Literatura, novella policíaca y lenguaje cient
vínculo existente entre arte y la ciencia. Asimismo, si nos adentramos en la
literatura francesa de esta época, Rabelais proclama en sus obras
Gargantua y Pantagruel su fe en el progreso humano, sobre todo en lo que
concierne a los avances en navegación, que permiten descubrir mundos
nuevos, y testimonia su visión profética en la navegación aérea con un
entusiasmo que anuncia las evidencias de los filósofos del siglo XVIII. A
tenor de la evidente evolución científico-técnica que el siglo XVI
experimenta, los autores de la Pléiade son conscientes de la necesidad de
enriquecer la lengua francesa y centraron sus esfuerzos en recoger en una
obra teórica, Défense et Illustration de la langue française de Joachim du
Bellay, los preceptos que ellos defendían: ilustrar la lengua, bien usando
términos ya existentes, bien creando palabras nuevas. De este modo se
incorporan a la literatura palabras técnicas del lenguaje “des métiers” (Du
Bellay, 1997: 172):
Encores te veux-je advertir, de hanter quelquefois, non seulement les
Sçavans, mais aussi toutes sortes d’ouvriers, et gens mecaniques,
comme mariniers, fondeurs, peintres, engraveurs, et autres, savoir leurs
inventions, les noms des matieres, des outilz, et les termes usitez en
leurs Ars, et metiers, pour tyrer de là ces belles comparaisons, et vives
descriptions de toutes choses.
No obstante el siglo de la revolución científica se atribuyó al XVII y a
actores como el astrónomo, matemático, físico y filósofo Galileo, eminente
humanista que mostró interés por todas las ciencias y las artes (música,
literatura y pintura); Descartes, con su Discours de la Méthode pour bien
conduire sa raison et chercher la vérité dans les sciences (1637), primera
gran obra filosófica y científica en francés; o Pascal que en el texto “Les
deux infinis” (Lagarde et Michard 1985: 144-146), de su obra Pensées, nos
descubre con rigor científico la existencia de dos infinitos, cuya noción
extraía de sus estudios científicos. El contrasentido a este fervor por la
ciencia lo encontramos en las obras de Molière (Le Malade imaginaire, Le
Médecin malgré lui) donde, mediante una verborrea de términos técnicos y
latinos, satiriza la profesión médica y la actitud de todos los que constituyen
este gremio.
La Ilustración, en el XVIII, es el paladín de la ciencia y ésta es su
modelo de saber. La institución social del salón permitió expresar ideas
científicas en formas literarias. George Louis Leclerc, conde de Buffon,
naturalista, botánico, matemático y escritor, es autor del Discours sur le
style donde establece un paralelo entre discurso, método y acción de la
naturaleza, y analogía entre procesos de producción orgánica y estilo.
Voltaire, en su obra Micromégas (1752) (Voltaire 2001: 15), cuento filosófico
donde defiende la relatividad universal, menciona las dos lunas de Marte