a traducción especializada científico
Como en cualquier otro caso, existe una parte de trabajo personal
indudable que puede consistir en la lectura de libros, el visionado de
documentales, internet, los encuentros entre profesionales del sector y lo
que se les ocurra que ayude a asentar mentalmente la jerga, los términos
técnicos y las formas de expresión habituales en el sector. Pero la
reivindicación personal que hago desde este púlpito imaginario que me
ofrece la revista es que los traductores científico-técnicos contemos con
otros medios, además de los personales, para formarnos en estos sectores.
3. Ejemplos.
Ilustraré con ejemplos esta necesidad de formación específica en
ciencias aplicadas.
En primera instancia, creo que en los lenguajes especializados
resulta de gran ayuda distinguir entre “terminología” y “jerga del gremio”. Si
me permiten continuar con el lenguaje de las matemáticas, la “terminología”
formaría un subconjunto dentro del conjunto de la “jerga del gremio” porque
dentro del lenguaje de una disciplina específica hay vocabulario que no
clasificaríamos como particular de ese campo que, no obstante, se usa de
forma especial en él. Lo ilustraré con ejemplos para que quede más claro, y
estos mismos ejemplos –deliberadamente sencillos - me servirán para hacer
hincapié en la importante idea que les recalqué inicialmente y es que: cada
campo del saber o de la actividad humana constituye una especialización y
para traducirlo bien debemos conocer a fondo sus peculiaridades, como
pueden ser estas de las que les voy a hablar.
Por ejemplo, en arquitectura, yo consideraría “hormigón visto” como
terminología específica, puesto que es el nombre que designa al hormigón
con una consistencia y calidad de acabado superficial específicas que
permiten dejarlo visto, es decir, sin necesidad de ningún acabado final,
léase por ejemplo: una capa de pintura. Este ejemplo, además, resulta de
utilidad para ilustrar la problemática que suscita aquella terminología
específica que, por la familiaridad de las palabras que usa, puede pasar
inadvertida. Así, he visto traducido este término como “hormigón expuesto”
u “hormigón a la vista” y, aunque la traducción transmite adecuadamente la
idea de que es un hormigón que puede verse, es decir, que no ha quedado
tapado con otros materiales, no expresa explícitamente las propiedades que
posee para hacer eso posible, como que cuenta con una consistencia
específica o ha sido encofrado y vertido con especial cuidado, lo cual sí
resulta inherente al término “hormigón visto”. Y, en cualquier caso, a los ojos
del lector versado deja patente el desconocimiento del campo por parte del
traductor y, según como, incluso del autor del texto y puede resultar
inadmisible. Y no piensen que exagero, en 2008 ganamos un cliente gracias