Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte, 8, 2019, pp. 86-94, ISSN: 2255-1905
!
NUEVOS DATOS SOBRE LA SERIE DE ÁNGELES DEL
MONASTERIO DE SAN JOSÉ Y SAN ROQUE DE AGUILAR
DE LA FRONTERA (CÓRDOBA)
MARIO ÁVILA VIVAR
Universidad de Castilla-La Mancha
Resumen
El acceso a nuevos textos y nuevas imágenes, así como la recuperación reciente de
nombres apócrifos rotulados en los cuadros de la serie de Aguilar de la Frontera
(Córdoba), acreditan que el donante de la serie fue José Fernández de Toro, y no Pedro
de Toro y Sotomayor, como se creía anteriormente; además de confirmar la hipótesis
de que esta serie pertenece a la tipología de ángeles apócrifos. En el artículo se analiza
la personalidad del donante de la serie, y se ratifica el origen español, el significado y los
vínculos con los virreinatos americanos de los ángeles apócrifos.
Palabras clave
Angelología. Angelología del Barroco. Series angélicas. Ángeles apócrifos.
NEW DATA ABOUT THE SERIES OF ANGLES OF THE MONASTERY OF
SAINT JOSEPH AND SAINT ROCH OF AGUILAR DE LA FRONTERA
(CÓRDOBA)
Abstract
Access to new texts and images and the recent recovery of apocryphal names labelled
on the "Aguilar de la Frontera" series of paintings (Cordova), prove the series donor
was Jose Fernandez de Toro instead of Pedro de Toro y Sotomayor, as was said some
time ago. Furethermore, the hypothesis that this series belong to the trilogy of
apocryphal angels is confirmed. The article analyzes the personality of the series donor.
Also, the spanish origing, the meaning and the relation of the apocryphal angels with
the american viceroyalities is ratified.
Key words
Angelology. Angelology in Baroque. Angelic Series. Apocryphal Angels.
D
Nuevos datos sobre la serie de ángeles
87
En un artículo que escribimos hace algún tiempo sobre la serie de ángeles del monasterio
de carmelitas descalzas de Aguilar de la Frontera (Córdoba)
1
, se trataban dos asuntos de los
que uno exige una rectificación y otro una ratificación. El primero es el relativo al donante
de la serie, y el segundo, a los nombres de los ángeles
2
.
Don José Fernández de Toro, donante de la serie.
Se decía en ese artículo que la serie fue donada en 1673 por el obispo de Oviedo don
Pedro de Toro y Sotomayor, cuando su hermana, doña María de Vega, profesó como
religiosa en el monasterio. Ese dato se tomó de una tesis doctoral
3
, que reproducía un texto
de José Mª Ferreira
4
. Pues bien, el obispo de Oviedo y donante de la serie no se llamaba
Pedro de Toro, sino José Fernández de Toro. No se sabe de dónde sacó la información
Ferreira, ya que no se ha podido localizar su escrito. Aunque es posible que no se refiriera a
Pedro de Toro y Sotomayor, sino a Pedro Antonio de Toro y Palma, otro hermano del obispo
a quien otorgó un poder para disponer de sus bienes cuando tomó posesión del obispado en
1707, y pudo ser quien depositara los cuadros en el monasterio, ya que entre los bienes del
obispo había «doce láminas de pintura fina con sus marcos dorados», que bien podrían ser
los ángeles
5
. Lo que es seguro es que la serie no puedo donarla don José en 1673, ya que en
esa fecha tenía tan sólo 10 años.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
1
Ávila, 2014: 35-47.
2
Ambas cuestiones se han podido abordar gracias a la información facilitada generosamente por el
historiador José Galisteo Martínez, natural de Aguilar de la Frontera y gran estudioso del monasterio. Galisteo
facilitó referencias bibliográficas, textos e imágenes.
3
Jaramillo, 1995: 246.
4
Ferreira, 1944: 44.
5
Comunicación personal de José Galisteo.
Fig. 1. Retrato de don Jo Fernández de
Toro, obispo de Oviedo. 1719-
1730. Óleo sobre lienzo. 100 x
73 cm
Mario Ávila Vivar
88
Conocemos bien la vida de don José Fernández de Toro (1663-1733) por la tesis doctoral
del abad de Covadonga, Juan José Tuñón Escalada
6
, a la que pueden acudir los lectores
interesados en este personaje. Sin embargo, la tesis aporta bien poco al conocimiento de la
serie, ya que no ofrece información alguna sobre ella, ni figura en los inventarios ni en las
declaraciones de bienes que reproduce, y que en distintas fechas realizó el obispo. Tampoco
se detecta ninguna circunstancia que permita sospechar siquiera en qué momento pudo
encargarla o adquirirla, lo que obliga a tener en cuenta otras alternativas, como que la serie
ingresara en la casa solariega de la familia por otras vías, o que no fuera donada al monasterio
por el obispo. Porque, aunque esa es la tradición del monasterio y su retrato figura colgado
junto a los ángeles en la Sala de Recreo de la clausura, a la fecha no existe constancia
documental que lo acredite.
Don José era hijo de Antonio de Toro y Palma, familiar del Santo Oficio de Córdoba, y
de María de la Vera y Góngora, personajes de sólida posición económica, notable prestigio
social, y estrechos vínculos con la nobleza andaluza. De corto entendimiento, escasas luces
y limitadas dotes intelectuales, según él mismo reconocía, se graduó en Cánones en
Salamanca; y siguiendo la tradición familiar, ejerció como Inquisidor del Tribunal de Murcia.
En 1707 fue nombrado obispo de Oviedo, donde permaneció apenas dos años, hasta su
procesamiento por la Inquisición acusado de molinismo.
Esta circunstancia podría poner sobre aviso a los interesados en establecer relaciones
entre los ángeles apócrifos, la herejía o la heterodoxia. No obstante, es necesario advertir que
ni en las 627 páginas que componen la tesis de Tuñón Escalada, ni en toda la documentación
generada durante el proceso inquisitorial, aparece ninguna referencia a los ángeles, ni ningún
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
6
Tuñón, 2014.
Fig. 2a. Leriel Timor Dei
2b. Leriel Timor Dei. Inscripción
Nuevos datos sobre la serie de ángeles
89
interés de don José por la angelología. Como es sabido el Quietismo o Molinismo
7
, defiende
la pasividad interior, la vida contemplativa, la inacción y la abolición de la voluntad, como el
método más directo para comunicarse con Dios. Mientras que los acólitos de la angelología
herética y heterodoxa, realizaban conjuros y rituales mágicos con los ángeles, con los que
pretendían acceder a la presencia de Dios, y poner los secretos divinos, la ciencia, la
naturaleza y todo el cosmos al servicio de los hombres
8
. O sea, una actitud totalmente
opuesta. Pasividad, inactividad y estatismo en los molinistas, frente al dinamismo, la
laboriosidad y la acción en los herejes y heterodoxos.
Don José fue condenado en 1719 como “hereje formal”, por seguir las doctrinas de
Miguel de Molinos y de los alumbrados, no por practicar rituales de ningún tipo con los
ángeles. Su actividad profesional y devocional se limitaba a un apasionado proselitismo
místico, que le convirtió en confesor y director espiritual de frailes, beatas y monjas. Pero sus
escasas luces y la pasmosa ingenuidad con la que aceptaba las visiones y comportamientos
de sus dirigidas y sus discípulos, le convertían en una persona fácil de embaucar, hasta el
punto que sus allegados le consideraban un «tortolito»
9
. Y esa fue la segunda causa de su
condena. Los «actos sensuales, libidinosos... o claramente inmorales»
10
, que practicó con
varias de sus dirigidas, que en realidad le engañaban y manipulaban. Finalmente, don José
abjuró con grandes llantos de todos sus errores en presencia del papa, quien le absolvió y
reconcilió con la Iglesia, aunque fue privado de su obispado y recluido de por vida en el
convento romano de San Martino ai Monti.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
7
Tuñón, 2014: pp. 66-69.
8
Yates, 1981; 1983.
9
Tuñón, 2014: 498.
10
Tuñón, 2014: 501.
Fig. 3a. Esiel Fortitudo [Dei].
Fig. 3b. Esiel Fortitudo [Dei].
Inscripción
Mario Ávila Vivar
90
La serie de Aguilar, una serie de ángeles apócrifos.
Conocer la identidad del donante de la serie es un asunto importante, pero mucho más lo
es para su estudio y su significado, conocer la de los ángeles. En el artículo anterior dejaba
constancia y argumentaba los motivos que hacían pensar, que todos los cuadros tuvieron
inscripciones que identificaban a los ángeles, y que las de los ángeles apócrifos se borraron o
se ocultaron con repintes tras los decretos inquisitoriales de mediados del siglo XVIII. El
citado artículo se apoyaba fundamentalmente en el de Lara Arrebola
11
, y en las ilustraciones
que Consuelo Jaramillo
12
incluyó en su tesis doctoral, ya que a pesar de las múltiples gestiones
realizadas ante la priora del monasterio, nunca permitió acceder al mismo para ver los
cuadros. Pues bien, gracias a la información y las fotografías facilitadas por Galisteo, que se
incluyen en este artículo, se pudo felizmente corroborar las sospechas, y comprobar que,
efectivamente, en una reciente “restauración” se han recuperado los nombres apócrifos de
dos ángeles; el de Leriel Timor Dei en el cuadro del Ángel del Paraíso que porta una espada
flamígera, y el de Esiel Fortituto [Dei] en el del Ángel de San Pedro que sostiene una columna
partida con grilletes abiertos.
La “restauración” fue realizada en 1988-90 por Marcelo Quintero Alhama, un artista
aficionado de Aguilar, que tuvo la amabilidad de facilitar un informe sobre la intervención
que realizó en los cuadros. En él explica que estaban en muy mal estado, sin marcos y
clavados a bastidores reaprovechados que ocultaban parte de las cenefas de flores. D.
Marcelo realizó una limpieza superficial de los cuadros, sustituyó los bastidores, los reenteló,
estucó las pérdidas de policromía, reintegró el color con «óleos y acuarelas», y los barnizó
con barniz de cera. Finalmente les añadieron marcos de madera oscura, y los colgaron en la
Sala de Recreo. El gran deterioro de algunos cuadros, como el Ángel de Isaac por ejemplo,
indica la alta probabilidad de que cuando ingresaron en el monasterio, se instalaran en el
claustro o en la caja de escaleras de acceso a las celdas de las monjas, como se hizo con otras
series ubicadas en conventos. No se explica de otra forma los desgarros, las grandes zonas
sin policromía, y la acusada decoloración de la misma. Esos daños son los típicos que
muestran los cuadros que han estado largo tiempo a la intemperie, expuestos a constantes
cambios climáticos, sobre todo a la insolación y a la humedad, que producen permanentes
cambios dimensionales a las telas, e importantes daños estructurales a los materiales que
conforman los estratos pictóricos.
La recuperación de esos nombres ratifica la hipótesis del primer artículo, ubica
definitivamente esta serie en la tipología de los ángeles apócrifos, y confirma una vez más
nuestras teorías sobre el significado de esta tipología angélica, como se argumenta
reiteradamente en otros escritos
13
, y muy particularmente en el último artículo, publicado en
Hispania Sacra en 2017
14
. Porque es incuestionable que, si los tres ángeles canónicos y dos
ángeles apócrifos se identificaron inscribiendo sus nombres en los cuadros, también se debió
hacer lo mismo en los de toda la serie. Y si esos nombres no se han recuperado durante la
citada restauración, es porque en el siglo XVIII se eliminaron o se ocultaron drásticamente,
y en el proceso de restauración no se analizaron las capas de pintura subyacentes con luz
infrarroja, ni se eliminaron los repintes antiguos. Esperemos que algún día el Instituto de
Patrimonio Histórico Andaluz se interese por esta serie, y proceda a realizar una restauración
con criterios profesionales, recupere esos nombres si es posible, y le devuelva su
importantísimo valor iconográfico e histórico.
Como ya se ha dicho, estas representaciones pictóricas de ángeles apócrifos, no responden
a programas iconográficos vinculados a sistemas angélicos heréticos o heterodoxos, o
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
11
Lara, 1980:195-211.
12
Jaramillo, 1995.
13
Ávila, 2016a.
14
Ávila, 2017.
Nuevos datos sobre la serie de ángeles
91
generados en círculos pseudocristianos, herméticos o sociedades secretas, como defienden
otros autores
15
. Bien al contrario, reflejan una religiosidad católica pre y post-tridentina, que
habían divulgado los magos renacentistas y los cabalistas cristianos españoles en siglos
anteriores, que efectivamente no se ajustaba escrupulosamente a la ortodoxia, pero que la
Iglesia supo incorporar a la angelología católica, y toleró “generosamente” después del
Concilio de Trento. Por eso sus imágenes están en monasterios y conventos de monjas, y no
en sedes de otros cultos o religiones.
Individualmente cada uno de los ángeles, pero sobre todo en su conjunto, constituyen
una magnífica representación visual de atributos divinos, oficios y beneficios angélicos,
personificados en ángeles que protagonizan importantes eventos bíblicos. Atributos divinos
como Justicia, Unidad, Bondad, Omnipotencia, Omnipresencia, etc.; y oficios y beneficios
angélicos, como exhortar a la Virtud, custodiar a los viajeros, curar las enfermedades,
consolar a los afligidos, socorrer en las tribulaciones, castigar por los pecados cometidos,
mitigar las tentaciones, etc. Y esa es la razón por la que se afirmaba en el primer artículo,
«que su presencia en el monasterio tenía una función devocional y catequética, ya que los
ángeles y las escenas representadas fomentaban la devoción angélica entre las religiosas, y las
servían de ejemplo de las mercedes angélicas»
16
.
Del mismo modo, la aparición de estos nombres confirma también la relación frecuente
entre las monjas y los ángeles apócrifos, o las similitudes entre los nombres de estos ángeles
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
15
Mujica, 1996.Mesa/Gisbert, 2000.
16
Ávila, 2014: 44.
Fig. 4a. Ángel de Isaac antes
de la restauración
Fig. 4b. Ángel de Isaac después
de la restauración.
Mario Ávila Vivar
92
a ambos lados del Atlántico, como se intentó demostrar en el citado artículo de Hispania
Sacra
17
. De los dos nombres recuperados en la serie de Aguilar, el de Leriel figura también en
un ángel arcabucero de la famosa serie de Calamarca (Bolivia). Y Esiel es muy similar a Esriel
y Eliel, presentes en las series de Pozo Santo (Sevilla. España) y Uquía (Argentina). Y ya se
ha advertido reiteradamente sobre la alta probabilidad, de que estas pequeñas diferencias en
algunos nombres de ángeles, fuesen debidas a variaciones fonéticas y gramaticales locales, a
diferencias fonéticas en la transcripción de los nombres del hebreo al español, o a la escasa
formación gramatical de quienes inscribían los nombres en los cuadros. Sirva como ejemplo
esta serie de Aguilar, en la que los tres ángeles canónicos están mal escritos. Así, Miguel
18
se
ha escrito Migel; Gabriel Vir Deus, Grabiel Bir Deus, y Raphael Medicina Dei, Rahael Medesina
Dei.
Las representaciones pictóricas de ángeles apócrifos se iniciaron en los conventos de
monjas españoles, y de ahí pasaron a otros recintos y a los virreinatos americanos. Y es de
suponer que el significado que tenían en España, es el que tuvieron también al otro lado del
Atlántico. La cuestión que deberán responder algún día los historiadores del arte virreinal, es
por qué en el virreinato peruano también adoptan la iconografía militar, y sus nombres
figuran en las representaciones de ángeles “arcabuceros”. Porque las explicaciones dadas
hasta ahora no son satisfactorias
19
. No lo son las de los Mesa-Gisbert
20
que pretenden
vincularlos con los cultos astrales precolombinos. Ni tampoco las de Mujica Pinilla
21
, que
considera sus nombres variaciones de los de los Siete Príncipes de los ángeles, y los subordina
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
17
Ávila, 2017.
18
En el primer artículo se decía que la iconografía de San Miguel portando rodela y el bastón de mando fue
creada por los pintores andaluces, y que se argumentaría en un artículo a publicar en la revista Atrio, de la
Universidad Pablo de Olavide (Sevilla). No obstante, el artículo se publicó finalmente en la revista Laboratorio
de Arte de la Universidad de Sevilla: “La iconografía de San Miguel en las series angélicas”, Laboratorio de Arte,
28, 2016, pp. 243-258.
19
Ávila, 2016a. En los capítulos relativos a los ángeles apócrifos y militares se argumenta la crítica a esas
teorías.
20
Mesa/Gisbert, 2000:25-31.
21
Mujica, 1996.
Fig. 5. Sala de Recreo del monasterio de
San José y San Roque de Aguilar
de la Frontera
Nuevos datos sobre la serie de ángeles
93
a una función exclusivamente militar, que él asocia con el “imperialismo” español en las
Indias. Los ángeles apócrifos son, antes que nada, alegorías de los atributos divinos, oficios
y beneficios angélicos. Y al adoptar en los virreinatos americanos la iconografía de ángeles
militares, adoptan también la función de mensajeros y funcionarios del rey del cielo, y
evidentemente, la de miles coelestis, miembros del ejército celestial que difunde el cristianismo
por el mundo. Por muy sugerente que resulten las teorías de algunos historiadores
latinoamericanos, los ángeles “apócrifos-arcabuceros” no cristianizan cultos precolombinos,
ni por supuesto el de los huaminca, «criados invisibles del dios Viracocha», como sugiere
Mujica
22
, sino que ejercen las funciones milenarias que siempre tuvieron en Occidente, eso
sí, revestidos de una novedosa iconografía, ideada sin duda por los religiosos españoles para
hacer entender a los nativos americanos esos oficios.
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
22
Mujica, 1996: 270.
Mario Ávila Vivar
94
Bibliografía
Ávila Vivar, M.: “La serie de ángeles del monasterio de San José y San Roque de Aguilar de
la Frontera (Córdoba)”. En: Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte, 3, Córdoba, (2014),
pp. 35-47.
Ávila Vivar, M.: Angelología Barroca. Las Series Angélicas, Toledo, Edición del autor. (2016a).
Ávila Vivar, M.: “La iconografía de San Miguel en las series angélicas”. En: Laboratorio de Arte,
28, Sevilla, (2016b), pp. 243-258.
Ávila Vivar, M.: “Ángeles apócrifos en los conventos de monjas”. En: Hispania Sacra, 69, 140,
Madrid, (2017), pp. 647-660.
Ferreira, J. : “Galería de ángeles en Aguilar de la Frontera”. En: Cántico de San Juan de la
Cruz, núm. 27/28/29, (1944), pp. 44.
Jaramillo Obando, C.: El Arte barroco español y el arte colonial colombiano en las series angélicas, Tesis
doctoral inédita dirigida por Mª Teresa Escohotano, Madrid, Facultad de Bellas Artes de
la Universidad Complutense. (1995).
Lara Arrebola, F.: “Bernabé de Ayala y la serie de ángeles del monasterio de San José y San
Roque de Aguilar de la Frontera”. En: Boletín de la Real Academia de Córdoba de Ciencias,
Bellas Letras y Nobles Artes, Año L, 101, Córdoba, (1980), pp. 195-211.
Mesa, J. de y Gisbert, T.: “Ángeles y Arcángeles”, AA.VV. En: El Retorno de los Ángeles, La
Paz, Unión Latina, (2000), pp. 25-31.
Mujica Pinilla, R.: Ángeles apócrifos en la América virreinal, Lima, F.C.E. (1996).
Tuñón Escalada, J.J.: Espiritualidad e Inquisición en Asturias en el Siglo XVIII. El Proceso del obispo
José Fernández de Toro, Tesis Doctoral, Universidad de Valladolid. (2014)
Yates, F. A.: El iluminismo rosacruz, México, F.C.E. (1981).
Yates, F. A.: Giordano Bruno y la Tradición Hermética, Barcelona, Ariel. (1983).