Saad Mohamed Saad 3
Hikma 24(2) (2025), 1 - 27
La palabra bivocal de doble intención está presente en el Quijote
con gran variedad de formas y funciones, hasta el punto que se
podría decir que constituye su núcleo semántico, del que irradiarán
las diferentes manifestaciones del dialogismo (Martín Morán, 2015,
p. 78).
Pihler (2007) alude también al empleo de dilogías en el Quijote,
subrayando que «todo ‘juego’ en el Quijote, es decir, todo conjunto de
acciones que sirve en primer lugar para divertir, siempre tiene como objetivo
realzar cierta significación, o, muy frecuentemente, una doble significación»
(p. 225). El objetivo del presente trabajo es estudiar el uso de las expresiones
polisémicas en el Quijote y su traducción al árabe. Nos limitaremos a analizar
este fenómeno en las versiones de Badawī (1965) y al-‘Aṭṭār (2002). En
concreto, se persigue estudiar las dificultades que plantean estas expresiones
y las formas de solventarlas. Para ello, nos basaremos en una muestra
constituida por unos cincuenta casos de usos polisémicos.
1. POLISEMIA Y AMBIGÜEDAD
Antes de abordar el tema, puntualizaremos qué entendemos
exactamente por polisemia. Es una vieja cuestión que se remonta a
Aristóteles, y que atañe a la economía del lenguaje: la necesidad de nombrar,
mediante un número finito de unidades lingüísticas, un conjunto infinito de
objetos (Doggui, 1990, p. 109). Pero es harto conocida, asimismo, la
diferenciación hecha durante mucho tiempo entre homonimia y polisemia, y
que «estuvo basada en la etimología de las palabras: si los dos sentidos
venían de una sola forma […], se trataba de polisemia; cuando tenían un
origen distinto […], se trataba de homonimia» (Gingras, 1995, p. 95). No
obstante, para muchos lingüistas, esta división no se fundamenta en criterios
fiables, por lo que se calificó de «innecesaria y poco importante en una
descripción funcional del léxico» (Gutiérrez Ordóñez, 1989, p. 126). Para
García Yebra (1981, p. 39), «la distinción estricta entre polisemia y homonimia
[…] es irrelevante para la traducción». En este trabajo, al igual que el
mencionado traductólogo, «entendemos por polisemia, en sentido lato, la
capacidad de un significante para expresar dos o más significados» (García
Yebra, 1981, p. 39), sin entrar en la polémica suscitada en torno a la distinción
entre homonimia y polisemia.
Los investigadores han relacionado los conceptos de «polisemia» y
«homonimia», por un lado, y el de «ambigüedad», por otro, recalcando, sin
embargo, que no constituyen un mismo fenómeno, sino que «la homonimia
es un hecho relacional (una misma expresión está ligada a dos o más
significados), mientras que la ambigüedad es el resultado que produce la
homonimia en un acto de comunicación concreto» (Gutiérrez Ordóñez, 1989,
p. 137). Son fenómenos lingüísticos con posibles repercusiones en el proceso