
Ana Martín García
158
Conclusiones
Esta investigación ha sido abordada comprendiendo la
historia en su complejidad. Esto es, en sus ausencias y
olvidos: desde el estudio del material documental (a veces,
aleatorio) conservado en los fondos de los archivos, el
trabajo directo con la materialidad de las obras (principal
objeto de estudio del historiador del arte) y, a partir de un
estado de la cuestión, revisando las narraciones
historiográficas oficiales e investigaciones científicas.
De esta manera, se ha desarrollado una nueva
aproximación a la primera iglesia de la Congregación
Salesiana en Roma: desde su historia constructiva a través
de la información de las noticias publicadas en el Bollettino
Salesiano de la época, que como fuente primaria hemos
utilizado sus datos para intentar reconstruir de manera
teórica las diferentes etapas constructivas, así como el
proceso de decoración interna.
Por otro lado, al intentar profundizar en la propuesta
del proyecto de la estatua para la finalización del
campanario, se ha recurrido a la documentación
conservada en archivo.
Sin embargo, quedan algunas cuestiones abiertas que
necesariamente se deberán de seguir investigando. Este
estudio no evita algunas ausencias e incógnitas en relación
a las decisiones tomadas en la construcción,
ornamentación y la elección de sus artistas.
En la descripción de las obras de ornamentación,
algunas partes anteriormente reproducidas literalmente, se
describen las obras murales de Virginio Monti que se
encuentran en la nave principal, transepto y la cúpula; así
como las cuatro pechinas de Caroselli con los cuatro
profetas mayores – Isaia, Geremia, Ezechiele e Daniele.
Pero entre toda la información recopilada hay una ausencia manifiesta de referencias directas
a los cuadros de altar. Se concretó que los altares no estaban terminados, por lo que se aludió
únicamente a su estructura marmórea. En este sentido, en el presente estudio, creemos que
la consagración de la iglesia se realizó únicamente con un solo altar terminado
completamente, el dedicado a Maria Auxiliadora con una tela del pintor Giuseppe Rollini
realizada en Turín en 1887, como indica la firma en el lado inferior derecho. Este altar sería
el único completo que habría visto don Bosco en esta iglesia antes de morir el 31 de enero
de 1888.
El Bollettino Salesiano hizo referencia a la estructura marmórea del altar mayor, pero
posteriormente no se realizaron alusiones a la pintura del Sacro Cuore de Franz de Rohden,
de la que no se obtiene información en relación a la fecha o a la autoría mediante el análisis
de la obra. Esta ausencia de información con respecto a los altares y a sus pinturas la
encontramos también en el opúsculo de don Francesco Dalmazzo de 1887107. Sin embargo,
conocemos la obligatoria presencia del altar mayor, donde se depositaron las reliquias
necesarias para su adecuada consagración. En este caso, fueron reliquias de los Santos Pietro
e Paolo, Francesco, Jacopo e Lorenzo mártir108.
Por otro lado, de ninguna de las seis telas conservadas en los altares en la actualidad se
obtiene una fecha anterior a la consagración, lo que coincide con las fuentes documentales y
107 Dalmazzo, 1887: 38-66.
108 “Consacrazione”. En: Bollettino Salesiano, Turín, VI-1887: 62.
Fig. 14. Mario Ceradini, Boceto,
Progetto per la erezione di una
statua al S. Cuore di Gesù al
Campanile della Chiesa Omo-
nima in Roma, reproducción
fotográfica, cartolina, ca.
1929-1930. ASC Núm.
43896, Roma.