Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte, 11, 2022, pp. 43-66, ISSN: 2255-1905
EL TRIUNFO DEL NOMBRE DE JESÚS. EL DESAPARECIDO
PROGRAMA ICONOGRÁFICO DE LA IGLESIA DE LA
COMPAÑÍA DE TUNJA
1
ABEL FERNANDO MARTÍNEZ MARTÍN
Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia
ANDRÉS RICARDO OTÁLORA CASCANTE
Universidad Nacional de Colombia
Fecha de recepción: 01/05/2022
Fecha de aceptación: 14/07/2022
Resumen
Este artículo reconstruye el desaparecido programa iconográfico de la iglesia de la
Compañía de Jesús de Tunja (Colombia), elaborado en los siglos XVII y XVIII. Los
altares, cuadros, retablos y portada de la iglesia de la Compañía, que servía a su colegio-
noviciado, están dedicados al Triunfo del Nombre de Jesús. El programa, relacionado
con los Ejercicios Espirituales, se usó con fines pedagógicos y evangelizadores. Tras la
expulsión de los jesuitas, la mayoría de los altares, cuadros y esculturas se dispersaron o
desaparecieron. A través de las fuentes jesuitas y hospitalarias, es posible plantear la
organización interior de la iglesia.
Palabras clave
Iconografía; Jesuitas; Iglesia de la Compañía de Jesús; Tunja
THE TRIUMPH OF THE NAME OF JESUS. THE FORGOTTEN ICONOGRAPHIC
MESSAGE OF THE CHURCH OF THE SOCIETY OF JESUS FROM TUNJA
Abstract
This paper reconstructs the forgotten iconographic message of the church of the Society
of Jesus from Tunja (Colombia) built between 17th and 18th centuries. The altars,
paintings, altarpieces, and the front of the church of the Company, which served to the
school-novitiate are dedicated to the Triumph of the Name of Jesus. The message,
related to the Spiritual Exercises, was used with pedagogical and evangelizers purposes.
After the expulsion of the Jesuits, most of the altars, paintings and sculptures were
dispersed or disappeared. Through the Jesuit and Hospitallers of St. John sources, it is
possible to consider the internal organization of the church.
Keywords
Iconography; Society of Jesus; Church of the Society of Jesus; Tunja
1
Este artículo es resultado del proyecto de investigación “El Hospital de Tunja 1553-1835” del Grupo Historia de la
Salud en Boyacá de la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia UPTC, financiado por el Museo de
Historia de la Medicina y la Salud de la UPTC.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
44
Introducción
Con la expulsión de los jesuitas de los dominios de la Monarquía Hisnica en 1767, inic
para el templo de la Compía de Tunja, fundada en los Andes orientales en el Virreinato de la
Nueva Granada (actual Colombia), una compleja etapa de confiscaciones, deterioro, cambio de
uso del colegio y noviciado, primero para convento-hospital de caridad y, luego para ser colegio-
universidad, es la causa de la actual dispersión de sus bienes de culto.
La rdida y dispersn de vedas, altares, lpitos, retablos, imágenes y reliquias,
desfiguraron totalmente el programa iconográfico que los jesuitas concretaron en el templo de la
Compía de Tunja, en los siglos XVII y XVIII, con claros fines pedagógicos y evangelizadores
para el funcionamiento, tanto del colegio como del noviciado, que lograron a tras de la barroca
composición escenogfica a través de diferentes retablos, escenario donde se desarrollaban los
Ejercicios Espirituales instruidos por Ignacio de Loyola, ejemplo de la teatralidad barroca de la
Compía de Jesús, que uniendo pintura, escultura y arquitectura, con el teatro, la danza y la
música, una efectiva herramienta pedagógica que los jesuitas utilizaron para persuadir, para
convencer a través de estasquinas de creer”, el retablo:
2
Los misterios de nuestra redención, expresados en pinturas y en otras imágenes, se instruyen
y confirman al pueblo en los artículos de la fe, que deben ser recordados y meditados
continuamente y que de todas las imágenes sagradas se saca gran fruto, no lo porque recuerdan
a los fieles los beneficios y dones que Jesucristo les ha concedido, sino también porque se ponen
a la vista del pueblo los milagros que Dios ha obrado por medio de los santos.
3
Esta frase, del decreto “Sobre la invocación, veneración y reliquias de los santos y las sagradas
imágenes”, redactada en la última sesión del Concilio de Trento (1563), “condensa la visión
contrarreformista en torno al poder de la imagen; es por esto que, a partir de dicho episodio, y
durante varios siglos, el arte se convirten un recurso exclusivo de la relign”.
4
Parte fundamental del programa jesuita fueron los Ejercicios Espirituales de su fundador Ignacio
de Loyola. En 1522 en Manresa (Barcelona), Ignacio, que vivió como eremita, concibió el
esquema de sus ejercicios que practi en la cueva de Manresa, donde escribió el primer bosquejo.
Luego de un complicado periplo por Barcelona, Alca de Henares y Salamanca, viajó a Paris
(1527-1535), donde corrig el texto, lo mostró al primer cleo societario en Montmartre e inic
su traducción al latín. En la Compañía, el noviciado incluía la obligación de realizar los Ejercicios
Espirituales durante un mes, bajo la dirección de un director espiritual (Fig. 1).
5
El cronista jesuita Pedro de Mercado, sostiene que, al ser la de Tunja casa de probación y
noviciado, la repetición de los Ejercicios Espirituales jesuitas había excedido a la de los otros colegios
existentes en el Nuevo Reino, pues los hacían los novicios en la ciudad encomendera, no una
sino dos o tres veces en el año, dependiendo de la probación. Ejercicios que enseñaron los
jesuitas, además, en los conventos femeninos tunjanos de clarisas y concepcionistas.
6
La Compañía reflexiona “sobre la vida terrenal -vista como despliegue del cuerpo y sus
apetitos sobre el escenario del mundo-,” a partir de una actitud nueva, reflexiva; una posibilidad
de redención, de distinguirse a través del ejercicio del libre albedrio, de iniciar en este mundo una
empresa para salvar el alma. Materializada a través de los Ejercicios Espirituales, conciben una vida
terrenal en relación con el ciclo bíblico, de la creación a la redención.
7
2
Borja, 2021: 31.
3
Herrera, 2021: 139.
4
De los 15 miembros de la comisión de Trento encargados de estudiar las imágenes, seis fueron españoles,
entre ellos el teólogo Diego Laínez, general de la Compañía. Mujica, 2004: 211-212.
5
Entre 1539 y 1541, el texto fue corregido en Roma. En 1547 se elabora una copia de los Ejercicios
conocida como Versio Prima. Por mediación de Francisco de Borja, duque de Gandía, esta versión y la
Vulgata, encuadernadas juntas, fueron aprobadas por breve pontificio de Paulo III (1548). La versión
autógrafa de los Ejercicios en castellano tiene 32 añadiduras hechas por Ignacio en 1541. El libro fue
publicado por primera vez en Roma en 1615. Hidalgo, 2021: 16-19.
6
Mercado, 1958: 385.
7
Echeverria, 1996: 27.
El Triunfo del Nombre de Jesús
45
La imagen cobró importancia pedagógica en la vida espiritual jesuita a través de la
composición de lugar, utilizada en sus Ejercicios Espirituales. El fundador de la Compañía no solo
utilizaba la imagen mental sino también pinturas y estampas devocionales, perfila un método
para realizar la oración personal y sacar provecho de ella: un nuevo modelo de espiritualidad.
Francisco Javier, en 1562, proponía al hacer un catecismo, poner una imagen que represente
el misterio evangélico: “antes de iniciar la meditación, mirará la imagen, y particularmente
advertirá en ella lo que ha de advertir para considerarlo en la meditación mejor y para sacar
mejor provecho”.
8
Este artículo busca reconstruir el espacio interior, con sus modificaciones, de la iglesia de
la Compañía de Tunja, hoy perdido en gran parte, a la vez que ofrece nuevos datos sobre las
cofradías y sobre la portada de la Iglesia de la Compañía de Tunja, elemento final y clave del
programa iconográfico jesuita. Se presenta la reconstrucción del espacio interior, cuando la
iglesia sirvió al convento-hospital de la Orden de san Juan de Dios (1778-1822), con las
adaptaciones hospitalarias de los altares jesuitas. A 2.800 metros sobre el nivel del mar, en
las alturas de los Andes, los jesuitas honraron el Nombre que los distingue y la Primera sangre
de Cristo, fiesta principal del templo tunjano, destinado en su conjunto a ser un elemento
pedagógico relacionado con el triunfo de la Compañía de Jesús, el crecimiento del colegio
noviciado, la consolidación de la media manzana jesuita y el incremento de las cofradías de
indios, negros y españoles en el templo, cumpliendo con los ejes de la reforma tridentina, de
la que los jesuitas fueron abanderados, como “soldados de Dios bajo la bandera de la Cruz”.
9
Muchos de los elementos de culto de los jesuitas permanecen descontextualizados en
otras iglesias y algún museo de la ciudad, mientras otros, como el altar-relicario del camarín
de los Dolores, han desaparecido. Una desastrosa intervención con fines turísticos, realizada
en los años setenta del siglo XX, desfiguró completamente el interior del templo.
Esta investigación, construida a partir de las Cartas Anuas, otras crónicas y libros jesuitas,
además de las cartas-cuenta e inventarios hospitalarios, permite brindar nuevos datos y
nuevas informaciones y conclusiones sobre esta importante, pero poco conocida historia de
8
Villalobos, 2021:12.
9
Fleming, 1971: 228.
Fig. 1. Francisco Albán, “¿Cómo me sentiré en el día del juicio final?”,
serie Los ejercicios espirituales de San Ignacio de Loyola.
Óleo sobre tela. Quito, Palacio Arzobispal. 1764. PESSCA
www.colonialart.org/ Id:10607 [Consultada: 9.04.2022].
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la iglesia de la Compañía de Jesús de Tunja, ubicada en del centro histórico de la ciudad, que
desde hace un siglo es conocida con otro nombre, copiado de la Iglesia jesuita de Bogotá,
por los historiadores académicos Rubio y Briceño, el nombre de San Ignacio.
Las cofradías de la iglesia de la Compañía
El día en que los jesuitas llegaron a Tunja en 1611 se celebraba la fiesta de la Purificación
de la Virgen, que tomaron como patrona de su nuevo Colegio en la ciudad encomendera.
Como ceremonia de llegada, los jesuitas realizaron en febrero de 1613 (o 1614), durante las
Carnestolendas, una procesión por el centro de la ciudad, con 10 andas que salieron del
convento de Santa Clara la Real hasta el pequeño templo de Jesús sobre el eje de la calle
real.
10
Las reliquias,
11
que fueron llevadas a Tunja, eran parte de un paquete que el procurador
jesuita había traído de Roma en 1612 y que repartieron entre los templos del reino. Las
reliquias fueron las primeras piezas importantes, fundadoras del templo y tuvieron un altar-
relicario destinado a su conservación. De Santafé se mandó traer un sagrario dorado con
puertas y columnas con letreros de las sagradas escrituras y las figuras pintadas de san
Victorino y san Vital, de los cuales el colegio de Tunja tenía huesos del cuerpo y de la cabeza,
respectivamente
12
. Dos reliquias están relacionadas con la Pasión de Cristo, el Lignum Crucis
conservado en el camarín de los Dolores y el sudario de Visanzón de Alemania que, durante
el siglo XVII, al atardecer del Miércoles Santo, salía en una procesión de cruces y antorchas
desde el convento de las concepcionistas o de las clarisas, hasta la Compañía.
13
El 9 de marzo de 1613 se iniciaron las clases del Colegio de la Compañía ante un numeroso
público con 60 estudiantes.
14
Para ellos, se había instituido la Congregación de la Anunciata,
como en Santafé. Dos años después, en 1615, el noviciado estaba conformado por 28
jesuitas, 13 de ellos novicios. Con motivo de la llegada de la bula de agregación a la Anunciata,
se colocó en la iglesia un cuadro de la Anunciación y, con el fin de realizar los Ejercicios
Espirituales, la capilla fue embellecida, las bóvedas se cubrieron con pinturas y se colocó un
púlpito para los sermones y los ejercicios.
15
Otra congregación impulsada por los jesuitas, en Tunja y Santafé, fue la del Niño Jesús,
cofradía de indios y negros establecida en 1613 por el padre Juan Manuel (1589-1647), que
enseñaba la doctrina los domingos y daba la comunión en cinco fechas del año, en que
cantaban misa y predicaban sobre la comunión, de acuerdo con lo establecido en Trento.
Los cofrades debían velar por los congregados que estuvieran enfermos y recoger las
limosnas para decir la misa por ellos. El día después de difuntos, se disponía en la Iglesia de
la Compañía un túmulo funerario por parte de los cofrades.
16
José Cassani (1673-1750), publicó en 1741 la Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús
del Nuevo Reino de Granada, donde afirma que el padre Juan Manuel fue nombrado rector y
10
Mercado, 1958: 355, 368.
11
En 1576 se produjo el hallazgo de las catacumbas paleocristianas en el Colegio Germánico de la
Compañía de Jesús en Roma, que derivó en el culto de los huesos de santos y mártires, en especial por los
jesuitas. Guilardi, 2018: 223. Su importancia radica en el vínculo que se crea entre la iglesia originaria y la
de la Contrarreforma. Las reliquias garantizaban el prestigio, tanto de la ciudad como del templo que las
tenía.
12
Del Rey / Gutiérrez, 2015: 325-326.
13
Del Rey / Gutiérrez, 2014: 71.
14
Pacheco, 1959 I: 165.
15
Del Rey / Gutiérrez, 2015: 325, 385, 441, 445.
16
Mercado, 1958: 371-372.
El Triunfo del Nombre de Jesús
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maestro de novicios de Tunja porque hablaba la lengua muisca, lo que facilitó la doctrina a
través de la cofradía, que introducía a los indígenas a la religión a través de la figura del niño,
al considerarlos “párvulos en la religión”. El padre Juan Manuel, que murió en Tunja (1647)
fundó la congregación del Santísimo Sacramento.
17
Pacheco le atribuye el texto Dirección
espiritual para el gobierno y ejercicios de la Congregación del Santísimo Sacramento y la fundación de esta
hermandad y la del Niño Jesús de Tunja.
18
En 1615, los jesuitas establecieron la esclavitud (cofradía o hermandad) del Santísimo
Sacramento en el pequeño templo. Los miembros asistían a las 5.30 para meditar en la iglesia,
preocupándose los jesuitas porque los mercaderes y tratantes de los vecinos arcos de la plaza
cerraran sus tiendas a esa hora.
19
La Anua de ese año relaciona la donación de 2 tabernáculos,
“uno de Cristo crucificado y otro de Nuestra Señora con su Hijo en los brazos y con san
José, todo en relieve de buena mano, con ricos vestidos, diademas y coronas de plata dorada
tachonadas de esmeraldas”, para adornar la iglesia.
20
En 1619, el pequeño templo contaba con la congregación de la Anunciata. Los
encomenderos y mercaderes conformaron una esclavitud del Santísimo Sacramento y otra de la
Virgen de Loreto, advocación mariana del siglo XIII, impulsada por los jesuitas, cuya imagen
se colocó en el tabernáculo principal, y contaba además con la cofradía del Niño Jesús, de
indios y negros.
21
La Virgen de Loreto refiere a la santa casa en que nació, recibió la
Anunciación y vivió la sagrada familia. la Virgen María fue trasladada en 1291 de Nazaret a
Tarseto (Dalmacia), para protegerla, tras la invasión de Palestina. La leyenda dice que fue
trasportada por ángeles. De ahí pasó al otro lado del Adriático, a Loreto (Italia). Julio II
encomendó a los jesuitas el cuidado de la santa casa en 1544.
Entre las funciones de los rectores estaba aderezar el templo, por eso mandaron hacer en
Santafé imágenes de bulto de Ignacio de Loyola, Francisco Javier y Luis Gonzaga, saliendo
la ciudad a recibirlas cuando llegaron a Tunja, para llevarlas al templo en solemne procesión.
Las estatuas, que empezaron a ejercer como taumaturgas, se pusieron en el altar mayor de la
iglesia, todavía no en nichos, ya que estos no existían hasta llegar el rector Francisco Ellauri
(1655-1657), quien mandó elaborar el retablo mayor que conserva hoy la iglesia de la
Compañía.
22
El historiador de Arte Sebastián le encuentra relación con el retablo mayor del
templo jesuita santafereño:
23
Viene a ser una réplica del retablo mayor de San Ignacio de Bogotá, realizado por el lego
Jesuita Luisinch […]. Los entablamentos están quebrados, de tal forma que tres calles van
hacia adelante y dos quedan retraídas. Los modelos de columna son los mismos, todos con
anillo en el tercio inferior, pero se repiten los estriados en espina (primer cuerpo), o las
imbricaciones (segundo cuerpo), o los estriados de dirección cambiante (tercer cuerpo). El
remate del retablo es diferente de lo acostumbrado en Tunja […]; la decoración en general
es manierista.
24
Antes de 1690, en todos los colegios del Reino, se había instituido la congregación de la
Buena Muerte. La Anua se refiere a que en Tunja se instituyó 5 años atrás y tenía una capilla
17
Cassani, 1741: 451-458
18
Pacheco, 1959 I: 562.
19
Mercado, 1958: 394-395.
20
Del Rey / Gutiérrez, 2015: 450.
21
Del Rey / Gutiérrez, 2015: 583-584.
22
Mercado, 1958: 378.
23
Sebastián, 2006: 354-355.
24
Sebastián, 1963: lám. XLIII.
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propia decorada con “las sagradas imágenes según los cánones arquitectónicos”, así: una
imagen del crucificado al centro, a la derecha la imagen de Dios Padre y, a la izquierda, Juan
Evangelista, capilla en la que se reunían a meditar sus cofrades los viernes.
25
Respecto al altar de las reliquias, siendo rector por segunda vez, Francisco Ellauri (1655-
1657), compró el órgano para la iglesia y además “hizo tabernáculo para el altar mayor y
sagrario muy lucidos y los doró y perfiló”
26
con madera que trajo de los bosques de Arcabuco
y del puerto de Vélez.
27
Ellauri formalizó contrato con Francisco y Marcos Delgado por: Un
cuerpo de sagrario que se ha de poner en el retablo mayor, en lugar de las urnas que tenía
hechas Mateo de Alarcón. Los Delgado debieron realizar también dos retablos, uno donde
‘se han de poner con toda decencia las reliquias que tiene dicho colegio, otro donde se ha de
poner el cuadro grande de Jesús Nazareno y el glorioso San Ignacio, y dos tribunas con sus
puertas y ventanas en que se está obrando actualmente.
28
El siglo XVII termina con la capilla mayor y el crucero, donde se ubican el altar mayor y
los patrones de las cofradías de la Anunciata, del Niño Jesús y del Santísimo Sacramento con su
custodia; a los lados, las dos sacristías, la de los Dolores, al lado sur, detrás del altar del cuadro
grande de La visión de Ignacio de Loyola en el camino a Storta, basado en el grabado sobre el mismo
tema de Cornelis Galle, El Viejo, en 1610.
29
En los brazos del crucero, el altar-relicario en el
camarín de los Dolores (brazo sur) y, al frente, el altar del patrón de la ciudad y protector
contra terremotos, Francisco de Borja. Hacia el oriente, la capilla de la cofradía de la Buena
Muerte. El cuadro de la visión de Storta fue robado en 2007, queda el retablo de gran tamaño
sin dorar, testigo del trabajo de Francisco y Marcos Delgado.
El cuaderno de la sacristía
El siglo XVIII es el que más fuentes aporta para el templo. En primer lugar, el libro de la
Sacristía iniciado en 1717, que se mantuvo hasta la expulsión, permitió conocer el estado de
la iglesia y sus inventarios. Relaciona las visitas realizadas a la sacristía e iglesia en 1719, 1723,
1725, 1740, 1752 y 1754. El libro, que servía para las entregas a los encargados del cuidado
de la iglesia, se suma al pleito con la Junta de Temporalidades, la entrega a los hermanos de
san Juan de Dios, los inventarios de los hospitalarios y los arreglos que tuvieron que hacer
hasta el traslado del hospital al convento agustino en 1822.
El libro de la Sacristía contiene varios inventarios, aclara la ubicación de algunas imágenes,
como la del titular de la Cofradía del Niño Jesús en el altar mayor, con muchas alhajas de
plata y vestidos e incluso una corona de espinas y una cruz. Igualmente, las alhajas de plata
de la Inmaculada Concepción, las de la Virgen de los Dolores y la de Nuestra Señora de la
Soledad, con un altar distinto,
30
de este último, las alhajas se consignaron en el libro de la
25
El texto Reglas y Constituciones de la Congregación de la Buena Muerte, fundada en el Colegio de la Compañía en
Tunja…, fue escrito en Tunja por el jesuita Pedro García. Del Rey / Gutiérrez, 2014: 131.
26
Mercado, 1958: 467.
27
Contreras, 2017: 407.
28
González, 2009: 5.
29
Se encontraba Ignacio de Loyola camino a Roma para pedir al papa la aprobación de la orden. Entró a
orar en un templo desierto en Storta, donde tuvo la visión de Dios en el cielo y de Jesús con la cruz a
cuestas, quien se la encomendó a Ignacio para que estuvieran bajo su patrocinio y le garantizó que lograría
la aprobación de la Compañía al tomar su nombre. De allí el lugar destacado que ocupa en los templos
jesuitas esta visión. García, 1995: 275.
30
La función de las cofradías de la Virgen de la Soledad en el mundo hispánico es acompañar el
descendimiento y procesión del Santo Sepulcro el Viernes Santo. Labarga, 2005: 410.
El Triunfo del Nombre de Jesús
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Sacristía en 1739. Estas cuatro esculturas son las que poseen más alhajas en el templo.
31
Se
mencionan, también, las reliquias en el altar de los Dolores.
La sacristía tenía 19 cuadros, 18 de “varones ilustres”, una estampa pintada del sepulcro
de san Ignacio en Roma y unas láminas entregadas por el provincial Diego de Tapia, uno de
los consejeros espirituales de la monja y escritora tunjana Francisca Josefa del Castillo. En la
iglesia se encontraban dos cuadros “ricos y grandes con sus marcos dorados”, uno de Nuestra
Señora de la Concepción y otro de Nuestra Señora de la Manta [Chiquinquirá]. Así mismo,
10 láminas con marcos dorados, dos relicarios dorados con vidrieras y un cuadro de san
Francisco Javier en el púlpito, una Santa Rosalía, uno de la Asunción y otro de la Concepción.
En la pilastra del púlpito se hallaba uno del Salvador; enfrente, en la otra pilastra, uno de
santa María la Mayor, un Salvador, un crucificado y una Virgen del Rosario. Todos en la parte
del crucero frente a san Francisco Javier y 12 cuadritos de los apóstoles en el crucero. En el
presbiterio, anotan otros cuadros de Jesús, María y san Diego, de la Virgen de Chiquinquirá,
san José, san Diego, nuevamente, san Francisco Javier y la Virgen y uno de Santa Teresa de
Jesús.
32
En el cuerpo de la iglesia había un cuadro del Señor de la Columna, otro de la Virgen de
Belén, un nacimiento, un Salvador, un san Pedro Alcántara, una Virgen, un san Jerónimo, un
santo Domingo, un Crucificado con una Virgen, un Señor Caído, uno iluminado de la Virgen,
un Santo Sudario y un san Agustín. Se identifican cuadros en los altares laterales, uno de san
Francisco Javier en el de san Nicolás y un Ecce Homo, en el altar de san Estanislao. En el
altar de san Francisco Javier, uno del patrón de la ciudad y otro Ecce Homo y, a los lados de
la tribuna del altar, una santa Rosa y un san Francisco de Paula y en el altar mayor, un cuadro
de la Virgen con el Niño, situado en la testera del altar del Niño Jesús.
33
Los lugares de entierro de la iglesia estaban divididos. Para los miembros de la Compañía
estaban destinados los que estaban “abajo del presbiterio al lado del evangelio”, debajo del
púlpito o “junto a la Capilla del Niño enfrente del púlpito”. Al lado de la Epístola se ubicaba
la capilla de san Ignacio. Los seglares se enterraban en la capilla del Niño Jesús, en los escaños
y en las gradas principales, al lado del Evangelio, en el altar de san Francisco Javier.
34
Llama la atención, en la sacristía, cuatro niños Jesús pequeños de estaño, uno con camita
dorada, colchón, almohada y paños, acomo uno de “estaño con una cruz de granadillo
esquinada”, otro, un “santo cristo de bronce que está en la puerta del sagrario del altar
mayor”
35
y cuatro ángeles que están hechos de pasta, que donó el hermano Clemente de la
Parra.
36
La portada y el Triunfo del Nombre de Jesús
En la iglesia de Il Gesú de Roma, templo matriz de la Compañía, en cuya planta se basan
las iglesias jesuíticas alrededor del mundo, se dispone el programa iconográfico del Triunfo
del Nombre de Jesús, desde el altar mayor, por las bóvedas y el ábside. Sobre la primera
sangre, la fiesta de la Circuncisión dice García Mayenco:
31
“Libro de la iglesia y sacristía de este Colegio de Tunja desde el 8 de enero de 1717”, ff. 93v, 95v.
Biblioteca Nacional de Colombia (BN), Fondo Antiguo, sala Manuscritos VFDU1-1342 (RM 105).
32
BCN. Libro...: ff. 90v-90r.
33
BCN. Libro...: ff. 90r-91v.
34
BCN. Libro...: ff. 123v, 129v.
35
BCN. Libro...: f. 98v.
36
Contreras, 2018: 142, 144.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
50
Se trata del momento en el que el Niño recibió el
nombre de Jesús, el cual posteriormente fue
adoptado por san Ignacio de Loyola. La importancia
de este tema se debe a que esta asociación del
Nombre de Jesús con su sangre en la Circuncisión
fue el hecho central de la predicación jesuita, tal y
como se señala en el libro Imago primi saeculi […]:
‘Este día el nombre de Cristo ha sido asociado a su
sangre; por ese motivo, nosotros los jesuitas,
debemos estar dispuestos a dar nuestra sangre por
este nombre’.
Las fiestas del templo las realizaban las cofradías
de la Anunciata y del Niño Jesús, el a de la
Circuncisión del Señor, 2 de enero, para recordar la
primera sangre derramada, día en el que se recuerda,
además, la institución de la Eucaristía y en la que las
calles adyacentes y los altares del templo se llenaban
de flores. La fiesta continuaba el 3 de enero, fecha en
la que se celebraba el Nombre de Jesús, principal
imagen representada en la barroca portada de la
iglesia de la Compañía de Tunja (Fig. 2).
Iniciando por el remate de la portada, tenemos el
sello de la Compañía, el emblema IHS Iesús Hominis
Salvator,
37
la abreviatura del nombre griego ΙΗΞΟΥΞ,
en latín IESUS, al interior de un sol radiado,
coronado por una estrella y, encima de ella, lo que
parece una cruz. Esta luz, que representa al sol, se
refiere a la función de la Compañía en la propagación del evangelio
38
y se relaciona con el
versículo 46 del Eclesiastés, que sobre el nombre dice: “Josué […] estaba puesto para ser en
su tiempo como su nombre lo dice, una gran salvación para los elegidos de Dios, para castigar
a los enemigos y dar a Israel la tierra que era su herencia […]. Nadie podía resistirle cuando
peleaba las batallas del Señor. Por medio de él se detuvo el sol, y un solo día se convirtió en
dos. Invocó al Dios altísimo cuando los enemigos lo atacaban por todas partes.
Por eso el nombre de Jesús aparece dividiendo el sol en dos, en el sello de la Compañía,
que se apoya sobre una nube con cabezas de querubines, conformando una custodia
acompañada a diestra y siniestra por dos ángeles en oración. La expansión post-tridentina de
la devoción a los ángeles nació en Palermo, por la devoción del sacerdote Antonio Lo Duca,
que pasó a Roma donde, en 1561, obtuvo la consagración de las termas de Diocleciano al
culto como iglesia de Santa María de los Ángeles, que dedicó a los mártires. Lo Duca se
acerca a los jesuitas a través del culto a las reliquias y a las representaciones angélicas, que se
expandieron en el barroco siglo XVII.
39
37
López, 2018: 217.
38
La iglesia jesuita de Manresa del siglo XVII conserva una fachada lateral con ángeles portando tarjas, de
acuerdo con las inscripciones y el sentido dado por Sebastián, la Compañía vino al mundo para traer el
fuego del amor de Dios a los hombres a través de la difusión de los jesuitas por el orbe. Sebastián, 1981:
277.
39
Vincent-Cassy, 2007/2008: 163.
Fig. 2. Fachada de la iglesia de la
Compañía de Jesús de Tunja.
Fotografía: Guillermo Bohór-
quez Márquez, 2021.
El Triunfo del Nombre de Jesús
51
Debajo, en el remate del agudo frontón, de una especie de fuente de luz emanan hojas de
parra con uvas, enmarcando un nicho abovedado en el que se encuentra un Salvator Mundi
niño, que sostiene en su mano izquierda un globo terráqueo y con la derecha lo bendice.
Debajo, unos haces de trigo, abajo, el emblema de su propio nombre y el de la Compañía,
repetido, completando los elementos de la transubstanciación y una meditación plástica sobre
el misterio eucarístico, que ratifica el Triunfo del Nombre de Jesús.
Uvas y haces de trigo pueden tener otra simbología adicional ya que, el templo de San
Ignacio de Bogotá conserva una pintura que representa la fundación de la Compañía de Jesús,
a través de una de las profecías de su llegada al mundo, mencionada en el Imago Primi Saeculi
de 1640. La Compañía se apropia de las predicciones milenaristas de Joaquín de Fiore (ca.
1130-1202) y de los versículos del Apocalipsis 14:14-20, sobre segar la tierra.
40
El expositorio
del altar mayor, tiene en sus puertas una custodia.
El emblema del nombre de Jesús es un elemento barroco en su composición, al que le
incorporan múltiples figuras vegetales que forman el nombre de Jesús, que recuerdan
elementos decorativos del barroco andino altoperuano. En los bordes del frontón, dos
pirámides herrerianas estilizadas y decoradas, coronadas con esferas, representando orbes de
las que salen llamas de fuego, símbolo de la propagación mundial de la Compañía para
iluminar las tinieblas con la luz del evangelio y la extensión de las misiones evangelizadoras
de la Compañía. El nombre Ignacio, tiene también referencia la palabra ignis (fuego),
expresión de la idea del amor de Cristo.
41
En la cornisa de la portada, el friso superior contiene la alabanza eterna al Nombre de
Jesús, de acuerdo con Ulises Rojas, esta inscripción: LR. NN. DI. IH. IN. AEN, abreviaturas
que quieren decir en latín: Laudetur Nomen Domini Jesu in Aeternum y, en castellano, Alabado sea
el nombre del Señor Jesús para siempre. Bajo la cornisa, se encuentra otra inscripción: SMA. VGO.
MAR. DEI, en latín: Sanctissima Virgo Maria Mater Dei y, en castellano, Santísima Virgen María
Madre de Dios.
En la inscripción de la torre, repetida a los cuatro lados del bello campanario del siglo
XVIII, se lee, en caracteres latinos abreviados, los nombres de la sagrada familia y del obispo
de Cartagena: IHS. MAR. JOPH. ANTONIUS BALENSUELA
42
. Las dos cofradías
principales del templo estaban dedicadas a la Anunciata y al Niño Jesús.
Esta es la parte principal de la portada, que contiene las claves del templo, que siguiendo
la emblemática de la Compañía se refiere al Triunfo del Nombre de Jesús, cumpliendo la
profecía de Malaquías 1:11: “porque desde donde el sol nace hasta donde se pone, es grande
mi nombre entre las naciones, y en todo lugar se ofrece a mi nombre incienso y ofrenda
limpia, porque grande es mi nombre entre las naciones, dice Jehová de los ejércitos”
43
. Si se
tiene en cuenta que el templo era parte de la casa de probación de la provincia jesuita, su
contundente sentido pedagógico y evangélico está representado en estos elementos triunfales
de la barroca portada jesuita de la iglesia de la Compañía de Tunja. (Fig. 3).
40
Villalobos, 2021: 18-19.
41
Ortega, 2011: 167.
42
Rojas, 1939: 175-176.
43
En 1640 se publicó Imágo Primí Saeculi Societátis Iesú a provincia Flandro-Belgica eiusdem societatis repraesentata
de Tollenaer que, en 123 grabados, celebra la creación y expansión de la Compañía. Sostiene Villalobos,
cuando emplea la emblemática en la composición del altar del Rapto de San Ignacio, en Santafé: “los
jesuitas otorgaron gran importancia a la emblemática en su sistema educativo”. Villalobos, 2012: 107-
110.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
52
Sobre la portada, Marco Dorta sitúa su referente en los dibujos de “almohadillados
rústicos de Serlio, publicado en traducción de Villalpando en Toledo en 1563”,
44
considera
barroca la decoración de la torre, que sitúa junto con la portada a finales del siglo XVII.
45
Tras revisar las fuentes podemos afirmar que la fachada se construye en el siglo XVIII,
cuando la iglesia de la Compañía sale sobre la calle, a media cuadra de la plaza mayor. Portada
y torre hacen parte de un mismo conjunto concretado en el ilustrado siglo, cuya construcción
requirió el patrocinio económico de personas como el obispo Valenzuela y el bachiller
Francisco García Calderón, donador de la portada.
46
La mayoría de las historias de la ciudad
ubican la portada en el siglo XVII, clasificándola de ‘arcaizante’, vinculándola con Serlio y el
manierismo, sin tener en cuenta que fue lo último construido, en la accidentada historia de
la iglesia de la Compañía de Tunja.
Expulsión de los jesuitas y llegada de los hospitalarios
El informe del oidor de la Audiencia de Santafé Benito Casals y Montenegro, fechado el
8 de noviembre de 1767, contiene las diligencias realizadas el 6 de agosto de ese año para la
expulsión de los jesuitas y la posesión del noviciado, colegio, escuela de primeras letras e
iglesia de Tunja. El oidor afirmó que el inventario era el mismo realizado unos meses antes
por los jesuitas. Sobre las alhajas de plata, que pertenecieron a las cofradías del Niño Jesús,
44
Marco, 1942: 29-30. Una edición del libro de Sebastián Serlio (1475-1554), fechada en Toledo (1573),
se encuentra en la Biblioteca Nacional de Colombia con sello de la Real Biblioteca Pública de Santafé.
Otra de 1568, se encuentra en el Museo Colonial. “En la Nueva Granada, los modelos de Serlio fueron
empleados durante buena parte de los siglos XVI y XVII para la decoración de techumbres de diferentes
iglesias y capillas en Bogotá, Tunja, Cali, Popayán o Cartagena”. Robledo, 2020: 91.
45
Marco, 1942: 29-30.
46
BCN. Libro...: f. 163v.
Fig. 3. Detalle de la parte superior de la portada de la iglesia de la Compañía de
Jesús de Tunja. Fotografía: Lucho Buitrago, 2022.
El Triunfo del Nombre de Jesús
53
la Anunciata y la Virgen de los Dolores, el oidor las recogió y llevó a la sacristía del colegio
máximo de Santafé con los ornamentos.
47
En 1775, el cura de la iglesia mayor sugiere aplicar las propiedades de los jesuitas para el
hospital de la ciudad, que se encontraba bastante deteriorado. Para soportar sus
apreciaciones, en agosto de 1776, 10 años después de la expulsión, el cura de la parroquia
mayor entregó el informe sobre el estado de la iglesia y sobre el robo de alhajas al entrar
ladrones por las ventanas de la sacristía y del camarín de los Dolores.
48
El proceso de traslado inició en 1773, seis años después de la expulsión, cuando el cabildo
alertó a la Junta Superior de Temporalidades sobre el deterioro general por humedad del
templo y el desplome de la nave norte, por lo que se trasladó el altar e imagen de san Antonio
de Padua de Laboria, a la iglesia mayor.
49
Los hospitalarios abandonaron el primer y
deteriorado hospital de Tunja, que trasladaron al antiguo colegio jesuita y pasaron a hacerse
cargo de la iglesia de la Compañía, con la posibilidad de aplicar para los pobres enfermos los
propios de la cofradía de la Virgen de los Dolores, con su camarín y su altar de reliquias.
50
El 17 de mayo de 1777 el prior hospitalario de Tunja, Roque Murillo, recibió los inmuebles
del cura de la iglesia mayor con presencia de los regidores del cabildo. En el inventario de
entrega se referencia el tabernáculo del altar mayor con 12 efigies de bulto, un sagrario dorado
y un espejo grande en la testera y en puertas y cajoneras, espejos; 9 altares, uno sin dorar, con
sus imágenes, de bulto y de retablo, entre los que se cuentan: el de san Ignacio (de retablo);
el de la Virgen de los Dolores en su camarín con sagrario dorado; el de Nuestra Señora de
Gracia (con 6 cuadros), tres grandes dorados y uno pequeño, un sitial dorado con un espejo
y un Cristo crucificado pequeño.
Está también el altar del Niño Jesús con sus vestuarios, adornos y sitial pequeño dorado;
el de san Francisco Javier (retablo); un altar de san Estanislao Kostka; otro de la Soledad;
uno de san Juan Nepomuceno (desbaratado) y uno de la Virgen de Loreto, también
desbaratado, 12 cuadros dorados y 20 sin marco. Respecto al mobiliario en la nave, refiere
14 escaños, tres sillas bordadas y doradas, un órgano y un cancel dorado. En la sacristía, un
aguamanil de alabastro, 14 cuadros y cinco en bastidor y cuatro niños Jesús pequeños; cinco
confesionarios, cuatro campanas y un reloj en la torre.
51
Hechas las adecuaciones para el nuevo uso, los hospitalarios trasladaron su convento-
hospital en 1778, solicitando la devolución del altar de san Antonio de Padua, que estaba en
la iglesia mayor con unos escaños y confesionarios.
52
Aunque no se había contemplado
trasladar las imágenes y altares del antiguo hospital, como se verá en las visitas hospitalarias,
trasladaron algunas imágenes de la antigua iglesia del hospital a la de los jesuitas, lo mismo
que se hará en 1822, de esta a la de San Agustín, donde pasará el hospital de Tunja, 44 años
después.
47
Correa, 1940: 468-469.
48
”Aplicaciones de las propiedades en Tunja”, Archivo General de la Nación (AGN). Sección Colonia,
Fondo Temporalidades, leg. 57, f. 36v.
49
AGN. Aplicaciones...: f. 33v.
50
AGN. Aplicaciones...: ff. 10v, 17r.
51
AGN. Aplicaciones...: ff. 45v-46r.
52
AGN. Aplicaciones…: ff. 47v-48v.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
54
La iglesia del convento-hospital
Las cartas-cuenta e inventario se convierten en una nueva y valiosa fuente para la historia
del arte en la ciudad, no por lo que informen sobre los artistas, los talleres o las condiciones
de ejecución o los mecenas de las obras, sino por su importancia para entender cómo se
organizaban los espacios desaparecidos o desmantelados, como el caso del templo de la
Compañía de Tunja, para entenderlo como un programa iconográfico, como en el trabajo
de Guibovich y Wuffarden (2008) sobre las visitas del obispo Manuel de Mollinedo y
Angulo a su diócesis de Cuzco en el siglo XVII.
El final del siglo XVIII trajo para la Orden Hospitalaria de san Juan de Dios, una serie
de reformas orientadas desde la Península, que buscaron implementar el reformismo
borbónico y modificar la administración del hospital, institución bajo el patronato real. La
visita-reforma de la provincia hospitalaria de San Bernardo, que cubría el Virreinato de
Nueva Granada y el istmo de Panamá, se realizó a sus 14 conventos-hospitales de 1774 a
1778. En 1776 fue visitado el antiguo hospital de la Concepción de Tunja, que estaba en
malas condiciones en la tercera calle real, visita a raíz de la cual se solicitó el traslado del
viejo hospital al abandonado colegio jesuita.
El 10 de marzo de 1781, Miguel de Isla, visitador de los hospitales del reino, inicio la
visita a la iglesia del hospital, antes de la Compañía. Su principal interés fue el altar mayor
y el altar-relicario del camarín de los Dolores. El visitador preguntó por las auténticas
(certificación de autenticidad de las reliquias) y mancerrar las urnas mientras esta se
comprobaba en Santafé. Encontademás 8 confesionarios (2 hospitalarios y 6 jesuitas),
escaños, un púlpito y en la torre, el reloj y seis campanas.
La siguiente información está en la carta-cuenta del prior hospitalario de Tunja Manuel
mez, el 20 de abril de 1808. El inventario inicia por las alhajas traídas del primer hospital,
como la corona de san Rafael, la granada de plata de san Juan de Dios, la corona imperial
y el lirio de plata de san José, para el servicio de estas imágenes hospitalarias. Describe la
iglesia con sus altares, mezcla de los más importantes jesuitas con imágenes hospitalarias,
una de las pocas fuentes que existen sobre su ubicación al interior del templo. Menciona la
existencia de una pequeña sacristía con armarios y cajones, objetos litúrgicos, ornamentos,
alhajas de culto, alfombras y 26 columnas, situada a un lado del presbiterio, que posee
baranda. En la nave sur seis altares, el segundo, el de la Virgen de los Dolores, donde
encontraron los nichos con espejos de las reliquias contenidos en óvalos y dos baúles al
pie del altar, con los restos óseos de los santos patronos de la obra de Tunja. En la mesa
del altar, se encontraron dos sagrarios, uno que se usaba en las ceremonias del Jueves Santo
y otro con la reliquia del Lignum Crucis.
Las puertas del camarín tenían pintado un Cristo crucificado y la túnica de la Virgen era
encarnada con manto azul y una diadema de plata con piedras preciosas, abrazando una
espada, y clavos de plata, calaveras y toalla en la cruz . En la nave sur estaba el altar con
san Antonio de Padua, del escultor andaluz residente en Santafé desde 1738, Pedro Laboria
(Cuadro 1).
El Triunfo del Nombre de Jesús
55
Altares e imagen principal
Cuadros
Imágenes de bulto
Sin dorar del cuadro de S. Ignacio
grande (Storta) D
S. Onofre
S. Francisco de Borja
viejo, en sitial dorado
Camarín dorado de la V. de los
Dolores de bulto con dos
sagrarios, uno con un Lignum
Crucis. Mesa de altar con frontal
dorado y bastidor de 8 láminas de
La Pasión, pequeños E
Puerta del Camarín
con Cristo crucificado
1 nicho con S.
Miguel Arcángel
5 nichos con
óvalos con
efigies de bulto
de medio
cuerpo con
reliquias y 2
baúles forrados
de terciopelo
morado con
varios huesos de
santos
Dorado, del cuadro del Tránsito
de S. Juan de Dios F
V. del Pilar
V. de la Concepción
Dorado de S. Cayetano en cuadro,
con frontal de seda G
Ángel de la Guarda
Sobre la mesa
una cruz verde
torneada, unida
a la tabla, una
cabeza de Cristo
con corona de
espinas y
potencias de
cobre
S. Miguel Arcángel
V. del Rosario
Dorado de cuadro de S. Juan
Nepomuceno, con frontal dorado
H
7 cuadros no
identificados
Dorado de V. de la Asunción de
bulto, con frontal de lienzo I
S. Juan Bautista,
maltratado
S. Juan
Evangelista,
maltratado
S. Antonio de
Padua
Cuadro 1. Inventario nave sur iglesia del hospital, antigua Compañía Fuente: AHC. Cartas-
cuenta 1808 y 1817.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
56
La nave norte tenía seis altares, entre los que se encuentran el lienzo de san Francisco
Javier, el altar de la cofradía del Niño Jesús de talla, de una vara de alto. Igualmente, el del
Calvario con el crucificado, san Juan y la Magdalena de bulto y el de la Virgen de Loreto con
4 cuadros de las vírgenes mártires
53
(Cuadro 2).
Altares e imagen principal
Cuadros
Estatuas de Bulto
Dorado de la V. de la Luz en cuadro J
Inmaculada
4 cuadros sin
identificar
Dorado de S. José de bulto de vara y
media de alto, con frontal dorado y
sagrario K
S. Cristóbal
S. José de media
talla
La Concepción de
media talla con 2
brazos con reliquias
2 de media talla sin
identificar
Dorado de S. Salvador de Horta, cuadro
de vara y media de alto L
4 cuadros sin
identificar
La Concepción
S. Francisco Javier
Dorado del Niño, talla de una vara de
alto, con frontal dorado M
V. de los Dolores
V. del Rosario
Dorado de Cristo Crucificado de bulto,
con frontal dorado N
V. de la Soledad
Magdalena
S. Juan
Dorado de la V. de Loreto de bulto, con
frontal de lienzo Ñ
S. Polonia
S. Domingo
S. Tecla
S. Carlos
S. Lucia
3 niños Jesús
S. Rosa
El cañón de la iglesia, retirado en la intervención de los 70 del siglo XX (Cuadro 3), estaba:
Fortalecido con su media naranja, y en ella los cuatro evangelistas de lienzo, ocho arcos,
cada arco tiene tres cornucopias de madera y encima de cada uno un cuadro de vara de alto
con su marco dorado. En dichos arcos se hallan seis confesionarios y dos dorados con su
fondo bermellón, y los cuatro blancos con fondo azul. En los dos últimos arcos se hallan dos
pilas de piedra labradas […]. Dentro de la puerta de la iglesia existe un cancel de dos puertas
de talla dorado, con sus mamparas por los lados con 11 láminas embutidas de varios santos
y la puerta consta de dos abras con sus postigos: fuera de esta puerta existe la portada de
piedra labrada, y encima de esta portada un Niño Jesús de piedra. Y, a un lado, la torre de
cuatro cuerpos con cuatro campanas, dos grandes, dos chicas
54
.
Dentro del claustro existían altares en salas amplias como la De Profundis, donde la
comunidad hospitalaria oraba por los difuntos, al lado del depósito de cadáveres. En la
primera sala existía un altar del crucificado de retablo, y las paredes estaban adornadas con
cuadros de los apóstoles en lienzo y marco de color. En la escalera, pinturas del rey David y
un Señor de la Columna.
55
53
AHC. Caja 6, 1808: 14-15.
54
AHC. Caja 6, 1808: 15-16.
55
AHC. Caja 6, 1808: 16.
Cuadro 2. Inventario nave norte, iglesia del hospital. Fuente: AHC. Cartas-cuenta 1808 y
1817.
El Triunfo del Nombre de Jesús
57
Altar, lugares e imágenes principal
Cuadros
Estatuas de Bulto
Mayor dorado de cuatro
cuerpos con Jesús
(Monograma), dos sagrarios,
uno grande para la custodia y
otro pequeño con la imagen de
la Virgen de los Dolores en
carey. Mesa con frontales
dorados y láminas de V. del
Carmen, S. Gertrudis y S.
Bárbara A
Inmaculada
Magdalena
Sta. Inés
S. Ignacio
S. Francisco Javier
S. Francisco de Borja
S. Estanislao Kotska
S. Luis Gonzaga
S. Juan de Dios
Arcángel S. Rafael
S. Pedro
S. Pablo
Cúpula del crucero con 4
evangelistas B
Cañón central con media
naranja (Arco toral con 3 arañas
de cristal; 6 confesionarios, 4
rojos y 2 azules; 19 escaños;
cancel dorado con láminas de
santos; 8 arcos con cornucopias
de madera y, sobre 6 de ellos,
cuadros con marco dorado de
una vara de alto
S. Ignacio 1
S. Francisco Javier 2
S. Francisco de Borja 3
S. Luis Gonzaga 4
Mártir no identificado 5
S. Luis Beltrán 6
Púlpito dorado con los 4
evangelistas, en el remate un
Niño Jesús al lado izquierdo C
Coro con órgano mediano,
facistol y 4 escaños
V. Dolorosa
S. Nicolás
Apostolario 11 cuadros
viejos
Sacristías Pequeña y de los
Dolores
En febrero de 1809, el cabildo de Tunja inició una disputa con los hospitalarios por la
pérdida de una pila de alabastro que, supuestamente, llevaron los hospitalarios a Santafé y
varios cuadros de la sacristía y la iglesia, que se comerciaban en tiendas y chicherías de la calle
real y en la villa de Leiva. Solicitaron visitas a la iglesia y la sacristía del procurador, con un
perito en arquitectura, que reconociera el daño de la nave norte y la extracción de los objetos
de culto, que correspondían a las Temporalidades jesuitas.
56
El cabildo llamó a declarar a testigos, que afirmaron que la pila de alabastro fue
reemplazada por un cuadro de san Carlos Borromeo y que, en varias tiendas se veían cuadros
amarrados como leña y marcos dorados destrozados y podridos. El 20 de febrero las
informaciones y, la negativa del prior hospitalario de Tunja a la visita a iglesia y sacristía, son
56
AGN. “El Cabildo de Tunja [?] informa sobre la extracción que se ha hecho en aquel hospital de la
pilamanil, y varios pinceles desechos” (1809). Sección Colonia, Fondo Curas y obispos, leg. 50, ff. 2r, 3r-4r.
Cuadro 3. Inventario nave central iglesia del hospital. Fuente: AHC. Cartas-cuenta 1808
y 1817.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
58
enviadas al virrey. El pleito se trasladó a la Real Audiencia, donde de nuevo se piensa en la
permuta del edificio de los jesuitas por el agustino.
57
La siguiente carta-cuenta es del visitador hospitalario Lorenzo Manuel de Amaya, el 15 de
junio de 1817. La ciudad estaba ocupada desde 1816 por la III División del Ejército
Expedicionario de Costafirme, que protegía la capital del virreinato y servía de línea de
abastecimiento a las divisiones que estaban en el frente de guerra en los llanos de la Capitanía
General de Venezuela. El hospital sufrió la invasión de los militares que controlaban la
sanidad. Al preguntar el visitador por la custodia y las alhajas, el prior contestó que habían
sido recogidas por orden del gobernador militar de la provincia. En la torre faltaban dos
campanas y el reloj, que habían llevado a la iglesia mayor. Las cuatro campanas restantes
estaban rotas. En el altar de los Dolores existía aún el relicario en forma de custodia con el
Lignum Crucis:
Reconocieron las reliquias que estaban en varias efigies de bulto de medio cuerpo como
también en dos baulitos forrados con terciopelo morado […], en uno de los baulitos un
medio cráneo y en el otro un talegüito de tafetán carmesí con esquirlas de hueso, pero sin las
efigies, ni cristales, ni huesos en cuyo caso vista y observada la falta que se nota de todas las
reliquias.
58
Finalmente, tomó declaración sobre la
desaparición de las alhajas, que fueron
llevadas al prior del convento-hospital de
Santafé por orden del gobierno el 25 de
mayo de 1816. El prior de Santafé no quiso
recibirlas y el encargado se las entregó al
vicario Luis de Villabrille, capellán mayor
del Ejército Expedicionario y no se volvió
saber de ellas.
59
El 20 de agosto de 1817, entregó la
carta-cuenta e inventario del convento-
hospital Rafael Maldonado, prior de Tunja
al sucesor Juan José Merchán. Se realizó el
inventario de las reducidas alhajas y
ornamentos. El altar mayor contenía lo
mismo del inventario de 1808, aunque sin
alhajas y las esculturas de san Francisco de
Borja y san Estanislao Kotska sin manos
(Fig. 4).
En el presbiterio están dos sacristías,
una para guardar las alhajas y ornamentos
de culto, la otra denominada de los
Dolores. Describe los seis altares de la nave
sur, en el primero, la pintura de “San Ignacio
con la Santísima Trinidad” (Storta), con
marco de madera sin dorar. Una mesa de
altar de madera, encima el patrón de los
temblores, san Francisco de Borja en su
sitial sin altar.
60
El segundo, es el altar de los
57
AGN. El Cabildo...: ff. 8r, 10v-14v.
58
AHC. “Visita del vice comisario Lorenzo Manuel de Amaya el 15 de junio de 1817”. Fondo Provincia de San
Bernardo y Tierra Firme, Sección Comunidades y Obras ApostólicasCasas, Caja 9: f. 4-5.
59
AHC. Caja 9, 1817: ff. 38-39.
60
AHC. “Carta-cuenta de fray Rafael Maldonado prior de este convento hospital de la Purísima Concepción
de la ciudad de Tunja, en 15 de agosto de 1817”. Fondo Provincia de San Bernardo y Tierra Firme, Sección
Comunidades y Obras ApostólicasCasas, Caja 9: ff. 54-57.
Fig. 4. Altar mayor original de la iglesia de la
Compañía de Jesús de Tunja (1655-1657),
con las imágenes de bulto de san Agustín y
su madre santa Mónica en el último
cuerpo, traídos de la iglesia de agustinos
calzados. Fotografía: Lucho Buitrago,
2008.
El Triunfo del Nombre de Jesús
59
Dolores con algunas reliquias y los baúles con restos óseos. En la mitad, el Lignum Crucis.
Dentro del camarín, la diadema de la escultura de la Virgen de plata dorada, que contenía
piedras falsas, se habían desaparecido los rayos, la espada, los clavos, el tocado de la cabellera
y la peana de la Virgen, todo de plata.
61
El otro altar de la nave era el de san Cayetano,
62
con la efigie de Jesús con potencias de
cobre, otras efigies de santos y san Antonio de Padua. Los altares de la nave norte estaban
sin las alhajas. La única diferencia con las cartas-cuenta anteriores, es que encuentra 11
cuadros de apóstoles “viejos” en el coro. En la sala De Profundis del hospital, altar del cristo
crucificado con dos cuadros de marco negro a los lados y 12 cuadros de apóstoles, 10, sin
marco.
63
La última carta-cuenta es de 1820, primer inventario del convento-hospital de la
Concepción y su iglesia, poco menos de 10 meses después de la batalla de Boyacá, ya
proclamada la República. Sobre el manto de la Virgen de los Dolores, se cuenta que fue
enterrado en una caja detrás del alto de Chiquinquirá, hoy de San Lázaro, que fue entregado
al alcalde y se encontraba en el cabildo.
64
Los hospitalarios llevaron consigo sus imágenes y algunas de las devociones jesuitas, en
especial, la imagen de Nuestra Señora de los Dolores, a la que adaptaron un camarín en San
Agustín, aunque dejando el altar de las reliquias en la que se convirtió en salón de actos del
Colegio de Boyacá, altar irremediablemente desaparecido. También está el san Antonio de
Padua de Laboria, que regresó a su iglesia, tras estar en la iglesia Mayor, aunque volvió sin su
altar. Hoy, la escultura, está en el altar mayor de la iglesia.
A continuación, se presenta una reconstrucción sobre el plano de González (2009), de la
ubicación de los altares en la iglesia de la Compañía, ya iglesia hospitalaria, antes de la
Independencia. Las letras corresponden a la ubicación de los altares en las tablas precedentes
1, 2 y 3. Se reconstruyó la ubicación de los cuadros de la nave central, que están marcados
con números (Fig. 5).
Con el traslado del hospital al convento agustino calzado de Santiago, en octubre de 1822,
se realizó la instalación del Colegio de Boyacá con una solemne función religiosa en la antigua
de la Compañía.
65
El 25 de enero de 1825 el rector hizo un inventario de los bienes del
colegio, relaciona la iglesia: “primorosamente un cañón con su coro alto y su órgano: dos
naves colaterales y su pulpito dorado; en la nave hay seis altares de tablas doradas […]. La
61
AHC. Caja 9, agosto de 1817: f. 57
62
1480-1547. Fundador de la orden de Teatino (1523), nació en Vicenza (Venecia), se graduó en Derecho
Eclesiástico en Padua. Estuvo al servicio del papa Julio II, se ordenó sacerdote en 1517. Se une a la
Compañía del Divino Amor, poniendo en práctica la caridad visitando cárceles y hospitales para
enfrentar la reforma. En Venecia y Verona funda hospitales de Incurables. Los teatinos recibieron
aprobación papal en 1524. Luego del saco de Roma, viaja a Nápoles, territorio de la Monarquía Católica.
Muere en 1547 en medio de los tumultos por la decisión del virrey de Nápoles de instalar la Inquisición.
Beatificado en 1629, canonizado en 1671, se representa vestido de clérigo con un libro, un lirio o
acompañado del Niño Jesús, por la leyenda en la que, la noche de Navidad de 1517, estaba orando frente
a la reliquia del pesebre en la iglesia de Santa María la Mayor en Roma y la Virgen le entregó el Niño en
brazos, milagro que se repitió el día de la circuncisión y de la epifanía. Carmona, 2009: 79-80. La relación
de san Cayetano con la fiesta de la primera sangre es parte importante del contexto iconográfico del
templo de la Compañía de Tunja.
63
AHC. Caja 9, agosto de 1817: ff. 58-60.
64
AHC. Caja 9, “Visita regular realizada por el ex vice comisario general y provincial del sagrado orden
de Nuestro padre San Juan de Dios Lorenzo Manuel de Amaya, en 20 de junio de 1820”. Fondo
Provincia de San Bernardo y Tierra Firme, Sección Comunidades y Obras ApostólicasCasas, Caja 9: f.
5. Las siguientes visitas, de 1827 y 1831, realizan una precisa descripción de la iglesia, aunque esta vez es
de la de San Agustín, a donde se trasladó el convento-hospital en 1822. Martínez / Otálora, 2021b.
65
Martínez / Otálora, 2020: 163.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
60
nave de la epístola tiene seis altares”.
66
Corradine menciona en la descripción de 1825, un
altar de los mártires jesuitas del Japón, que no aparece en los inventarios jesuitas ni
hospitalarios y otro de san Antonio de Padua, aunque el original estaba en la iglesia mayor.
Tras la Revolución de 1854, el rector del colegio de Boyacá hace un nuevo inventario de
la iglesia (1855): “Un Cristo, cuatro atriles, cuatro confesionarios algunos sin asientos, un
órgano descompuesto; la iglesia con sus once altares enteramente desmantelados e
inservibles, dos campanas grandes y dos pequeñas en la torre”.
67
Dispersión de los bienes de culto jesuitas
El altar mayor conserva las tres imágenes de bulto de los santos jesuitas, además de una
de san Pedro y otra de san Pablo en su cuerpo principal. De arriba hacia abajo, un bajo relieve
que representa el emblema jesuita, que se encuentra sobre la titular de la cofradía de la
Anunciata, una Inmaculada Concepción de bulto, que tiene a sus lados a santa Inés y a María
Magdalena. En la parte inferior, san Agustín y santa Mónica, titulares de la iglesia agustina,
un cristo articulable y el san Antonio de Laboria, que perdió su altar.
El Cristo Crucificado del siglo XVII, que preside el altar mayor del templo de la
Compañía, estuvo varios años en el museo de la Casa del Escribano del rey, de donde volvió
y posiblemente se trate del titular de la congregación de la Buena Muerte. Se trata de una
figura articulable que ha sido identificada como un Cristo de la exclavación.
68
Aunque es difícil determinar dónde se encuentra actualmente el titular de la antigua
cofradía del Niño Jesús, diremos que, en el altar mayor de la iglesia de Las Nieves, se
66
Corradine, 1990: 81.
67
Del Rey, 2010 II: 340.
68
Contreras, 2017: 173.
Fig. 5. Plano de la antigua iglesia de la Compañía de Jesús, iglesia del hospital de
la Purísima Concepción. De Tunja 1778-1822. Martínez y Otálora, 2020:
163.
El Triunfo del Nombre de Jesús
61
encuentran dos hermosas tallas de un Salvador Mundi y uno más pequeño, vestido. En el altar
mayor de Las Nieves se encuentra una Virgen de Loreto sin el niño. Actualmente, en el
convento de las concepcionistas, recoleta de El Topo, existe una bella escultura del Niño
Jesús, que realiza una procesión en el interior del templo la nochebuena y que queda expuesta
hasta la Epifanía, niño que es vestido con traje de campesino o de obispo por las
concepcionistas. Siguiendo en El Topo, uno de sus altares, hoy con un cuadro repintado de
la Virgen del Rosario con santa Catalina de Siena, tiene a sus lados, cuadros de san Ignacio
de Loyola y san Francisco Javier. El altar remata con el sello de la Compañía, remate similar
al de los confesionarios existentes hoy en la iglesia de la Compañía y al del altar
desensamblado que acompaña al expositorio del templo.
El tornavoz de la iglesia de la Compañía se encuentra también en El Topo. Con el sello
de la Compañía a la mitad, irradian hojas de acanto en forma de sol. Sobre el sello, una
escultura de paloma precedía el antiguo púlpito, que recuerda la mención que hace Mercado
sobre los novicios de la casa de probación de Tunja: “hanse ofrecido muchos como palomas
a Dios con el holocausto de los votos religiosos” (Fig. 6).
69
Sobre el púlpito que se encuentra en la Compañía, aunque en tamaño más reducido que
el tornavoz que se encuentra en El Topo, no podemos afirmar, con los documentos
consultados, si perteneció a esta iglesia o a San Agustín. En una de las pocas imágenes del
interior del templo, antes de la desafortunada intervención, la de Sebastián de 1963, se
observa un púlpito con tornavoz que no corresponde con las partes actuales, hoy separadas.
Lo que queda del sagrario se ha dispuesto en lo que era el acceso al desaparecido
noviciado. Los retablos laterales conservan las figuras de san José, san Estanislao Kotstka,
otro altar tiene arriba un cuadro del desollamiento de san Bartolomé. El altar de la visión de
san Ignacio en el camino de Storta con un cuadro del milagro de san Cayetano recortado y el
sello jesuita en el remate, en la nave norte.
El cuadro de Storta fue robado en 2007, con una Virgen de la Antigua del círculo del
romano Angelino Medoro, que perteneció, como las esculturas de san Agustín y santa
Mónica, a la iglesia de San Agustín.
70
Sobre el altar de la visión de Storta, el académico Correa
69
Mercado, 1958: 362-363.
70
Martínez Zulaica registra en la iglesia pinturas y esculturas que luego de la intervención de los años
setenta, pasarán al museo de la Casa del Escribano. Martínez Zulaica, 1983: 114.
Fig. 6. Altar restaurado por el maestro Luis Alberto Acuña y tornavoz en la recoleta de
El Topo. Fotografía: Andrés Otálora, 2021.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
62
dijo: “hermosísimo retablo de madera tallada con una alegoría en lienzo que representa al
Nazareno, conduciendo el Sacro Madero y arrodillado frente a Jesús un religioso de la orden
de san Ignacio”, que es el fundador de la Compañía.
71
La guía del médico y rector de la Universidad Pedagógica de Colombia, Salamanca
Aguilera menciona en el templo el altar, al fondo de la nave sur, con el cuadro de gran
formato desaparecido del encuentro de Jesús con Ignacio, el altar mayor y su tabernáculo.
Imágenes de los cuatro evangelistas en el crucero desaparecidas; las esculturas de san Agustín
y santa Mónica, de la iglesia de San Agustín y unos bargueños con incrustaciones de marfil,
uno de los cuales se encuentra en el museo de la Casa del Escribano, que puede corresponder
a los que tenían reliquias en el camarín de los Dolores.
72
Conclusiones
La iglesia de la Compañía de Jesús de Tunja, como muchas de las de la provincia del
Nuevo Reino de Granada, no estaba totalmente terminada al momento de la expulsión de
los jesuitas de los dominios de la Monarquía Hispánica en 1767. Esto implicó el cambio de
uso del templo y de su colegio-noviciado, convertido a partir de 1778 en convento-hospital,
administrado por los hospitalarios de san Juan de Dios, momento a partir del cual se inició
la dispersión y desaparición de altares, pinturas y esculturas.
El templo se construye lentamente en la primera casa comprada, al interior de la cuadra,
poco a poco, iniciando con el altar de los Dolores, que contenía las reliquias de os mártires
que derramaron su sangre para extender el Nombre de Jesús en el mundo, el de la visión de
Storta y el altar mayor, terminando con la fachada sobre la calle a mediados del siglo XVIII,
donde se encuentra la clave del programa iconográfico jesuita en la portada y la torre.
El programa sirvió de escenografía para los Ejercicios Espirituales de Ignacio de Loyola,
fundador de la Compañía, en un templo que sirvió al colegio-noviciado de la provincia, que
tuvo siempre una función pedagógica y en las cofradías de indios, negros y españoles, una
función evangelizadora.
El programa se puede resumir a través de las obras mencionadas en las fuentes jesuitas y
hospitalarias en dos partes: La primera, relacionada con la vida de Jesús, usadas tanto para
los Ejercicios como en las labores de las cofradías. Entre ellos, está la Circuncisión, es decir, el
momento en que el niño Jesús adquiere su nombre y derrama su premonitoria primera
sangre, con la presencia de la Virgen y san José, además de la advocación de Loreto, vinculada
a la santa casa en que nació, recibió la Anunciación y vivió con Jesús y san José, la Virgen
María. La casa trasladada de Nazaret a Tarseto, transportada por ángeles según la leyenda, a
Loreto, encomendada su cuidado por el papa a los jesuitas y relacionada en la iglesia con la
torre y la clave de la portada, un resumen del espíritu tridentino de esta iglesia pedagógica.
El templo jesuita contiene importantes imágenes y altares relacionados con La Pasión de
Cristo, como la Magdalena, los apóstoles y los evangelistas y la Dolorosa y elementos
asociados y usados en celebraciones religiosas como la Semana Santa, como lo son el Lignum
Crucis y el sudario de Visanzón. La importancia de la vida de Jesús deriva en la de la
Compañía, que lleva su nombre, así están representados los santos jesuitas, Ignacio,
Francisco Javier, Estanislao Kotska y Francisco de Borja, patrón jurado de Tunja y Santafé
contra los temblores, a lo que se suma la Trinidad en la visión de Storta, bautismo de la propia
orden e imagen central del programa iconográfico.
Una segunda parte la componen los elementos relacionados con la función tridentina y
barroca de la Compañía. En esta, aparecen primero las reliquias de los santos y vírgenes
mártires, el elogio del martirio de santos adoptados por la Compañía como San Cayetano,
San Bartolomé o San Antonio de Padua. Así mismo, la exaltación de la Eucaristía, tanto al
interior del templo como en la portada (uvas y trigo) y, por supuesto, los arcángeles, los
ángeles y los querubines, también promovidos por Trento.
71
Correa, 1973: 3659.
72
Salamanca, 1939: 37-38.
El Triunfo del Nombre de Jesús
63
La organización temprana de las cofradías en el templo, la del Niño Jesús, relacionada con
la circuncisión y el nombre santo, la de la Anunciata, la del Santísimo Sacramento, la de la
Buena Muerte, la de la Virgen de los Dolores, cofradías, que se inscriben dentro del desarrollo
de los Ejercicios y de las barrocas fiestas de los jesuitas, parte integral de su, también barroca,
misión evangelizadora. Las capillas servían para el entierro de los cofrades y el de los jesuitas
que le servían al colegio-noviciado de Tunja.
El sello de la Compañía y el monograma de Jesús, que aparece en la parte superior del
retablo y repetido en la barroca portada, en los confesionarios y en el púlpito, son la clave de
este Triunfo del Nombre de Jesús, que debe entenderse como el triunfo de la expansión de
la Compañía de Jesús alrededor del orbe -representado en la portada-, exaltando la
evangelización que los jesuitas llevaron -como fuego encendido- a través de colegios,
noviciados, cofradías y misiones, que trajeron a Tunja, ciudad neogranadina en las alturas de
los Andes Orientales, cercana a sus misiones en los llanos.
En este artículo presentamos una interpretación de la portada. Hasta el momento los
historiadores del arte se han referido a los libros sobre los cuales fue diseñada, sin detenerse
en el sentido que pudiera tener dentro del complejo programa iconográfico jesuita de la
Iglesia de la Compañía de Jesús, que hemos podido reconstruir, abriendo las puertas a nuevas
investigaciones.
Es una portada tardía, por la época de realización, que condensa elementos proféticos,
emblemáticos y simbólicos de la Compañía de Jesús, una verdadera clave del programa
iconográfico del interior, en honor al Triunfo del Nombre de Jesús -y de la Compañía-, en
retablos, esculturas y pinturas, programa iconográfico, hoy desaparecido, que pudimos
reconstruir en este trabajo. Portada y torre de la Compañía, se constituyen en las únicas de la
ciudad con elementos barrocos decorativos al exterior, al terminarse el templo en el siglo
XVIII. Del programa iconográfico, desparecido tras la expulsión, acentuado por los cambios
de uso y la desastrosa intervención turística, hemos podido rastrear varios componentes en
iglesias como la Catedral, El Topo, Santa Clara la Real y Las Nieves, y en el Museo de la Casa
del Escribano.
En el templo, solo queda hoy el manierista altar mayor del siglo XVII, aunque con
imágenes que no corresponden al mismo, y la portada, el principal elemento relacionado con
el Triunfo del Nombre de Jesús y con el de la Compañía en el orbe, como dejaron plasmado
los jesuitas en esta alta ciudad de los Andes Orientales del antiguo Nuevo Reino de Granada.
Abel Fernando Martínez Martín - Andrés Ricardo Otálora Cascante
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