Ernest Fenollosa, Kakuzo Okazura y el arte japonés
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en un halo de misterio. Su concepto del arte viene a ser como un tapiz viviente poblado por
personajes históricos. Por ello, aunque su convincente argumentación atrajo a las masas y a
las autoridades prácticamente por igual, debemos remarcar a manera de colofón, ciertas
cautelas a propósito de su obra.
Una crítica importante es que Fenollosa podría haber errado al no darse cuenta del respeto
que el pueblo japonés siente por la naturaleza. Debemos tener en cuenta que Japón es el
único país donde la naturaleza es el máximo referente, que alcanza desde el lenguaje a las
relaciones sociales, por ejemplo, tenemos la enorme cantidad de onomatopeyas para
expresar, incluso sensaciones de tipo emocional y no solo fenómenos físicos o naturales
(Barton, 2021) y por otro lado, el hecho de que este idioma en lugar de desarrollar una marca
de plural específica guste en muchas ocasiones de efectuarlo mediante mera repetición del
nombre en singular, así, Nosotros enfáticamente se diría Yo-Yo, (Ware我 y Ware Ware我我
, respectivamente), “islas” se puede corresponder con isla-isla 島島 y sucesivamente, incluso
tenemos un caracter chino que implica la reduplicación 々. Sobre este particular, se sugiere
consultar la teoría de ecuaciones semánticas postulada por Cabeza (2019), la cual, se origina
al explicar el término 言葉, “lenguaje” que se compone de “decir”+”hojas del árbol” =
“lenguaje” (las hojas del árbol del decir), por ello configura una suerte de ecuación aditiva o
sumatorio, en la que los términos que intervienen adquieren una cierta variable de significado.
El mensaje final sería que también el lenguaje se identifica con lo natural.
Aunque será materia de otros escritos, también es posible destacar en este sentido el uso
en japonés de la conjunción copulativa china, Wa 和 que originalmente quiere decir armonía,
tanto en chino como en japonés, a modo de marca o posposición del sujeto. Es decir, el
sujeto, tan mutable en el idioma japonés (pues existen muchos tipos de sujeto, masculino,
femenino, etc), debe inexorablemente armonizar con su entorno o predicado y no pueden
conectarse directamente sin que medie la partícula Wa igual que le interrogación no puede
formularse sin la particula Ka (Berque, 2000).
En definitiva, lo que estamos tratando de concluir es que para el pueblo japonés la
naturaleza es siempre preferible al artificio, y el único pecado concebible en esta tierra, es
contra el orden natural (Falero, 1998).
Aparentemente, Fenollosa ignora esta situación y en todas sus teorías del arte prefiere
centrarse antes en la voluntad humana.
Tan anómalo hecho, se puede observar perfectamente en obras características de épocas
pretéritas tales como "Tsurezuregusa" de Kenkô Yoshida o "Genji Monogatari" atribuido a
Shikibu Murasaki, en este último relato, destacan los hermosos nombres naturalistas de dos
nobles princesas, Fujitsubo 藤壺 (floración de Glicina) y Kiritsubo 桐壷 (floración de
Pawlonia).
Esta cuestión compleja, podría tener mucho que ver con las prácticas ancestrales del
sintoismo, las creencias nipónicas primigenias. En este sentido, destacamos la siguiente
afirmación de Falero (1998): “Para los sintoístas, el hombre es parte de la naturaleza, igual
que cualquier otro ser viviente, y como consecuencia, todas sus acciones caen dentro del
único marco de referencia de la esfera natural” (p. 165).
En segundo lugar, la disposición de Fenollosa, parece de alguna manera teñida por
unsentimiento anticlerical, ya que en modo alguno reconoce la inmensa contribución
realizada por los evangelizadores europeos, y especialmente por los jesuitas muy dados a
adoptar los modos locales, la famosa Accomodatio, particularmente cuando éstos se
relacionaban con lo artístico o lo litúrgico en las artes. Fundamentalmente el proceso tuvo
lugar en áreas de Kyūshū donde los ibéricos recibían el paradójico nombre de Nanban 南蛮
o bárbaros del sur, pero también en Macau y en Beijing (Cabeza y Almodóvar 2018).
Como resultado, Fenollosa obvia el muy relevante despliegue expresivo de los Nanban y
mucho menos comenta sobre las artes, cienciasy cambios de técnicas pictóricas en China por
parte de sacerdotes devenidos letrados, de origen europeo, desde Matteo Ricci 利瑪竇 (Li
Madou) a Giuseppe Castiglione 郎世寧(Lang Shining). Los cuales, no solo realizaron una
titánica labor ampliamente desconocida por los japoneses y por tanto por Fenollosa, sino