Mª. Jesús González Rodríguez
La interpretación bilateral como disciplina de especialización
En definitiva, y sin llegar a entrar en otro de los grandes dilemas
como el de la distinción entre interpretación y mediación
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-afrontando aquí
de nuevo una confusa proliferación de definiciones y distinciones entre una
y otra y sobre sus correspondientes figuras profesionales-,
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nos declaramos
partidarios de las ideas de Viaggio (2003: 18, 23) cuando afirma:
Personalmente, estoy convencido de que la calidad en mediación es
sinónima de la pertinencia, sólo que, como la pertinencia es siempre ad
hoc, hay que establecerla cada vez. Y no sólo eso, hay que establecerla
para cada participante (orador, diferentes interlocutores y demás
interesados) y luego decidir la media… pertinente.
[…] Traductores e intérpretes no hemos conseguido todavía teorizar
nuestra praxis ni, por consiguiente, establecernos ni establecer la
profesión en idéntico grado, lo que nos hace sentirnos mucho más a la
merced de nuestros usuarios que otros profesionales. Es una
vulnerabilidad objetiva […]
Del mismo modo consideramos muy acertadas también las palabras
de Merlini (2005: 34-35)
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cuando escribe:
Infine, si è visto come nella realtà italiana esista una differenziazione,
riflessa a livello terminologico, tra la figura del ‘mediatore’ culturale,
attivo in ambito socio-sanitario, e quella dell’‘interprete’ di trattative
commerciali e di conferenza. Tale separazione sarebbe dovuta, tuttavia,
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Sobre dicha distinción, ver el trabajo dedicado a la misma de González Rodríguez (2010).
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En González Rodríguez (2006) nos ocupamos del concepto de mediación y su didáctica,
mientras que en otro trabajo de la misma autora (2010) tratamos el tema de la mediación, sus
características y sus múltiples y controvertidas definiciones (interlingüística, intercultural,
lingüística, cultural…) desde la perspectiva de la interpretación bilateral; todo ello a través de
una panorámica del mercado de trabajo, demanda profesional y requisitos necesarios para
ejercer como mediadores/intérpretes en este, teóricamente, “nuevo mundo” de la mediación.
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Adjuntamos una traducción propia del texto citado: “En definitiva, se ha visto cómo se ha
creado en la realidad italiana una diferenciación, reflejada a nivel terminológico, entre la figura
del ‘mediador’ cultural, operativo en ámbito socio-sanitario, y la del ‘intérprete’ de enlace
comercial y de conferencias. Sin embargo, tal separación se debería no sólo a las exigencias
prevalentes del contexto laboral, sino a un desclasamiento, con claras implicaciones desde el
punto de vista de la remuneración del mediador, como profesional de serie B, respecto a la
figura del intérprete.
[Sobre el mediador/intérprete] Llegados a este punto, ¿se puede hablar de límites o confines?
¿Y por qué trazar dichos confines entre dos actividades que […] comparten el mismo pasado y
la misma naturaleza? La transición de interpretación a mediación se configura no como un
rebasar los límites establecidos, sino más bien como un progresivo pasaje, de gradación a
gradación, a lo largo de un mismo continuum. Ya no se trata de actividades netamente
diferentes, sino de dos ‘estrategias’ de la misma actividad comunicativa, seleccionadas de
forma consciente basándose en las exigencias que cada uno de los contextos situacionales
requieran. Y para que dicha consciencia sobre el propio quehacer pueda desarrollarse, se hace
necesaria una formación, en nuestra opinión, conjunta del mediador-intérprete, que contemple
tanto los aspectos interculturales como la teoría y las técnicas de interpretación.”