− El revisor no lee normalmente el texto original, razón por la cual no
percibe el contexto general del texto.
Por todo esto, proponemos que esta práctica sea utilizada para
evaluar las traducciones, si es necesario, y no para revisarlas. Si la revisión
es una etapa inherente a la traducción, del cual no se puede prescindir o
reducir, la evaluación puede realizarse a través de la lectura de algunas
pruebas, algo que podría ser suficiente para que el evaluador hiciera
buenos juicios sobre la tarea de la traducción y determinara hasta qué punto
cumple con sus requisitos explícitos e implícitos.
2.3. La intervención del traductor
En la clasificación de Horguelin tampoco se hace referencia a este
criterio. Sin embargo, se nota en el mercado laboral actual que, con
respecto a la intervención del traductor en el proceso de la revisión, los
revisores podrían practicar su trabajo de dos maneras diferentes:
a) Revisión con ayuda del traductor: la ayuda que podría ofrecer el
traductor al revisor se representa de varias formas, entre ellas,
discutir las justificaciones de traducir algunos párrafos y oraciones, y
proporcionar las referencias documentales en las cuales se basó el
traductor para especificar sus opciones de traducción, sobre todo,
en el caso de la terminología especializada. Es posible también,
especialmente en el caso de los traductores autónomos, que el
traductor lea la traducción en voz alta para que el revisor compruebe
la correspondencia con el texto de origen, añadiendo directamente
sus correcciones y mejoras.
b) Revisión sin ayuda del traductor: es aquella revisión que se practica
sin ninguna intervención por parte del traductor, de modo que el
revisor trata de deducir, de una forma u otra, las justificaciones de
traducir las frases y términos. En este caso, es necesario que el
revisor intervenga siempre que entienda el texto de origen y no
entienda el texto de llegada. A diferencia de la revisión pragmática,
que vamos a abordar más adelante, es posible en la revisión sin
ayuda del traductor que el revisor, una vez acabada la revisión y
antes de imprimir la versión final, entregue al traductor una copia del
texto revisado para que éste acepte, o no, las modificaciones
realizadas por el revisor, razón por la cual el traductor asume,
también en este tipo de revisión, la responsabilidad de indicar si el
texto de llegada puede considerarse listo para su entrega al cliente.