ISSN: 1579-9794
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Traducción y bilingüismo en el perdico al-Waqā’i‘ al-
Miṣriyya: el desarrollo de la prensa árabe en el Egipto
otomano
Translation and Bilingualism in the al-Waqā’i‘ al-Miriyya
Newspaper: the Development of Arab Press in Ottoman
Egypt
ABDALLAH TAGOURRAMT EL KBAICH
a.tagourramt@ub.edu
Universitat de Barcelona
Fecha de recepción: 31/10/2023
Fecha de aceptación: 05/03/2024
Resumen: al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya es un periódico considerado como el
antecedente de la prensa árabe en general y la egipcio-otomana en particular.
Comenzó su publicación en turco-otomano y en árabe. Esta versión bilingüe
se presentaba en los folletos de dicha gaceta en forma de dos columnas: una
principal en el primer idioma a la derecha, y otra secundaria en el segundo a
la izquierda. A medida que fue pasando el tiempo, esta posición privilegiada
variaría según las circunstancias políticas que enfrentó el Egipto otomano
durante el gobierno de la dinastía de M. ‘Alī. Dentro de este marco, se
analizan los factores que contribuyeron al surgimiento de este bilingüismo,
destacando el papel que desempeñó la traducción en él. Asimismo, se presta
especial atención al contexto periodístico de la época para averiguar cómo
al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya logró moldear su propia trayectoria periodística, por un
lado, y responder a las demandas de la prensa oficial, por el otro. Como
resultado de la investigación, se reafirmará que la relación de
interdependencia entre la prensa y la traducción aceleró y afianzó el proyecto
periodístico que se estaba gestando en el Egipto otomano decimonónico.
Palabras clave: El Egipto otomano, Prensa, al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya,
Traducción y bilingüismo, Naha
Abstract: The newspaper al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya is considered the forerunner
of the Arab press in general and of the Egyptian-Ottoman press in particular.
It was originally printed in Ottoman Turkish and in Arabic, in two columns: the
main one on the right in Turkish, and the secondary one on the left in Arabic.
As time went by, the position of the two would change in line with the political
situation of Ottoman Egypt under the rule of the dynasty of M. ‘Alī. In this
framework, the aim is to analyze the factors that contributed to the emergence
2 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
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of this bilingualism, emphasizing the role played by translation. Special
attention is paid to the journalistic context of the time to determine how al-
Waqā’i‘ al-Miṣriyya managed to shape its own journalistic career on the one
hand, and respond to the demands of the official press on the other. As a
result of the study, it will be reaffirmed that the interdependence between the
press and translation accelerated and strengthened the Arab journalistic
project that was becoming established in the Ottoman Egypt of the nineteenth
century.
Keywords: Ottoman Egypt, Press, al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya, Translation and
Bilingualism, Naha
INTRODUCCIÓN1
La aparición de la prensa en el mundo árabe a partir del siglo XIX se
erigió en un acontecimiento de gran envergadura que marcó una nueva etapa
en la construcción cultural árabe. Asimismo, constituyó, junto con la
traducción y la imprenta, uno de los elementos fundamentales necesarios
para urgir el movimiento cultural llamado naha2. Se trataba de una cultura
emergente que se adquiría, en su momento, a través de la materia textual
transmitida por las revistas y los periódicos redactados directamente en árabe
o traducidos de las lenguas europeas, sobre todo del francés que actuaba
como lengua fuente o intermediaria. La prensa había sido también el principal
medio para modelar tanto la opinión oficial como la pública, cuya gestación
contó con la contribución de los egipcios y los levantinos3, aún bajo el
mandato otomano. Varios periódicos eran portavoces de diferentes corrientes
políticas e ideológicas, ya fueran conservadoras o progresistas, de acuerdo
con el marco cultural general de la naha4. En torno a esa nueva conciencia,
los periódicos aleccionaron a los lectores árabes sobre las señas del nuevo
proyecto cultural y difundieron entre ellos el significado de conceptos hasta
entonces inéditos de carácter social, político, económico, administrativo,
jurídico, científico y literario.
1 Este trabajo se ha llevado a cabo en el marco del programa posdoctoral Margarita Salas (2021-
2023), financiado por la Unión Europea, NextGenerationEU.
2 El movimiento tuvo sus orígenes en el siglo XIX en Egipto y posteriormente se expandió por el
resto de los países árabes. Su objetivo principal era alcanzar lo mejor en términos de desarrollo
científico y literario, utilizando la traducción como una herramienta imprescindible para moldear
un nuevo proyecto cultural, adaptado a los gustos y necesidades de la época. Para una definición
más amplia del término, véase Tagourramt (2022, pp. 131-135).
3 Sobre todo, los sirios y los libaneses.
4 En este trabajo, seguimos el sistema de transliteración de los fonemas árabes al castellano
aplicado en su día por la revista Al-Ándalus y actualmente seguido por las principales revistas de
estudios árabes, como Al-Qanara, Miscelánea de Estudios Árabes y Hebraicos y Anaquel de
Estudios Árabes.
Abdallah Tagourramt El Kbaich 3
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Para adentrarnos en esta relación entre prensa y traducción en el
ámbito árabe, haremos primero un esbozo de la prensa francesa establecida
en el Egipto otomano antes de la aparición del primer periódico egipcio,
conocido como al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya [Los Sucesos de Egipto5] (en adelante
al-Waqā’i‘). Aquí hemos de señalar que el surgimiento de la prensa en Egipto
siguió los mismos pasos que la traducción había seguido en el contexto de la
naha. Tras la campaña de Napoleón en Egipto en 1798, las traducciones
comenzaron del árabe al francés y, posteriormente, del francés al árabe. De
manera paralela, surgió en Egipto la prensa escrita, primero en francés y, más
adelante, en árabe y en turco-otomano5F
6. La primera estaba al servicio de la
Campaña y sus integrantes, mientras que la segunda estaba a disposición de
los gobernantes otomanos. A este movimiento de traducción y al desarrollo
de la prensa habría que añadir el papel que la imprenta desempeñó, no solo
en el proceso de la traducción o de la prensa, sino también en la producción
cultural egipcia en general.
A continuación, trataremos la prensa destacada en el Egipto otomano,
tanto la escrita en francés como la redactada en árabe o en turco-otomano.
Por una parte, arrojaremos luz sobre el papel que la traducción desempeñó
en el desarrollo de los periódicos La Décade Égyptienne, Courrier de l’Égypte
y al-Waqā’i‘; por otra, enfocaremos nuestro interés en la labor que ejerció la
prensa desde la perspectiva de al-Waqā’i‘ para extender la función de la
traducción hacia nuevos ámbitos de expresión, usando los dos idiomas
oficiales del Egipto otomano. Luego, procederemos a analizar las causas que
contribuyeron al bilingüismo presente en el periódico en cuestión. Nos
centraremos en el conflicto surgido entre los gobernantes otomanos y la élite
intelectual egipcia sobre cuál debería ser el idioma principal del periódico para
implementar las dos principales líneas de reformas: la primera, relacionada
con los ámbitos jurídico, administrativo y militar; y la segunda, con los campos
religioso, lingüístico y literario. Examinaremos hasta qué punto la prensa se
convirtió durante la naha en un recurso fundamental para la traducción y
viceversa. Por último, para abordar todos estos temas, analizaremos los
cambios significativos que influyeron en las relaciones entre las sociedades
5 La traducción al español de textos y títulos en árabe citados en este artículo es realizada por el
autor, a menos que existan traducciones publicadas, las cuales serán mencionadas en el
apartado de la bibliografía.
6 El turco-otomano fue la lengua oficial del Imperio Otomano. Utilizaba el alfabeto árabe y
contenía un importante número de recursos léxicos provenientes del árabe y del persa. Sin
embargo, con la fundación de la República de Turquía en 1923, Mustafa Kemal Atatürk
reemplazó el alfabeto árabe por el latino e inició una campaña nacional de «turquización» para
sustituir los vocablos árabes y persas por términos del turco arcaico o por neologismos. Para
obtener más información sobre la evolución del idioma turco-otomano y su relación con el persa
y el árabe, véase, por ejemplo, el trabajo de al-Dāqūqī (1988, pp. 339-363) titulado «al-a’īr al-
mutabādal bayna al-lugatayn al-‘arabiyya wa al-turkiyya al-‘ahd al-‘umānī» [La influencia mutua
entre la lengua árabe y la lengua turca en el periodo otomano].
4 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
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árabes, otomanas y europeas en todos los niveles, ofreciendo así una
comprensión más completa de las dinámicas lingüísticas y culturales de la
época.
1. LA PRENSA FRANCESA EN EL EGIPTO OTOMANO
Los primeros números de los periódicos Courrier de l’Égypte y La
Décade Égyptienne se publicaron respectivamente el 28 de agosto y el 1 de
octubre de 17987. La misión de ambos periódicos consistía según Ibrāhīm
‘Abduh8 (1945) en que el primero se interesaba por informar de los
acontecimientos de Egipto a los soldados o a los ciudadanos franceses,
mientras que el segundo era un periódico científico que se dedicaba a
estudiar los asuntos de Egipto y a publicar temas relacionados especialmente
con la vida social, literaria y económica. Asimismo, era el periódico oficial de
la Academia Científica egipcia, cuyos miembros eran todos franceses. En
otras palabras, se trataba de un registro oficial que documentaba las
actividades científicas realizadas durante la campaña de Napoleón en Egipto.
Eso indica según ‘Aṭṭā (2006)que, aunque la prensa estaba presente en
Egipto a finales del siglo XVIII, la población local aún no se había sumergido
en la lectura o la escritura de periódicos.
Por lo tanto, esta prensa se dirigía principalmente a los soldados y a
los ciudadanos franceses que vivían a la sazón en Egipto. Su temática era
una amalgama de asuntos que provenían directamente de Francia y de
Egipto, a menudo traducidos del árabe al francés, especialmente aquellos
relacionados con la actualidad egipcia. Además de noticias, también se
incluían temas literarios y religiosos. En este contexto, usayn (1948) señala
que había una cierta presencia de la traducción en La Décade Égyptienne;
por ejemplo, el orientalista Jean Joseph Marcel tradujo al francés poesía
árabe, así como algunos dichos de Luqmān al-akīm8F
9 y explicó el valor
simbólico que estos tenían en las sociedades islámicas de la época. Estas
publicaciones reflejaban la influencia de la traducción en el corpus orientalista
francés, particularmente desarrollado en El Cairo. La figura que hemos
mencionado antes con usayn procuraba reducir la brecha entre la
7 Hemos tomado estos datos de ‘Abduh (1945, pp. 19-20).
8 Para abordar este apartado, nos hemos apoyado en sus dos libros considerados como fuentes
principales que han tratado el desarrollo de la prensa en Egipto durante la naha. El primero es
Tārīj al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya: 1828-1942 [Historia del periódico al-Waqā’i‘ al-Miṣriyya: 1828-1942],
publicado en 1942. El segundo es Taawwur al-ṣiḥāfa al-miriyya wa aaruhā fī al-nahatayn al-
fikriyya wa-l-iŷtimāʻiyya [El desarrollo de la prensa egipcia y su influencia en el renacimiento
intelectual y social], publicado en 1945.
9 Héroe y sabio legendario de la Arabia preislámica, mencionado en el Corán como monoteísta
y como padre que da piadosos consejos a su hijo. En la tradición islámica posterior, se ha
convertido en un gran fabulista. Para más información sobre este personaje, véase el trabajo de
Heller B. (1986, pp. 817-820).
Abdallah Tagourramt El Kbaich 5
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producción cultural francesa en Egipto y la producción cultural autóctona,
abordando temas de interés cotidiano. Asimismo, buscaba mantener
informado al lector francés sobre la vida cultural egipcia a principios del siglo
XIX. Dada esta situación, resulta notable la falta de interés por parte de
Napoleón en establecer un periódico en árabe, en turco-otomano o en una
versión bilingüe para facilitar la comunicación regular y sistemáticamente con
la población de Egipto, en lugar de recurrir a:
Las imprentas árabes como uno de los medios para comunicarse
con los egipcios y difundir informes entre la población colgándolos
según al-Ŷabaren los cruces de caminos, árboles y en puertas
de las mezquitas […], o para imprimir folletos y libros destinados a
líderes de las caravanas de los peregrinos y a líderes árabes del
Próximo Oriente, a cambio de que cesaran de luchar en su contra.
(‘Abduh, 1945, p. 23)
Estos folletos, que aparecían como resultado estratégico y pragmático
de las imprentas árabes, cumplían la función de informar y emitir órdenes a
los egipcios durante la Campaña. Se traducían al árabe antes de pasarlos a
la imprenta, excluyendo deliberadamente al turco-otomano, que en aquella
época era la lengua oficial de la élite gobernante otomana. Este
procedimiento tenía su lógica clara. Por un lado, facilitaba la comunicación
con la gran mayoría de la población egipcia, que no dominaba la lengua turco-
otomana. Por otro lado, reflejaba las intenciones de Napoleón de rechazar la
influencia de la cultura lingüística otomana en el ámbito político francés, que
se preparaba para el futuro de Egipto.
Ase dieron los primeros pasos de la traducción del francés al árabe,
antes de que esta dejara de ser un instrumento al servicio de los franceses y
pasara a estar disponible para los egipcios a partir de 1805. En medio de
estas circunstancias, el gobernante otomano de Egipto M. ‘Alī procedió a
implementar, durante su extenso mandato (1805-1848) una política de
nacionalización de la traducción, la prensa, la imprenta y las escuelas, que
hasta entonces estaban bajo la influencia y el control francés. El objetivo era
promover y fortalecer la cultura egipcia en sus diversas facetas, tanto en el
ámbito árabe como en el otomano, con la intención de recuperar el elemento
árabe-otomano y reconstruir la identidad de Egipto. No obstante, es
importante destacar que, a pesar de su corta duración, tanto el Courrier de
l’Égypte como La Décade Égyptienne representaron fuentes de información
de gran relevancia, ya que en ellas se registró una parte significativa de la
historia moderna de Francia en el exterior y, al mismo tiempo, de Egipto
durante la breve Campaña de Napoleón.
6 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
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2. EL CONTEXTO PERIODÍSTICO DE AL-WAQĀI AL-MIRIYYA
Según Zaydān (2013 [1899]), la prensa egipcia tuvo sus inicios con la
publicación del primer número de al-Waqā’ien 1828. Este periódico seguía,
desde la perspectiva de la prensa estatal, los mismos pasos que los dos
periódicos franceses que hemos tratado en el apartado anterior. Es decir, se
fundó con el fin de cubrir, en árabe y en turco-otomano, las actividades
políticas, económicas, militares y educativas del Estado de M. ‘Alī y de las
etapas posteriores del Egipto contemporáneo. Por lo tanto, la prensa de
ambos bandos se creó para funcionar como portavoces oficiales del Estado.
Sin embargo, esta función bidimensional contrastaba con la percepción que
el intelectual y traductor al-ahāwī se forjó sobre la prensa durante su
estancia formativa en París (1826-1831), dos años antes de la aparición del
primer número de al-Waqā’iʻ. Durante este periodo, al-ahāwī descubrió la
prensa en París y la definió en su libro titulado Tajlī al-ibrīz taljī bārīz (1834)
[Extracción del oro puro del sumario parisino], de la siguiente manera:
Se trata de unos folletos diarios conocidos como «al-ŷūrnālāt»10 o
«al-kāzīāt11» […], a través de los cuales la gente accede a toda la
actualidad informativa tanto en el interior como en el exterior del
Reino, aunque es probable que se contengan una cantidad
considerable de información errónea. No obstante, ofrecen noticias
entretenidas que los lectores desean conocer, y también abordan
temas relacionados con avances científicos, así como anuncios y
recomendaciones prácticas. (al-ahāwī, 1834/2010, p. 115)
Esta definición de la prensa, que se consideraba como la primera en
lengua árabe, destacaba dos aspectos principales. El primero se refería al
formato material (folletos) y el segundo al conceptual (un medio para conocer
la actualidad). A estos dos aspectos básicos se añadían dos características
paradójicas que oscilaban entre tomar los contenidos muy en serio o tomarlos
muy a la ligera. Después, en el decimotercer capítulo del segundo ensayo del
mismo libro vino la ampliación de los conceptos anteriores:
Se trata de folletos impresos diariamente, […] distribuidos por toda
la ciudad y disponibles para su compra por parte del público. En
ellos, se concede a todos los ciudadanos franceses el derecho a
expresar libremente sus opiniones sobre la política del Estado, a
como a elogiar o criticar lo que consideren bueno o malo, dentro de
los límites establecidos por la ley. (al-ahāwī, 1834/2010, p. 192)
Esta ampliación de la definición del concepto de prensa coincidía
plenamente con la situación de la producción periodística en Francia, pero
10 Arabización de la palabra francesa journaux (periódicos).
11 Arabización de la palabra francesa gazettes (gacetas).
Abdallah Tagourramt El Kbaich 7
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dejaba mucho que desear en cuanto al desarrollo de la prensa en Egipto,
tanto la escrita en francés como la redactada en árabe o en turco-otomano.
Según este fragmento, la prensa francesa producida en Francia se
caracterizaba por ser un espacio de expresión abierto a todos los franceses
y se basaba por completo en la libertad de expresión. Por el contrario, en
Egipto dicho espacio estaba muy restringido y reservado en su mayoría, en
primer lugar, para la élite francesa y, posteriormente, para la élite gobernante
del Estado de M. ‘Alī. Por lo tanto, nos encontramos ante tres realidades
distintas en cuanto a la producción periodística: la cultura francesa, la árabe-
egipcia y la turco-otomana. Al-ahāwī era consciente de esa brecha en sus
afirmaciones anteriores, lo que le llevó a advertir al Estado de M. ‘Alī de que
el modelo de prensa que se desarrollaba en Egipto, inspirado en el modelo
francés de Courrier de l’Égypte o de La Décade Égyptienne, difería de modo
considerable de la prensa que circulaba en París. Por ende, el modelo de
civilización generado por la Campaña de Napoleón en Egipto no debía
considerarse como el prototipo para el desarrollo del país, sino que tenía que
fundamentarse en la transmisión del arquetipo establecido en París.
De todas formas, lo anteriormente expuesto implica que este
acontecimiento periodístico representaba un fenómeno de transmisión y
redacción completamente novedoso. Se trataba de trasladar textos a través
de la prensa mediante dos mecanismos fundamentales: ya fuera de
manuscrito a impresión, o mediante la traducción. De esta manera, la prensa
logró establecer una nueva disciplina basada en diversos tipos de
transmisión, lo que allanó el camino para abordar regularmente en sus
páginas una variedad de temas políticos, económicos, científicos, sociales,
literarios o religiosos. Todo esto se desarrollaba en un nuevo idioma inspirado
en el espíritu de la época y que más tarde sería conocido como «lugat al-
ŷarā’id» [el lenguaje de los periódicos], siguiendo la terminología utilizada por
primera vez por I. al-Yāziŷī.
3. EL BILINGÜISMO EN AL-WAQĀI AL-MIRIYYA
Tras la retirada del ejército francés de Egipto en 1803, el país se quedó
sin imprenta durante aproximadamente veinte años, hasta que en 1820, M.
‘Alī estableció la Imprenta Būlāq12 en El Cairo. Con este acontecimiento, la
vida cultural en Egipto experimentó un cambio notable, ya que, a partir de
entonces, la tecnología se puso al servicio de la lengua árabe. Al principio,
dicha imprenta se crpara satisfacer las necesidades educativas e
informativas del ejército egipcio, siguiendo así los mismos pasos que la
Imprenta del Ejército de Oriente durante la campaña de Napoleón. Para
12 Cabe señalar que esta imprenta desempeñó un papel trascendental en el desarrollo de la
prensa del gobierno otomano de Egipto. Para más información sobre esta relación sustancial
entre la prensa y la imprenta durante la época moderna, véase el artículo de Bakr Hassan (2021).
8 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
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sistematizar la relación entre él como jefe de Estado, la administración y el
ejército, M. Alī creó el periódico al-Waqā’i‘ en 182813. Según De Tarrazi
(1913/2023), inicialmente este periódico se publicaba únicamente en turco,
luego en turco y árabe, después en turco y, por último, exclusivamente en
árabe. Por su parte, ‘Abduh (1942) apunta que este periódico constaba de
cuatro páginas con una longitud de unos treinta y siete centímetros. Tenía
dos columnas: una para los temas redactados en turco-otomano y otra para
su correspondiente traducción al árabe. Además, según indica Ayalon (1995),
esta situación fue la predominante en el periódico durante sus primeros diez
años de existencia. Dado que ambos idiomas se escriben de derecha a
izquierda, la disposición del turco-otomano en la columna derecha en al-
Waqā’i‘ implicaba que el árabe se relegaba a un papel secundario en el
Estado de M. ‘Alī; lo que sugiere que, aunque Egipto gozaba de cierta
autonomía política respecto a la Sublime Puerta, no tenía una autonomía
lingüística14 completa. Asimismo, la redacción en idioma árabe debía tolerar
la traducción, ya fuera directa o indirecta, desde dos fuentes principales: la
turco-otomana en lo que concernía los asuntos internos del Estado y la
europea en lo que correspondía a los acontecimientos internacionales.
Precisamente así, al-Waqā’ise convirtió en el portavoz del aparato oficial
respecto a la política interior y fuente de información de dicho aparato sobre
el exterior, concretamente a partir del número XV. Por consiguiente, y según
indica el mismo ‘Abduh (1942), comenzaron a publicarse diversas noticias
externas sobre España, Inglaterra y los enfrentamientos en Irlanda. Sin
embargo, era evidente que la mayoría de dichas noticias externas,
especialmente las relacionadas con temas políticos, se transmitían desde la
prensa francesa, sin que fuera posible criticar o comentar la materia
informativa debido a la crisis de 1840, que privó a Egipto de su estatus
internacional dentro del Imperio Otomano. Esta coyuntura condujo a que el
gobierno egipcio limitara el alcance de al-Waqā’i a la mera traducción de
textos, sin permitir un análisis más profundo de la información transmitida.
Ante esta situación, no sabemos exactamente qué pasó con los textos
provenientes del francés, del inglés o del italiano. No disponemos de
información acerca de si se realizaban traducciones directas desde estas
13 Y en Constantinopla, que era la capital del Imperio Otomano, De Tarrazi (1913/2023) señala
que el primer diario otomano se titulaba Takvim-i Vekayi [Calendario de los acontecimientos] y
apareció en 1832.
14 En Egipto, tal vez se pudiera hablar de esa autonomía lingüística, en el ámbito de prensa, a
partir de los años ochenta del siglo XIX, tal como constó en el segundo apartado de un documento
oficial que trataba sobre la nueva legislación de la prensa otomana, dedicado a especificar, de
modo libre, la lengua de publicación de los periódicos. Es decir, que esa lengua podría ser el
turco-otomano, el árabe, una lengua extranjera o cualquier otra lengua del Imperio Otomano.
Véase la traducción al árabe de Ma‘lūf del documento oficial Qānūn al-ṣiḥāfa al-‘umāniyya al-
ŷadīd [La nueva Legislación de la prensa otomana] (1909, p. 4).
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lenguas al árabe y al turco-otomano, o si se empleaba uno de estos idiomas
como intermediario. Resulta sumamente difícil determinar el papel específico
de cada lengua en aquel contexto histórico. Además, hasta el momento,
parece que ningún estudio sobre la historia de la traducción ha abordado el
papel del turco-otomano en la transmisión de textos desde los idiomas
europeos al árabe. Por ejemplo, en la época contemporánea, ni J. al-Dīn al-
Šayyāl (1951, 2000), ni J. Tāŷir (1945), ni L. Zaytūnī (1994), entre otros
investigadores, han tratado en sus respectivos estudios sobre traducción
durante la naha la función que desempeñó el idioma turco-otomano en la
traducción al árabe, ya fuera como lengua intermediaria o como fuente
original, particularmente en el ámbito periodístico desde los años treinta del
siglo XIX hasta el inicio del periodo colonial británico en Egipto (1882). Lo que
sí sabemos con certeza es que, en el ámbito de la política interna y externa
del Imperio Otomano, las traducciones se hacían del turco-otomano al árabe.
Al respecto, nos informa Ayalon (1995, p. 17) de que, a modo de ejemplo, las
dos primeras páginas del número 130 de marzo de 1830 trataban sobre un
informe detallado del Consejo del Imperio, preparado sobre las reservas
públicas de alimentos en vísperas del mes de ramadán, así como un breve
extracto de un periódico de Izmir que versaba sobre las relaciones otomano-
rusas. Por otro lado, el francés era la lengua original de los textos que se
traducían, ya que había ejercido una notable influencia en la lengua árabe
tanto en términos léxicos como estilísticos. Esta influencia no se limitaba
únicamente al ámbito periodístico, sino que también se extendía al literario y
científico. En un estudio que abarcó diecinueve obras culturales sobre la
Europa de entre 1844 y 1900, escritas por varios autores de diferentes
regiones del mundo árabe, como Egipto, El Levante y África del Norte,
Newman argumenta que:
This is a surprisingly low figure since authors primary focus was on
the unfamiliar culture and technologies they witnessed and had to
convey to their home readership. The overwhelming majority of the
loanwords were French (70.1%), followed by Italian (21.5%),
Spanish (4.1 %), which was restricted to Moroccan works, and
English (3.8%). French dominance is largely due to the fact that for
most of the century it was viewed as the model of modernity by
Muslim nations. (Newman, 2013, p. 477)
Estos datos sugieren que, si bien la influencia del francés en el árabe
no fue absoluta, sí fue considerable en comparación con la de otros idiomas
europeos. Por otra parte, y continuando con el lado derecho que ocupaba el
turco-otomano en al-Waqā’i‘, se observa que esta posición se mantuvo
durante poco más de diez años. Después de este periodo, el árabe pasó a
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ocupar el lado derecho justo cuando al-ahāwī15 fue nombrado redactor jefe
del periódico en 1842. Este cambio coincidió con la vuelta a Egipto de la
primera delegación16 estudiantil egipcio-otomana destinada en París y con la
fundación de la Madrasat al-Alsun (Escuela de Idiomas) en El Cairo en 1835.
Estas circunstancias, que marcarían el futuro de la vida cultural y científica en
Egipto, jugaron un papel decisivo para que el árabe ocupara no solo la parte
principal del periódico, sino también un estatus lingüístico prominente en el
Estado de M. ‘A. Además, se creó un espacio reservado a las noticias
internacionales, lo que amplió el ámbito de traducción y llevó a la institución
política a buscar traductores preparados para llevar a cabo el proyecto de
traducción del que la prensa formaba parte. El gobernante otomano sabía
que, tarde o temprano, el árabe ganaría terreno al turco-otomano tras haber
superado esa fase de alternancia interlingüística en diferentes ámbitos. Aun
así, los cambios prometedores de esa nueva generación que había
completado su formación en París no habían durado lo suficiente como para
marcar un relevante giro en la evolución de al-Waqā’i‘. En esta misma línea
y, según Louis Awa (1987), enseguida se tomaron unas medidas drásticas
respecto a la organización del periódico. El turco-otomano volvió a ocupar el
lado derecho y se dejó de publicar sobre temas literarios.
Estas decisiones tomadas a finales del mandato de M. ‘Alī y durante
los sucesivos mandatos de los pachás Ibrāhīm, ‘Abbās I y Sa‘īd frenaron la
renovación del periódico, ya que este enfoque novedoso podría representar
una amenaza para la estabilidad gubernamental de Egipto. Por esta razón, el
turco-otomano volvió a ocupar la posición principal, relegando al árabe, y por
ende a la traducción, a un papel secundario. Además, la introducción de la
literatura17 de origen árabe o traducida de otras lenguas entre las columnas
del al-Waqā’i‘ mar la incorporación de una nueva conciencia generada por
las opiniones personales de los columnistas egipcios de la época. Como
resultado, el periódico volvió a adoptar un formato más tradicional e irregular,
centrándose en cubrir las actividades de los pachás y la labor administrativa
de los divanes. Las lenguas de redacción seguían siendo el turco-otomano y
15 En un trabajo dedicado al papel intermediario del idioma turco-otomano, Tagourramt (2023)
señala que dicha figura traductora, clave de la naha, utilizaba el referente turco-otomano para
transmitir al árabe algunos conceptos nuevos de la cultura francesa, con el fin de facilitar su
comprensión a los lectores. Por ejemplo, el uso de la palabra «sultán», con su amplia connotación
de gestión política, sirvió para calcar en árabe todo aquello que era de realeza en el Reino de
Francia durante la primera mitad del siglo XIX.
16 Enviada a París por M. ‘Alī entre 1826 y 1831 para estudiar las ciencias europeas. En general,
las misiones estudiantiles destinadas en Europa durante su mandato contaron con la
participación de aproximadamente 350 estudiantes. Para más información sobre el tema, véase
Abdel-Malek (1969, p. 120).
17 Zayn (1899/2013) señala que, durante los respectivos mandatos de los pachás ‘Abbās I y
Sa‘īd (1849-1863), no existía ningún interés por la literatura, razón por la que no se publicó ningún
periódico o revista literaria en el Valle del Nilo.
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el árabe. Según ‘Abduh (1942), el proceso de traducción se llevaba a cabo
de la primera lengua a la segunda, y en el caso de traducciones desde
lenguas europeas al árabe, el turco-otomano actuaba como intermediario
entre estas y el árabe. Es importante destacar que, en este contexto, el
movimiento de traducción no se había detenido por completo, ya que se
llevaba a cabo entre dos lenguas oficiales: el turco-otomano y el árabe. Este
enfoque se centraba en facilitar la comunicación entre el Estado y la
poblacn. Por lo tanto, la traducción se había convertido en una cuestión
interlingüística dentro de la provincia otomana de Egipto. Sin embargo, lo que
sí se había interrumpido era el proceso cultural general de la naha, que se
basaba en la traducción del francés al árabe para transmitir el acervo cultural
europeo y las innovaciones científicas alcanzadas en Europa.
Este retroceso intelectual y traductor fue resultado de la política de
dependencia que los tres pachás mencionados anteriormente debían seguir
hacia la Sublime Puerta. Esta institución seguía una política cautelosa hacia
Europa, lo que culminó en el cierre de la Madrasat al-Alsun. Además, en 1851
al-ahāwī, su director principal, fue exiliado a Sudán. Esta paralización de la
actividad traductora, que tuvo un impacto directo en la trayectoria de al-
Waqā’i‘ y en la vida cultural egipcia en general, perduró aproximadamente
diez años y empezó a reanudarse con la llegada al poder del jedive Ismā‘īl.
4. EL AUGE DE LA PRENSA EN EL EGIPTO OTOMANO
Durante el mandato del jedive Ismā‘īl (1863-1879), marcado por una
amplia apertura hacia Europa, especialmente hacia el París de la belle
époque, se implementaron una serie de reformas en la prensa egipcia, sobre
todo en la oficial, tanto a nivel temático como en lo que respecta a la
traducción. Por ejemplo, en al-Waqā’i‘ se reto la publicación del capítulo
literario y se añadieron nuevos apartados de gran interés. En este contexto,
‘Abduh (1942) afirma que el periódico volvió a publicarse en varios números,
traduciendo de las lenguas europeas lo que los autores europeos trataban en
sus libros sobre Egipto. Eso contribuyó a forjar una nueva conciencia social
en Egipto sobre la imagen que se había desarrollado en Europa del país y del
Oriente árabe en general, llevando a una reflexión sobre el valor simbólico de
esa imagen. Estas innovaciones no se limitaron únicamente a al-Waqā’i‘, sino
que afectaron a toda la prensa existente en Egipto en ese momento. Es
importante recordar que, en aquel contexto, había alrededor de sesenta
revistas y periódicos escritos en árabe o en otras lenguas, dado que:
Ismā‘īl autorizó la publicación de más de cuarenta medios de
comunicación, entre periódicos y revistas, que se editaban en
Egipto en francés, italiano, griego e inglés. Además, proporcionó
apoyo financiero a más de veinticinco periódicos, incluidos cinco
12 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
Hikma 23(2) (2024), 1 - 23
estatales, que se publicaban en árabe en El Cairo y Alejandría.
(Abduh, 1942, p. 217).
Sin embargo, la mayoría de esos periódicos y revistas no seguían una
línea regular ni en su publicación ni en su duración. A pesar de ello, reflejaban
claramente la introducción masiva de la prensa extranjera18 y árabe en Egipto
durante las décadas de 1860 y 1870. Por otro lado, la actividad traductora
experimentó un resurgimiento cultural que se hacía entre diferentes idiomas
de manera más abierta y libre, en comparación con el periodo anterior. Como
resultado, la libertad de expresión y de prensa19 establecida durante el
mandato del jedive Ismā‘īl implicaba también la libertad de traducción, la
expansión de sus campos de interés y la circulación libre de ideas entre
Egipto y Europa. El respaldo financiero que Ismā‘īl brindaba a la prensa
escrita en árabe desencadenó una migración masiva hacia El Cairo de la élite
cultural árabe proveniente de varias provincias bajo dominio otomano, como
Damasco y Beirut. Los miembros de dicha élite buscaban continuar su
actividad intelectual, la cual estaba censurada en sus lugares de origen
debido a la represión del sultán ‘Abd al-amīd II (g. 1876-1909), cuyas
consecuencias son mencionadas por Ismā‘īl Amad Yāgī en el siguiente
fragmento:
La opresión de ‘Abd al-amīd II, que se manifestaba especialmente
en el ámbito de la prensa […], tuvo como consecuencia el cierre de
todos los periódicos en El Levante, a excepción de aquellos con una
orientación islámica y que se mantenían alejados del panarabismo.
Algunos de estos medios concebían la historia otomana como una
continuación de la historia islámica […]. Como respuesta a esta
situación, muchos trabajadores de este sector optaron por huir del
Estado otomano y dirigirse hacia El Cairo. (Amad Yāgī, citado en
al-Tamīmī, 1990, p. 531)
Por lo tanto, los límites de la libertad de expresión en el Sultanato
otomano variaban de una provincia árabe a otra. En la parte asiática, sobre
todo en El Levante, la prensa que no siguiera una tendencia islámica sería
reprimida, mientras que en Egipto gozaba de una cierta libertad de opinión y
de una tolerancia ideológica. Este fenómeno de migración intelectual
inundaría la prensa egipcia escrita en árabe. Además, daría lugar a una
campaña sin precedentes por parte de los medios de comunicación estatales
y privados para combatir no solo la política represiva del Sultanato, sino
también del colonialismo británico. Entre las figuras levantinas que actuaban
18 Para más información sobre esta prensa en lenguas extranjeras, véase la lista de periódicos
recogida por Abdel-Malek (1965, p. 182).
19 Garantizada en la primera constitución otomana de 1876.
Abdallah Tagourramt El Kbaich 13
Hikma 23(2) (2024), 1 - 23
como patrones intelectuales de la prensa20 destacaban: Ibrāhīm al-Yāziŷī,
quien fundó la revista al-iyyā [La Claridad]; Ya‘qūb arrūf y Fāris Nimr,
quienes establecieron en Beirut la revista al-Muqaaf [La Antología] y luego
la trasladaron a El Cairo; Adīb Isāq, creador del periódico Mir [Egipto];
Fara Anūn, fundador de la revista al-Ŷāmi‘a [La Liga]; Naŷīb al-addād,
quien fue redactor jefe del periódico Lisān al-arab miṣr [La Lengua de los
árabes en Egipto]; Ŷurŷī Zaydān, fundador de la revista al-Hilāl [El Creciente],
entre otros. Todos estos medios fueron creados con el propósito de promover
el movimiento de renovación cultural y lingüística a través de la traducción
que se realizaba desde las lenguas europeas al árabe. Y, para difundir la
conciencia religiosa, Ŷamāl al-Dīn al-Afgānī y Muammad ‘Abduh fundaron el
periódico semanal al-‘Urwa al-wu [El Lazo indisoluble], mientras que Rašīd
Riā estableció la revista al-Manār [El Faro]. A estas revistas y periódicos
provenientes de El Levante se sumaban otros medios21 egipcios de
orientación renovadora como al-Naha al-fikriyya [El renacimiento intelectual]
de Muammad Gallāb; al-Maŷalla al-ŷadīda [La Revista nueva] de Salāma
Mūsā; y al-‘Uūr [Las Épocas] de Ismā‘īl Mahar. Por otra parte, surgieron
otros medios con el objetivo de traducir el pensamiento occidental y difundir
su producción filosófica y literaria sin descuidar el acervo cultural árabe, como
al-Risāla [La Epístola] de Amad asan al-Zayyāt; al-aqāfa [La Cultura] de
A. Amīn, entre otros.
Así, presenciamos una intensa interacción cultural entre la empresa
intelectual levantina y egipcia, ambas al servicio del gobierno jedival que
buscaba alinearse con la civilización europea. En esta misma línea, se
sucedieron varios acontecimientos durante el mandato del jedive Tawfīq
(1879-1892), entre ellos la Revolución de ‘Urābī (1879-1882), la ocupación
británica (1882) y la pérdida de Sudán (1885). Todo esto coincidió con la
creación de la primera constitución otomana en 1876, inspirada en los
modelos institucionales europeos de la época, introducidos en el Sultanato
durante el periodo de reformas conocido como las tanīmāt. Estos hechos
transformaron drásticamente el presente y el futuro de Egipto, como más
tarde describiría al-‘Aqqād:
Hemos crecido en una época en la que ninguna corriente ideológica
podía imponer su dominio sobre las mentes de la juventud en todas
las regiones de Egipto […], debido a que era una época marcada
por agitaciones y turbulencias […]. Nuestra era se asemejaba a la
«Torre de Babel»; se construía y se reconstruía año tras año […].
Durante la etapa de la Liga Islámica, estábamos divididos en
términos doctrinales, y esta división continuó durante el periodo de
20 Véase los trabajos de ‘Abbūd (1960/2014, pp. 324, 325, 344) y de Ŷ. Zaydān (1899/2013, pp.
1236-1249).
21 Hemos obtenido esta información de al-Kattānī (1982, pp. 205-206).
14 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
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la construcción nacional y a lo largo del renacimiento intelectual. (al-
‘Aqqād, 2013, p. 16)
En estas palabras, en las que el peso de la época cobraba
protagonismo, al-‘Aqqād lamentaba la situación de la vida intelectual de su
tiempo que se parecía a la Torre de Babel, símbolo de la diseminación de las
lenguas y la dispersión de las ideas. Los intelectuales árabes se encontraban
divididos entre conservadores, reformistas y liberales laicos. Se inspiraban en
distintas épocas, sin poder establecer vínculos culturales para superar sus
discrepancias ideológicas. Cada corriente mantenía sus propios periódicos o
revistas, actuando como portavoces y difusores de sus ideales, pero sin
buscar la contemporaneidad.
En vista de todo ese conflicto intelectual, todavía cabe contestar a la
siguiente pregunta: ¿qué ocurrió con al-Waqā’i‘ antes de la ocupación colonial
británica de Egipto? Sin duda, se produjeron cambios significativos: en primer
lugar, el árabe recuperó su estatus como lengua principal, mientras que el
turco-otomano se relegó al ámbito de la traducción. En segundo lugar, la
dirección del periódico pasó a manos de una nueva figura reformista de
orientación claramente religiosa, muy distinta de las figuras directivas
anteriores. Se trataba del jeque Muammad ‘Abduh, quien supo cómo
aprovechar un periódico oficial para difundir su propio proyecto reformista. Su
enfoque se centraba en buscar la compatibilidad y la conciliación del islam
con la civilización moderna. En este contexto, ‘Abduh (1942, p. 154) señala
que «a partir del número 933, publicado el 9 de octubre de 1880 bajo la
dirección del jeque M. Abduh, al-Waqā’i‘ se convirtió en un periódico oficial
independiente en todos sus asuntos, y se publicaba diariamente excepto los
viernes». Partiendo de esa idea de conciliación, M. ‘Abduh aspiraba, a través
de su posición en al-Waqā’i‘, a modificar progresivamente el estado en el cual
se hallaba la umma dentro de los paradigmas generales del movimiento
cultural de la naha. Por una parte, su proyecto reformista encontraba apoyo
por parte del sultán otomano de Constantinopla y, por la otra, fue recibido con
cierta desconfianza por parte del jedive de Egipto. El primero necesitaba una
figura intelectual para difundir el panislamismo, ideología necesaria para
consolidar el Sultanato otomano. El segundo creía que al-Waqā’i‘ necesitaba
una figura intelectual moderada, capaz de influir en las masas manteniendo
una relación de equilibrio entre el panislamismo y el panarabismo para
defender los intereses de Egipto. Con este nuevo escenario, las páginas de
al-Waqā’i‘ con el árabe a la derechaestaban repletas de opiniones críticas
dirigidas a la situación degradante de la sociedad egipcia, cuya decadencia
se atribuía a la invasión cultural europea de Egipto, llevada a cabo mediante
la traducción o a través de la prensa publicada en lenguas europeas. Sin
embargo, eso no significaba que M. ‘Abduh estuviera en contra de todo lo que
provenía de Europa, incluida la producción traductora. Por el contrario, lo que
Abdallah Tagourramt El Kbaich 15
Hikma 23(2) (2024), 1 - 23
deseaba el imam era establecer un cierto orden, o más bien marcar un ritmo
específico en la recepción cuantitativa y cualitativa de la producción cultural
europea introducida en Egipto. En este sentido, es importante recordar su
traducción del libro de Herbert Spencer Education intellectual, moral and
physical, que abordaba temas como la educación y el papel de la ética
religiosa en la reforma social.
Ante esta nueva dinámica, al-Waqā’i intentaba reaccionar desde su
propia cultura árabe-otomana, fundamentada en la conciencia religiosa, como
respuesta a la abundante producción traductora procedente de fuentes
culturales europeas. Por lo tanto, desde que M. ‘Abduh introdujo la conciencia
religiosa en la prensa, se desató un gran debate entre dos ideologías
distintas: la islámica y la laica. Sin embargo, no debemos olvidar que la
traducción también fue parte de ese choque ideológico, ya que siempre había
estado presente entre los fundamentos culturales de la naha. Asimismo,
había sido una herramienta eficaz para establecer canales de comunicación
entre idiomas, personas y culturas. A continuación, exploraremos el prototipo
de relación entre traducción y autoría en el ámbito periodístico y su papel en
el entramado cultural de la naha.
5. LA PRENSA, ENTRE TRADUCCIÓN Y AUTORÍA
Durante el último tercio del siglo XIX, la traducción marcó el comienzo
de una nueva fase en la producción cultural, con la intención de trascender el
pragmatismo estatal y ampliar los horizontes para servir a las masas. Entre
los factores clave que impulsaron esta transición se encontraban las
escuelas, los periódicos y las revistas que contaron con la traducción para
transmitir al lector árabe la actualidad decimonónica que se desarrollaba en
otras lenguas. Según Sālim al-‘Īs (1999), en medio de este panorama, los
periódicos y especialmente las revistas dependían en gran medida de la
traducción. Es por esta razón por la que la traducción amplificó la producción
periodística, generando debates entre las corrientes ideológicas liberales y
conservadoras, tanto egipcias como levantinas. La controversia no se limitaba
únicamente a cuestiones ideológicas, sino que también abarcaba la reforma
del idioma árabe en múltiples aspectos. Por ejemplo, desde la perspectiva
salafí22, M. ‘Abduh destacó dos cuestiones principales:
La primera consistía en liberar el pensamiento de la imitación y
comprender la religión según los salaf de la umma antes de la
22 De salaf: Nombre dado respectivamente a las tres primeras generaciones y a las generaciones
siguientes de la comunidad musulmana. En la sunna, que ha establecido uno de los rasgos más
característicos de la visión islámica de la historia, se impone la idea apriorística de que esta
historia empezaría con una edad de oro que sería irremediablemente seguida de un periodo de
debilitamiento, de desviamiento y de división. Para más información sobre este tema, véase
Chaumont (1995, pp. 330-331).
16 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
Hikma 23(2) (2024), 1 - 23
discordia […]; la segunda estribaba en reformar el estilo de la lengua
árabe, tanto el utilizado en el discurso oficial de los divanes y de las
oficinas del gobierno, como el empleado por los periódicos, ya fuera
originalmente o traducido de otras lenguas. (‘Abduh, citado en Riā,
2006, p. 11)
Por consiguiente, la tesis de M. ‘Abduh se centraba en liberarse de la
imitación intelectual y entender la religión siguiendo el ejemplo de los salaf de
la umma en los tiempos de su unidad23, como medio para lidiar con la
civilización moderna. Y para lograr este propósito, era esencial emprender
una reforma en el idioma. Este tema ya había sido considerado por otros
intelectuales anteriores a M. ‘Abduh, como al-ahāwī en el periódico al-
Waqā’i‘ y en la revista Rawat al-Madāris al-Miriyya [El Prado de las
Escuelas Egipcias]; así como por Amad Fāris al-Šidyāq en el periódico al-
Ŷawā’ib [Las Noticias], que se publicaba en Constantinopla. Además, M.
‘Abduh advirtió a la élite intelectual que debía evitar caer en la dependencia
de la traducción, proponiendo en su lugar que se considerara como un
recurso para la renovación intelectual y lingüística. Este era precisamente el
objetivo buscado a finales del siglo XIX y a principios del XX, según la opinión
de I. al-Yāziŷī, como se expone en la introducción de su libro titulado Lugat
al-ŷarā’id24 [El lenguaje de los periódicos]:
Si observas los propios periódicos, notarás que esn viviendo una
nueva etapa caracterizada por la retórica y la elocuencia en la
expresión, como se puede apreciar al comparar el estado de
muchos títulos actuales con los de hace aproximadamente diez
años. Este cambio se debe, sin lugar a duda, a la abundancia de la
producción periodística. (al-Yāziŷī, s.f., p. 2)
Entonces, nos encontramos ante una notable transición que tuvo lugar,
según al-Yāziŷī, en menos de diez años, y que afectó al lenguaje de los
periódicos. Se trataba de una redacción completamente nueva, influenciada
por el espíritu político e intelectual de la época, y creada por los levantinos y
los egipcios, sin olvidar el impacto que tuvo en ella al-Afgānī guía intelectual
23 M. ‘Abduh, al igual que su maestro al-Afgānī, abogaba por la unidad de la umma islámica,
siguiendo la campaña promovida por la Sublime Puerta para enfrentarse al panarabismo, que
prestó apoyo a las potencias de la Entente durante la Primera Guerra Mundial a cambio de ayuda
para liberar a los árabes del dominio otomano y establecer un extenso reino en la península
arábiga.
24 La idea general de este libro es muy similar a la del libro Kanz al-uffā fī tahīb al-alfā [La
joya de los recitantes en el refinamiento de los vocablos] de Abū Yūsuf Ya‘qūb ibn Isāq al-Sikt
(m. 858), editado por Louis Cheikho en 1926. Este libro surgió en el siglo IX, durante un periodo
de intensa actividad traductora, con el propósito de organizar la lexicografía árabe, que estaba
considerablemente influenciada por la traducción del siríaco, del persa y del griego. Al-Yāziŷī,
por su parte, escribió su Lugat al-ŷarā’id para hacer frente a la gran cantidad de vocablos que se
introducían en el árabe mediante la prensa, la traducción y la literatura de viajes.
Abdallah Tagourramt El Kbaich 17
Hikma 23(2) (2024), 1 - 23
de toda una generacióntras su paso por Egipto entre 1871 y 1879. Esta
emergente lengua árabe rompió con el estilo tradicional, caracterizado por el
uso de la prosa rimada, de largas introducciones y de conclusiones
innecesarias, ya que los autores comenzaron a priorizar el contenido sobre la
forma. Asimismo, hizo hincapié en la importancia de adoptar un estilo literario
claro y directo como piedra angular de la retórica moderna. No obstante, el
propio al-Yāziŷī (s.f., p. 2) advirt en la conclusión de su obra citada con
anterioridad a los autores que contribuían en los periódicos instándoles a
cuidar la calidad del lenguaje. Consideraba que los periódicos funcionaban
como una escuela donde los lectores aprendían la nueva lengua. Además,
eran una fuente directa de información sobre novedades políticas,
comerciales, científicas y literarias. Efectivamente, a finales del siglo XIX y a
principios del XX, los periódicos desempeñaban un papel informativo
fundamental y también se presentaban como espacio didáctico para el
aprendizaje de un lenguaje novedoso.
Desde esta perspectiva de M. ‘Abduh basada en la conciliación entre
los valores islámicos y los de la cultura europeay de la expectativa novedosa
de al-Yāziŷī centrada en la transición del lenguaje de los periódicos, nos
adentramos en un tema polémico generado por la traducción entre los
intelectuales árabes. Se trataba de la teoría de Darwin que estudiaba el origen
de las especies y la evolución biológica, introducida por primera vez en la
lengua árabe según ‘Alī al-Muāfaa– por el intelectual laicista libanés Šiblī
Šumayyil. Esto se llevó a cabo a través de las traducciones que Šumayyil
publicaba en la revista al-Muqaaf, incluyendo la traducción del libro del
filósofo alemán Ludwig Büchner (m. 1899) titulado Falsafat al-nušū’ wa-l-
irtiqā’ [La filosofía de la evolución y del progreso], publicado en 1884. Esta
traducción contaba con una introducción de 24 páginas en las que Šumayyil
defendía la importancia de las ciencias naturales y la medicina, más allá del
conocimiento teológico y metafísico. Varios intelectuales árabes, tanto
cristianos como musulmanes, se enfrentaron a estas traducciones, como lo
indica la siguiente afirmación de al-Muāfaa:
Los intelectuales árabes recibieron por unanimidad las ciencias
aplicadas modernas, pero se diferenciaron en sus posturas hacia
las teorías científicas asociadas, sobre todo aquellas que
impactaban en sus creencias religiosas. Por eso, algunos de ellos
creían en esas teorías y se dedicaron a defenderlas y a difundirlas;
otros las rechazaron vehementemente, considerándolas como
símbolos de incredulidad y ateísmo; mientras que otros no percibían
ninguna contradicción entre dichas teoas y la religión. (al-
Muāfaa, 1987, p. 243)
Como se evidencia, este tipo de teorías dividió las opiniones entre los
intelectuales árabes. Al-Muāfaa señala, a renglón seguido, a algunos
18 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
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defensores cristianos de la teoría de Darwin, como A. Louis, profesor en la
Facultad Evangélica Siria, la actual Universidad Americana de Beirut. Este
fue duramente criticado por Ŷīms Anas al-Amīr Kānī director de la Escuela
de Teología de Beirutquien tachaba a Darwin de infiel y ateo.
Por su parte, los intelectuales musulmanes adoptaron una postura
similar a la de sus homólogos cristianos. Pongamos el caso de Ŷamāl al-Dīn
al-Afgānī, quien en 1884 publicó una epístola de aproximadamente setenta
páginas, titulada al-Radd ‘alā al-dahriyyīn [Réplica a los materialistas]. Esta
obra, traducida del persa al árabe por el entonces muftí de Egipto, M. ‘Abduh,
con la colaboración de ‘Ārif Afan, criticaba de manera contundente la teoría
darwiniana y, al mismo tiempo, contrarrestaba el pensamiento materialista
occidental que era antiislámico25. De ese modo, la autoría en lengua persa
traducida aquí al árabe había encontrado su camino en la conciencia
religiosa emergente dentro del ámbito cultural de la naha, como respuesta a
la extensa producción traductora cuyo contenido provenía de la cultura laica
occidental. El peso intelectual de al-Afgānī motivó a M. ‘Abduh a realizar
traducciones desde el persa, con el fin de defender la propia cultura en una
época en la que el pensamiento árabe-islámico de la naha se centraba en
revisar las primeras fuentes del islam recopiladas durante el periodo del
registro cultural árabe que tuvo lugar en los siglos VIII y IX.
En efecto, nos encontramos ante un choque cultural que involucraba
dos procesos de traducción: en primer lugar, la traducción del francés al árabe
de la teoría de Darwin y, en segundo lugar, la traducción del persa al árabe
como respuesta a esta traducción, con el propósito de oponerse a ella. Por lo
tanto, en la cultura árabe-islámica las traducciones de las obras del naturalista
inglés constituían el principal punto de partida para los debates entre religión
y ciencia, que dieron lugar a la crítica y a la retraducción de la teoría de
Darwin, así como a su publicación directa en árabe en el ámbito científico. En
este contexto, destacaron la retraducción de El origen de las especies
realizada por Ismā‘īl Mahar26 en 1918, y los siguientes trabajos de Salāma
Mūsa: Naariyyat al-taawwur wa al al-insān (1928) [Teoría de la evolución
y el origen del ser humano] y al-Yawm wa-l-gad (1929) [Hoy y mañana].
25 En este contexto, es relevante mencionar la réplica que publicó al-Afgānī en Speziale (2008)
para desestimar algunas afirmaciones del intelectual francés Ernest Renan sobre el retraso y la
presunta inferioridad de la cultura islámica. Renan había abordado este tema en una conferencia
titulada «L’islamisme et la science», impartida en la Universidad de La Sorbona el 29 de marzo
de 1883.
26 Según Elshakry (2013), este intelectual calificaba su tiempo como una «era de traducción»,
que guardaba similitudes con épocas en las que los traductores habían facilitado la transmisión
de ideas desde Occidente hacia Oriente, primero durante el periodo abasí, y luego en dirección
contraria durante el Renacimiento. Por lo tanto, el resurgimiento intelectual del pensamiento
árabe implicaba restaurar esta circulación de ideas para recuperar la estabilidad del pensamiento
oriental.
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CONCLUSIONES
Al concluir este trabajo, se puede afirmar que la prensa francesa, que
acompañó a la Campaña de Napoleón en Egipto, fue un precursor clave en
la gestación de la prensa no solo en el Egipto otomano, sino en todo el mundo
árabe. Este nuevo medio de expresión llevó a los pachás y los jedives
otomanos a modelar el periodismo egipcio con el fin de mantener informada
a toda la población del Estado egipcio-otomano. En este contexto, surgió el
periódico al-Waqā‘ al-Miṣriyya, con la misión de asumir esta tarea
informativa. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, comenzaron a
aparecer discrepancias entre la élite política otomana y la élite intelectual
egipcia. Estas diferencias se centraban en la definición de los fundamentos
de este nuevo género expresivo introducido en la provincia otomana de
Egipto. Dichos factores generaron un ambiente dicotómico en el que se
enfrentaban el elemento turco-otomano y el elemento árabe-egipcio.
Además, la constante presencia del componente europeo en al-Waqā‘iʽ a
través de traducciones contribuyó a esta dinámica.
En efecto, después de los primeros diez años de existencia del
periódico, se observa que el establecimiento de la prensa en el Egipto
otomano se basaba en el bilingüismo y la traducción. Este fenómeno
constituía un aspecto social y cultural que se reflejaba de manera alternativa
en al-Waqā’, dependiendo del poder político y administrativo de los
gobernantes otomanos, por un lado, y del poder cultural de los intelectuales
egipcios por el otro. En un principio, el turco-otomano ocupaba la columna
derecha, mientras que el árabe ocupaba la izquierda. Por lo tanto, ocupar el
lado derecho significaba estar en el lugar original y privilegiado, mientras que
ocupar la parte izquierda significaba encontrarse en un lugar secundario. Esto
implicaba que los autores que escribían en la columna izquierda estarían, en
cierto modo, limitados a desarrollar su contenido mediante la traducción
directa del francés o del turco-otomano al árabe, o del francés al árabe a
través del turco-otomano como intermediario. Con el nombramiento de al-
ahāwī como redactor jefe de al-Waqā’iʽ, esta posición lingüística cambió a
favor del árabe. Como resultado, los redactores árabes tuvieron una
oportunidad histórica para experimentar con un nuevo lenguaje y consolidar
el acervo traductor acumulado, estableciendo así una nueva terminología
oficial en la realidad lingüística árabe. Sin embargo, entre 1851 y 1863 se
vivió en Egipto un periodo de crisis política que afec la vida cultural,
especialmente en el ámbito periodístico y traductor.
Con la llegada del jedive Ismāʽīl al poder, se llevaron a cabo una serie
de reformas relacionadas con la difusión de la prensa local y extranjera, así
como con el proceso de arabización de la prensa en Egipto. Dichas reformas
20 Traducción y bilingüismo en el periódico al-Waqā’i‘ al-Miriyya […]
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fueron lideradas por periódicos privados dirigidos por la élite cultural sirio-
libanesa y egipcia. Es fundamental destacar el papel que despeñaron los
periódicos redactados en árabe en la producción cultural y en la creación de
identidades árabes colectivas. Igualmente, resulta relevante señalar que
tanto la prensa como la traducción dejaron de ser proyectos estatales y
comenzaron a experimentar una cierta privatización. En medio de estos
cambios, que podríamos calificar como un auge de la prensa en el Egipto de
la segunda mitad del siglo XIX, al-Waqā’ continuó su trayectoria como un
periódico oficial de gran influencia, particularmente cuando estaba bajo la
dirección de M. Abduh, quien fue la segunda figura más destacada del
proyecto cultural de la naha, después de al-ahāwī. Durante este periodo,
el periódico disponía de suficientes recursos económicos para moldear la
opinión pública y transmitir los conceptos generales del proyecto político-
cultural que se estaba desarrollando para el futuro de Egipto. Este momento
también podía considerarse como una etapa crucial para dar forma a la propia
prensa árabe egipcia, que con el tiempo sería capaz de prescindir de la
traducción ya fuera del francés o del turco-otomano como la principal
fuente de sus contenidos y liberarse así del modelo extranjero de prensa.
Además, la emergencia de un nuevo estilo en los periódicos rompió con las
convenciones tradicionales y resaltó la importancia del contenido sobre la
forma. Por otro lado, la introducción de nuevas teorías científicas, como la de
Darwin, generó divisiones entre los columnistas árabes. Y en esta misma
línea, la traducción y la retraducción de las obras del científico británico
desencadenaron debates que perduraron hasta nuestros días, sobre religión
y ciencia en el mundo árabe-islámico.
Finalmente, el avance significativo de la prensa durante el gobierno del
jedive Ismāʽīl ocasionó una trascendental desvinculación entre los proyectos
reformistas árabe-egipcio y turco-otomano, que solían integrar las labores
periodísticas y traductoras. Esta circunstancia llevó a que la prensa egipcia
del siglo XIX, escrita en árabe o en otros idiomas, o traducida de otras lenguas,
contribuyera de manera significativa a perfilar el proyecto cultural de la naha
y provocara una revolución sin precedentes en la traducción, la lingüística y
la literatura. Por ende, este modelo de producción periodística se trasla al
resto del mundo árabe y dejó una marca indeleble, con sus aspectos positivos
y negativos, en el devenir cultural de los pueblos árabes.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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