2 Andrés Urdaneta Calzadilla
Hikma 24(2) (2025), 1 - 6
especulaciones que atribuyeron su trabajo a Melchiorre Cesarotti y la
recepción crítica que, en el siglo XX, puso en duda su dominio del inglés.
Además, el estudio recoge el debate crítico sobre la precisión de su trabajo,
con posturas divergentes de críticos como Cesare Scarton y Mauro Tosti-
Croce. Por último, el estudio demuestra que la traducción de Renier Michiel
representauna contribución clave a la recepción de Shakespeare en Italia y
un testimonio del papel de las mujeres en la historia de la traducción.
El artículo de Galyna Dranenko y Valeriia Kovalenko, «Question des
re(s)-sources en traduction : le cas des traductrices ukrainiennes des
classiques français (Flaubert, Maupassant, Zola)», analiza el papel de las
traductoras ucranianas en la difusión de los clásicos franceses y su
contribución a la consolidación del ucraniano como lengua literaria. En un
contexto de censura, la traducción se convirtió en una herramienta de
resistencia cultural, marcado por el Oukase d’Ems de 1876. Entre las
primeras traductoras destacan Nadiya Kybaltchytch (1878-1914), Mariya
Hrouchevs’ka (1868-1948) y Olha Rochkevytch (1857-1935), cuya labor fue
invisibilizada o erróneamente atribuida a hombres. Además, este estudio da
testimonio de la doble violencia ejercida contra las mujeres que escribían en
la Ucrania soviética, tanto por parte de sus compatriotas varones como del
propio régimen. Las traductoras del Renacimiento fusilado, a diferencia de los
traductores hombres, no obtuvieron reconocimiento en la Ucrania
independiente a partir de 1980, lo que refleja una «mémoire doublement
empêchée, car elle est à la fois une mémoire ukrainienne et féminine» (p. 45).
El artículo de Cécile Fourrel de Frettes analiza el caso de Renée Lafont
(1877-1936), una traductora de literatura hispánica en Francia de gran
relevancia, y el olvido académico al que su figura se ha expuesto. Se analiza
su papel crucial en la difusión de escritores como Blasco Ibáñez, Alberto
Insúa, Juan Valera y Enrique Gómez Carrillo, entre otros. Sin embargo,
muestra cómo su labor fue ofuscada por contemporáneos masculinos, como
Georges Hérelle, y cómo sus aportes se vieron minimizados por testimonios
como el de Federico García Sanchiz, al ser descrita como marraine des lettres
espagnoles (García Sanchiz, 1923), en lugar de reconocer que su papel iba
más allá de un rol meramente representativo. El estudio también abarca el
sesgo de género en las fuentes históricas y la necesidad de acudir a fuentes
alternativas, sobre todo a un número considerable de cartas inéditas que
permiten dejar rastro de los obstáculos que han impedido el reconocimiento
de su legado.
El artículo de Juan Carrillo del Saz, «Des femmes de lettres : Willa
Cather et ses traductrices françaises entre 1938 et 1947», estudia las
traducciones francesas de las obras de Willa Cather entre 1938 y 1947, y
resalta el papel que jugaron sus traductoras y la recepción que tendría su