
Fernando García Sánchez
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a cabo. Estas relaciones personales constituían la mejor base para argumentar decisiones
individuales que conformaban parte de la formación de los diferentes artistas.
Miguel de Zumárraga representa uno de los mejores profesionales de la arquitectura
sevillana del momento que realizaron la carrera de la construcción. Pues, partiendo de su
puesto de aparejador de la Catedral en 1590, llegó a ser su Maestro mayor, de la Lonja, del
Alcázar y de fábricas del Arzobispado. Éste último cargo, lo ejerció por autorización expresa
del cabildo de 6 de diciembre de 1600, obteniendo licencia para realizar las visitas de las
iglesias de la archidiócesis que el señor provisor le encargase
33
. El hecho de que Zumárraga
fuese primero alcalde alarife y después maestro mayor de estas dos importantes instituciones
(Lonja, Catedral), confirma la hipótesis de Gómez López sobre la superioridad de los que
ostentaban el cargo de alarife por encima de los demás maestros dentro de su gremio, basada
en un mayor conocimiento técnico del oficio
34
. El concepto “maestro mayor”, se utilizaba
con diversos significados de diferente grado de responsabilidad que podía ir desde el maestro
mayor de una obra concreta y modesta, hasta el maestro mayor de una importante institución,
pasando por grados intermedios
35
. El ejercicio de Maestro mayor le demandaba la labor sobre
edificios importantes, Catedral, Alcázar, Lonja de Mercaderes, Universidad de Mareantes,
como de una casa nobiliaria de peso
36
.
Para este informe, Zumárraga va a contar con la ayuda de su amigo y colaborador, Pedro
Sánchez Falconete (1587-1666), maestro alarife y aparejador, experto en la construcción y
requerido para emitir su dictamen
37
. La figura del alarife tuvo un papel fundamental en el
mundo profesional arquitectónico durante la mitad del siglo XVI, pero se fue perdiendo
paulatinamente durante el siglo XVII a favor de la figura del arquitecto
38
. No obstante, el
prestigio profesional de Sánchez Falconete como alarife fue muy alto y su nivel de valoración
social. Él poseía el conocimiento de las trazas y el dominio de un código abstracto de
convenciones gráficas que debía ser interpretable por quienes tuviesen que poner en
ejecución la obra, fundamentalmente los aparejadores
39
. El aparejador estaba ligado a la obra
de forma continua, conoce la totalidad del proyecto y debía saber dar solución a los
problemas y dudas planteados por los demás maestros y oficiales que allí trabajaban
40
. La
formación inicial de Falconete se desarrolló junto a su padre, Esteban Falconete, con él
aprendió el oficio de albañilería a pie de obra, asimilando la forma práctica y la técnica
constructiva
41
. A este bagaje de carácter práctico añadió todo un programa de corte teórico,
que lo formó como tracista a través del estudio personal de la Aritmética y la Geometría, a
lo que no serían ajenos otros saberes como Historia, Geografía, Filosofía, Teología,
Astronomía o Física, pero sobre todo, la lectura atenta de los Tratados manieristas de Serlio,
Palladio o Vignola
42
. Además, el cargo de maestro alarife según las Ordenanzas municipales,
eran empleados al servicio de la ciudad con funciones de examinadores, veedores y tasadores
de obras, siendo los alarifes los más experimentados oficiales de su gremio y participando
escasamente en la labor manual, pero con una formación técnica bastante profunda, avalada
por su condición de maestros experimentados
43
.
Zumárraga y Falconete dan soluciones en su informe a los inconvenientes que causaban
las obras a la casa del duque. Acuerdan, cambiar la ventana de la sala del estrado y labrar otra
33
Cruz Isidoro, 1997: 33-34.
34
Núñez-González, 2021: 101.
35
Pleguezuelo Hernández, 2000: 35; Núñez-González, 2021: pp. 96-97.
36
Cruz Isidoro, 2020: 29-30.
37
Falcón Márquez, 1981: 31.
38
Núñez-González, 2021: 97.
39
Pleguezuelo Hernández, 2000: 49.
40
García Morales, 1990: 122.
41
Cruz Isidoro, 1991: 14-15.
42
Cruz Isidoro, 1997: 62.
43
Gómez López, 1991: 39-52.