Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte, 12, 2023, pp. 178-199, ISSN: 2255-1905
LA MISIÓN FOTOGRÁFICA DE TOMÁS CAMARILLO EN
GUADALAJARA: PATRIMONIO, PAISAJE Y RETRATO
VÍCTOR INIESTA SEPÚLVEDA
Instituto de Historia, CSIC (España)
Fecha de recepción: 25/05/2023
Fecha de aceptación: 05/09/2023
Resumen
La fotografía ha constituido desde su invención un medio privilegiado para registrar
bienes patrimoniales y manifestaciones culturales. Este artículo estudia la obra de Tomás
Camarillo (1879-1954), que testimonió de manera exhaustiva la provincia de
Guadalajara, su naturaleza y cultura. Con el fin de estimar el valor de su aportación
documental y creativa, se analizan fotografías y ejemplares inéditos. Dentro de su amplio
repertorio visual, se presta especial atención a paisajes, vistas de pueblos, obras públicas,
escenas costumbristas, retratos y manifestaciones del patrimonio inmaterial. También
se reflexiona sobre los usos documentales, turísticos y políticos de la colección.
Palabras clave
Fotografía documental; patrimonio cultural; Guadalajara (España); vistas
estereoscópicas; amateurismo.
THE PHOTOGRAPHIC MISSION OF TOMÁS CAMARILLO IN
GUADALAJARA: HERITAGE, LANDSCAPE AND PORTRAIT
Abstract
Photography has constituted since its invention a privileged means to capture heritage
assets and cultural manifestations. This article studies the work of Tomás Camarillo
(1879-1954), who exhaustively recorded the province of Guadalajara, its nature and
culture. Copies and unpublished photographs are analyzed in order to estimate the value
of his documentary and creative contribution. Within the wide visual repertoire, special
attention is paid to landscapes, views of towns, public works, traditional scenes, portraits
and intangible heritage manifestations. It also reflects on the documentary, tourist and
political uses of the collection.
Keywords
Documentary photography; cultural heritage; Guadalajara (Spain); stereoscopic views;
amateurism.
Víctor Iniesta Sepúlveda
Introducción
1
Las primeras contribuciones científicas en la historia de la fotografía española
privilegiaron investigaciones sobre autores de reconocido prestigio, a cuyas imágenes se
atribuían cualidades estéticas singulares. La considerada fotografía artística acaparaba el
interés académico, aunque en los últimos años esos criterios se han cuestionado de manera
crítica. Por fortuna, esta necesaria revisión ha permitido prestar atención a las producciones
de aficionados y anónimos
2
.
Entre otros, Boris Kossoy reivindica el estudio de artífices desconocidos o ignorados que,
pese al vacío historiográfico, conforman una parte formidable del panorama fotográfico. Para
ello, alienta a emprender proyectos sistemáticos sobre las trayectorias de fotógrafos que
trabajaron en los lugares más remotos
3
. En efecto, en los últimos años, las aportaciones de
los amateurs han sido estudiadas por especialistas internacionales, conscientes de que estos
agentes elevaron el medio a un auténtico fenómeno social y cultural
4
. En concreto, resultan
especialmente relevantes para este trabajo las aportaciones que han indagado sobre los
vínculos entre la fotografía y la construcción de una determinada imagen de una región y su
pasado
5
. Buena parte de estas investigaciones se enmarcan en la historia del arte, si bien se
tienen en cuenta las contribuciones epistemológicas procedentes de otras disciplinas
científicas como la historia, la sociología, la antropología, la comunicación o las ciencias de
la documentación, que han sumado presupuestos metodológicos complementarios
6
.
En este marco, consideramos pertinente abordar un estudio integral y riguroso de la
fotografía de Tomás Camarillo (1879-1954), un comprometido aficionado que dedicó su
producción visual a la documentación del patrimonio natural y cultural de Guadalajara. Hasta
ahora, su obra era conocida en un marco regional y ha sido difundida en exposiciones
temporales y publicaciones de alcance reducido, que solo valoraban el tema representado
como testimonio del pasado, sin atender a cuestiones técnicas o cualitativas
7
. Su figura, no
obstante, comienza a ser reconocida entre otros fotógrafos de relevancia nacional en obras
generales
8
. En esta línea, algunas de sus imágenes ya han sido estudiadas como herramientas
para reproducir y conservar los bienes histórico-artísticos
9
.
De la misma manera, en este trabajo se propone analizar las fotografías de paisajes,
pueblos, obras públicas, retratos, escenas costumbristas y tradiciones populares, temas que
interesaron al autor de manera especial. En concreto, se trata de estudiar estas instantáneas
desde el punto de vista de la técnica, el contenido y la forma, además de indagar en los usos
documentales, científicos, turísticos y políticos que asumieron. Para ello, se ha examinado el
fondo conservado en el Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara
1
Este artículo se ha realizado gracias a una ayuda Margarita Salas para la formación de jóvenes doctores,
financiada por la Unión Europea-NextGenerationEU, el Ministerio de Universidades y el Plan de
Recuperación, Transformación y Resiliencia, mediante la convocatoria complementaria de Ayudas para la
recualificación del sistema universitario español de la Universidad de Castilla-La Mancha. Se inserta también en
los proyectos de I+D+i “El patrimonio monumental en los folletos turísticos de la España franquista (1938-
1964). Discursos visuales y simbólicos(PID2020-119719RB-I00), financiado por MCIN/ AEI
/10.13039/501100011033/ y «“Conocer Españadurante del franquismo, 1939-1975. Publicaciones
comerciales e institucionales de carácter turístico» (SBPLY/21/180501/000286), cofinanciado por JCCM y
FEDER Una manera de hacer Europa. Asimismo, se enmarca en las líneas de los grupos de investigación
Historia del Arte y Cultura Visual (CSIC) y Confluencias (UCLM).
2
Rosón, 2016: 293-324. Vega, 2017: 70.
3
Kossoy, 2014: 288. Vega, 2015.
4
Chéroux, 2015. Boom, 2019.
5
Edwards, 2012. Rius, 2021.
6
Riego, 2014. Marzal/Riego, 2015.
7
Entre las principales contribuciones destacan Ruiz Rojo/Aguilar Serrano (coords.), 2001, y Ruiz Rojo, 2009.
8
Cabrejas, 2013: 112.
9
Iniesta Sepúlveda, 2021.
179
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
(CEFIHGU), compuesto por 1871 ejemplares. Más aún, se ha ampliado su catálogo con 95
vistas estereoscópicas inéditas, recuperadas de la colección familiar
10
.
La metodología de trabajo se ha basado en consultas en archivos, bibliotecas y
hemerotecas. Especial atención merece una relación de fuentes impresas: unas memorias y
tres libros de viaje escritos por el autor, que aportan claves útiles para atisbar el carácter del
personaje e interpretar su obra. En todo caso, estos escritos han sido sometidos a crítica y se
ha contrastado la información con otras fuentes archivísticas y hemerográficas. Asimismo,
se ha abordado un estudio cuantitativo de las imágenes para preguntar sobre la profusión y
distribución de las mismas. Los resultados se han exportado, por ejemplo, en un mapa de
municipios fotografiados. Por supuesto, ajustado a los parámetros de este artículo, se aborda
un análisis pormenorizado de trece instantáneas, seleccionadas como ejemplos
representativos y que articulan el discurso escrito.
De esta manera, se parte de la hipótesis de que Tomás Camarillo fue un fotógrafo notable,
con referentes estéticos que guardan relación con tendencias anteriores y coetáneas. Pese a
ser autodidacta, su trabajo es cuidado, riguroso y tiene una considerable sensibilidad hacia
los bienes culturales y naturales, de modo que presenta valores muy estimables desde el punto
de vista documental, antropológico, estético o patrimonial.
Tomás Camarillo, fotógrafo de Guadalajara
Natural de Guadalajara, Tomás Camarillo nació en 1879 en una familia humilde. La
carestía tras el fallecimiento temprano de su padre le forzó a trabajar desde pequeño en su
ciudad y después en Madrid, en condiciones muy precarias
11
. Su apretada situación
económica no le permitió ir a la escuela, pero leía cuanto pasaba por sus manos, era un agudo
observador y tenía inquietudes culturales
12
. De vuelta a su ciudad, ejerció diferentes
profesiones, hasta que consiguió el dinero suficiente para regentar sucesivos establecimientos
comerciales, con los que alcanzó una posición acomodada
13
. En su negocio, entre otros
productos, vendía material fotográfico para aficionados, cuyo manejo cotidiano hizo que, de
manera autodidacta, se familiarizara con estos aparatos y adquiriera una pericia notable. En
1924, un año después de las primeras emisiones radiofónicas en el país, el comerciante
empezó a viajar por los pueblos cercanos para promocionar la venta de receptores. Esas
salidas por la provincia, que comenzaron con un propósito mercantil, le permitieron conocer
paisajes, monumentos y manifestaciones artísticas casi desconocidas.
Decidió entonces documentar aquellos bienes patrimoniales de manera exhaustiva a lo
largo de más de veinte años, durante los que recorrió hasta 277 núcleos de población (fig. 1).
Viajaba los fines de semana en su Ford T, un vehículo económico muy popular, que se
desplazaba por una red viaria bastante limitada
14
. La acogida en los pueblos era desigual:
mientras en algunos lugares era aplaudido, en otros le increpaban y amenazaban
15
. Lejos de
desistir, asumió los costes de los viajes, el equipo fotográfico y el revelado de las copias, “sin
10
Agradezco su cesión y consulta a José Antonio Ruiz Rojo.
11
En Guadalajara ejerció como escribiente en el Juzgado Municipal, en la Delegación de Hacienda y en el
Gobierno Civil. Camarillo, 1950: 43-45. En la capital trabajó en tiendas de alimentación en Fuencarral, 73, y en
Jesús del Valle, 17 duplicado. Camarillo, 1950: 67. Figura como dependiente del segundo establecimiento en el
Padrón Municipal de 1895, n98, tomo 2, Distrito Universidad, Barrio Escorial, hoja 28 638, Archivo de Villa,
Madrid.
12
Leía incluso los papeles para envolver el género cuando trabajaba en la tienda de ultramarinos. Camarillo,
1950: 91-92.
13
Tenía un quiosco donde hacía encargos como escribiente y vendía prensa, tabaco y juguetes para niños.
Expediente de instalación de kiosco en la plaza Diego García [plaza del Jardinillo], Archivo Municipal de Guadalajara,
Obras y Urbanismo, exp. 11 mayo 1909. Camarillo, 1950: 114. Más adelante, abrió una tienda de música, radio,
fotografía y cine. “Sección de noticias”. En: Flores y Abejas, Guadalajara, 6-VI-1920: 5.
14
González Calleja, 2005: 268-270. Esteban Barahona, 2005: 321-324.
15
Camarillo, 1947: 69-74; 1950: 150; 1952: 211.
180
Víctor Iniesta Sepúlveda
181
pedir a nadie auxilio material ni económico”
16
. Parece ser que la principal motivación para
emprender una misión personal tan ambiciosa fueron unas burlas escuchadas en Madrid
sobre la provincia y sus habitantes
17
. El autor elude el comentario peyorativo, pero es
probable que se tratara de “cenicienta”, en referencia a los precarios trabajos a los que se
dedicaban los migrantes de Guadalajara en la vecina capital. De este modo, trataba de dar a
conocer las bondades de un territorio que padecía un empobrecimiento notable, una crisis
demográfica y cierto aislamiento, pero atesoraba un rico patrimonio cultural y paisajístico
18
.
En las imágenes aflora una especial sensibilidad por el cuidado de ese legado, y en este
sentido, su colección adquiere más relevancia si se tiene en cuenta que la confección del
Catálogo Monumental de la provincia de Guadalajara había quedado inconclusa y, en
consecuencia, este inventario resultaba ineficaz como instrumento de conservación
preventiva
19
. Por eso, organismos como la Comisión Provincial de Monumentos y el
Patronato para el Fomento de Museos, Bibliotecas y Archivos estimaron y aprovecharon un
16
Camarillo, 1950: 158.
17
Antón Auñón, 1943: 1-3. Camarillo Hierro, 1950: 157.
18
Calero Delso/Higuera Barco, 2008: 167-169.
19
Iniesta Sepúlveda, 2021: 918.
Fig. 1. Mapa de municipios de la provincia de Guadalajara fotografiados y filmados por Tomás
Camarillo. Elaboración propia.
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
repertorio visual tan amplio y riguroso
20
. En este aspecto, su actividad entronca con otras
misiones fotográficas nacionales e internacionales, precedentes y contemporáneas, como la
Mission héliographique, el citado Catálogo Monumental de España, el Arxiu Mas, los
Archives de la Planète, las expediciones de la Hispanic Society of America o el Fichero de
Arte Antiguo
21
.
Cerca de 1933 la misión estaba prácticamente terminada, pero la Guerra Civil comportó
una cesura contundente en su actividad
22
. Fue en la posguerra cuando su trabajo fue
verdaderamente difundido y reconocido. Ayudado y guiado por el historiador Francisco
Layna Serrano, celebró una exposición en el Círculo de Bellas Artes de Madrid en 1944, que
tuvo una calurosa acogida
23
. Cuatro años después, en 1948, publicó La provincia de Guadalajara.
Descripción fotográfica de sus comarcas, también en colaboración con el citado cronista
24
. El libro
era una suerte de catálogo de la muestra, editado por Hauser y Menet, con reproducciones
en fototipia de gran calidad. Asimismo, fue galardonado con la Cruz de la Orden de Alfonso
X el Sabio por su contribución fotográfica
25
.
Según las críticas, la colección constituía un “verdadero ejemplo” para las demás
provincias españolas
26
. Este tardío apoyo institucional y el aplauso de los dirigentes
franquistas pueden explicarse por el hecho de que la obra de Camarillo se ajustaba de manera
estricta al suelo guadalajareño. En efecto, la dictadura era proclive a fomentar un
regionalismo “bien entendido”, donde afloraran las expresiones particulares de cada región
sin comprometer la pretendida unidad del país. La provincia era una unidad de medida
subordinada a la nación adecuada para equiparar las singularidades de los territorios a un
mismo nivel, al tiempo que neutralizaba la evidente diversidad del país
27
.
Y es que el formidable archivo de fotografías constituía una auto-imagen, es decir, una
representación mental o discursiva de la región, caracterizada desde la propia identidad
28
. Por
eso las autoridades y personalidades vinculadas al régimen dieron el visto bueno a una
empresa cultural perfectamente ajustada a la circunscripción. No en vano, su autor fue
elogiado como un “hombre patriota”
29
. En paralelo, no se atribuía al patrimonio de
Guadalajara un carácter singular, sino que era considerada un reflejo a menor escala de la
belleza de España, o en todo caso de Castilla
30
. Es evidente que el carácter genuino español
20
Fue nombrado vocal del Patronato a propuesta del gobernador civil, previa consulta al jefe provincial de
Falange. Carta del jefe del Servicio de Archivos y Bibliotecas al gobernador civil de la provincia de Guadalajara, 30 de mayo
de 1939, Archivo Histórico Provincial de Guadalajara (AHPGU), Comisión Provincial de
Monumentos/Patronato Provincial para el Fomento de Archivos, Bibliotecas y Museos Arqueológicos, CM-2.
También fue propuesto por Layna como miembro de la Comisión de Monumentos. Acta de 26 de octubre de
1942, AHPGU, CM-2. Libro de Actas, f. 9.
21
Mondenard, 2002. Perrotta, 2018. Perlès (ed.), 2019. Cabañas Bravo, 2015.
22
Layna Serrano, 1933a: 2-3. Camarillo, 1947: 129-132.
23
Cabeceras nacionales y revistas especializadas reseñaron el evento y aplaudieron el trabajo del autor, entre las
cuales pueden destacarse las siguientes: “De arte. Exposición de 700 fotografías de la provincia de Guadalajara”.
En: Informaciones, Madrid, 1-VI-1944: 4. “Interesante Exposición fotográfica de la provincia de Guadalajara”.
En: Informaciones, Madrid, 2-VI-1944: 7. Armiñán, 1944: 11. ELE: “Exposiciones”. En: Sombras. Revista Oficial de
la Real Sociedad Fotográfica Española, Madrid, 1944: [32]. Véase también el catálogo de la exposición: Layna
Serrano, 1944.
24
Layna Serrano, 1948.
25
Expediente de concesión de la Orden de Alfonso X el Sabio en la categoría de Cruz a D. Tomás Camarillo Hierro, fotógrafo.
Archivo Central de Educación, caja 76 479, exp. 32.
26
“El Ministro de Educación Nacional inaugura la Exposición fotográfica de Guadalajara”. En: Madrid. Diario
de la Noche, Madrid, 2-VI-1944: 5.
27
Jiménez-Blanco, 2021: 181-193.
28
Sigo la definición propuesta por Leerssen, 2007: 27.
29
Dedicatoria del periodista José Altabella en el libro de firmas de la exposición, reproducido en Camarillo,
1950: 191.
30
El ministro de Educación Nacional, José Ibañez Martín, sentenció en la inauguración que “su españolidad la
coloca en las raíces puras de Castilla”. “El Ministro de Educación Nacional inaugura la Exposición fotográfica
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Víctor Iniesta Sepúlveda
de la provincia no fue el germen de la misión fotográfica emprendida a mediados de los años
veinte. Sin embargo, la dilatación en el tiempo del proyecto y la asunción de la ideología
franquista hizo que el mismo artífice replicara esa retórica y se reconociera satisfecho de su
aportación “en honra y provecho de nuestra patria chica, que es como decir la mayor gloria
de nuestra patria grande”
31
.
Vistas sublimes y paisajes amenos
En sus viajes, Camarillo fotografió con detenimiento el paisaje, un género con
reminiscencias pictóricas que al tiempo participaba de un uso documental y científico
32
. Más
aún, era entendido como una expresión simbólica y espiritual de los pueblos que lo habitaban.
En particular, los autores relacionados con la Institución Libre de Enseñanza y la generación
del 98 habían visto en el territorio de Castilla cualidades y valores presentes en el carácter del
país
33
. De este modo, el guadalajareño presentó las vistas naturales de su provincia como un
preciado legado patrimonial que formaba parte de la identidad de esa región, una perspectiva
vigente en misiones fotográficas recientes
34
. Con todo, no conviene entender el paisaje como
un referente preexistente capturado por el artífice, sino como una construcción relacionada
con una experiencia cultural particular
35
. En este sentido, el fotógrafo podía disponer los
volúmenes y organizar el espacio real para componer el plano, así como escoger elementos
concretos o visiones fragmentarias
36
.
de Guadalajara”. En: Madrid. Diario de la Noche, Madrid, 2-VI-1944: 5. En la misma línea, el marqués de Lozoya,
entonces director general de Bellas Artes, escribió: “Es asombrosa la riqueza artística de nuestra España. Cada
una de sus comarcas contiene un acervo incalculable de paisajes evocadores y monumentos”. Camarillo, 1950:
190-191.
31
Camarillo, 1950: 236.
32
Rubio Aragonés, 2001: 28.
33
Ortega Cantero, 2007.
34
Rejano/Gómez/Luengo, 2023.
35
Zunzunegui, 1994: 142-143.
36
Lugon, 2010: 217.
183
Fig. 2. Vista de Fuentes de la Alcarria. Fondo Fotográfico Tomás Camarillo. Centro de
la Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara, Diputación Provincial.
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
A, por ejemplo, se esme en presentar
espacios singulares de Guadalajara apenas
conocidos por estar alejados de los principales
ejes de comunicación. En ese sentido, en el
citado álbum fotogfico, Francisco Layna
sugería al viajero abandonar la usual ruta por la
antigua carretera general de Madrid a Zaragoza y
tomar desvíos por rutas secundarias para
apreciar las particularidades de la tierra:
¡Cnto se equivoca quien juzgue del resto
de la provincia por esas perspectivas
inexpresivas o desoladas! En la meseta alcarreña,
monótona y al parecer inacabable, pueblos de
achatado caseo vulgar asoman como desde un
balcón por el lado opuesto al hondo valle con
arboledas y huertos, mientras por sus agrias
laderas corre un arroyo formando de trecho en
trecho pequeñas cascadas, si no trepan las
encinas centenarias o se escalonan los hortales;
insignificantes badenes suelen transformarse
poco s al en temerosas barrancas cuyos
estratos calizos muestran sus fajas pocromas o
los peñascales sus siluetas caprichosas, y algo
s lejos, en veguitas rtiles con aldeas
rodeadas de setos, las pidas mutaciones del
paisaje, como esos lindos rincones
insospechados que se hallan a cada paso en los
sinuosos bordes del altiplano alcarreño […]
37
.
Con el mismo cacter evocador, el fotógrafo
en sus escritos describió una atractiva geografía:
varias laderas de monte cubiertas de frondosa
vegetación donde en abundancia brota el tomillo, espliego, salvia, romero y otras flores
de rico olor, para alimento de las abejas que por allí se can”
38
. Ese cariz pintoresco lo
reflejó en sus imágenes, como en una vista del pueblo de Fuentes de la Alcarria, una
pedaa de Brihuega situada estragicamente sobre una estrechísima lengua del ramo,
rodeada por una hoz del río Ungría (fig. 2). La única entrada a la aldea es desde el istmo
que lo comunica con la altiplanicie, por lo que su abrupto emplazamiento no se intuye
desde la distancia. Para subrayar esta singularidad, el autor realizó una toma sublime de
la poblacn, una visión trasversal conseguida a unos kilómetros. El punto de vista es
elevado, de manera que la atención va dirigida a la profunda garganta. En el tercio
superior se sitúa la línea del horizonte, que fusiona la lengua con el fondo del valle, para
que en todo caso sobresalga la distribucn del caserío, concentrado entre el acceso
fortificado y el templo de Nuestra Señora de la Alcarria, que centra majestuoso la
composicn. El recurso de la panomica tomada desde una atalaya o a una distancia
considerable del núcleo es frecuente en su producción, ya que le permia una visión
como en cinta cinematográfica y en tamaño miniatura
39
.
37
Layna Serrano, 1948: 11-12.
38
Camarillo, 1947: 51.
39
Camarillo, 1947: 100. Por supuesto, es un tipo de representación consolidada en las vistas urbanas desde la
Edad Moderna. Sazatornil Ruiz, 2019: 33.
184
Fig. 3. Cascada del río Cifuentes, Trillo. Fondo
Fotográfico Tomás Camarillo.
Centro de la Fotografía y la Imagen
Histórica de Guadalajara, Dipu-
tación Provincial.
Víctor Iniesta Sepúlveda
185
Fig. 4. Río Tajo, Entrepeñas, Sacedón. Recuerdo agradable de lo que fue. Fondo Fotográfico Tomás
Camarillo. Centro de la Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara, Diputación
Provincial.
Fig. 5. El Vado. Calle de la Iglesia. Fondo Fotográfico Tomás Camarillo. Centro de la Fotografía
y la Imagen Histórica de Guadalajara, Diputación Provincial.
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
También captó lugares amenos como las cascadas del río Cifuentes en su desembocadura
con el río Tajo, a la altura de Trillo, en el denominado barranco del Pozo (fig. 3). El encuadre
vertical se acomoda a los saltos consecutivos del afluente, jalonado por una frondosa
vegetación que enfatiza la verticalidad. El contrapicado permite sumar más planos
consecutivos a la toma, de manera que los perfiles de los árboles ribereños se superponen,
ofreciendo unos variados contrastes y una amplia gama de grises. Corona la toma un chopo,
aislado del resto de la masa vegetal, que enmascara prácticamente los edificios del lado
izquierdo, “casas completamente colgadas, de verdadero efecto para una foto”, en palabras
del autor
40
. Para conseguir un resultado más esteticista, el fotógrafo dio un mayor tiempo de
exposición para lograr un efecto seda en el agua, cuya textura difuminada contrasta con la
nitidez de las finas hojas y ramas.
En sus periplos, Camarillo fue consciente de las transformaciones del paisaje natural y
reconoció el valor testimonial que asumían algunas de sus instantáneas con el paso del
tiempo
41
. Es el caso del desfiladero de Entrepeñas, sumergido bajo las aguas del embalse
construido a comienzos de los cincuenta. Como las demás estructuras hidráulicas de la
cabecera del Tajo, fue erigida para producir energía eléctrica y satisfacer la demanda de agua
en el centro peninsular, aunque también se previeron usos turísticos y de recreo
42
. En una
imagen anterior a su construcción, puede apreciarse la angostura del paso, abierto por la
erosión del río en el terreno calizo, acomo la antigua carretera, donde está aparcado el
vehículo del autor (fig. 4). Sabedor de las repercusiones que el embalse tendría en los pueblos
y el territorio, subrayó esa circunstancia en el cliché. Así, añadió a una primigenia
denominación, meramente descriptiva (Río Tajo, Entrepeñas, Sacedón), un elocuente subtítulo
(Recuerdo agradable de lo que fue). De hecho, una de las señas de su obra son estas leyendas
manuscritas formadas por firma, localidad y asunto. Con carácter general, podría datarse la
primera rotulación con letra redonda antes de 1936, mientras que la segunda línea, en una
caligrafía con serifas más ornamental, sería realizada cerca de 1940.
El fondo cuenta con imágenes muy especiales, por tratarse a veces de los escasos disparos
tomados en pueblos hoy sumergidos bajo pantanos. Parajes, calles, arquitectura vernácula y
gentes del lugar fueron preservadas, de manera más o menos consciente, por la cámara del
fotógrafo amateur. Entre otros ejemplos pueden destacarse las vistas del pueblo de El Vado,
anegado por un embalse construido en el curso del Jarama en 1950 (fig. 5). Es llamativo que,
pese a haber tomado un registro gráfico del lugar, el autor no lamentara su futura
desaparición, vista la decadencia de la aldea: “esto de pueblo es mucha excelencia: verdadera
pena da ver este lugar; menos mal que si realizan en definitiva el pantano proyectado,
desaparecerá casi por completo, pues el agua ha de rebasarlo. Las casas parecen chozas de
ganado, respirándose un ambiente de tiempos primitivos. El consuelo que tienen los vecinos,
la comparación con La Vereda y Matallana, pueblos cercanos mucho peores
43
. En verdad,
como se verá en el siguiente epígrafe, más que aplaudir la pérdida del pobre caserío, apreciaba
la construcción del embalse como una acción que repercutiría en el crecimiento económico
de su región.
Atisbos de progreso: obras públicas y equipamientos
Desde mediados del siglo XIX, la fotografía de las obras públicas testimonió numerosos
cambios y acciones que propiciaron el desarrollo de la sociedad, como la llegada del
ferrocarril, el remozado de las carreteras, la construcción de puentes, los ensanches y
40
Camarillo, 1952: 29.
41
Desde el siglo XIX, se realizaron expediciones fotográficas para registrar bienes y lugares condenados a
desaparecer. Rubio Aragonés, 2001: 34.
42
La Diputación de Guadalajara propuso la denominación geoturística “Mar de Castillapara propiciar el uso
deportivo y turístico del pantano. Torres Camacho, 2018: 30-31. Más aún, el testimonio contemporáneo del
fotógrafo lo refuta, cuando la construcción aún no había concluido. Camarillo, 1952: 225-226.
43
Camarillo, 1952: 148.
186
Víctor Iniesta Sepúlveda
reformas urbanísticas o el abastecimiento de agua potable a las grandes ciudades
44
. Los
fotógrafos se hicieron eco de la trascendencia de estos proyectos sin precedentes que
evidenciaban el avance de la ciencia y la técnica
45
. Las tomas documentaban la marcha de las
obras, destacaban los avances tecnológicos y transmitían una imagen de la España moderna.
En el caso del Canal de Isabel II, se hizo un seguimiento gráfico del proceso de construcción
de la portentosa red de canales, puentes, acueductos, túneles y sifones. Aunque las imágenes
cumplían una función de registro, la reina encargó un álbum con afán propagandístico, con
el fin de alardear de la inversión realizada, demostrar la prosperidad del reino y divulgar los
beneficios que la infraestructura comportaría para el país
46
.
Así, fotógrafos viajeros y aficionados reconocieron estas grandes obras como enclaves de
interés en sus itinerarios gráficos, e incluso argumentaban la belleza plástica de los elementos
tecnológicos o exaltaban las dimensiones poéticas que adquiría el paisaje con aquellas
instalaciones
47
. Años después de su construcción, las grandes estructuras continuaron siendo
un símbolo de modernidad y progreso, y así lo entendió Camarillo, que se autorretrató con
unos amigos en el puente-acueducto de las Cuevas, en el lado sureste, donde se aprecia un
medallón con la inscripción Y-II, alusiva a la reina (fig. 6). Este par estereoscópico inédito
representa la infraestructura de dos ojos que salva el vado del profundo arroyo de las Cuevas,
cerca de la frontera entre Guadalajara y Madrid. Uno de los arcos enmarca la composición y
acoge la escena. La perspectiva escogida, desde abajo, proporciona una visión en
contrapicado que enfatiza la monumentalidad de la estructura, cimentada de manera
contundente en medio de un terreno agreste y abrupto.
En efecto, el amateur estaba interesado en las iniciativas que redundarían en el desarrollo
tecnológico de su tierra. Posó fascinado en el Salto de Bolarque, situado en la desembocadura
del Guadiela en el Tajo, que delimita la frontera con la provincia de Cuenca (fig. 7). La
fotografía en picado permite una visión espectacular del embalse, la presa y su coronamiento.
El entusiasmo del autor afloró también en su obra literaria, donde describe las partes de la
infraestructura hidráulica, equipamientos adyacentes, viviendas de los trabajadores y demás
espacios para el recreo y deleite del turista
48
. En este sentido, es sintomática su presencia en
44
Pérez Gallardo, 2021: 16-17, considera la fotografía de las obras públicas un género en mismo, a menudo diluido
en otros más amplios y genéricos, como la fotografía arquitectónica o industrial.
45
Aguilar Civera/Doménech García, 2014.
46
González, 2004: 174-179. Rodríguez Lázaro/Coronado Tordesillas, 2003.
47
González, 2005: 42.
48
Camarillo, 1952: 165-169.
187
Fig. 6. Puente acueducto-de las Cuevas, Canal de Isabel II. Tomás Camarillo. Colección José Antonio Ruiz Rojo.
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
188
Fig. 7. Salto de Bolarque. Presa y compuertas de entrada al canal. Fondo
Fotográfico Tomás Camarillo. Centro de la Fotografía y la
Imagen Histórica de Guadalajara, Diputación Provincial.
Fig. 8. Guadalajara. Sanatorio de Alcohete. Tomás Camarillo. Centro de
Estudios de Castilla-La Mancha, Universidad de Castilla-La
Mancha. Ciudad Real.
Víctor Iniesta Sepúlveda
la toma, verdaderamente excepcional en el conjunto de su producción. Puede reconocerse
su figura ligeramente encorvada a la derecha, junto a los empleados que han guiado su visita.
La representación de este grupo, que posa en una plataforma junto a las compuertas, participa
de un significado profundo: el triunfo colectivo de la sociedad. Retratar a visitantes, obreros
e ingenieros suponía valorar su aprecio, trabajo y esfuerzo para alcanzar el progreso y el bien
común
49
.
Asimismo, dio importancia a fábricas, equipamientos y servicios, como el sanatorio de
Alcohete, un hospital para tratar la tuberculosis, cuya primera piedra se colocó en 1927
50
. Se
trataba de un centro erigido en unos terrenos cedidos por el conde de Romanones y
promovido por Casilda Alonso-Martínez, su esposa, que presidía en Madrid la Liga para la
Lucha Antituberculosa
51
. La finca, en el término municipal de Yebes, cerca de la capital, era
antaño un lugar de recreo para los guadalajareños por su abundante vegetación y clima
agradable. El autor, sensible con la causa, animó encarecidamente a sus conciudadanos a
visitar a los enfermos y, de paso, recuperar ese paraje natural como sitio de esparcimiento
52
.
Ese énfasis en el carácter ameno del lugar es visible en una tarjeta postal (fig. 8), que
reproduce en primer término frondosos árboles y arbustos. Detrás se aprecia la moderna
construcción, con influencia del racionalismo italiano, que renovaba los trasnochados
equipamientos sanitarios de Guadalajara. El edificio fue remozado por Aurelio Botella
durante la Segunda República, en los últimos meses de la Guerra Civil, y volvió a ampliarlo
en la posguerra
53
.
Escenas costumbristas y retratos
Retratar la figura humana no fue el género preferido del fotógrafo de Guadalajara, como
él mismo reconoció
54
. Sin embargo, el escrutinio de su fondo ha sacado a la luz un grupo
considerable de puestas en escena, retratos en grupo e individuales. En primer lugar, con
raigambre decimonónica, diseñó escenas d’après nature, bajo el influjo de la literatura
costumbrista
55
. De hecho, el aficionado puso algunos títulos que sugerían la intención
narrativa de la toma, como Pelando la pava (fig. 9). Esta iconografía fue muy recurrente en la
pintura y el grabado del Romanticismo español, sobre todo por la demanda de viajeros
extranjeros, fascinados por una visión costumbrista del país. En esta versión, el episodio tiene
lugar en una casa con una parra ceñida a su alero
56
. Del portal oscuro emerge una joven que
apoya sus brazos sobre la hoja de madera; apostado a un lado del dintel, un mozo mantiene
una conversación con ella. La vivienda típica acapara, sin embargo, el protagonismo de la
composición, como queda constatado también en el discurso escrito: «con gran simpatía
49
Pérez Gallardo, 2021: 371.
50
Tomás Camarillo filmó la ceremonia en una película de 16 mm. Según la prensa, el acto fue sencillo, solemne
y bastante concurrido. “Sanatorio antituberculoso”. En: Renovación, Guadalajara, 8-VII-1927: 3. “El sanatorio
antituberculoso”. En: Flores y Abejas, Guadalajara, 10-VII-1927: 3-4.
51
“Rasgo generoso”. En: La Palanca, Guadalajara, 31-III-1926: 2. “Sección de noticias”. En: Flores y Abejas, 25-
IV-1926: 7.
52
Camarillo, 1947: 61-65. Artículo publicado en Flores y Abejas en 1936, reproducido más adelante para celebrar
la apertura de la capilla del complejo en: Nueva Alcarria, Guadalajara, 15-VIII-1942: 4. Conviene apuntar que el
fotógrafo era católico, practicaba obras de caridad y participaba en iniciativas benéficas. El breve relato
“Marichu”, en Cosas de mi tierra, hace referencia a una paciente del sanatorio, probablemente visitada por él
mismo. Camarillo, 1947: 15-19. En la misma línea, elogia el trabajo de la congregación de las Hermanitas de los
Ancianos Desamparados en Guadalajara, sobre todo con enfermos y desvalidos. Camarillo, 1947: 113-116.
53
Botella, 1944: 324-328.
54
“Gran fervor alcarreñista en el homenaje a don Tomás Camarillo Hierro”. En: Nueva Alcarria, Guadalajara,
5-IV-1947: 4 y 7.
55
Domeño Martínez de Moretín, 2004. Cristini, 2019.
56
La fotografía fue descrita en un artículo sobre la música folclórica. García Sanz, 1948: 3.
189
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
sorprendemos a una parejita de novios
“pelando la pava” a la puerta de una casa tan
serrana como la moza que por la misma se
asoma»
57
.
El arriacense realizó más escenas
costumbristas, como el flirteo en la fuente,
una noche de ronda, una partida de cartas,
personas arrodilladas ante un crucero o
mujeres en el lavadero público. Estas
imágenes trataban de traducir la vida cotidiana
de comunidades rurales bajo una apariencia de
naturalidad. El operador contaba, no
obstante, con la complicidad de los figurantes,
ya que rara vez su visita pasaba desapercibida
para los locales, como pueden delatar una
mirada indiscreta hacia el objetivo o una
sonrisa cómplice. Por esto, además de la
posición estática de los personajes, algunos
autores han reprobado a Camarillo cierta falta
de pericia
58
. Si bien es cierto que algunos
resultados no son comparables a la elaborada
escenografía de otros colegas pictorialistas,
después de cotejar este género con el resto de
la producción, considero que se trata de una
elección estética deliberada: frente a la
manipulación y el artificio, proponía una toma
sencilla y más o menos espontánea, en
sintonía con la finalidad documental de su
misión fotográfica
59
.
Por otro lado, hay retratos de grupo en los
que aparecen familiares y amigos que le
acompañaban en sus viajes. En primer lugar, su esposa Soledad Pérez ejerció un papel
esencial: “fue agradable compañera en mis viajes y animadora entusiasta, como yo, para
ensalzar lo bello y atrayente que tiene nuestra bendita tierra alcarreña”
60
. En segundo lugar,
conviene subrayar su amistad con el historiador Francisco Layna Serrano: juntos viajaron,
hicieron fotografías, colaboraron en varios proyectos y trabajaron en organismos culturales
de su ciudad
61
.
Asimismo, también aparecen otros acompañantes esporádicos: ayudantes, amigos y
cicerones del pueblo, como vemos en la instantánea del castillo de Riba de Santiuste (fig. 10).
Esta fortaleza presentaba un lamentable estado de conservación que desalentó al fotógrafo:
“ruinas, que otra cosa no puede decirse de lo que allí hay, y aún ruinas es decir mucho: aquello
57
Camarillo, 1952: 59. x
58
Cabrera Pérez, 2000: 44.
59
A este respecto, las palabras de Ortiz Echagüe, que constituía el caso opuesto, son reveladoras: “hablo con
la gente, selecciono los modelos uno a uno y empiezo la tarea de vestirlos con trajes típicos […] después de
superar las protestas de los modelos que se resisten a colocarse la vestimenta de sus antepasados, los congrego
en un escenario previamente seleccionado, sea una plaza típica, la iglesia humilde o una colina cercana”.
Domeño Martínez de Moretín, 2000: 219.
60
Camarillo, 1952: 5.
61
Francisco Layna y su esposa Carmen Bueno viajaban con Tomás Camarillo y Soledad Pérez de manera
habitual. El trágico fallecimiento de Carmen en un accidente de coche, camino de uno de sus encuentros,
terminó de fraguar una amistad sincera y duradera. Camarillo, 1950: 171-174.
190
Fig. 10. Retrato de grupo en el castillo de Riba de Santiuste.
Fondo Fotográfico Tos Camarillo. Centro
de la Fotografía y la Imagen Hisrica de
Guadalajara, Diputacn Provincial.
.
Víctor Iniesta Sepúlveda
es un montón de escombros”
62
. De los escasos vestigios en pie, el fotógrafo escogió un arco
de medio punto para enmarcar la composición. El umbral en penumbra de una puerta o
zaguán es, de hecho, un recurso frecuente en bastantes fotografías del autor
63
. En el centro,
hay un grupo de niños que habría guiado al viajero en la escarpada subida, sorprendidos por
la llegada de este singular forastero. Detrás, en un plano intermedio, se sitúan dos jóvenes
con camisa y corbata, de los cuales uno, con gafas, toma apuntes sobre el terreno. Se trata de
dos maestros que, fascinados por los periplos del fotógrafo, le habían pedido viajar con él en
una de sus salidas: dos muchachos afables, estudiosos y recién investidos del cargo más
paternal que el Estado puede conceder: maestro nacional […] impulsados por la ilustración
que poseen, quieren saber más, conocer, ver; en fin, correr por los caminos del mundo, y en
particular, por los que se refieren a esta provincia
64
. Por último, al fondo puede verse a un
chico delgado vestido con un peto, una prenda propia de trabajadores rurales e industriales
en aquel tiempo. Es presumible que se trate de Antonio Márquez Macho o uno de los jóvenes
ayudantes de su tienda, que con frecuencia conducían el vehículo de su jefe. En efecto,
Camarillo para sus viajes precisaba de “un buen conductor que nos transporte con la mayor
seguridad”
65
.
Por otra parte, fotografió a más personas con las que simpatizaría en sus exploraciones.
Esta serie de retratos representa un pequeño porcentaje de la colección en la actualidad, si
bien consta que bastantes negativos se perdieron
66
. En cualquier caso, se interesó por los
rasgos físicos y la psicología de los individuos, como en el caso del retrato de una anciana de
Valfermoso de Tajuña, que llamaría la atención del operador por su avanzada edad (fig. 11).
El atavío negro formado por mandil, blusa, toquilla y pañuelo enfatiza más aún el rostro
ajado, con arrugas que forman profundos surcos, y las manos entrecruzadas, cuya delgadez
resalta el contraste producido por sus venas y falanges. El autor ajustó la profundidad de
campo para difuminar el fondo, con un resultado tan preciso que, mientras la cara permanecía
totalmente nítida, la toca de la cabeza ya quedaba desenfocada. La cámara está perfectamente
alineada con el personaje, con el fin de conseguir una impresión de dignidad y familiaridad
entre la anciana sentada y el espectador, que quedan a la misma altura. La retratada,
probablemente turbada por las atenciones, evita el contacto visual con el fotógrafo, desvía a
un lado la mirada, frunce el ceño y parece iniciar una mueca. Pese a la poca naturalidad en el
posado, esta venerable mujer se ganaría el favor de Camarillo, cuyos retratos son puntuales
y, por tanto, bien seleccionados.
En otras ocasiones escogió a personajes populares del lugar, cuya identidad no quedó
diluida en nombres genéricos como tipo, hombre, aldeano o anciano, sino que especificaba
su nombre, mote o profesión
67
. Entre estos, destaca sobremanera el de Lino Bueno (fig. 12),
artífice y propietario de la emblemática Casa de Piedra, en Alcolea del Pinar, una singular
62
Camarillo, 1952: 122. En efecto, parecía que el castillo se vendría abajo en poco tiempo, ya que la mayoría de
las cortinas estaban hundidas y restaban pocas partes en pie, según Layna Serrano, 1933b: 30; 1959: 102-103.
La cuestión de la ruina, s allá de una visión romántica, preocupaba al fotógrafo, comprometido con la
preservación del patrimonio. Camarillo, 1947: 100-101.
63
En una revista contemporánea dirigida a fotógrafos aficionados se dan algunas directrices para hacer fotos a
través de arcos, con el fin de conseguir contraste de tamaño (perspectiva lineal), de distancia (perspectiva aérea)
y de tonalidad de color. “Del contraste en las fotografías”. En: Revista Kodak, 104, II-1934: 3-5.
64
Camarillo, 1952: 119-123.
65
Camarillo, 1954: 51. Lo corrobora el testimonio oral del propio Antonio Márquez Macho. Vigil/Almela,
2008: 20m 22s.
66
El fondo fotográfico sufrió un estado de abandono entre los sesenta y los ochenta. Se consiguió la devolución
de algunos negativos prestados a particulares, pero otros no se pudieron recuperar. “Las placas que s faltaban
eran retratos de tipos de hombres y mujeres”. Bernal Gutiérrez, 2000: 113-118.
67
Así sucede en los retratos del guarda del campo, de Fuencemillán; del tío Diego, de Brihuega; o del tío Quico,
de Santamera, “locuaz lugareño, el cual nos cuenta sucesos como pudiera hacerlo un narrador de oficio de
cuentos e historias orientales”. Camarillo, 1947: 135-144.
191
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
vivienda excavada en la roca
68
. El humilde constructor era un peón auxiliar de carreteras que,
ante una precaria situación económica, emprendió esta tarea a los 55 años y tardó veintisiete
más en finalizarla. En 1928 recibió la visita del rey Alfonso XIII, que le galardonó con la
Medalla al Mérito del Trabajo en su categoría de bronce y le concedió la propiedad del
inmueble, que el Ayuntamiento le había negado hasta entonces.
Camarillo tenía bastante trato con él, le visitó en varias ocasiones y fotografió las estancias
de la vivienda
69
. Este retrato, tomado en contrapicado, presenta una figura solemne y
elegante, girada en tres cuartos. La silueta del albañil, orgulloso delante de su magna obra,
destaca sobre el fondo negro y queda enmarcada por el umbral de la puerta. Sujeta sobre el
hombro derecho su atributo: un pico “de los más pesados” con el que había excavado la
vivienda. El aldeano, con un ligero contrapposto, presenta un aspecto vigoroso a pesar de su
edad avanzada, y sonríe con la barbilla elevada. La coincidencia con las referencias escritas
es plena: no es posible que mortal alguno pueda ser tan feliz como él lo era. Fuerte de
naturaleza y en lucha constante con los elementos y reveses de la fortuna […] se le veía de
pie firme a cualquier hora del día en la carretera de Alcolea, vestido modestamente […]
esperando al turista para enseñarle la finca de sus desvelos”
70
.
68
Díaz Sánchez, 2006: 340-347.
69
Hay dos constancias escritas de visitas a Alcolea del Pinar, presumiblemente después de la muerte de Lino
Bueno en 1935: Camarillo, 1952: 50, 215. Con anterioridad a esa fecha, se conservan en el CEFIHGU diez
fotografías de la vivienda. Asimismo, en la película Revista Sigüenza (1928) hay unos planos de la Casa de Piedra,
donde Lino Bueno y Soledad Pérez, esposa del fotógrafo, posan desde el balcón de la vivienda.
70
Camarillo, 1947: 29-34.
192
Fig. 12. Lino Bueno en la Casa de Piedra de Alcolea del
Pinar. Fondo Fotográfico Tomás
Camarillo. Centro de la Fotografía y la
Imagen Histórica de Guadalajara,
Diputación Provincial.
.
Fig. 11. Valfermoso de Tajuña. Una anciana del pueblo.
Fondo Fotogfico Tomás Camarillo.
Centro de la Fotografía y la Imagen
Hisrica de Guadalajara, Diputación
Provincial.
.
Víctor Iniesta Sepúlveda
El patrimonio inmaterial
Como se ha expuesto, Tomás Camarillo capturó de manera gráfica parajes naturales y
bienes inmuebles en riesgo de desaparición para que, al menos, permaneciera un registro
visual
71
. Consciente de su vulnerabilidad, fotografió manifestaciones inmateriales, como
fiestas, rituales o técnicas artesanales, que parecían amenazadas por el avance de la
modernidad
72
. En paralelo, algunos escritos permiten verificar su interés por estas
expresiones singulares de los pueblos
73
.
Retrató, por ejemplo, a los danzantes de Utande, jóvenes protagonistas en las fiestas
patronales de San Acacio (fig. 13). Su vistoso atavío estaba compuesto por corpiño, enaguas
de hilo con encaje de bolillos, zapatos blancos, pañuelos de colores anudados a la cintura y
bandas que cruzaban el pecho. En la procesión, hacían reverencias al santo y ejecutaban
danzas de paloteo y castañuelas, con “figuras de gran precisión y agrado”. Después, en la
plaza principal, tenía lugar la loa, un auto sacramental sobre la lucha entre el bien y el mal.
En la representación, aparte de los citados danzantes, intervenían otros personajes: un
laudista; el ángel, interpretado por un niño con un curioso tocado de flores; el “botarga”
74
o
diablo, de negro, con una espada y una máscara, que en este caso portaba bajo el brazo; y el
71
Martínez, 2008: 62-63.
72
La fotografía es un medio excepcional para conocer el patrimonio inmaterial. Véanse Hernando Garrido
(ed.), 2012. Villaverde (ed.), 2014.
73
Entre otras celebraciones, reseña las procesiones, pujas, encierros y corridas de toros en las fiestas de San
Pedro y San Pedrillo en Pastrana, San Ramón Nonato en Viñuelas y la Virgen de la Peña en Brihuega. Camarillo,
1947: 77-82, 85-89 y 119-126.
74
El “botarga” es un personaje enmascarado y vestido de manera muy vistosa, con reminiscencias paganas, que
se ha conservado en las fiestas de varios pueblos de la provincia. Una detallada descripción, en Camarillo, 1950:
128-129. La manifestación fue declarada Bien de Interés Cultural el 27 de diciembre de 2022 por el Gobierno
de Castilla-La Mancha. Diario Oficial de Castilla-La Mancha, 16-I-2023: 1862-1867. Véase también Díaz Díaz,
1997.
193
Fig. 13. Utande. Danzantes de San Acacio. Fondo Fotográfico Tomás Camarillo. Centro de la
Fotografía y la Imagen Histórica de Guadalajara, Diputación Provincial.
.
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
“gracioso”, un maestro de ceremonias “algo grotesco, haciendo escenas de gracia con un
botillo de vino, causando la hilaridad del público”. El autor manifestó también la urgencia de
cuidar o recuperar estos saberes y costumbres: “aunque todo esto resultaba algo burdo,
inocente y bufo, merece los mayores respetos, porque indica que en este pueblo recuerdan
con cariño las costumbres de sus antepasados”
75
.
También conviene subrayar que el fotógrafo se interesó varias veces por la festividad del
Corpus Christi de Guadalajara. La procesión eucarística, bastante concurrida en la capital,
parecía un buen recurso para retratar a las fuerzas vivas y la sociedad de la ciudad en
fotografías y películas
76
. Por supuesto, recalcó una de las características de la fiesta: la
presencia de cofrades revestidos como Jesús y los apóstoles, una tradición que había
desaparecido en otras ciudades. Los figurantes se cubrían con rostros de cartón, barbas y
pelucas, según los caracteres fisionómicos de cada personaje sagrado. Todos iban tocados
con un aura con su nombre, rematada con una diadema de flores, y portaban sus
correspondientes atributos alusivos a su martirio o santidad, ornamentados con guirnaldas.
Por último, las albas sacerdotales que vestían fueron sustituidas en 1922 por túnicas de
colores con el fin de proporcionar cierta verosimilitud historicista
77
.
Fig. 14. Procesión del Corpus Christi en Guadalajara. Tos Camarillo. 1917. Colección JoAntonio Ruiz Rojo.
Camarillo, consciente de esta reminiscencia de las procesiones medievales, con un
profundo valor catequético, se centró en estos participantes, que quedaron registrados en
diferentes soportes visuales: aparte de las citadas instantáneas y filmes, añado aquí otra vista
estereoscópica inédita. El ejemplar registra el paso del cortejo por la Carrera, junto al parque
de la Concordia (fig. 14). Se trata de una calurosa mañana de junio, a juzgar por la cantidad
de quitasoles llevados por las personas asomadas a los balcones, adornados con colgaduras
y banderas, desde donde se lanzarían rosas al paso de la custodia
78
. Además, puede intuirse
que la mayoría del público se había colocado en el lado opuesto de la calle, resguardadas del
sol por los frondosos árboles del parque. El recorrido está cubierto por alumnos de la
Academia de Ingenieros y del Servicio de Aerostación. En concreto, se trata del comienzo
del desfile, precedido por una cruz parroquial con su manga, flanqueada por ciriales.
75
Camarillo, 1952: 208-209.
76
Las fotografías fueron realizadas entre 1920 y 1930. Asimismo, en la Filmoteca Española se conservan dos
películas: la primera, en 16 mm, datada el 16 de junio de 1927; la segunda, en 35 mm, el 20 de junio de 1935.
Ruiz Rojo, 2009: 42.
77
Pradillo y Esteban, 2000: 209-221.
78
“El día del Corpus”. En: La Palanca, Guadalajara, 5-VI-1929: 2.
194
.
Víctor Iniesta Sepúlveda
Después, desfilan las figuras de Jesús, con un báculo terminado en cruz; San Pedro, con las
llaves del reino de los cielos; y San Pablo, con la espada de su martirio. Todos los apóstoles
caminan con una pose hierática y van acompañados por niños de primera comunión,
repartidos por tramos con los estandartes de las hermandades de la ciudad, ordenados por
parroquias.
Conclusiones
En este artículo se han confirmado los valores testimoniales, documentales, estéticos y
patrimoniales de la fotografía de Tomás Camarillo. El análisis e interpretación de su fondo
corrobora que una de sus contribuciones esenciales fue formar un exhaustivo repertorio
visual dedicado al acervo natural y cultural de la provincia de Guadalajara, realizado entre
1924 y 1948. La magnífica colección, en cuanto a propósitos y ejecución, es equiparable a
misiones, catálogos, atlas y archivos desarrollados por instituciones, academias, empresas o
particulares pudientes.
Sus circunstancias familiares impidieron que recibiera una educación básica, pero fue una
persona interesada por la cultura. La adquisición de cierto estatus en su ciudad le permitió
cultivar su afición y crear vínculos con estudiosos y artistas. En general, su actividad evidencia
un gran interés en el patrimonio cultural, explorado con afán y determinación y entendido
desde una perspectiva amplia. De hecho, los temas que más practicó, más allá de la
reproducción de arte y arquitectura, fueron paisajes, obras públicas, retratos, escenas
costumbristas, ritos y fiestas populares, para componer una visión amplia del territorio
guadalajareño.
Tras revisar los ejemplares y, sobre todo, analizar de manera específica las imágenes
seleccionadas, puede confirmarse que tenía un buen dominio de la técnica, con
composiciones equilibradas, encuadres calculados y un buen ajuste de la iluminación y
profundidad de campo. Como resultado, se ha puesto en evidencia una mirada artística
original, que consigue una gran fuerza plástica en algunas tomas, hasta el punto de que, en
algunos casos, es reconocible cierta influencia del pictorialismo, aunque prevalezca una
pretensión de objetividad. De hecho, la firma y la leyenda de negativos y positivos recalca su
autoría y el propósito de documentación de la misión fotográfica emprendida. Debe
subrayarse que se han sacado a la luz vistas estereoscópicas inéditas, procedentes de la
colección familiar, que amplían el catálogo conocido de manera cuantitativa y cualitativa.
El uso de las instantáneas fue eminentemente documental y científico, pues enseguida
fueron puestas a disposición de estudiosos e instituciones. También se previó un uso
turístico, visible en el diseño de rutas y en las reproducciones en libros, periódicos, guías y
tarjetas postales. Además, tuvieron un papel esencial en la construcción de una auto-imagen
de la provincia, para reivindicar su valioso legado cultural, frente al tópico despectivo de
“cenicienta”. En este sentido, las publicaciones y exposiciones celebradas a posteriori
contribuyeron a reivindicar un regionalismo alcarreñista que, perfectamente ajustado a la
circunscripción provincial, fue instrumentalizado por el franquismo.
195
La misión fotográfica de Tomás Carrillo en Guadalajara: patrimonio, paisaje y retrato
196
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Recursos audiovisuales
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[DVD]. España: Sony Pictures