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Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte,
7
,
2018, pp.137-140. ISSN: 2255-1905
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GÓMEZ MORENO, José Manuel. Manuel Gómez-Moreno Martínez (1870-1970),
Colección Maestros de la Historia del Arte, Comité Español de Historia del
Arte, Granada, 2016. ISBN: 979-84-15275-53-4.
ELÍAS MÉRIDA SERRANO
Universidad de Córdoba
D
Manuel Gómez-Moreno
Martínez (1870-1970), granadino
de nacimiento, ocupa una gran
relevancia en el campo del
conocimiento, siendo para muchos
el verdadero creador de la Historia
del Arte en España. Destacó por su
condición de maestro, algo
refrendado por autores como
Chueca Goitia o Gonzalo Borrás,
dedicando su dilatada vida no sólo
a la disciplina anteriormente
comentada, sino también a la
arqueología, la archivística y a la
cultura en general. Su labor
profesional y personal se
caracterizó, sin duda, por una
continua curiosidad y defensa del
patrimonio. No obstante, la variada
producción científica con la que
cuenta y su labor de
descubrimiento de aspectos, que
serán el punto de partida de otros,
se han visto en los últimos años
cuestionados debido a la
aportación de nuevos datos,
documentos y metodologías de
estudio en los distintos ámbitos.
El estudio, realizado por
José Manuel Gómez-Moreno
Calera, profesor de la Universidad
de Granada, historiador y sobrino-nieto de Manuel Gómez-Moreno Martínez, aporta
numerosas impresiones de discípulos directos e indirectos sobre el personaje analizar,
demostrando el amor que mantenía hacia su trabajo y la generosidad humana y académica
que le caracterizaba. De igual manera, contiene enumeradas cada una de sus publicaciones y
un álbum fotográfico con una amplia muestra de imágenes. Referente a la estructura, los seis
Elías Mérida Serrano
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primeros capítulos de este libro se centran en una biografía, cuyos datos están recogidos por
su hija María Elena, las reseñas de su padre y su hijo, además de otros trabajos como Homenaje
a Gómez Moreno 1870-1970, de la Universidad de Granada.
Como relata el autor del libro en sus primeras líneas, desde temprana edad Manuel
Gómez-Moreno Martínez tuvo contacto directo con la cultura, estando considerado su
progenitor, Manuel Gómez-Moreno González, padre de la arqueología y un gran estudioso
de la materia. Sin embargo, lo que más pudo impactarle fue el viaje que efectuó a Roma con
su familia, siendo todavía un niño, donde pudo apreciar la riqueza de la ciudad italiana en
primera instancia. Respecto a sus estudios, cursó Filosofía y Letras, ayudando desde joven a
su padre en el Centro Artístico, momento en el que publica artículos sobre arqueología y
participa en la Guía de Granada (1892). Años después llega a Madrid, donde empieza a tomar
contacto con grandes estudiosos como Juan Facundo Riaño y a trabajar en los conocidos
Catálogos Monumentales, cuyo primer tomo estaría dedicado a Ávila y el segundo a
Salamanca.
Se desarrolló como docente a través de la Institución Libre de Enseñanza, siendo
éste un lugar de renovación ideológica en el que convivieron numerosos personajes ilustres.
No obstante, fue su tesis De arqueología mozárabe el verdadero punto de inflexión, pues a partir
de la misma adquiere una mayor actividad arqueológica y aumenta su reconocimiento y fama,
nombrándose incluso académico de la historia en 1915 y entrando, veinte años después, en
la prestigiosa Academia de Bellas Artes de San Fernando. Durante estos primeros capítulos
hay un gran interés por mencionar la relación que adquiere Gómez-Moreno con su ciudad,
Granada, siendo un enamorado y conocedor de la misma, aunque como indica el autor, no
soportaba la actitud de la población frente al cuidado de su patrimonio. También se señala la
vinculación del investigador con la política a través de Elías Tormo (ministro de Fomento),
un ámbito donde incluso es nombrado al frente de la Dirección General de Bellas Artes,
aunque no estuvo mucho tiempo en un cargo en el que designó varios monumentos
nacionales.
En el capítulo cinco se trata uno de los períodos s convulsos de la historia
española: la Guerra Civil. En este momento, Gómez-Moreno junto a otros eruditos se
implican en su totalidad en la salvación del patrimonio con la denominada Junta del Tesoro
Artístico, donde convivieron personajes de distintas ideologías, mostrándose absolutamente
neutro en este aspecto. Escribe Guía de Humanidad, uno de los textos que muestran cómo
ideológicamente la guerra desbarató todo lo establecido en cuanto a progreso social y
humano. Ya en el siguiente apartado se evidencia a un Gómez Moreno en su última etapa
vital y profesional, activo hasta los 90 años y con un saber enciclopédico para gran parte de
sus estudiosos. Como destaca Gómez-Moreno Calera, pese a su avanzada edad, el
investigador siguió recibiendo medallas y reconocimientos y realizando numerosos artículos,
con un modo de escribir que se caracterizada por ser conciso y directo. Esto evidentemente
tiene su valor, bien es cierto que a veces resulta ser denostado por historiadores, sobre todo
por el carácter novelístico y complejo que tienen algunos de sus escritos y pasajes históricos.
A partir del séptimo capítulo el autor no se adhiere tanto a esa labor estrictamente
biográfica que veíamos en los anteriores apartados, destacando el cometido de Gómez-
Moreno como profesor y, sobre todo, su trabajo de campo y en el archivo. El quehacer de
Gómez-Moreno tuvo tanta trascendencia que fue fundamental para generaciones futuras,
como puede verse a través de la figura de Chueca Goitia. No obstante, si hay algo que nos
llama la atención del trabajo de este investigador es su capacidad para abarcar todos los
períodos históricos en su trabajo, algo que se tratará en los siguientes capítulos. De este
modo, en la Prehistoria y Edad Antigua hay un interés por parte de Gómez-Moreno en las
inscripciones antiguas y la arqueología, además de las ramitificaciones lingüísticas. Destaca el
método desarrollado en sus investigaciones en el caso del ámbito arqueológico, el material
acumulado y el entender que la investigación arqueológica era una acción colectiva.
Avanzando en el tiempo el autor llega al período medieval, donde se muestra a un
Gómez-Moreno que trabaja la Historia del Arte con un criterio único que le otorgaba a la
Reseña: Gómez Moreno, J.M.: Manuel Gómez-Moreno…
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obra de más vida y sangre, avanzando así en los valores estéticos y dándole un carácter cada
vez más multidisciplinar a sus estudios. En este sentido, Vicente Salvatierra sitúa al
investigador granadino como uno de los iniciadores de las respectivas disciplinas en España
(Arqueología e Historia del Arte) debido a que en ese momento eran totalmente inseparables.
Trabajó el arte cristiano y mozárabe, dominando las lenguas vivas y muertas, y fue
fundamental para su trabajo la labor fotográfica, muchas veces llevada a cabo por el mismo,
a la cual le daba precisión y equilibrio en las luces y sombras. Así, inconscientemente realizó
una gran aportación técnica en el mundo de la captura fotográfica al jugar con la luz, el
encuadre o el movimiento a través de sus volúmenes, la cual aplicó de forma científica y
llevó incluso a sus conferencias a través de proyecciones, de las cuales fue también precursor.
Gómez-Moreno se convierte en uno de los abanderados del medievalismo español,
interesándose sobre todo en períodos de conflicto poco conocidos y no en aquellos de
florecimiento y plenitud. Además, supera esa visión romántica andalusí y valora con creces
el arte islámico. Sin embargo, si debemos destacar una obra concreta en este período es Las
Iglesias Mozárabes: arte español de los siglos IX a XI, donde propone que los mozárabes
reinterpretaban y adaptaban formas y modelos del mundo islámico a las necesidades de culto
cristiano. Como consecuencia de este trabajo, se generó un debate sobre la terminología que
debe aplicarse al referirnos a un templo o período concreto, rechazándose el término
mozárabe” en autores como Martínez Tejera y defendiéndose la idea de “repoblación”. Al
igual que en otras épocas, Gómez- Moreno tuvo que levantar el andamiaje y crear
herramientas y un glosario técnico riquísimo, aportando y revisando documentos originales
en esta investigación moderna en Arqueología e Historia del Arte. En el décimo capítulo el
autor habla de su aportación a la Historia del Arte Moderno, desde el Renacimiento hasta el
Barroco, e incide especialmente en artistas como Siloé, el Greco, Zurbarán, Alonso Cano o
Pedro de Mena.
Respecto al papel de Gómez-Moreno frente la restauración, tutela monumental y
defensa del patrimonio (capítulo once), ya se ha comentado la influencia que ha heredado de
su padre al ser un fiel defensor del mismo a través de la Comisión de Monumentos de
Granada, momento en el que redacta la primera ley de excavaciones arqueológicas (1911).
Gómez-Moreno defendió abiertamente ciertos objetos históricos que estuvieron a punto de
perderse por acciones de guerras, frenando muchas campañas y posibles quemas de
conventos y siendo clave su participación en la Junta del Tesoro Artístico, anteriormente
citada. Por tanto, junto a esa labor de impulso de normas y medidas para proteger el
patrimonio, van a destacar sus incursiones en la crónica literaria e histórica, o incluso en la
novelística, donde escribe La novela de España, de ambiente histórico. Como resalta el autor
del libro en el capítulo catorce, la actividad del personaje como coleccionista fue
fundamental, pues formaba parte de su tarea investigadora, con un cierto interés en la
numismática.
Los últimos apartados del libro los dedica al perfil caracterológico del personaje,
anécdotas de la vida y a su familia. Ciertamente, Gómez-Moreno tenía una curiosidad
apasionada y continua con dotes de inteligencia y memoria, careciendo de soberbia al ser
llano y directo, sin embargo, su aportación no tiene sentido si no se conoce la fuerte
vinculación que ha tenido su familia con la cultura. De hecho, su padre, al que se ha
mencionado previamente, fue el pintor más destacado de la escuela granadina del siglo XIX
y trabajó el realismo a través de pinturas históricas y retratos de género. También era un buen
docente investigador y museólogo, siendo un personaje clave para el Palacio de Carlos V y
el entorno de la Alhambra. Sus hijas, María Elena, Natividad y Carmen estuvieron de igual
manera vinculadas a este mundo y se dedicaron a estudiar disciplinas como la escultura y
pintura. Esta última trabajó incluso en la Junta del Tesoro Artístico, promoviendo la
donación del patrimonio de Manuel Gómez-Moreno a la Fundación Rodríguez Acosta de
Granada.
Se trata de un libro dividido en capítulos donde el contraste de fuentes ha sido
fundamental, bien es cierto que el lector podría confundirse dada a la repetición de datos en
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algunas partes del mismo, aunque su conexión a través de una visión principalmente
biográfica se encuentra correctamente organizada. Por tanto, el hilo conductor de esta
monografía está encaminado a demostrar y reivindicar la aportación de Manuel Gómez-
Moreno Martínez a través de novedosos planteamientos metodológicos a la hora de abordar
disciplinas como la Historia del Arte o la Arqueología, más allá de rendirle un mero
homenaje. Toda su contribución es susceptible de ser matizada con el descubrimiento de
nuevos documentos pero, sin lugar a duda, su trabajo ha sido el punto de partida de gran
parte de la historiografía actual española.