Alfonso Blanco López de Lerma
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El Retablo del Salvador se ha fechado a principios del siglo del siglo XVI,
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aunque quizá
haya que situarla cercana a la mitad de la centuria, y se ha señalado la influencia de la obra de
Alejo Fernández (1475-1545), pero más en la inspiración de la composición de la escena
central que en la estética general de los personajes, tanto de los tipos humanos como del
plegado de paños, mucho más relacionados con la manera italiana de representarlos que la
inspiración flamenca que podemos ver en Alejo Fernández. No hay relación aparente entre
la composición de las escenas secundarias y cualquier otra creación conocida de dicho pintor.
A pesar de ese aire italianizante citado, el parecido de tipos físicos, proporciones corporales,
agrupación de personajes, halos de santidad superpuestos y halos crucíferos de Cristo, los
pliegues o las cenefas en los bordes de los ropajes o los paisajes con edificios de recuerdo
retardatario, tienen semejanzas con alguno de los grabados de la Peregrinación a tierra santa de
Bernhard von Breydenbach (1440-1497), que se editó en España en 1498,
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lo que da un
cierto aire tardomedieval al retablo a pesar de la época de su realización.
Si se atiende al hecho de que los maestros Pedro de Campaña (1503-1586) y Hernando
de Esturmio (1510-1556) llegan a Sevilla en 1537, con un estilo más avanzado que el
tardogótico apreciado en las composiciones de nuestro anónimo autor, posiblemente haya
que pensar en los últimos años de la producción de un pintor local con una impronta
retardataria.
Alejo Fernández pintó La Duda de santo Tomás, hacia 1530, (Iglesia parroquial de Hinojos,
Huelva) con algunos personajes que se asemejan a los nuestros, sobre todo Cristo, y Tomás
en el lugar que ocupa aquí María; el gran arco con casetones en perspectiva que enmarca la
escena está copiado en el Retablo del Salvador, sustituyendo las columnas por pilastras y
reduciendo su profundidad. Masaccio (1401-1428) para su Trinidad (1427-1428) de Santa
María Novella de Florencia, utilizó anteriormente idéntico arco con casetones y que se
aprecian en la obra de Alejo Fernández.
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El hecho de que Vasari (1511-1574) pintara La
incredulidad de Santo Tomás (1572) para la Basílica de Santa Croce de Florencia, con una
composición muy parecida a la de Alejo Fernández, sobre todo el arco, nos remite a una
estampa de inspiración común, y que pudiera ser la de Alberto Durero (1471-1528) con
idéntico motivo (1509), de su serie sobre La pequeña Pasión, aunque el arco solamente está
iniciado.
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La pintura con el mismo tema que sin duda es inspiración definitiva para esta escena
central es la Aparición de Cristo a la Virgen con los redimidos del Limbo (fig. 3 y 4) y que perteneció
a la antigua colección Parcent de Madrid, desconociendo su localización actual. Esta pintura,
de estética muy cercana a Fernández, y que Tormo en 1911 la atribuyó a: “Escuela de los
estados de Castilla en el segundo ó tercer decenio del siglo XVI, dudándose entre la toledana,
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Gestoso y Pérez, 1921: 108-109: “ANÓNIMOS. 295. Retablo con ocho compartimentos. Rétable à
huit divisions. E.S. En ellos se representa los siguientes asuntos: á la izquierda, Jesús y la Samaritana, la
mujer hemorroisa y Santo Domingo de Guzmán. En el centro, el Salvador, y á su diestra Adán y Eva y el
Bautista, y dos figuras de Santas á la siniestra. Fondo arquitectónico caprichoso, y en dos hornacinas Moisés
y Aarón. Debajo el Nacimiento de Cristo. A la derecha, un Santo desnudo y de hinojos en el suelo, y tras
de él una figura de mujer. San Rafael, y la impresión de las llagas á San Francisco en el tablero de la derecha.
Principios del siglo XVI. Alto, 2,10; ancho, 1,49. T.”
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Von Breydenbach, 1486. (Edición latina, 1486, edición alemana, 1486, edición flamenca, 1488).
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No podemos olvidarnos que en 1510 queda instalado en la Capilla de la Virgen de la Antigua de la
Catedral sevillana el Sepulcro de Don Diego Hurtado de Mendoza, de Doménico di Alessandro Fancelli
(1469-1519) y que incluye un arco sobre columnas y con casetones como el utilizado por Alejo Fernández.
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La fuente de inspiración pudo ser también la Pasión de Marcantonio Raimondi (1480-1534), que
copia la serie de Durero.