Rasgos esenciales de la cartela de museo e implicaciones para su traducción
47
La traductología y la museología son dos disciplinas científicas que han dialogado
poco hasta el momento (Medina Reguera & España Pérez, 2022). Son
abundantes los trabajos que desde la traductología se han ocupado, por ejemplo,
de la traducción jurídica, sanitaria o audiovisual. Por su parte, en museología
abundan los trabajos que se ocupan de la estructura, la gestión o las funciones
del museo. Si entendemos la traductología como la ciencia que estudia las
traducciones y la museología como la ciencia que estudia los museos, apenas
existen trabajos en los que estas dos disciplinas se hayan encontrado; aunque,
como afirma Leiva «tras un período inicial en el que han ido apareciendo trabajos
esporádicos sobre la traducción de los textos museísticos, algunos autores
señalan que se va produciendo un lento aumento en el número de trabajos»
(Leiva Rojo, 2020b, p. 85). Este trabajo pretende contribuir a esta dinámica y
servir de puente entre la traductología y la museología. Para ello, abordaremos
de manera introductoria el estudio de los museos para, posteriormente, esbozar
algunos apuntes sobre la traducción de cartelas en los museos.
2. Museo
El Consejo Internacional de Museos define los museos de la siguiente manera:
Un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la
sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio
material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos
fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las
comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente,
ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el
intercambio de conocimientos» (ICOM, 2022).
Así, los museos tienen cuatro tareas principales: adquirir, conservar, investigar y
comunicar (Álvarez Álvarez, 2001, pp. 43-44). Si la actividad de investigar es
«hacia dentro», es decir, interesa a la institución por sí misma, la de comunicar
es «hacia fuera», bebe de la obligación de hacer públicas las colecciones y de
hacerlo de forma didáctica (Zubiaur Carreño, 2004, p. 13).
Para entender la importancia del texto en el museo actual, conviene repasar
brevemente la historia de los museos. El museo como emisor o productor de
textos ha evolucionado a lo largo de la historia: si antes el objeto o la obra estaban
en el centro de las preocupaciones de las instituciones museísticas, en la
actualidad es el sujeto, el visitante, quien tiene el protagonismo. En este sentido,