ISSN: 1579-9794
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Las traducciones italianas de Un pobre hombre rico de
Miguel de Unamuno: viejas y nuevas propuestas
Miguel de Unamuno’s Un pobre hombre rico and its Italian
Translations: Old and New Proposals
MARTA FABBRI
marta.fabbri@unife.it
Universidad de Ferrara
Fecha de recepción: 28/02/2024
Fecha de aceptación: 05/04/2024
Resumen: Unamuno no solo codició la gloria en España, sino que se afanaría
por granjearse un público internacional. Sus mayores devociones las trabó
con Italia, toda vez que Gilberto Beccari se convertiría a partir de 1908 en su
traductor de cabecera. Después de pasar revista a los «hitos transalpinos»
del antiguo rector de Salamanca, se examina aquí una de sus últimas novelas
cortas (o cuentos largos): Un pobre hombre rico o El sentimiento cómico de
la vida. Impresa en 1933 dentro de San Manuel Bueno, mártir y tres historias
más, gozaría de escasa fortuna dentro y fuera de su patria. Ejemplo tardío del
experimentalismo lingüístico unamuniano (destacan los dobles sentidos, los
afijos burlescos y los juegos de palabras), la tarea de traducirla no resulta
sencilla en absoluto; de ahí que hayamos sondeado las versiones italianas
de Bianco (2010) y Fioraso (2022), ofreciendo un puñado de alternativas
léxicas y gramaticales.
Palabras clave: Miguel de Unamuno, Análisis traductológico, Un pobre
hombre rico, Italia
Abstract: Not only did Unamuno pursue fame in Spain, but he also aimed to
reach the widest international readership possible. He established deep
relationships with Italy, since Gilberto Beccari became in 1908 his main Italian
translator. Starting from a review of the «transalpine milestones» of the former
rector of the University of Salamanca, this essay aims to analyse one of his
last short novels (or large stories): Un pobre hombre rico o El sentimiento
cómico de la vida. Printed in 1933 in the volume San Manuel Bueno, mártir y
tres historias más, it achieved poor success in and out of Spain. Considered
as a late example of Unamuno’s linguistic experimentalism (characterised by
plenty of double meanings, burlesque affixes and puns), its translation is far
from being easy. For this reason, I have compared the Italian translations
2 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
provided by Bianco (2010) and Fioraso (2022), offering also some lexical and
grammatical alternatives.
Keywords: Miguel de Unamuno, Translation Study, Un pobre hombre rico,
Italy
1. INTRODUCCIÓN (UNAMUNO AL ITÁLICO MODO)
Antes del comienzo del pasado siglo, el nombre de Miguel de Unamuno
ya circulaba fuera de las fronteras de su patria1. El «polígrafo bilbaíno»
tendría corresponsales en numerosos rincones del viejo continente, e Italia
destacó entre los países de habla no hispana que le dedicaban (y suscitaban)
mayor interés. Según Meregalli (1987, p. 119), «fue el primer […] español
moderno que llegó a tener una vigencia importante [en la cultura italiana,
desde] antes de la guerra, cuando la literatura española [finisecular] era
[todavía] poco y solo ocasionalmente conocida». La relación con los
intelectuales transalpinos no tardaría en intensificarse gracias al propio
Unamuno, que aspiraba a un «reconocimiento más allá de los confines
políticos y culturales de la nación y, sobre todo, de los límites impuestos por
la lengua española» (Pereiro y Plata, 2012, p. 1069). Era allí donde
encontraba las mejores «analogías con su manera de entender y realizar la
función del escritor y ejemplos siempre beneficiosos para la cultura [hispana],
en contraposición con el magisterio francés, que él considera[ba] que ha[bía]
solido ser nefasto para el espíritu español» (González, 1998, p. 34).
La cantidad de estudios y traducciones aparecidos en Italia desde su
debut narrativo supone otra prueba de la fortuna del autor vasco en nuestro
solar. Y al margen de los apuros para acometer un recuento exhaustivo, la
contribución de Borzoni (2000, pp. 147-197) a este sector de la bibliografía
unamuniana, ampliada por la muy reciente de Lodi (2024, pp. 115-146), han
puesto ya orden (y algunas puertas) dentro de dicho campo, brindando pautas
de veras útiles2.
Con el cambio de centuria salieron en la prensa las primeras noticias
del antiguo rector de Salamanca: en 1901 Federico Giolli publicó «Piccole
1 Para profundizar en la red internacional de Unamuno, véase Erquiaga Martínez (2020).
2 Borzoni (2000, pp. 147-197) recoge en cinco secciones todo lo escrito hasta entonces sobre
Unamuno e Italia: «estudios críticos y de interés general; el debate en la prensa italiana desde el
1901 hasta la condena por el “Sant’Uffizio” (1957); traducciones en lengua italiana; censo de los
epistolarios italianos de Unamuno publicados; e índice completo de los libros italianos que se
encuentran en la biblioteca personal de Unamuno». Lodi (2024, pp. 115-146), en cambio, procura
reconstruir la recepción de la obra y figura de don Miguel desde los datos iniciales hasta nuestros
días. Para ello, adopta un enfoque cronológico y divide su artículo en tres etapas: desde 1901
hasta la muerte del intelectual (1936); desde los años cuarenta hasta la década de los ochenta;
y desde los noventa hasta la actualidad.
Marta Fabbri 3
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
note di letteratura» en L’Alba (Lodi, 2024, p. 118); y dos años más tarde, el
artículo «Miguel de Unamuno, romanziere satirico» en Cronache della Civiltà
Elleno-Latina (González, 1978a, p. 91). Ya en las últimas décadas del
Ochocientos, su pensamiento había empezado a despertar el interés de la
nueva generación de intelectuales y no tardaron en llegarle propuestas de
colaboración3. Los jóvenes de La Voce se identificaban con su espiritualidad,
ensalzando aquella agónica búsqueda de la inmortalidad y su constante y
turbadora meditación sobre el misterio de la existencia4.
Fueron cruciales para su fama en Italia tanto el mencionado Giolli, que
lo puso en contacto con importantes revistas, como Papini5 y Boine. Este
último en 1906 reseñó la Vida de Don Quijote y Sancho en Il Rinnovamento
(2, febrero de 1907, pp. 248-252). El florentino Gilberto Beccari, a quien
conoció en 1908 gracias a José Sánchez Rojas, resultó aún más decisivo,
pues se convertiría en su interlocutor y traductor de cabecera en la península
itálica6. Se le deben, un lustro después, el traslado de la citada Vida de Don
Quijote y Sancho, que en 1913 el editor milanés Carabba imprimiría bajo el
3 «La primera petición se la hizo Arturo Frontini, profesor de Catania, el 2-XII-1889: “Io piglio
occasione inoltre di questa incipiente relazione epistolare per pregarla caldamente di collaborare
nella mia ‘Rassegna Mensile di letterature straniere’, che si pubblica qui in Catania…”»
(González, 1978a, p. 91). «Los primeros contactos epistolares de Unamuno con Italia se
producirán con los intelectuales sicilianos y también será en Sicilia donde encuentre los primeros
modelos para su pensamiento económico y político, [además de] donde primeramente
comiencen a difundirse sus obras. Para que ello suceda, [resultaría] fundamental la actuación
del crítico (y profesor de Catania) Giuseppe Arturo Frontini, quien ya desde finales de 1889
comienza a darle noticias de la literatura siciliana y a enviarle obras de los escritores sicilianos
del momento que él considera más importantes o con más expectativas de futuro» (González,
2002, p. 17).
4 Véanse, entre otros, Ferraro (1996) y Foresta (1979). Sobre la lengua unamuniana son
esenciales los estudios de Blanco Aguinaga (1954), Martínez (1998), Tanganelli (2001, 2003),
Lottini (2004) y Ferraro (2012).
5 Recuérdese su artículo «Miguel de Unamuno» publicado (Il Leonardo, octubre-diciembre 1906,
IV (22), pp. 364-366).
6 «Probablemente Beccari no habría comenzado a traducir tan temprano ni a Azorín ni a
Unamuno si no hubiera conocido, ciertamente en enero de 1908, a José Sánchez Rojas, un
bohemio salmantino que se había afincado un par de años antes en Madrid y que entonces
acababa de llegar a Bolonia para cursar estudios de derecho. Sánchez Rojas, que se proclamaba
discípulo de Unamuno y de Dorado Montero y era amigo de Azorín, antes de su partida había
actuado a menudo de mediador y de mensajero en el ininterrumpido diálogo a distancia entre los
[…] prestigiosos escritores españoles» (Tanganelli, 2002, pp. 172-173). La correspondencia
epistolar que mantuvieron Unamuno y Beccari «consta de 42 cartas conservadas [del primero] y
137 [del segundo], siendo únicamente superada en cuanto al número de cartas escritas por don
Miguel por la mantenida con Pedro de Múgica» (González, 1998, p. 37). El estudio de dicho
carteo y de las versiones italianas se antoja fundamental para arrojar luz sobre la redacción de
algunas obras, ya que el polígrafo solía enviar sus manuscritos al traductor florentino. Por
ejemplo, para la traducción de La esfinge le escribió el 7 de diciembre de 1908: «Ya le mandaré
una de las primeras redacciones del drama, que la conservo en un cuadernillo» (Tanganelli,
2012, p. 90). Véase también Scotto di Carlo (2015).
4 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
título de Commento alla vita del Don Chisciotte7, y en la década siguiente el
de otros nueve textos del vasco.
Desde su descubrimiento, el autor de Niebla tuvo muy claro que Italia
sería su primera tierra de conquista, conforme se lee en una carta que le
dirigió a finales de marzo de 1908: «Después de los pueblos de lengua
castellana es en Italia donde he logrado hacerme con mis obras y escritos
algunos lectores y amigos y donde ellos han logrado alguna repercusión»
(González, 1978b, p. 22). A partir de este momento, tomaría cuerpo una
intensa actividad de traducción que sigue dando frutos8. Los títulos de los
años 20 se vertieron «con mucha rapidez y, todavía en [las postrimerías] de
la vida de Unamuno, el interés hacia él siguió muy vivo, a pesar de las
contingencias políticas que estaban viviendo ambas naciones» (Lodi, 2024,
p. 124). Después de su muerte, la situación tampoco cambió, antes bien «se
ne studiò l’opera filosofica con maggiore impegno e si tradussero con p
fervore le opere» (Bardi, 1964, p. 99).
El mundo de la traducción siempre lo atrajo sobremanera. Además de
ser un ejercicio que Unamuno practicó pane lucrando, se afanaría en que sus
libros, ya desde los inicios, fueran adaptados a otras lenguas, con el fin de
conquistar un público cada vez mayor9. El 29 de abril de 1890 le confesaba a
Pedro de Múgica: «no tengo ganas de publicar aquí mis trabajos, donde no
proporcionan ni honra ni provecho. Hace tiempo que proyecto traducirlos o
hacer que me los traduzcan al francés y publicarlos en alguna revista de
filología» (Pereiro y Plata, 2012, p. 1069). Y en 1913 le repetiría a Pedro
Jiménez Ilundain:
Lo de España y los países de lengua española no me interesa
apenas. Ahora mi interés está en ser traducido. Porque, a usted se
7 En 1901 habían aparecido ya algunos fragmentos en italiano de Paz en la guerra en la Antologia
degli scrittori spagnoli de Arturo Frontini; en 1908 Beccari había traducido y publicado los
capítulos II y XI de la Vida de Don Quijote y Sancho, con el título I commentari alla Vita di Don
Chisciotte e di Sancio Pancia, y otro de Recuerdos de niñez y mocedad en la revista Nuova
Rassegna di letterature moderne; y en 1909 se había ocupado de la versión italiana del poema
Nubes de ocaso (Nubi d’occaso). Véanse González (1998, p. 35) y García (1954, pp. 205-211).
8 Un listado exhaustivo de traducciones italianas se registra en Lodi (2024, pp. 143-146). Dentro
del corpus unamuniano, los textos de carácter filosófico y religioso fueron sin sombra de duda
los que gozaron de mejor acogida. De hecho, los ensayos devinieron «los más traducidos,
siguiendo la narrativa y, a bastante distancia, la poesía y el teatro» (González, 1998, p. 36).
9 «Unamuno fue un traductor prolífico de inglés, alemán, italiano, portugués, catalán y hasta de
danés» (Santoyo, 1998, p. 156). «La primera […] del italiano fue la de La Ginestra de Giacomo
Leopardi, hecha en 1889 […] y publicada en el libro Poesías de 1907» (González, 1998, p. 31).
Destacan asimismo sus traslados de Carlyle (La historia de la revolución francesa),
Schopenhauer (Sobre la voluntad en la naturaleza), Sudermann (La honra) y Spencer (La
Beneficiencia, entre otros textos). Sobre la actividad traductora de Unamuno, véanse García
(1964), Serrano (1986), Santoyo (1998) y Pereiro y Plata (2012, pp. 1062-1069).
Marta Fabbri 5
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
lo puedo decir, creo ser yo el más español de los escritores
españoles, y el más europeo; y por lo mismo tengo fe en mi buen
éxito en Europa así que se me traduzca. Y ello refluirá y se reflejará
aquí. […] No me creo un escritor para andar por casa. (Pereiro y
Plata, 2012, p. 1072)
En vida, sus textos se «exportaron» a quince idiomas, siendo Niebla el
que contó con más versiones. Como pormenorizó en el prólogo a la tercera
edición de su nivola,
obras mías han conseguido verse traducidas –y sin mi instanciaa
quince idiomas diferentes –que yo sepay son: alemán, francés,
italiano, inglés, holandés, sueco, danés, ruso, polaco, checo,
húngaro, rumano, yugoeslavo, griego y letón; pero de todas ellas la
que más traducciones ha logrado ha sido ésta: NIEBLA. Empieza en
1921, siete años después de su nacimiento, al italiano: Nebbia,
romanzo, traducida por Gilberto Beccari y con prefacio de Ezio Levi;
en 1922, al húngaro: Kӧd (Budapest), por Garády Viktor; en 1926,
al francés: Brouillard (Collection de la Revue Européenne), por
Noémi Larthe; en 1927, al alemán: Nebel, ein phantastischer Roman
(München), por Otto Buck; en 1928, al sueco: Dimma, por Allan
Vougt, y al inglés: Mist, a tragicomic novel (New York), por Warner
Fite, y al polaco: Mgɫa (Varsovia)10, por el doctor Edward Boyé; en
1929, al rumano: Negura (Bucarest), por L. Sebastian, y al
yugoeslavo: Magla (Zagreb), por Bogdan Radica; y por último, en
1935, al léton: Migla (Riga), por Konstantins Raudive. En junto diez
traducciones, dos más que las que han obtenido mis Tres novelas
ejemplares y un prólogo. (Unamuno, 1935, p. 24)
10 Se corrige un lapsus del impresor, que erróneamente insertó en el texto, entre «Mgɫa» y
«(Varsovia)», la glosa unamuniana: «aquí una l con un travesaño de sesgo».
6 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Figuras 1 y 2. Manuscrito de la Casa-Museo Unamuno (caja 70/35)
Fuente. Casa-Museo Unamuno
A su juicio, las traducciones funcionaban como una caja de resonancia:
creía que el éxito cosechado en el extranjero retroalimentaría la fama de la
que disfrutaba en su país. Como resumen Pereiro y Plata (2012, p. 1071), «la
obra vertida a otra lengua de alguna manera no sustituye al original sino que
lo mantiene y lo complementa, al mismo tiempo que acrecienta su vida
temporalmente y amplía sus posibilidades de expansión geográfica y
cultural». Dado que dicha actividad permitía que su nombre se consolidara
fuera y dentro de las fronteras nacionales, participó en primera persona en
ella, asesorando con tiento a sus traductores.
Los epistolarios informan de ese papel activo, que en ámbito italiano
se colige sobre todo de las cartas que cruzó con Beccari. Conforme subrayara
González, las conversaciones con el florentino
tiene[n] un gran interés para comprender el proceso de formación y
divulgación en Italia de muchas obras unamunianas, por revelar
facetas de [su] pensamiento […] poco conocidas y por las noticias
que da […], tanto sobre su propia vida y obras como sobre
acontecimientos políticos de la España de aquel entonces.
(González, 1998, p. 37)
Marta Fabbri 7
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
El bilbaíno se preocupaba por cada detalle de sus libros, pero ante todo
procuraba allanar el camino de su fiel amigo, que en varias ocasiones solicitó
su ayuda no solo para descifrar determinadas fuentes, sino a la hora de dar
con los italianismos apropiados11. En dicho diálogo epistolar se esforzaba en
explicar sus ideas para que Beccari pudiera entenderlas y reproducirlas. Le
proporcionaba, en suma, valiosas claves de lectura, todavía útiles para una
correcta exégesis de su corpus. Según destacó González acerca de la
versión italiana de La vida de don Quijote y Sancho,
a casi todas las cartas de Beccari acompañará una serie de hojas
de consultas, en las que el italiano abusa hasta límites extremos de
la disponibilidad de Unamuno, pues serán larguísimas listas de
palabras y frases que no entiende o de las que no encuentra el
equivalente […] adecuado. […] [Y las respuestas del autor] se
encaminan a aclarar en español el significado de la palabra o frase
en cuestión, pero, en ocasiones, también se atreve a proponer el
[término] italiano que él considera apropiado. (González, 1998, p.
39)
Los escolios destinados al florentino representan un primer ensayo de
traducción intralingüística (Jakobson, 1959, p. 233) y convierten a don Miguel
en co-traductor de sí mismo12.
2. UN POBRE HOMBRE RICO: PROCESO REDACCIONAL
La misma praxis se repetiría en muchas de sus obras; sin embargo, no
se cuenta entre ellas Un pobre hombre rico o El sentimiento cómico de la
vida, cuya primera versión italiana no vio la luz hasta 2010. Recopilar varios
relatos en un volumen no era una decisión nada extraña dentro de la prosa
unamuniana. Como había hecho ya en dos ocasiones (1913 y 1920)13, en
1933 imprimió juntas cuatro «historias». Al regresar del exilio en febrero de
1930, recibió una acogida triunfal y enseguida volvió a entregarse a la
Universidad y a un intenso trabajo de escritura que cristalizaría en sus últimos
cuentos largos:
He continued to produce literary work only in the first part of this
period; after 1931, his output was mostly journalistic, and social or
11 Para el análisis de las consultas de Beccari, véase Briganti (2014, pp. 41-58). Se trata sobre
todo de dudas textuales (lingüísticas, culturales, de corrección y meta), pero se detecta también
un puñado de preguntas relativas a cuestiones peritextuales, instrumentales y de política de
traducción. Sobre la estrategia traductora del florentino (que a menudo prioriza la comprensión
de los lectores contemporáneos a través de omisiones y neutralizaciones), véase Borio (2020 y
2021).
12 A veces reconstruyó y reversionó algunos de sus textos perdidos a través de las traducciones.
13 En 1913 reunió veintisiete novelas cortas bajo el título de la primera, El espejo de la muerte, y
en 1920 se publicó Tres novelas ejemplares y un prólogo que contenía Dos Madres, El marqués
de Lumbría y Nada menos que todo un hombre.
8 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
political in content. […] Shortly after his return from exile, Unamuno
completed three novellas La novela de Don Sandalio, jugador de
ajedrez, Un pobre hombre rico o el sentimiento cómico de la vida,
and San Manuel Bueno, mártirthat would turn out to be his last
fictional works. (Ribas, 2016, p. 75)
Sorprende que no les dedicara ni una línea en sus cartas ni siquiera
a San Manuel Bueno, mártir, que tenía por el más significativo; no obstante,
esto pudo deberse a una génesis y a una redacción apresuradas, sin olvidar
que los españoles de entonces se encontraban ayunos de publicaciones del
bilbaíno desde hacía más de seis años. Esta es la razón por la cual Unamuno
no debió de juzgar necesaria la promoción de sus relatos postreros14. En
cualquier caso, pese a tal silencio epistolar, de pistas igualmente
esclarecedoras en el prólogo de San Manuel Bueno, mártir y tres historias
más (1933):
Y ahora recojo aquí tres nuevas novelas bajo el título de la primera
de ellas, ya publicada en La Novela de Hoy, numero 461 y último de
la publicación, correspondiente al día 13 de marzo de 1931 estos
detalles los doy para la insaciable casta de los bibliógrafos, y que
se titulaba: San Manuel Bueno, mártir. En cuanto a las otras dos: La
novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez, y Un pobre hombre
rico o el sentimiento cómico de la vida, aunque destinadas en mi
intención primero para publicaciones periódicas lo que es
económicamente más provechoso para el autor–, las he ido
guardando en espera de turno, y al fin me decido a publicarlas aquí
sacándolas de la inedición. Aparecen, pues, estas bajo el patronato
de la primera, que ha obtenido ya cierto éxito. (Unamuno, 1933, pp.
7-8)
De dicho preámbulo se desprende que el proceso de escritura resultó
diametralmente opuesto al de su publicación: sin demoras ni esperas, durante
poco más de dos meses las tres novelas fueron «concebidas, gestadas y
paridas sucesivamente y sin apenas intervalos, casi en una ventregada»
(Unamuno, 1933, p. 27). El 1 de junio de 1930 visitó San Martín de
Castañeda, cuyos paisajes servirían de inspiración para el primer texto. Y en
noviembre, tan solo cinco meses después según registra el autógrafo15,
San Manuel Bueno, mártir estaba concluido. Se publicaría en marzo de 1931,
dentro de La Novela de Hoy (n461 del 13 de marzo de 1931). En cambio,
La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez y Un pobre hombre rico o El
sentimiento cómico de la vida están fechadas en diciembre de 1930. Pese a
que al principio Unamuno quiso que ambas circularan también en la prensa
14 Véase Álvarez Castro (2015).
15 Me refiero al manuscrito autógrafo de San Manuel Bueno, mártir y tres historias más
conservado en el archivo de la Casa-Museo Unamuno de Salamanca con signatura caja 63/2.
Marta Fabbri 9
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
periódica, habrían de esperar al volumen de Espasa Calpe. Además, en dicho
proyecto terminó confluyendo como se explica en el posprólogo fechado en
1932un viejo relato, ya aparecido en El Cuento Semanal el 22 de diciembre
de 1911: Una historia de amor. Finalmente, en marzo de 1933, se estampó la
príncipe de San Manuel Bueno, mártir y tres historias más.
Las palabras liminares del autor se antojan capitales para el estudio de
Un pobre hombre rico, todavía hoy la novelitamás descuidada por la crítica.
Según Ródenas de Moya (2009, p. 407), devino «comprensiblemente
aminorada y ensombrecida por las dos anteriores». En realidad, no es ajena
a las preocupaciones filosóficas que caracterizan a las composiciones
posexilio y que, más en general, signan toda la obra unamuniana. Así lo
delata el subtítulo El sentimiento cómico de la vida, evidente guiño
autoparódico a Del sentimiento trágico de la vida (1912-1913).
En el prólogo se nos explica que a los protagonistas de estas cuatro
ficciones los une el mismo problema: «lo que les atosigaba era el pavoroso
problema de la personalidad, si uno es lo que es y seguirá siendo lo que es»
(Unamuno, 1933, p. 27). Quizás los elementos más genuinos del cuento que
nos ocupa sean la nota final de aparentefelicidad y la patológica inclinación
usurera de Emeterio, que gasta su vida no solo en ahorrar, sino también en
«ahorrarse»16, lo cual no impide descubrir ciertas analogías entre tan curioso
personaje y, por ejemplo, el párroco de Valverde de Lucerna:
Si a alguien le pareciere mal que junte en un tomo a San Manuel
Bueno con Un pobre hombre rico, póngase a reflexionar y verá qué
intimas, profundas relaciones unen al hombre que comprometió
toda su vida a la salud eterna de sus prójimos, renunciando a
reproducirse, y al que no quiso comprometerse, sino ahorrarse.
(Unamuno, 1933, p. 21)
De por sí, el título, Un pobre hombre rico o El sentimiento cómico de la
vida, resume ya el contenido. Sin haberlo mencionado nunca antes, el antiguo
rector de Salamanca define aquí, encarnándolo en el personaje principal, su
«sentimiento cómico de la vida». Mediante la ironía, se perfila la antítesis de
la vida que consideraba auténtica, es decir, la agónica, orientada al esfuerzo
continuo dentro del sentimiento trágico que nace de la «congojosa [...]
meditación de nuestra mortalidad» (Unamuno, 1991, p. 55)17. Según
Ródenas de Moya (2009, p. 418), en la novelita«Unamuno pone en berlina
16 En palabras de Unamuno (1933, p. 197), «cada mes depositaba en el Banco mismo en que
prestaba sus servicios el fruto de su ahorro mensual. Y era ahorrativo, lo mismo que en dinero,
en trabajo, en salud, en pensamiento y en afecto».
17 Sobre la ironía en la escritura unamuniana, véase Vauthier (2004).
10 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
la posición moral de quienes mutilan su voluntad absteniéndose de aceptar
los compromisos, personales o sociales, que el vivir cotidiano va exigiendo».
Emeterio Alfonso la cruz del ideal de la caridad unamuniana: Manuel
Buenoes un joven de veinticuatro años, solo y «radicalmente ahorrativo»
(Unamuno, 1933, p. 198). Empleado y a la vez cliente de un banco donde
invierte sus ahorros mensuales, carece de aficiones y pronto llega a acumular
una discreta fortuna. Le gustan los juegos intelectuales, los chistes y las
tertulias de café. Parco en amistades, consigue trabar cierta intimidad con
Celedonio, contertulio que será su consejero (casi confesor) durante toda la
historia. Su «familia sustitutiva» es la casa de huéspedes de doña Tomasa,
cuyo corazón atiende por Rosita, una muchacha «fresca, apetitosa y aperitiva
y hasta provocativa» (Unamuno, 1933, p. 200) que intenta seducirlo18.
El rico Emeterio la rechaza, aunque haya despertado sus deseos, y
lleva una vida solitaria y monótona con el solo propósito de protegerse (a sí
mismo y a su capital) de los intereses ajenos: «y así corr[en] los años y
Emeterio viv[e] como una sombra errante y ahorrativa, como un hongo, sin
porvenir y ya casi sin pasado» (Unamuno, 1933, p. 230). El empleado ahorra
incluso en su propia existencia y en la posibilidad de enamorarse. Aquí reside
la comicidad: en su falta de compromiso vital. Sin embargo, tras aguantar más
de dos décadas de tristeza, acabará por ceder al matrimonio. El autocontrol
y la privación se verán desplazados por la exhortación a vivir: según afirma el
18 Escenas de seducción parecidas y, sobre todo, la ambigua relación entre el protagonista y una
criada se repite en otros textos unamunianos a partir de Nuevo Mundo: «Cuando de día la
encontraba sola en el pasillo empezó a abrazarla y nada más que abrazarla; cogíala y ella con
los brazos caídos, sin soltar la escoba cuando la llevaba, dejábase oprimir contra el pecho del
pobre Eugenio. Eran simples abrazos. Y cuando iba a acostarse, hincado de rodillas hasta que
le dolieran éstas, pedía a Dios perdón y que le librara de caída. Y a la mañana siguiente, de pie
desde muy temprano, íbase a la cocina a ver cómo hacía el fuego, a cuchichear allí, a acariciarle
la barbilla. […] Muchas veces silenciosamente, sin decir palabra, atraía Eugenio la cabeza de la
muchacha a su cabeza y oprimía mejilla con mejilla, pero jamás la dio un solo beso. […] Una
noche en que sentía Eugenio violentos latidos en las venas de las sienes, escalofríos y
cosquilleo, se retiró temblando al cuarto y desde él pidió la luz. Y al entrar a oscuras la criada la
cogió bruscamente, la oprimió apretadamente contra su pecho y silenciosos, con la respiración
ansiosa, oyeron el campanillazo del ama. Aquella noche se la pasó Eugenio casi toda de rodillas,
rezando y llorando, llorando su soledad, una soledad inmensa y triste. Creíase completamente
aislado en el mundo, en un mundo erizado de abismos y de tristezas y oscuridades. Y no volv
a dirigir apenas la palabra a la cocinera, que a los pocos días se fue de la casa» (Unamuno,
2005b, pp. 68, 70, 72). En Niebla, Augusto siente también cierta atracción por Rosario:
«Levantóse ella cual movida por un resorte, como una hipnótica sugestionada, con la respiración
anhelante. Cojióla él, la sentó sobre sus rodillas, la apretó fuertemente a su pecho, y teniendo su
mejilla apretada contra la mejilla de la muchacha, que echaba fuego, estalló diciendo: ¡Ay,
Rosario, Rosario, yo no sé lo que me pasa, yo no sé lo que es de mí! […]» (Unamuno, 1995b, p.
146).
Marta Fabbri 11
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
propio Emeterio, «hay que cultivar el sentimiento cómico de la vida, diga lo
que quiera ese Unamuno» (Unamuno, 1933, p. 251).
3. LAS TRADUCCIONES ITALIANAS DE UN POBRE HOMBRE RICO
La escasez de estudios críticos avala que Un pobre hombre rico pasó
sin pena ni gloria tanto en España como en el resto de Europa y
Latinoamérica. Durante el siglo XX, el interés de los traductores y editores
italianos se limitaría al texto que abre la colección de Espasa Calpe: San
Manuel Bueno, mártir19. Solo en 2010 y en 2022 aparecieron dos versiones
íntegras del volumen de 1933: la primera a cargo de Vito Bianco y la segunda
en el haber de Nazzareno Fioraso20.
Un pobre hombre rico no refleja esa tendencia al experimentalismo
lingüístico tan propia de otros textos de Unamuno, si bien abundan ciertos
recursos literarios, como los refranes, los juegos de palabras extravagantes
y las metáforas originales21, sin orillar sus guiños a conceptos filosóficos y
religiosos. La clave del relato es sin duda la ironía, alimentada por incontables
términos polisémicos, sufijos o prefijos burlescos y algún que otro neologismo
o arcaísmo.
En las siguientes páginas se esboza un catálogo lingüístico-
traductológico de las dificultades que opone esta novelita, comparando los
dos traslados del siglo XXI22, aunque en ocasiones sugerimos alternativas
ajustadas a «los dos pilares básicos de la equivalencia comunicativa: la
mayor fidelidad posible al programa conceptual (intencional-funcional) del
19 A la primera traducción de San Manuel Bueno, mártir de Flaviarosa Rossini (1955) le siguieron
las de Paolo Pignata (1993) y Gianni Ferracuti (1994, 1995). En los albores del nuevo milenio
aparecieron las de Rosario Trovato (2009) y Marco Ottaiano (2011).
20 La primera se publicó en Officina Trinacria bajo el título de San Manuel Bueno, martire e altre
tre storie y la segunda por Asterios como San Manuel Bueno, martire.
21 Según Pérez Vicente (2010, p. 28), «la plurisignificación del lenguaje literario deriva no solo de
la historia de las palabras, de la riqueza de significado que la tradición oral y escrita ha ido
acumulando en ellas, sino también de las relaciones conceptuales, imaginativas y rítmicas de
cada término con los demás elementos del contexto. Efectivamente, en el texto literario nos
enfrentamos a un lenguaje predominantemente subjetivo y connotativo que dificulta muchas
veces […] la comprensión. […] Esta inagotable riqueza significativa tendrá consecuencias
directas tanto en la interpretación del texto como en su traducción». Acerca del experimentalismo
lingüístico en Unamuno y de los problemas que plantea su traducción, véanse Tomassetti (2012)
y el prefacio a la versión italiana de Amor y pedagogía (Unamuno, 2005a, pp. 24-47).
22 Tomassetti (2012) analiza las dificultades halladas durante la traducción de Amor y pedagogía,
agrupándolas por tipologías (neologismos, análisis etimológicos, digresiones metalingüísticas y
juegos verbales). Adapto estas categorías a las peculiaridades de Un pobre hombre rico.
12 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
autor, y la aceptabilidad en la cultura o polisistema meta» (García, 2000, p.
225)23.
2.1. Palabras nuevas y viejas
2.1.1. Redrotiempo
Bien podría caber dentro de la categoría de neologismo la fórmula «a
redrotiempo» (Unamuno, 1933, p. 241). No es raro que el antiguo rector de
Salamanca inserte en sus obras vocablos inventados a menudo poniéndolos
en cursiva para que destaquen; sin embargo, dicha creación, que se cifra en
la unión del sustantivo «tiempo» con el afijo «redro-» (del latín retro, que
Covarrubias define como «vocablo rústico [que] vale detrás»), no resulta de
las más originales. Se serviría del mismo prefijo también en el prólogo de la
colección de 1933, donde acuña la locucn «a redromano», sinónimo de a
posteriori:
Poniéndome a pensar, claro que a redromano, o a posteriori, en ello,
he creído darme cuenta de que tanto a Don Manuel Bueno y a
Lázaro Carballino como a Don Sandalio el ajedrecista y al
corresponsal de Felipe que cuenta su novela y, por otra parte, no
tan sólo a Emeterio Alfonso y a Celedonio Ibáñez, sino a la misma
Rosita, lo que les atosigaba era el pavoroso problema de la
personalidad, si uno es lo que es y seguirá siendo lo que es.
(Unamuno, 1933, p. 27)
Aunque «a redrotiempo» parezca relacionarse con las nociones de vivir
como «des-vivir» y morir como «des-nacer»24, no nos parece una ocurrencia
suya, dado que ya en 1908 se registraba en el ensayo Sobre el Santo de
Ortega y Gasset (1993, p. 437): «Con Juan Selva, aun antes de saber su
nombre, hemos hecho vía a redrotiempo y hemos restaurado sobre un fondo
de oscuras incertidumbres las líneas puras, severas y todas fuego de la
religión naciente». En su análisis de la lengua y el estilo del filósofo madrileño,
Senabre (1964, p. 44) señala que «[un] prefijo de cierta vitalidad en el léxico
orteguiano es RETRO-, REDRO-. Prescindiendo de composiciones ya
23 «Siguiendo la línea de Hatim y Mason (1995), quienes proponen una traducción comunicativa
concebida a la vez como “transacción comunicativa, acción pragmática e interacción semiótica”
(Hurtado, 2001), sostenemos, con García López (2000), que el traductor tendrá que encontrar
un equilibrio entre ambos polos, los referidos al TO y al TM, ya que tan importante es llegar al
programa conceptual del autor, a su intencionalidad, como que el texto resultante cumpla el
parámetro de aceptabilidad en la cultura de destino. De ahí que defendamos un “enfoque
traductológico comunicativo”, especialmente en el ámbito literario, “que parte de la reflexión
acerca de las especificidades del acto de comunicación que es un texto literario concreto y, como
tal acto de comunicación, de todos los factores relacionados con su intencionalidad y objetivos,
así como de los valores comunicativos de los elementos lingüísticos que sostienen dichos
factores” (García, 2000: 218)» (Pérez, 2021, p. 37).
24 Véase Noè (1998, p. 25).
Marta Fabbri 13
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
usuales retrógrado, retroceso, etc.[...], hallamos la locución a redrotiempo,
formada por analogía con a redropelo».
Para la versión italiana de Un pobre hombre rico, Fioraso (Unamuno,
2022, p. 130) propone un calco literal: «in retrotempo», mientras que Bianco
prefiere una solución más domesticante, optando por «a ritroso» (Unamuno,
2010, p. 149). Lo más prudente sería apostar por una transposición aún más
fiel, conservando la preposición original: «a retrotempo».
2.1.2. Arrumacarse
Los diccionarios tampoco recogen la forma pronominal de arrumacar:
«Recuerdo una vez que iba yo de viaje con una parejita de recién casados
que no hacían sino aprovechar los túneles, y como se propasaran en eso de
arrullarse y arrumacarse a mis narices, les llamé la atención» (Unamuno,
1933, p. 249). En La casa de las flores, Jaime Ramírez Araújo (2016, pp. 323-
324) escribe: «Néstor solía contarme de sus lugares favoritos en el Parque
para caminar y arrumacarse, palabreja americana que la tía Delita usaba a
menudo, puede que añorándola para sí misma». Aunque aquí se le cuelgue
el marbete de americanismo, el término parece arraigado incluso en áreas
periféricas de España. Corominas conjetura un posible origen
gallegoportugués, que conecta enseguida con el sustantivo arrumaco,
equivalente a
‘demostración afectada de cariño’, alteración del dialectal
arremueco derivado de mueca; la alteración se produciría primero
en un verbo *arremocar ‘hacer arrumacos’, port. remocar ‘calificar
(a alguien) con un remoquete’, de donde *arrumacar por metátesis.
[…] La idea central de esta etimología, aunque sin demostraciones
y con agregados inadmisibles, la emitió ya P. de Múgica. […] Como
se esperaría más bien *arromecar, surge la idea de que *arrumacar,
y por tanto *arrumaco sean pronunciaciones gallegoportuguesas,
pero hoy no parece existir el vocablo en este idioma. (Corominas,
1991, pp. 361-362)
Además, en dicho parágrafo se antoja significativa la atribución de esta
etimología a Pedro de Múgica, uno de los amigos y corresponsales más
íntimos de don Miguel. El lema arrumacar consta en sendos repertorios
lexicográficos: el Diccionari popular de la llengua catalana lo define como
«acariciar» (Aladern, 1904, p. 851), mientras que el Vocabulario del noroeste
murciano le atribuye el peculiar significado de «recargar con adornos
extravagantes y de mal gusto» (Gómez, 1991, p. 64).
Aunque no se sepa a ciencia cierta de dónde lo tomó Unamuno, es
claro que lo emplea como sinónimo de «hacer arrumacos». Los traductores
italianos apuestan por dos fórmulas distintas: Bianco propone «ricordo che
14 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
una volta viaggiavo con una coppietta di sposini che non facevano che
approfittare delle gallerie, e siccome esageravano con le tenerezze e gli
abbracci sotto il mio naso, richiamai discretamente la loro attenzione»
(Unamuno, 2010, pp. 154-155). Fioraso lo traduce en cambio como
ricordo che una volta ero in viaggio con una coppietta di sposi novelli
che non facevano altro che approfittare dei tunnel, e siccome
stavano esagerando con tutto quel tubare e quel farsi moine sotto il
mio naso, li richiamai con discrezione (Unamuno, 2022, pp. 134-
135).
En el plano semántico funciona mejor esta última versión, que conserva
la bisemia de «arrullarse» («tubare») para describir los sonidos de los tórtolos
y propone una solución aceptable para «arrumacarse»; pero inevitablemente
se pierde la aliteración ‘onomatopéyica’ del original: «ARRUllARSE y
ARRUmacARSE».
2.1.3. Nietastrito
Unamuno recurre a la derivación también para formar el sustantivo
«nietastrito» y, sucesivamente, «hijastro político», «hijo politicastro» e
«hijastro politicastro». Estas creaciones afloran en las reflexiones
metalingüísticas que dominan un fragmento rebosante de dobles sentidos:
Pues que vamos a tener un nietito...
¿Nietito? ¡Tuyo! ¡Mío será nietastrito!
Bueno, no seas roñoso.
No, no, a mí me gusta propiedad en la lengua. El hijo de la
hijastra, nietastrito.
Y el hijastro de la hija, ¿cómo?
Tienes razón, Rosita... Y luego dirán que es rica esta pobre
lengua nuestra castellana…, rica lengua... rica lengua... ¡Sí, las
mollejas!
¡Qué cosas se te han ocurrido siempre, Emeterio!...
Y a ti, ¡qué cosas te han ocurrido!
Y Emeterio se quedó pensando, al ver a Paquito: “¿Y éste, el hijo
político de mi mujer, qué es mío? ¿Hijastro político? ¿O hijo
politicastro? ¿O hijastro politicastro? ¡Qué lío!”. (Unamuno, 1933,
pp. 253-254)
Emeterio razona sobre los grados de parentesco y, más en concreto,
acerca de la manera de nombrar a los familiares políticos. Para referirse al
hijo de la hijastra Clotilde, acude al diminutivo de «-astro»: «nietastrito». Aquí
la variante «-astrito» no consigue mitigar el aspecto despectivo del afijo base,
sino que casi lo refuerza. El bancario pasa luego a interrogarse a propósito
de las voces más oportunas para designar a su yerno político, y con afán
burlesco insiste en combinar las raíces nominales con la partícula «-astro».
Marta Fabbri 15
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Consideramos que el criterio conservativo es aquí el más sensato.
Fioraso se conforma con adaptar las creaciones unamunianas a las
estructuras grafo-morfológicas de la lengua italiana:
Nipotino? Tuo! Per me sará nipotastrino! […] No, no, a me piace la
proprietà di linguaggio. Il figlio della figliastra, nipotastrino. […] Ed
Emeterio continuava a pensare, vedendo Paquito: “E questo, il figlio
politico di mia moglie, cos’è per me? Figliastro politico? O figlio
politicastro? O figliastro politicastro? Che confusione!” (Unamuno,
2022, p. 137)
Y en la versión de Bianco se pierde el diminutivo de «nietastrito»:
Nipotino? Tuo! Mio sará nipotastro! […] No, no, a me piace la
proprietà nella lingua. Il figlio della figliastra, nipotastro. […] Ed
Emeterio rimase a pensare, vedendo Paquito: “E questo, il figlio
politico di mia moglie, cos’è per me? Figliastro politico? O figlio
politicastro? O figliastro politicastro? Che imbroglio!” (Unamuno,
2010, p. 158)
Obsérvese que se podría barajar alguna alternativa para el raro calco
de «hijo político» («figlio politico» no significa nada en italiano); por ejemplo,
valdría arriesgar la secuencia «figliastro acquisito» / «figlio acquisitastro» /
«figliastro acquisitastro», explicando en una nota al pie la pérdida de la dilogía
«politicastro» (término que significa lo mismo en italiano y en español).
Al final del mismo fragmento sorprende la alusión a las «mollejas».
Todo se explica a través del doble sentido del sustantivo «lengua»: con este
vocablo se indica tanto el idioma como el corte de carne. El adjetivo «ric
refuerza el juego de palabras, pudiéndose interpretar como «rico en
cualidades» y «rico en sabor». En este caso, las coincidencias entre ambos
idiomas permiten traducir de forma literal. Con todo, resulta preferible la
versión de Bianco («E poi dicono che è ricca questa povera lingua nostra
castigliana…, ricca lingua…, ricca lingua… Sì le animelle», Unamuno, 2010,
p. 158) a la de Fioraso («E poi dicono che è ricca questa nostra povera lingua
castigliana… lingua ricca… lingua ricca… Sì, ventrigli!», Unamuno, 2022, p.
137), habida cuenta de que «animell alude a las vísceras de cualquier
animal, mientras que «ventrigli» se refiere específicamente a las entrañas de
las aves.
2.2. Refranes
2.2.1. Buey suelto bien se lame
Unamuno acude en Un pobre hombre rico a varios refranes, no siempre
fáciles de trasladar. «El buey suelto bien se lame» destaca por su recurrencia
cuando se trata de describir al protagonista:
16 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
“Pero no, no, a mí no me pesca se decía Emeterio esta
chiquilla; ¡cargar yo con ella y con Doña Tomasa encima! ¡El buey
suelto bien se lame... buey... buey... pero no toro!” (Unamuno, 1933,
p. 202)
¿He hecho bien en huir? ¿Qué de malo hay en Rosita? ¿Por qué le
he cobrado miedo? El buey suelto... pero me parece que los
lametones del buey son peores para la salud...” (Unamuno, 1933,
pp. 208-209)
¡Psé!, ¡una cátedra de tres al cuarto! Pero yo ya no tendré hogar,
viviré como un buey suelto... lamiéndome... ¿Qué vida, Celedonio,
qué vida! (Unamuno, 1933, p. 216)
Y para distraerse, para olvidar que envejecía, para no pensar en
que un día habría de jubilarse ¡jubilado y buey suelto, buey
jubilado!, recorría las calles buscando, con mirada ansiosa,
alguna imagen a que agarrarse. “Jubilado y buey se decía, ¡vaya
un júbilo! ¿Y qué jubilación le habrá quedado, aparte de su hija, a
Rosita?” (Unamuno, 1933, p. 231)
En Autoridades se explica que
así como el buey cuando está suelto, se alcanza a lamer en todas
las partes de su cuerpo, lo cual no puede hacer cuando está atado
al yugo, así el hombre que es libre y no sirve a nadie, hace su
voluntad sin estar obligado a la de otro.
El Refranero del Centro Virtual Cervantes añade que «la paremia […]
señala lo apreciable de la libertad. También se aplica […] a la persona que,
por estar soltera, no tiene las ataduras del matrimonio» y el Grande dizionario
dei proverbi italiani (2006, p. 88) recoge el equivalente «bue sciolto lecca per
tutto», cuya definición coincide: «chi è lasciato in una condizione di assoluta
libertà finisce facilmente con l’assumere un comportamento indisciplinato e
dissoluto».
Ni Bianco (Unamuno, 2010, p. 124) ni Fioraso (Unamuno, 2022, p. 109)
echan mano de la misma forma del refrán italiano: el primero apuesta por «il
bue libero ben si lecca» y el segundo por el similar «il bue sciolto si lecca
bene», acompañado por una nota explicativa. Hay que considerar que dicha
fórmula ha caído en desuso en Italia; sin embargo, una amplificación como
«il bue si lecca meglio quando è sciolto» se hubiera revelado útil (y suficiente)
para evitar ambigüedades sin añadir glosas adicionales. Incluso Barbara
Troiano y Giorgio Di Dio optaron por la misma solución en su versión italiana
del Quijote:
Sancho borbottava fra sé, e il suo signore sentendo qualcosa gli
domandò:
Marta Fabbri 17
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Cosa mormori, Sancho?
Non dico nulla e non mormoro nulla rispose Sancho ; stavo solo
dicendo, tra me e me, che avrei tanto voluto sentirlo prima di
sposarmi quello che la signoria vostra ha detto, magari ora direi: “Il
bue si lecca meglio quando è sciolto”. (Cervantes, 2014, cap. XXII)
2.2.2. Los dedos se te antojan huéspedes
Para narrar la táctica de seducción de Rosita, Unamuno (1933, p. 202)
acude a la desusada paremia «al miedoso los dedos se le antojan
huéspedes», equivalente al italiano «avere paura della propria ombra»25:
[…] ¡Si vieras cómo se me arrima! Con cualquier pretexto, y como
quien no quiere la cosa, a rozarme. Me quiere seducir, no cabe
duda. Y yo no sé si a la vez...
¡Vamos, Emeterio, que los dedos se te antojan huéspedes!
Al revés, son los huéspedes los que se me antojan dedos. […]
La italianización no permite conservar las alusiones, por un lado, a la
acción de rozar y a los dedos y, por otro, a los huéspedes de doña Tomasa.
Tanto Bianco como Fioraso proponen dos traducciones literales que pierden
buena parte de los matices originales:
Andiamo, Emeterio, che le dita te le immagini ospiti!
Al contrario, sono gli ospiti che mi immagino dita. (Unamuno, 2010,
p. 124)
Dai, Emeterio, che quelle dita le vorresti come ospiti!
Al contrario, sono gli ospiti che bramano le dita. (Unamuno, 2022,
p. 110)
En efecto, las claves del prototexto son aquí intraducibles; sin embargo,
juzgamos factible acudir al refrán equivalente, tal vez modificando su forma
estándar para no sacrificar esa alusión a Rosita y a las manos largas de los
huéspedes:
Dai, Emeterio, hai paura della tua ombra!
–Al contrario, è lombra degli ospiti a farmi paura.
En cualquier caso, habría que dar cuenta de la pérdida semántica en
una nota a pie de página.
25 Véase otra vez el Refranero del Centro Virtual Cervantes.
18 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
2.3. Juegos verbales y dobles sentidos26
La infinidad de juegos verbales nos obliga, por razones de espacio, a
hacer una selección.
2.3.1 llamativo llama
Al bilbaíno le divertía jugar con la polisemia de los vocablos, conforme
se aprecia en esta secuencia de metáforas:
¡Pero lo que ello le costó! ¡Las noches de pesadillas que le
atormentó el recuerdo de Rosita! ¡Ahora era cuando comprendió
cuán hondamente prendado quedó de ella, ahora era cuando en la
oscuridad del lecho le perseguía aquel pestañeo llamativo!
Llamativo se decíaporque me llama, porque es de llama, de
llama de fuego, y también porque sus ojos tienen la dulzura
peligrosa de los de la llama del Perú. (Unamuno, 1933, p. 208)
Tras usar el epíteto «llamativo», refiere casi todas las acepciones de
«llama» como verbo («llamar»; en italiano «chiamare», «attirare») y
sustantivo: al principio con el sentido de «fiamma» y luego con el de «llama
del Perú» (en italiano «il lama»). Tanto Bianco como Fioraso no consiguen
reproducir la aliteración original y explican en nota el juego del original:
Ma quanto gli costò tutto ciò! Le notti di incubi che gli tormentarono
il ricordo di Rosita! Fu allora che comprese quanto profondamente
preso da lei era restato, allora che nell’oscurità del letto lo
perseguitava quel battere di ciglia esclamativo! “Esclamativo” si
diceva “perché mi chiama, perché è di fiamma, di fiamma di fuoco,
e anche perché i suoi occhi hanno la dolcezza pericolosa di quelli
del lama del Perú. (Unamuno, 2010, pp. 127-128)
Ma quanto gli costò! Le notti d’incubi in cui lo tormentò il ricordo di
Rosita! Ora era quando capiva quanto fosse profondamente preso
da lei, ora era quando nell’oscurità del letto lo inseguiva
quell’attraente sbattere di ciglia! «Attraente» si diceva «perché mi
attrae, perché è una fiamma, una fiamma di fuoco, e anche perché
i suoi occhi hanno la pericolosa dolcezza di quelli dei lama del Perú.
(Unamuno, 2022, pp. 112-113)
No se puede reproducir la paronomasia (del todo inviable transferir al
italiano la referencia al animal a través de un lema fonéticamente afín); pero
la traducción podría mejorarse a través de formas derivadas del sustantivo
«fiamma» («infiammare» y «fiammante»):
Ma quello che gli costò! Le notti di incubi in cui lo tormentava il
ricordo di Rosita! In quel momento fu quando comprese quanto
26 La cursiva en las citas es nuestra.
Marta Fabbri 19
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
profondamente fosse preso da lei, quando nell’oscurità del letto lo
perseguitava quel fiammante sbattere di ciglia! «Fiammante» si
diceva «perché mi infiamma, perché è di fiamma, di fiamma di fuoco,
e anche perché i suoi occhi hanno la dolcezza pericolosa di quelli
del lama del Perú.
2.3.2. encajar caja
La fortuna de Emeterio se subraya gracias a la repetición del adjetivo
«rico» (contrapuesto a «pobre»), del sustantivo «caja» y de su derivado
«encajar». Estos últimos vocablos menudean en el diálogo entre Rosita y
Clotilde:
Sí, partido. Claro es que te lleva bastantes años, que podría muy
bien, por su edad, ser tu padre; pero aún está de buen ver y, sobre
todo, me he informado bien de ello, anda muy bien de caja...
Y claro, como no pudiste, siendo tú como yo ahora, moza,
encajártelo, me lo quieres encajar ahora...
[…]
Lo tengo pensado y repensado. ¡Con Don Emeterio, no! Ya sabré
ganarme mi vida, si es preciso; nada de su caja. (Unamuno, 1933,
pp. 237, 239)
Al comparar las versiones italianas, destaca la creativa propuesta de
Fioraso respecto a la más literal de Bianco:
Sì, partito. È chiaro che ha qualche anno in più di te, che potrebbe
essere benissimo, per la sua età, tuo padre; ma ha ancora una bella
presenza e, soprattutto, mi sono informata bene su questo, è ben
messo a quattrini…”
È chiaro, siccome non hai potuto, quando eri giovane come sono io
ora, una ragazza, incastrarlo, lo vuoi incastrare con me ora… […]
Ci ho pensato e ripensato. Con don Emeterio, no! E saprò
guadagnarmi la vita, se è necessario; niente dalla sua cassaforte.
(Unamuno, 2010, pp. 147, 149)
Sì, buon partito. Certo, ha abbastanza anni in più di te, che
potrebbe benissimo, per la sua età, esser tuo padre; ma è ancora di
bell’aspetto e, soprattutto, me ne sono informata bene, ha le tasche
molto piene…
E, naturalmente, siccome non hai potuto, quand’eri giovane come
me, intascartelo, adesso vuoi che me lo intaschi io… […]
20 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Ci ho pensato e ripensato. Con don Emeterio, no! Saprò
guadagnarmi la vita, se necessario; niente dalle sue tasche.
(Unamuno, 2022, pp. 128-129)
A través de la pareja «tasche» «intascare», Fioraso calca la ironía
sobre los haberes del empleado y los intereses de Rosita, evitando así
neutralizaciones y respetando el políptoton del original. Otro par de variantes
adecuadas para traducir el juego verbal serían «cassaforte» e «incassare», a
nuestro juicio incluso más cercanas a la fonética del original y al léxico
bancario:
Sì, buon partito. Certo, ha abbastanza anni in più di te, che, per la
sua età, potrebbe benissimo esser tuo padre; però è ancora di
bell’aspetto e, soprattutto, mi sono informata bene su questo, ha la
cassaforte molto piena…
E, naturalmente, siccome non hai potuto, quand’eri giovane come
me, incassartelo, adesso vuoi che lo incassi io… […]
Ci ho pensato e ripensato. Con don Emeterio, no! Saprò
guadagnarmi la vita, se necessario; niente dalla sua cassaforte.
2.3.3. emperrarse engatar(se)
Otro juego verbal aprovecha la dilogía «emperrarse» («obstinarse»,
DRAE) y «engatar» («engañar halagando», DRAE) al comparar con un felino
a Paquito, el novio de Clotilde: «¿Es decir, que te emperras, o mejor te
engatas con tu michino?» (Unamuno, 1933, p. 239). En el caso de
«emperrarse», Bianco opta por «accanirsi», y Fioraso por «incaponirsi». Ya
que el italiano carece de un término patrimonial para el verbo «engatar»,
ambos acuden a la prefijación («a-» e «in-») para fraguar otro relativo a un
gato («aggattire» e «ingattire»):
Cioè ti accanisci, o meglio ti aggatti col tuo micino? […] (Unamuno,
2010, p. 148)
Vuol dire che ti incaponisci, o meglio ti ingattisci col tuo micetto? […]
(Unamuno, 2022, p. 129)
El primero se caracteriza por una paronomasia entre fonemas velares
(acca- / agga-), mientras que el segundo reproduce la misma aliteración del
original, gracias a la repetición de la nasal alveolar (in- / in-). Aunque la ratio
traductora siga pautas análogas, nosotros optaríamos por la versión de
Bianco: resulta más fiel al prototexto tanto desde el punto de vista semántico
como extralingüístico, respetando la alusión a los mismos animales.
Marta Fabbri 21
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
2.3.4. dar dentera dentera
El juego verbal más excéntrico y complejo de toda la novela se registra
en el siguiente párrafo:
[…] ¿y sabes con qué me salió la mocosa? Pues con un: “¿Qué?
¿Le damos dentera, abuelito?”
Y tú ¿qué le dijiste?
¿Yo? Yo le dije: “¿Dentera? ¿Dentera a mí? Hace años ya,
mocita, que gasto dentadura postiza, y de noche la pongo a remojo
en un vaso de agua aséptica”. Y se calló. Conque... ¡cuida de tu
salud! (Unamuno, 1933, p. 249)
El núcleo del diálogo radica en la aliteración entre «dentera» (‘envidia’)
y «dentadura postiza». Ni la fallida versión de Bianco, que confunde
«dentera» con el falso amigo «dentiera» (es decir, dentadura postiza), ni la
de Fioraso conservan el juego de palabras (y solo el segundo añade una nota
explicativa):
[…] e sai con cosa se ne uscì la mocciosa? Con un: ‘Che c’è? Vuole
la dentiera, nonnetto?’”
“E tu, che le hai detto?”
“Io? Io le ho detto:Dentiera? Dentiera a me? È qualche anno ormai
che uso la dentatura posticcia, e di notte la metto a mollo in un
bicchiere d’acqua ossigenata’ […] (Unamuno, 2010, p. 155)
[…] e sai con cosa se ne uscì fuori la mocciosa? Beh, dicendomi:
«Che c’è? Le facciamo invidia, nonnetto?».
E tu, che le hai detto?
Io? Le dissi: «Invidia? Invidia io? Sono anni, ragazzina, che porto
la dentiera, e di notte la immergo in un bicchiere d’acqua asettica»
[…] (Unamuno, 2022, p. 135)
Sin embargo, dicha doble referencia se hubiera podido evocar a través
del modismo «mettere qualcosa sotto i denti», preservando siquiera los
rasgos lingüísticos y extralingüísticos del original:
[…] e sai con cosa se ne è uscita fuori la mocciosa? Beh, con un:
“Che c’è? Vuole qualcosa da mettere sotto i denti, nonnino?”
E tu, che cosa le hai detto?
22 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Io? Io le ho detto: “Sotto i denti? Sotto i denti io? Ormai sono anni,
ragazzina, che porto la dentiera, e di notte la metto a mollo in un
bicchiere di acqua asettica” […]
2.3.5. mundo
También la traducción de «mundo» merece un par de consideraciones:
Por fin Emeterio, después de haberlo tratado y consultado con
Celedonio, acordó huir de la tentación. Aprovechó para ello unas
vacaciones de verano para irse a un balneario a ahorrar salud, y al
volver a la Corte, a restituirse a su Banco, trasladarse con su mundo
a otra casa de huéspedes. Porque su mundo, su viejo mundo, lo
dejó, al irse de veraneo, en casa de Doña Tomasa y como en
prenda, llevándose no más que una maleta consigo. Y al volver no
se atrevió ni a ir a despedirse de Rosita, sino que, con una carta,
mandó a pedir su mundo. (Unamuno, 1933, p. 208)
Con este vocablo no solo se indican las posesiones de Emeterio, sino
el «baúl mundo», es decir, el «grande y de mucho fondo, frecuentemente con
compartimentos» (DRAE). Las traducciones toman aquí caminos opuestos:
Bianco (Unamuno, 2010, p. 127) neutraliza el doble sentido del original a favor
del equivalente más común («mond), mientras que Fioraso (Unamuno,
2022, p. 112) opta por «baule». Ambos, pues, renuncian a una parte del
significado original. Se hace difícil dar con una solución más satisfactoria; en
cualquier caso, convendría declarar las lagunas del texto meta, anotando la
pérdida del juego de palabras. Otra posibilidad consistiría en la combinación
de las dos acepciones, con vistas a acuñar una suerte de equivalente
descriptivo:
Alla fine, Emeterio, dopo averne parlato ed essersi confrontato con
Celedonio, decise di fuggire dalla tentazione. Per farlo approfittò di
una vacanza estiva per andare alle terme a risparmiare in salute e,
di ritorno alla capitale per restituirsi alla sua banca, per trasferirsi poi
con il baule contenente il suo mondo in un’altra pensione. Perché il
suo mondo, il suo vecchio mondo, lo aveva lasciato, quando era
andato in vacanza, a casa della signora Tomasa e come in pegno,
essendosi portato con sé non più di una valigia. E al ritorno non ebbe
il coraggio nemmeno di andare a congedarsi da Rosita, bensì, con
una lettera, chiese indietro il baule del suo mondo.
2.4. Realia
Nunca se debe prescindir de pasar revista a los culturemas. A lo largo
del cuento aflora un par de veces el sustantivo «tostada». Bianco lo traduce
con el sintagma descriptivo «fetta di pane tostato» (Unamuno, 2010, pp. 135,
141). En cambio, Fioraso se decanta primero por el equivalente cultural
«cornetto» y luego por el anglicismo «toast» (Unamuno, 2022, pp. 119, 123).
Marta Fabbri 23
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Tampoco coinciden las traducciones de «zarzuela» o de «tute». Bianco
(Unamuno, 2010, p. 155), más respetuoso con el prototexto, conserva los
realia y solo añade aquí una glosa para «zarzuela», que define como
«l’operetta spagnola»; mientras que Fioraso traslada «zarzuelas» con una
generalización: «operette» (Unamuno, 2022, p. 135).
Los guiños en el siguiente diálogo al juego del tute pusieron en aprietos
a los traductores:
¡Hombre, te diré!... Ahora, después de cenar nos solemos poner
Rosita y yo, junto al brasero, a jugar al tute...
¿No te lo decía, Emeterio, no te lo decía? ¿Lo ves? Y te hace
trampas, ¿no es eso? ¿Para fallarte las cuarenta?
Alguna vez... (Unamuno, 1933, p. 258)
Bianco sí respeta el culturema, pero se equivoca al verter «te hace
trampas», cuyo sujeto es Rosita, con una forma de segunda persona singular
referida a Emeterio: «bari» (‘haces trampa’). Aún más problemática resulta la
transposición de «para fallarte las cuarenta», ya que se refiere al «número de
puntos que gana en el tute quien reúne el caballo y el rey del palo que es
triunfo y lo declara o canta al ganar una baza» (DRAE) y que carece de
equivalente italiano. Además de confundirse otra vez con el sujeto, Bianco
opta por un calco muy oscuro: «per calare la quaranta».
“Amico, ti dirò!... Adesso, dopo aver cenato siamo soliti Rosita e io,
accanto al braciere, giocare a tute…”
“Non te lo dicevo, Emeterio, non te lo dicevo? Lo vedi? E bari, non
è così? Per calare la quaranta?”
“Qualche volta…” (Unamuno, 2010, pp. 160-161)
En cambio, Fioraso sustituye «tute» por «briscola», dando al traste con
«para fallarte las cuarenta» por medio de otra generalización: «per farti
sbagliare».
Amico, te lo dico!... Ora, dopo cena, di solito ci mettiamo Rosita e
io, accanto alla stufa, a giocare a briscola
Non te l’ho detto, Emeterio, non te l’ho detto? Lo vedi? E ti fa dei
tranelli, non è così, per farti sbagliare?
Qualche volta… (Unamuno, 2022, pp. 139-140)
Ambas propuestas resultan muy débiles, empezando porque el tute y
la brisca son juegos distintos en los que se usa distinto número de cartas.
Aunque no parece haber una solución del todo fiel al original y aceptable en
la cultura italiana, combinando ambas propuestas se generaría una tercera:
24 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Amico, eccome!... Di solito, dopo aver cenato, ci mettiamo io e
Rosita, accanto al braciere, a giocare a tute
Non te lo dicevo, Emeterio, non te lo dicevo? Lo vedi? E bara, non
è così? Per non farti fare i quaranta punti?
A nuestro juicio, siempre es preferible conservar los realia, limitando el
añadido de glosas solo para los menos conocidos fuera del dominio hispano.
Nótese, empero, cómo ambos traductores avienen al mantener la referencia
al agua de Carabaña (Unamuno, 1933, p. 251). Solo Fioraso, con buen tino,
estima necesario ayudar a sus lectores con una nota explicativa: «cittadina
nei pressi di Madrid, famosa per le sue acque purgative» (Unamuno, 2022, p.
136). Sin embargo, divergen de nuevo a la hora de traducir «Maritornes»:
¡Pero en este mesón! Ahora hay una Maritornes que se empeña
en freír los huevos nadando en aceite, y cuando al traérmelos a la
mesa se lo reprendo, me sale con que eso es ¡pa untar! ¡Figúrate!
(Unamuno, 1933, p. 212)
Y es natural que Don Quijote sintiese debilidad por los alcahuetes
y por otras gentes. Recuerda qué caritativas, qué maternales
estuvieron con él las mozas que llaman del partido, y la caritativa
Maritornes, que sabía echar a rodar la honestidad cuando se trataba
de aliviar la flaqueza del prójimo. (Unamuno, 1933, p. 224)
Fioraso respeta el nombre en las dos ocurrencias, mientras que Bianco
se decanta por «virago», en el primer caso, y por «Serva», en el segundo:
“Ma in questa osteria! Adesso c’è una virago che si ostina a friggere
le uova in un mare d’olio, e quando me le porta a tavola e la
rimprovero, se ne esce dicendomi che quello è per il pane! Figurati!”
(Unamuno, 2010, p. 130)
[…] Ricorda quanto caritatevoli, quanto materne furono con lui le
ragazze che chiamano di vita, e la caritativa Serva, che sapeva
trascurare l’onestà quando si trattava di alleviare la debolezza del
prossimo (Unamuno, 2010, p. 138)
Ma in questa locanda! Ora c’è una tal Maritornes che continua a
friggere le uova nuotando nell’olio, e quando me le porta al tavolo e
la rimprovero, se ne esce fuori a dire che è per pucciare! Immaginati!
(Unamuno, 2022, p. 115)
[…] Ricorda quanto caritatevoli e materne furono le giovani
cosiddette del popolo, e la caritatevole Maritornes, che sapeva
mandar via l’onestà quando si trattava di alleviare la debolezza del
prossimo (Unamuno, 2022, p. 121)
Marta Fabbri 25
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Sería preferible apostar por el nombre femenino, dado que el contexto
permite deducir su condición de sirvienta, anulando cualquier ambigüedad27.
CONCLUSIONES
Nuestro examen de las dos traducciones italianas de Un pobre hombre
rico arroja un saldo más bien pobre por lo que se refiere a la labor de Bianco
y Fioraso, quienes a menudo optan por soluciones distintas, pero sin aplicar
de forma sistemática una estrategia definida ni coherente: sus operaciones
resultan más o menos eficaces en la transposición de neologismos, realia y
juegos verbales. Bianco cuida más los aspectos culturales y, por lo general,
(excepción hecha de «Maritornes») tiende a conservar la idiosincrasia de la
cultura española. Fioraso, en cambio, arriesga ofreciendo soluciones asaz
ingeniosas para los pseudo-neologismos unamunianos, y esforzándose más
en el nivel extralingüístico cuando se trata de reproducir la ironía y las
bisemias (como en el caso de «encajar» «caja»). Las versiones, pues, de
alguna forma se complementan; pero ambas podrían mejorarse y
‘equilibrarse’ en aras de una mayor adhesión al prototexto y, sobre todo, al
programa conceptual de Miguel de Unamuno, ya que acostumbran a ceñirse
a la aceptabilidad dentro del polisistema meta.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Aladern, J. (1904). Diccionari popular de la llengua catalana. Francisco
Baxarias.
Álvarez Castro, L. (2005). La palabra y el ser en la teoría literaria de
Unamuno. Universidad de Salamanca.
Álvarez Castro, L. (2015). Los espejos del yo: existencialismo y metaficción
en la narrativa de Unamuno. Universidad de Salamanca.
Bardi, U. (1964-1965). Fortuna di don Miguel de Unamuno in Italia. Cuadernos
de la Cátedra Miguel de Unamuno, (14-15), 97-102.
27 Un equivalente cultural podría ser el de «Perpetua», que en Italia es hoy antonomástico de
«criada», a zaga de la descripción del homónimo personaje en I Promessi Sposi de Manzoni:
«Era Perpetua, come ognun se n’avvede, la serva di don Abbondio: serva affezionata e fedele,
che sapeva ubbidire e comandare, secondo l’occasione, tollerare a tempo il brontolio e le
fantasticaggini del padrone, e fargli a tempo tollerar le proprie, che divenivan di giorno in giorno
più frequenti, da che aveva passata l’età sinodale dei quaranta, rimanendo celibe, per aver rifiutati
tutti i partiti che le si erano offerti, come diceva lei, o per non aver mai trovato un cane che la
volesse, come dicevan le sue amiche» (Manzoni, 2021, p. 47). Sin embargo, como evidencia
dicho fragmento, el personaje no tiene mucho en común con la Maritornes del Quijote; de ahí
que otra vez la solución más fiel al original consista en conservar el culturema.
26 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
https://revistas.usal.es/dos/index.php/0210-
749X/article/view/9712/10080
Blanco Aguinaga, C. (1954). Unamuno, teórico del lenguaje. El Colegio de
México.
Boine, G. (1907). Unamuno: Vida de Don Quijote y Sancho. Il Rinnovamento,
2, 248-252.
Borio, A. (2020). «Il Dramma» e il “género chico”. Ricezione, traduzione e
inediti. Edizioni dell’Orso.
Borio, A. (2021). Le strategie traduttive adottate per i testi teatrali spagnoli
apparsi su riviste italiane. Artifara, 21(2), 337-348.
https://doi.org/10.13135/1594-378X/6196
Borzoni, S. (2000). Tributo para una bibliografía italiana. Cuadernos de la
Cátedra Miguel de Unamuno, 35, 147-197.
https://revistas.usal.es/dos/index.php/0210-
749X/article/view/1788/1845
Briganti, A. (2014) Las preguntas de un traductor: cartas de Gilberto Beccari
a Miguel de Unamuno. Cuadernos Aispi, 3, 41-58.
https://doi.org/10.14672/3.2014.1049
Cervantes, M. de (2014). Don Chisciotte della Mancha. Newton Compton.
Corominas, J. (1991-1997). Diccionario crítico etimológico castellano e
hispánico. Gredos.
Covarrubias, S. de (1611). Tesoro de la lengua castellana o española. Luis
Sánchez.
Erquiaga Martínez, C. (2020). Miguel de Unamuno intelectual europeo. Un
análisis de su red internacional a través de la correspondencia de sus
remitentes [Tesis doctoral, Universidad de Salamanca].
https://produccioncientifica.usal.es/documentos/61d52f652115542d7a
a8cc64
Ferraro, C. L. (1996). Recenti studi su Unamuno in Italia. Idee: rivista di
filosofia, 31-32, 233-246.
Ferraro, C. L. (2012). La metalinguistica in M. de Unamuno. En: A. Cassol, A.
Guarino, G. Mapelli, F. Matte Bon y P. Taravacci (Eds.), Metalinguaggi
e metatesti. Lingua, letteratura e traduzione (pp. 349-356). AISPI
edizioni.
Foresta, G. (1979). Il chisciottismo di Unamuno in Italia. Milella.
Marta Fabbri 27
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
García Blanco, M. (1954). Italia y Unamuno. Archivum: Revista de la Facultad
de Filosofía y Letras, 4, 182-219.
https://reunido.uniovi.es/index.php/RFF/article/view/3375/3239
García Blanco, M. (1964). Unamuno, traductor y amigo de José Lázaro.
Revista de Occidente, 19, 97-120.
García López, R. (2000). Cuestiones de traducción: hacia una teoría particular
de la traducción de textos literarios. Comares.
Gómez Ortín, F. (1991). Vocabulario del Noroeste murciano. Contribución
lexicográfica al español de Murcia. Editora regional de Murcia.
González Martín, V. (1978a). Difusión de la obra de Unamuno y eco de su
personalidad en Italia. Cuadernos de la Cátedra Miguel de Unamuno,
25-26, 91-126. https://revistas.usal.es/dos/index.php/0210-
749X/article/view/9878
González Martín, V. (1978b). La cultura italiana en Miguel de Unamuno.
Ediciones Universidad de Salamanca.
González Martín, V. (1998). Las traducciones de las obras de Unamuno en
Italia: el papel del autor. En M. Á. Vega Cernuda (Ed.), La traducción
en torno al 98 (pp. 31-42). Instituto Universitario de Lenguas Modernas
y Traductores.
González Martín, V. (2002). Unamuno y los escritores sicilianos. Cuaderno
gris, 6, 15-32.
Guazzotti, P. y Oddera, M. F. (2006). Il grande dizionario dei proverbi italiani.
Zanichelli.
Jakobson, R. (1959). On linguistic Aspects of Translation. En R. A. Brower
(Ed.). On Translation (pp. 232-239). Harvard University Press.
Lodi, E. (2024). La recepción italiana de Miguel de Unamuno, entre crítica y
traducciones. Anales de Literatura Española, 40, 115-146.
https://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/138517/1/AnLitEsp_2024_4
0_06.pdf
Lottini, O. (2004). Unamuno linguista (e altri saggi). Bulzoni.
Mancho Duque, M. J. (1997). Sobre el Unamuno filólogo (a través del
epistolario finisecular). En T. Berchem y H. Laitenberger (Eds.), El
joven Unamuno en su época (pp. 273-290). Conserjería de educación
y Cultura de la Junta de Castilla y León.
Manzoni, A. (2021). I promessi sposi. Carocci.
28 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Martínez, A. (1998). Lenguaje y dialogía en la obra de Miguel de Unamuno.
Editorial Pliegos.
Meregalli, F. (1987). Sobre Unamuno en Italia. Cuadernos
Hispanoamericanos, 440-441, 119-126.
Noè, E. (1998). Pupazzi di nebbia: la metafora della nebbia nella filosofia
poetica di Miguel de Unamuno. Alinea.
Ortega y Gasset, J. (1993). Personas, obras, cosas. Alianza.
Oya, A. (2021). Análisis de Un pobre hombre rico o el sentimiento cómico de
la vida, de Miguel de Unamuno. Estudios Filosóficos, (LXX), 367-374.
https://estudiosfilosoficos.dominicos.org/ojs/article/view/1426
Papini, G. (octubre-diciembre 1906). Miguel de Unamuno. Il Leonardo, IV(22),
364-366.
Pereiro Otero, J. M. y Plata, F. (2012). Práctica y teoría de la traducción en
Unamuno: cuatro cartas inéditas. Anales de la literatura española
contemporánea, 37(3), 1059-1115.
Pérez Vicente, N. (2010). Traducción y contexto. Aproximación a un análisis
crítico de traducciones con fines didácticos. QuattroVenti.
Pérez Vicente, N. (2021). Traducción en contexto. Análisis crítico de
traducciones literarias (español/italiano). CLUEB.
Ramírez Araújo, J. (2016). La casa de las flores. megustaescribir.
Real Academia Española. Corpus diacrónico del español. Banco de datos
(CORDE). https://corpus.rae.es/cordenet.html.
Real Academia Española. (1726-1739). Diccionario de la lengua castellana,
en que se explica el verdadero sentido de las voces, su naturaleza y
calidad, con las phrases o modos de hablar, los proverbios o refranes,
y otras cosas convenientes al uso de la lengua. Imprenta de Francisco
del Hierro/Imprenta de la Real Academia Española.
Real Academia Española. (2014). Diccionario de la lengua española. (23a
ed.).
Ribas Ribas, P. (2016). Return from Exile: Politics and Poetics 1930-1936. En
J. Biggane y J. Macklin (Eds.), A Companion to Miguel de Unamuno.
Tamesis.
Ródenas de Moya, D. (2009). Humorismo polémico en Un pobre hombre rico
o el sentimiento cómico de la vida. En A. Chaguaceda Toledano (Ed.),
Marta Fabbri 29
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Miguel de Unamuno. Estudios sobre su obra (Vol. IV, pp. 407-418).
Universidad de Salamanca.
Santoyo, J. C. (1998). Unamuno, traductor: luces y sombras. En M. Á. Vega
Cernuda (Ed.), La traducción en torno al 98. Instituto Universitario de
Lenguas Modernas.
Scotto di Carlo, A. C. (2015). «Il fiore dei miei ricordi»: Gilberto Beccari e la
traduzione dei Recuerdos di Unamuno. Rivista di Filologia e Letterature
Ispaniche, (XVIII), 93-108. https://rfli.it/index.php/rfli/article/view/124
Senabre, R. (1964). Lengua y estilo de Ortega y Gasset. Universidad de
Salamanca.
Serrano, C. (1986). Sobre Unamuno traductor. En A. D. Kossoff, R. H.
Kossoff, G. W. Ribbans y J. Amor y Vázquez (Eds.). Actas del VIII
Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas: 22-27 agosto
1983 (Vol. 2, pp. 581-589). Ediciones Istmo.
Tanganelli, P. (2001). Hermenéutica de la crisis en la obra de Unamuno entre
finales del XIX y comienzos del XX: la ‘crisis del 97’ como posible
exemplum de la crisis finisecular. Universidad de Salamanca.
Tanganelli, P. (2002). Il Politico (1910): algunas huellas de su recepción
crítica. En F. J. Martín (Ed.), Estudios sobre El Político de Azorín (pp.
171-181). Biblioteca Valenciana.
Tanganelli, P. (2003). Unamuno fin de siglo. La escritura de la crisis. ETS.
Tanganelli, P. (2012). Los borradores unamunianos (algunas instrucciones
para el uso). En B. Vauthier y J. G. Corradine (Eds.), Crítica genética y
edición de manuscritos hispánicos contemporáneos: aportaciones a
una poética de transición entre estados (pp. 73-96). Universidad de
Salamanca.
Tomassetti, I. (2012). Esercizi unamuniani: la traduzione di Amor y
pedagogía. En A. Cassol, A. Guarino, G. Mapelli, F. Matte Bon y P.
Taravacci (Eds.), Metalinguaggi e metatesti. Lingua, letteratura e
traduzione (pp. 837-845). AISPi edizioni.
Ulloa, A. et al. (1855). Diccionario enciclopédico de la lengua española, con
todas las vozes, frases, refranes y locuciones usadas en España y las
Américas Españolas… (Vol. II). Imprenta y librería de Gaspar y Roig.
Unamuno, M. de (1913). Del sentimiento trágico de la vida. Renacimiento.
Unamuno, M. de (1920). Tres novelas ejemplares y un prólogo. Espasa-
Calpe.
30 Un pobre hombre rico de Miguel de Unamuno y sus traducciones al italiano […]
Hikma 23(2) (2024), 1 -30
Unamuno, M. de (1933). San Manuel Bueno, mártir y tres historias más.
Espasa-Calpe.
Unamuno, M. de (1955). Sant’Emanuele Buono, martire. En F. Rossini (Ed.),
Romanzi e Drammi. Casini.
Unamuno, Miguel de (1991). Del sentimiento trágico de la vida en los hombres
y en los pueblos. Alianza.
Unamuno, Miguel de (1993). San Manuel Bueno, martire. Tranchida.
Unamuno, Miguel de (1994). San Manuel Bueno, martire. Il Cerchio.
Unamuno, Miguel de (1995a). San Manuel Bueno, martire. Studio Tesi.
Unamuno, Miguel de (1995b). Niebla. Castalia.
Unamuno, M. de (2005a). Amore e Pedagogia. Saletta dell’Uva.
Unamuno, M. de (2005b). Nuovo Mondo. Saletta dell’Uva.
Unamuno, M. de (2009). San Manuel Bueno, martir. Bonanno.
Unamuno, M. de (2010). San Manuel Bueno, martire e altre tre storie. Officina
Trinacria.
Unamuno, M. de (2011). San Manuel Bueno, martire. Mesogea.
Unamuno, M. de (2022). San Manuel Bueno, martire e altre tre storie.
Asterios.
Vauthier, B. (2004). Arte de escribir e ironía en la obra narrativa de Miguel de
Unamuno. Universidad de Salamanca.
Venuti, L. (1998). The Scandals of Translation: Towards an ethics of
difference. Routledge.
Venuti, L. (2008). The Translator’s Invisibility: A History of Translation.
Routledge.