calidad de los materiales
físicos y, en conjunto, en la selección de diccionarios de prestigio incluidos.
Casio es una de las empresas líder en el sector de los DEBs, y sobresale, al
JESÚS PÉREZ GARCÍA
Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 00-00
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igual que sus tres principales competidores japoneses, Seiko, Sharp y Sony,
por una serie de rasgos: 1) estandarización y normalización de medidas (los
DEBs japoneses son, casi todos, de un tamaño similar); 2) calidad y solidez
del objeto físico; 3) prestigio, en el mercado doméstico japonés y en el
exterior; y 4) apego por parte del público japonés. Esto se traduce en hábitos
conservadores por parte de los estudiantes y resto de usuarios japoneses,
que no suelen estudiar idiomas extranjeros sin ir equipados con estas
herramientas, o al menos así lo hacían en el período 2012-2013. En
comparación, el mercado de la China continental muestra un
comportamiento mucho más inestable. De elevadas tasas de penetración de
estas herramientas entre los estudiantes chinos de inglés y otros idiomas
hacía unos pocos años, los DEBs estaban cediendo terreno a marchas
forzadas ante smartphones y nuevos dispositivos móviles.
Así se refleja también en las encuestras efectuadas entre estudiantes
japoneses y chinos en la Universidad de Valladolid (Uva) en noviembre de
2013. Los once estudiantes japoneses entrevistados (matriculados en cursos
de español en el Centro de Idiomas) declaraban lo siguiente sobre su uso de
los DEBs: todos ellos utilizaban un DEB en las clases, 8 de la marca Casio, y 3
de la marca Sharp; cuando iban a un centro comercial (pregunta para
verificar uso fuera del aula), la cifra se reducía a 6; 4 tenían un aparato de
color blanco, otros 4 de color plateado, 2 azul, y 1 rosa; en comparación con
los otros DEBs disponibles en el mercado, los objetos de los japoneses se
encontraban todos ellos en el rango de precio alto (por encima de los 200
euros) y peso y solildez elevados; 7 estudiantes ya poseían su DEB antes de
llegar la universidad.
En lo que se refiere al colectivo estudiantil chino, un total de 14
personas, 9 de ellas estudiantes de intercambio de Hispanística matriculados
en la facultad de Filosofía y Letras de la Uva, y cinco en un máster de
Comercio Internacional: en las clases, 12 utilizaban un DEB y 2 (alumnos del
máster) recurrían al diccionario Es-Helper en el móvil; todos ellos habían
adquirido el DEB en el período universitario, dado que con anterioridad
utilizaban productos que no incluían el español; sólo cuatro declararon
portar habitualmente el DEB cuando iban a un centro comercial; los DEBs
eran los habitualmente usados para el español, todos ellos productos
sencillos, con sistema de introducción de escritura sólo a través del teclado
(no en pantalla, mediante puntero o dedo), muy ligeros de peso, de un
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precio en torno a 500 yuanes (unos 65 euros al cambio entonces), en rojo o
blanco, y adquiridos a través de páginas de Internet como “Taobao” 淘宝
(equivalente chino a e-Bay). Con relación a estudiantes chinos de años
anteriores, se observó un progresivo retroceso en el uso del DEB fuera del
aula, coincidiendo con el abaratamiento de las tarifas planas de conexión a
través del móvil.
La perseverancia de los japoneses en el uso de los DEBs, por el
contrario, hay que explicarla en factores como el mayor valor de los objetos,
que disuade de reemplazarlos o desprenderse de ellos tempranamente, y en
la mayor funcionalidad léxica de estas herramientas, manifiesta en la
ergonomía (facilidad de uso a través de cómodos teclados y pantalla) y
potencia de búsqueda simultánea en varios diccionarios de calidad
interconectados, aspectos en los que todavía en 2013 eran muy superiores a
los smartphones. Igualmente, hay que aducir factores externos a la
lexicografía, como el carácter marcadamente proteccionista del mercado
japonés. Hay cierto orgullo hacia la calidad de la industria nacional, y de
forma muy especial en el campo de la electrónica. Y ello reforzado con una
tradición de solidaridad, que se hizo muy patente con el tsunami y la
castrofe nuclear de Fukushima (11 de marzo de 2011). A ello se añade que
los DEBs son productos utilizados sobre todo por gente joven, que están en
pleno período de formación, y los teenagers japoneses han alumbrado una
muy original cultura que marca tendencia a nivel mundial. La posesión de
un DEB viene favorecida por cierta presión de grupo (peer pressure, cf. JIAN
et al., 2009: 508).
Japón ha sobresalido por ser un país que marca tendencia a nivel
global, ya sea en los comics y animes “manga”, la moda y el peinado, o
cosplay (García, 2010: 78-91). Esto se traduce a los DEBs, que para los
estudiantes japoneses se llega a convertir en algo personalizable, un objeto
del que no se desprenden fácilmente. Entre las chicas es habitual, por no
decir norma, “customizar” su diccionario con alguna pegatina o “sticker” en
forma de muñeco en la pletina superior (shiru, en japonés, extranjerismo del
inglés seal). La industria también atiende a la demanda de diversidad en
formas y colores que demanda el mercado tendencia común a Asia
Oriental. Aunque los DEBs japoneses tienen un tamaño bastante
estandarizado, se ofrecen en una variedad de ángulos, más o menos
aerodinámicos, y, sobre todo, colores, como el acabado en rosa de estética
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100
kawai, popular entre las jóvenes niponas. La encuesta realizada entre los
estudiantes japoneses en la Uva también reflejó esta diversidad en cuanto al
colorido.
6. Contenidos de los DEBs
En cuanto a los contenidos lingüísticos de los cuatro DEBs analizados,
esto es, los diccionarios, enciclopedias, language corpora y colecciones de
frases, los tres primeros atesoran un número de obras e información ingente.
El más limitado en este sentido es el ZER, que aunque referencia 29 lenguas,
la información léxica sobre cada una de ellas es muy escasa. Básicamente,
correlaciona pares de palabras entre las dos lenguas que se elijan, pero no
hay ningún dato adicional sobre registro, contexto, frecuencia de uso, o
variedad regional. Para un estudiante de lenguas supone una carencia muy
importante la ausencia de ejemplificación (cf. Robles i Sabater, 2011).
Cada uno de los diccionarios incluye los siguientes idiomas entre los
descritos:
Besta 2006”. Siete idiomas distintos: chino, inglés, japonés, coreano
(estos cuatro también son seleccionables como idioma de menú);
español, francés, alemán (en tarjeta de memoria).
Besta 2010”. Los idiomas anteriores, además de ruso y otros que
figuran únicamente en el 13 Languages Dictionary (contenidos
únicamente en este diccionario están el tai, hindi, indonesio,
vietnamita; portugués, italiano).
Casio, EX-word Dataplus 5 XD-A6500. Cuatro idiomas: japonés,
inglés, chino; diccionarios de diálogos prácticos y viaje” también en
coreano.
ZER. 29 Language Translator. 29 idiomas: todos los incluidos en
Besta 2010”, más holandés, noruego, danés, rumano, griego,
polaco, checo, eslovaco, búlgaro, ucraniano, estoniano, finés,
húngaro, turco y hebreo.
En los diccionarios Besta hay una notable ausencia, con relación a lo
habitual en DEBs de años anteriores, cual es el chino cantonés (o yue ).
Esta lengua o dialecto, según la posición política de cultura que se
adopte, se halla en franco declive en la lexicografía electrónica después de
La lexicografía electrónica ante el umbral de la IA. Pocket electronic dictionaries (PED)
Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 79-109
101
la retrocesión de Hong Kong a China en 1997. De lengua de comercio,
estudiada también en las regiones no cantonesas de China a finales del siglo
XX, su irradiación se está reduciendo a la condición de lengua
cinematográfica y de muchas celebridades y starlets (como las que pululan
en los populares programas de cotilleos en el universo de las televisiones
chinas).
En el caso de los dos diccionarios Besta y el Casio, hay que indicar que
el concepto diccionario que tenemos en Europa salta por los aires. No sólo
hay una muy variada y completa información, sino que se incluyen obras
con una muy diferente concepción lexicográfica. Ello tiene que ver con que
el concepto “diccionario” no es algo tan obvio para un público oriental. En
efecto, en China, y, por su influjo, en las culturas vecinas afines, la
lexicografía tradicionalmente recogía, aplicando la mentalidad propia de
una lengua analítica, colecciones de caracteres o ideogramas, y no de
“palabras”, que allí es un concepto con poco más de cien de años, adaptado
de la lingüística occidental. Así, en China, se diferencia entre zidian 字典
(diccionarios de ideogramas o “zi”) y cidian (diccionarios de palabras o
“ci”). El término ci está tomado de su tradición retórica y originalmente se
aplicaba a un metro de la poesía de la dinastía Song (960-1279), y podría
interpretarse a veces como fraseologismo o combinación fija de caracteres en
el uso retórico. Por todo ello, un chino o un japonés no acuden directamente
a un diccionario que se organiza por “palabras”, sino que pueden preferir un
diccionario de ideogramas (los hanzi chinos o los kanji japoneses), de
proverbios
12
(en China y Japón el caudal tradicional ocupa un puesto muy
relevante en la expresión lingüística) o autoridades y etimológicos (por
12
Schippan (1992: 47-48), al respecto de la “fraseología”, indica que es una subdisciplina
relativamente reciente en Occidente, y que atiende a combinaciones léxicas o “paralexemas”
que están marcados por la Reproduzierbarkeit, Stabilität, Lexikalität e Idiomazität. En el chino o en
el japonés, los “proverbios” cumplen también con esas características, pero se les añaden otros
rasgos, como son el carácter autorial (muchos proverbios se remontan a filósofos clásicos, como
Confucio o Mencio), tienen una mayor profundidad conceptual, y, a menudo, adquieren el
valor de cita. Distantemente afines sería los quotation dictionaries populares en la lengua inglesa,
que documentan bien fórmulas tradicionales de la Biblia o asertos shakespearianos, aunque
también a los chinos como Lao-tsé (o Laozi), uno de los autores más editados en la cultura
occidental, o el gran estratega Sun-tzu (Sunzi) y su Arte de la guerra (en chino Bingfa 兵法, “El
método del soldado”).
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102
ejemplo, los diccionarios de chino antiguo = gudai hanyu 古代汉语, también
conocido dentro de la sinología como “chino clásico” wen yan wen 文言文,
literalmente “la lengua de los textos escritos”).
Es cierto que existe una tendencia universal a transformar el concepto
“diccionario”, ofreciendo por vía electrónica recursos cada vez más
especializados (cf. Fuertes-Olivera / Tarp, 2014). La riqueza de la lengua
inglesa, por ejemplo, la cubren los servicios de subscripción en línea de la
Oxford University Press (“Oxford Reference Online”) a través de “English
monolingual dictionaries, bilingual dictionaries, thesauruses, quotations,
subject references and encyclopedias” (TONO, 2009: 34). Con todo, para los
asiáticos son habituales todas esas modalidades, en parte adaptadas de
Occidente, y otras casi exclusivas para ellos. Un ejemplo son los diccionarios
caligráficos, que para un ideograma ofrecen diferentes representaciones
“alocaligráficas”.
La lexicografía asiática tiene que hacer frente a un considerable desafío,
el “anisomorfismo lingüístico” (Fuertes-Olivera, 2022: 363), que se
manifiesta en la combinación de diferentes sistemas de escritura (los
ideofonogramas hanzi y la romanización pinyin, en el chino; los kanji, los
silabarios hiragana y katakana, y el romaji, en el japonés; o el hangul, los kanja,
y, con carácter auxiliar el alfabeto latino, en el coreano), o en la diferente
naturaleza tipológica de lenguas frecuentes (por ser nativas para algunos
hablantes o bien objeto frecuente de aprendizaje), como son el japonés y el
coreano (aglutinantes), el chino (aislante), o el inglés, francés, ruso, alemán,
español o portugués (flexivas). Esta dificultad, constante desde tiempos
antiguos en un grado apreciable, obliga a un esfuerzo adicional, que actúa
como dinamizador de la calidad y diversidad lexicográfica.
Comparando los dos diccionarios chinos, de la marca Besta, y el japonés
de Casio, los primeros tienen una concepción extravertida o outbound, e
introvertida o inbound el último de ellos. En los tres casos hay profusión de
repertorios léxicos, enciclopédicos y colecciones especializadas (economía,
medicina, matemáticas) o de carácter práctico, como las guías de viaje.
Los diccionarios Besta presentan una concepción extravertida, en
cuanto que claramente van enfocados a mejorar el conocimiento de la lengua
inglesa, y, en menor medida, del japonés, alemán, español y otras lenguas
extranjeras. La menor pertinencia de la lengua propia se manifiesta en que
sólo contienen un único diccionario de chino contemporáneo (The
La lexicografía electrónica ante el umbral de la IA. Pocket electronic dictionaries (PED)
Estudios Franco-Alemanes 15 (2023), 79-109
103
Contemporary Chinese Dictionary). En el Besta de 2010, éste se sitúa en el
primer menú, pero en la posición séptima. Le preceden el Oxford Advanced
Learner’s Dictionary, la Cambridge Encyclopedia (en una versión en chino), el
English Collocations Dictionary, y tres diccionarios bilingües inglés-chino. El
primer menú se completa con varios otros diccionarios para el aprendizaje
del inglés, como el Word Component, el Synonym-Antonym Dictionary, varios
Terminological Dictionaries, un Slang Dictionary, y otro de ejemplos. Dentro del
primer menú hay sólo tres diccionarios dedicados a la lengua china, el
generalista ya mencionado, uno de chino antiguo (gudai hanyu) y otro de
proverbios o tetragramas clásicos, vinculados al pensamiento filosófico. El
resto de materiales en el DEB son contenidos sobre otros idiomas, así como
cursillos serializados de idiomas, simulaciones de exámenes de inglés o
diccionarios con imágenes y animaciones.
El diccionario Casio, japonés, otorga una importancia mucho mayor a la
lengua propia (orientación inbound), y ello hace de él una herramienta muy
valiosa para su uso por parte de los estudiantes de secundaria o universidad
en las clases de lengua y literatura japonesa
13
. Por ese motivo se ha descrito
en este trabajo como “introvertido” u orientado hacia la lengua materna, por
lo demás, en consonancia con la insularidad de la mentalidad japonesa. En
efecto, el primer menú se define como de lengua del país” y en él se
incluyen dos de los diccionarios generalistas más prestigiosos en Japón, el
Kojien (“Amplio jardín de las palabras”, editado por primera vez en 1955, y
considerado uno de los más autoritativos), el Meikyo (“Espejo de la luz”),
menos envarado que el anterior. Les siguen, hasta completar un total de diez
diccionarios, el Kangorin (diccionario de ideogramas chinos o kanji), NHK de
pronunciación (divida en transcripción fonética en el silabario katakana, y
“entonación” o esquema tonal high-low pitched de la palabra), Collocations del
japonés, Sinónimos y ejemplos, Palabras en katakana (básicamente,
extranjerismos), Japonés antiguo, Meikyo de refranes, y Proverbios o tetragramas
13
YAMADA (2010: 406) comenta que los estudiantes adquieren estos diccionarios durante la
enseñanza media, y existe una tendencia, debido a su precio elevado, a no reemplazarlos al
llegar a la universidad por modelos más específicos: Some students purchase a hand-held
electronic dictionary for themselves while other obtain one as a gift, and a few as a hand-me-
down. The high price of about US $ 250 discourages some from trading up to a university
student’s electronic dictionary form a high school student’s model.”
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chinos
14
. Los siguientes menús permiten acceder a una panoplia de
diccionarios y materiales, con especial atención al inglés. En cualquier caso,
el inventario de recursos lexicográficos y la forma de ordenarlos en el
diccionario Casio son un claro indicador de que no se trata de una
herramienta pensada para manejarse bien en lenguas extranjeras, sino que es
muy útil también para los japoneses que sólo consideren su aplicación a su
lengua primera.
7. Conclusiones
A la vista de los análisis anteriores, se confirma que las herramientas
lexicográficas electrónicas disponibles para el gran público aumentan y se
desarrollan muy deprisa. Hay tendencias mundiales, pero llama la atención
el caso de los asiáticos, donde se añaden una serie de particularismos. China
y Japón se han sumado con gran fuerza al nuevo software disponible para
dispositivos móviles como smartphones y tablets, y han logrado el éxito tanto
en aplicaciones a bajo precio (en el caso de China), como en la viabilidad de
las ediciones electrónicas de los grandes diccionarios en papel (Japón). Así,
aunque las más importantes casas editoriales europeas se esfuerzan en estar
presentes con obras de calidad en el ecosistema de las apps, los grandes
diccionarios bilingües con un par lengua europea-lengua asiática suelen ser
elaboraciones provenientes de Asia (Apple, por ejemplo, ha venido
ofreciendo en sus aparatos en el formato in-built el diccionario nipón Wisdom
para el inglés-japonés). También como singularidad de la cultura
comunitaria neoconfuciana se encuentran los sistemas de trueque o
intercambio de información escolar y académica mediante tokens (destacan
aquí repositorios chinos de baidu wenku y aiwen
15
), o el apego y orgullo
14
La lista varía de unas ediciones de Casio a otras, y la analizada aquí, por ejemplo, no incluye
diccionario caligráfico (representación de realizaciones caligráficas, en letra mano, en distintos
estilos, regular, cursivo o corrido, y de hierba, entre otros), que aparece en el Casio Ex-word
XD-B9800.
15
baidu wenku (http://wenku.baidu.com, 2.12.2013) o aiwen (http://ishare.iask.sina.com.cn,
2.12.2013). Baidu 百度 (Cien grados”) es el motor de búsqueda dominanante en China,
equivalente en ese país a lo que representa Google en Occidente, y una de sus aplicaciones es el
repositorio wenku 文库, literalmente almacén de cultura”. Por su parte, el portal aiwen 爱问
(“amo hacer preguntas”) era gestionado en 2013 por otro de los gigantes en la Red en China, el
grupo Sina Corporation (también conocido como “Xinlang”, esto es, “la nueva onda”).
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solidario en la perseverancia de los japoneses con sus diccionarios
electrónicos de bolsillo.
Pero la diferencia que más llama la atención es el éxito que han tenido
los diccionarios electrónicos de bolsillo en Japón y China (también en Corea
del Sur, aunque en este estudio no se ha contemplado). Para concluir, creo
que, después del análisis, esto se puede argumentar en una serie de razones,
que expanden la lista de JIAN et al. (2009):
Fácil portabilidad y manejo (hoy, en dura competencia con
smartphones). JIAN et al. (2009) lo resumen en technical features, high
usability, low price, size, appearance.
Nivel de destreza en la lengua inglesa por parte de los estudiantes.
JIAN et al. (2009: 508) plantea que los asiáticos tienen más dificultad
que los europeos para dominar la lengua inglesa, debido a la
diferencia lingüística y cultural. Aduce unas estadísticas en las que
los europeos superan el TOEFL (Test of English as a Foreign
Language) en un 88,4%, mientras que en el Sureste de Asia la cifra
asciende sólo hasta el 75,6%. No obstante, no matiza entre
estudiantes chinos de Hong Kong, chinos de Taiwán, japoneses y
coreanos. Cabe presumir que si los japoneses han solido adolecer de
ciertas dificultadas para alcanzar un manejo excelente del inglés, los
chinos de la región de Cantón, en cambio, suelen llegar a la
universidad con un inglés muy rico y fluido. Habría que contrastar
más los datos, y también para Europa sería necesario establecer
diferencias en este aspecto, como las evidentes entre hablantes de
lenguas germánicas (alemanes, holandeses o noruegos, entre otros),
y algunos latinos del Sur, que responden a la mayor afinidad
lingüística de la lengua materna o primera. Entre los chinos y
japoneses, los primeros se benefician de una lengua con gran riqueza
fonética y una estructura con tendencia analítica, lo que, en ambos
casos, acerca tipológicamente el inglés y el chino, pese a pertenecer a
familias lingüísticas sin relación documentada, la indoeuropea y la
sino-tibetana, respectivamente. El japonés, en cambio, tiene una
fonética sencilla, relativamente similar a la española, y su gramática
es de tipo aglutinante, como el coreano, el turco o el vasco. Si los
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japoneses y los anglófonos británicos coinciden en su insularidad,
lingüísticamente habitan en mundos muy alejados.
Riqueza de contenidos (también citado en JIAN et al., 2009). Los
DEBs no sólo integran gran número y diversidad de diccionarios,
sino que suelen ofrecer contenidos enciclopédicos, multimedia, juegos
y otras herramientas educativas. Habida cuenta de la mayor
penetración de la electrónica de consumo en Asia, este elemento
constituye un aliciente adicional. Tampoco hay que olvidar la
condición de gadget freaks de los japoneses (García, 2010), que, con
matizaciones, es extrapolable a la cornisa pacífica del continente
asiático. Por el contrario, países muy desarrollados de Europa como
Alemania se mostraron en un primer momento muy conservadores
a la hora de adoptar los smartphones como teléfono habitual, que se
generalizaron antes en España, a pesar de la crisis de 2008, y todavía
a comienzos de la década de 2020 no era tan generalizado el uso del
móvil mientras se caminaba por calles concurridas, como sí lo era en
el país hispano, con el consiguiente entorpecimiento a una
circulación fluida y sin riesgo de choques (diferencias el
comportamiento tecnocinético).
Sistema de escritura ideográfica. Los DEBs asiáticos permiten, a
menudo, llegar a las palabras mediante sistemas de escritura a
mano, bien en la pantalla con un puntero o con el dedo, bien en
una pantalla adicional al efecto como en el Casio estudiado. Esta
potencialidad no es baladí. Si para los europeos el teclado cubre
sobradamente las exigencias de una escritura fonética, con un
inventario de signos muy reducido, no se puede decir lo mismo del
chino y japonés, con una colección inabarcable y abierta de
ideogramas. JIAN et al. (2009) no contempla este punto.
Débil fijación de la fonética (aspecto tampoco relacionado por JIAN
et al., 2009). Especialmente acusada en las regiones con una fuerte
diglosia entre la lengua estándar (el chino putonghua 普通 o
“chino mandarín”, en la denominación menos precisa de ribetes
coloniales, y el japonés de la región de Kanto) y las lenguas o
dialectos locales. Tanto a través del teclado, con sistemas de
escritura predictiva (DEBs chinos y japones) y de tolerancia de fallos
a un mal deletreo (Casio), como en la escritura a mano en pantalla,
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los DEBs corrigen las dificultades que ofrece la alofonía o variedades
dialectales.
Presión en el sistema educativo del Extremo Oriente. De relevancia
particular en el caso de China, por el carácter reciente de la
internacionalización, y el énfasis en que los estudiantes adquieran
una buena competencia de la lengua inglesa como factor de
desarrollo estratégico. China, desde que inició su apertura con Deng
Xiaoping (la llamada política de “reforma y apertura” gaige kaifang
改革开放, desde 1978), conoce lo que los historiadores llaman una
“aceleración de la historia”, quema etapas. La importancia que los
planes quinquenales otorgan a la educación y la universidad lanzó
auténticas oleadas de estudiantes chinos a las universidades de los
países desarrollados (despegue exponencial a partir de 1999),
fenómeno que ya justo antes del estallido de la pandemia Covid19
(fin de 2019-principios de 2020) mostraba signos de agotamiento.
Este fenómeno, tan conspicuo en Alemania, Estados Unidos y luego
también en España, ha forzado a los estudiantes a dotarse de
habilidades lingüísticas foráneas, y ha favorecido la difusión de todo
tipo de herramientas y ayudas portátiles.
Peer pressure (citado por JIAN et al., 2009). Los DEBs y la electrónica
en general se han convertido en parte esencial del equipo con el que
los estudiantes asiáticos se han enfrentado a su tremendamente
exigente sistema educativo
16
. Hasta tal punto llega la afición a los
aparatos electrónicos, que en los centros chinos del examen de
acceso a la universidad (el temido gaokao 高考), en 2013 se
implantaron scanners personales.
La situación es cambiante, dada la rápida evolución tecnológica, tanto
en la lingüística como en la electrónica y las telecomunicaciones, así como
factores externos a la lengua, como son el abaratamiento o encarecimiento,
16
En el informe PISA relativo a 2012 (hecho público a principios de diciembre de 2013), que
mide una serie de habilidades entre escolares preuniversitarios, en especial las competencias en
matemáticas, comprensión lectora y ciencias, encabezaban el ranking siete territorios de lenguas
china, coreana o japonesa. Sería interesante avanzar en la correlación que existe entre una de las
destrezas medidas en el informe PISA, la comprensión lectora, y la universalización en las aulas
asiáticas de modernas herramientas lexicográficas como los DEBs (cf. TONO, 2001).
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accesibilidad y mejora en la potencia de las redes de Internet. Pero, como
quiera que se presente le futuro, la interrelación entre la lexicografía
occidental y la oriental es un hecho que seguirá provocando un
enriquecedor intercambio.
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