Dos inventarios fechados en 1880 muestran ahora un aumento notable de la imaginería
de la Capilla, destacando al respecto una efigie de bulto redondo de Jesús Nazareno con
camisa y diferentes túnicas, una dolorosa con la advocación del Mayor Dolor, también de
bulto y con diferentes vestidos y velos, una imagen de San Juan Evangelista, una efigie de
San Antonio de Padua con el Niño, otra de San José, otra de la Purísima Concepción, con
corona de hoja de lata, un Niño con la advocación de Dulce Nombre de Jesús y, por último,
otro Niño Jesús en una urna dorada
29
.
El estudio de estos inventarios permite sacar las siguientes conclusiones: en primer lugar,
tanto en el de 1780, como en el de 1880, se hace mención a la imagen de Jesús Nazareno,
por lo que ésta debió pertenecer al retablo original de Verdiguier. No obstante, en 1977 -
como ya se ha indicado-, la imagen fue cedida a la iglesia conventual de Madre de Dios, en
Lucena, donde en la actualidad recibe culto y es venerado con profunda religiosidad
30
.
Las dos tallas de San Antonio recogidas en 1780, parecen responder más bien a un error
de inventario, al documentarlas de forma repetida como “un San Antonio de talla […] y otro
Señor San Antonio con el mismo adorno”
31
; sin embargo, en 1880 aparecen dos imágenes
acompañadas del Niño, pero de diferentes santos: San Antonio de Padua y San José.
Pensamos que en el primer inventario de 1780 pudo haber un error de identificación, siendo
en realidad dos santos diferentes, y no dos San Antonios.
Al margen de la información de los inventarios y las conclusiones reseñadas, cabe la
hipótesis de que la imagen de Jesús Nazareno sea quizás anterior al retablo de Verdiguier. Al
respecto sugiere el profesor Villar Movellán la posible cronología y procedencia de la
escultura, creyendo muy factible la década de 1720 y su vinculación con algún taller granadino
representante de la tendencia rococó, extinguida -en el caso de Granada-, con la muerte en
1773 del maestro Torcuato Ruiz del Peral y la disolución de su taller
32
.
En líneas generales, se trata de un nazareno realizado en madera policromada, de tamaño
ligeramente inferior al natural, dotado de un especial simbolismo y singular belleza reflejada
en los rasgos faciales y equilibrio compositivo. El cuerpo de Cristo, encorvado por el peso
de la cruz, presenta los rasgos fisionómicos propios de los nazarenos de principios del
setecientos: rostro de semblante sereno, dulce mirada, nariz aguileña y boca entreabierta (fig.
5). Quizá el tipo de policromía mate y el modo de resolver la barba bífida, confirman la
vinculación con la escuela granadina. Según el informe y presupuesto presentado por el
escultor Santos Calero, cuando la imagen se trasladó de Luque a Lucena en 1977, acusaba un
gran deterioro por su antigüedad y mala conservación, destacando en el documento que sus
actuales manos no eran las originales, sino un añadido posterior con calidades muy inferiores
al resto de la talla
33
.
Recuperada en 1977 por Antonio Rodríguez Delgado y Juan Miguel Calvillo García de la
Parroquia de la Asunción de Luque, su estado era muy deficiente, hallándose almacenada en
el desván de la iglesia a consecuencia del expolio llevado a cabo por la superiora de la
comunidad que convirtió la capilla del Hospital en almacén. Tras ser intervenida en 1983 en
el taller del citado escultor, en la actualidad procesiona con la advocación del Santísimo Cristo
de la Pasión, conocido también popularmente como “Cristo del derribo”. El permiso para
su traslado a Lucena como depósito, una vez autorizado por el obispo don José María Cirarda
(1971-1978), fue firmado por el cura párroco de la Asunción de Luque, don Manuel Cuenca,
quien aún recuerda el episodio con especial desagrado.
Años antes del traslado del Nazareno, según un acta notarial de 16 de diciembre de 1972,
Venancio Arias Riesco, vecino jubilado de Luque, donó para obras de reparación de la Capilla
y servicios del Hospital 196.487 pesetas como muestra de agradecimiento y gratitud a los
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
29
Inventario de bienes muebles, 1880, APHJNL, legajo 3, s/f.
30
En ambos inventarios también se recoge una urna con el Niño, actualmente en paradero desconocido.
31
Inventario de bienes muebles, 1780, APHJNL, legajo 2, s/f.
32
Villar, 1982: 101-138.
33
Gómez-Guillamón, 2010: 317.