
Luciano André Cataldo Alvarado y Andrea Santana 3
Hikma 24(1) (2025), 1 - 29
proceso de la traducción. Tal enfoque responde a la hipótesis de que la
focalización de la atención varía según el nivel de competencia traductora
(Yildiz, 2020), lo que significa que cuanto mayor sea la competencia
traductora, mayor será la focalización de la atención que se destina en la
tarea de traducción. Sin embargo, hasta la fecha no se ha establecido una
relación clara entre la competencia traductora y la focalización de la atención,
ya que los resultados obtenidos han sido variados y poco concluyentes
(Englund Dimitrova, 2005).
Una forma de medir la competencia traductora es mediante la
separación de los participantes en grupos diferenciados según el nivel
alcanzado (Hvelplund, 2014), aproximación que encuentra con el respaldo de
los marcos actuales. El EMT (2022) reconoce que algunas competencias
pueden haberse adquirido en etapas previas de la educación superior,
mientras que otras se desarrollan de manera progresiva durante la formación
especializada. Esta perspectiva justifica la comparación entre grupos con
diferentes niveles de formación, aunque sugiere la necesidad de considerar
la naturaleza acumulativa y multifacética del desarrollo de competencias. De
hecho, los estudios que consideran la competencia traductora como una
variable tienden a agrupar a los participantes en traductores no profesionales
o estudiantes y traductores profesionales (Hvelplund, 2011, 2014; Dragsted,
2010; Immonen, 2006). Si bien este esquema de agrupación permite
comparar grupos, no toma en consideración el desarrollo de la competencia
traductora en rangos más acotados, es decir, no distingue de manera gradual
el desarrollo de la competencia traductora, lo que merma la descripción
detallada de la competencia (Hvelplund, 2011).
De los estudios mencionados (Hvelplund, 2011, 2014; Dragsted, 2010;
Immonen, 2006), cabe añadir que, al describir los instrumentos utilizados,
aluden al uso de géneros especializados, pero no los consideran como una
variable relevante cuando se realiza el análisis de los resultados. Esto sucede
pese a que los géneros especializados se caracterizan por ser cognitivamente
más demandantes que textos no especializados (Guantiva Acosta et al.,
2008). De hecho, desde el ámbito de la traducción, los géneros
especializados forman parte de un tipo de traducción, a saber, traducción
especializada, la cual demanda de una serie de conocimientos y desarrollo
de habilidades por parte del traductor (Faber Benítez, 2009).
Dado este contexto, es evidente la incertidumbre sobre la relación entre
estas tres variables: focalización de la atención, competencia traductora y
géneros especializados. Abordarlas de manera sistemática contribuiría al
conocimiento de los procesos cognitivos involucrados en la atención, lo que
sería un aporte al área de estudio de los CTS. Además, proveería información
relevante que permita en un futuro proyectar diseños de programas y