Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte, 14, 2025, pp. 81-104, ISSN: 2255-1905
TRAS LA SOMBRA DE LA MUERTE EN LA
CONQUISTA DE AMÉRICA: THEODORE DE BRY Y LA
ESPECTACULARIZACIÓN COLONIAL*
ERIC FRANCISCO SALAZAR LISBOA
Instituto de Estudios Humanísticos, Universidad de Talca (Chile)
Fecha de recepción: 18/03/2025
Fecha de aceptacn: 20/09/2025
Resumen
El arculo analiza las imágenes asociadas a la muerte en América de Theodore de Bry. La
hipótesis plantea que estos grabados cumplen una doble función: por una parte, legitiman la
violencia al inscribir la muerte dentro de una narrativa de barbarie indígena; de otra, evidencian
la fragilidad del dominio europeo. El estudio introduce el concepto de espectacularizacn
colonial, entendido como un régimen visual y rerico que convierte sucesos en espectáculo
para modular la recepción. De esta manera, se enfatiza en la ambigüedad, explorando la
capacidad de estas representaciones para justificar y problematizar la conquista. La metodología
combina el análisis iconográfico-iconológico con la rerica visual en un corpus de quince
grabados, atendiendo a su circulación confesional y a las sensibilidades ante la muerte. Los
resultados exhiben una recepción inestable, sujeta a disputas y resignificaciones, y matizan
generalizaciones sobre el dominio, la evangelizacn y las alianzas.
Palabras clave
Theodore de Bry, muerte, espectacularizacn colonial, barbarie, iconograa.
IN THE SHADOW OF DEATH IN THE IMAGES OF THE CONQUEST OF
AMERICA: THEODORE DE BRY AND COLONIAL SPECTACULARIZATION
Abstract
The article analyzes images associated with death in Theodore de Bry’s America. The
hypothesis holds that these engravings perform a double function: on the one hand, they
legitimize violence by inscribing death within a narrative of indigenous barbarism”; on the
other, they reveal the fragility of European rule. The study introduces the concept of colonial
spectacularization, a visual-rhetorical regime that turns events into spectacle in order to shape
reception. In this way, it foregrounds ambiguity, exploring the capacity of these representations
both to justify and to problematize the conquest. Methodologically, it combines iconographic-
iconological analysis with visual rhetoric across a corpus of fifteen plates, attentive to their
confessional circulation and contemporaneous sensibilities toward death. The results point to
an unstable reception, subject to disputes and resignifications, and nuance generalizations about
rule, evangelization, and alliances.
Keywords
Theodore de Bry, death, colonial spectacularization, barbarism, iconography
*Este trabajo fue financiado por la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo de Chile, FONDECYT de
Postdoctorado n.º 3240629, del cual el autor es investigador responsable.
Eric Francisco Salazar Lisboa
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Introducción
El arte gráfico europeo fue crucial en la materialización de los imaginarios sobre el Nuevo
Mundo. Entre las producciones más influyentes se encuentran los grabados de la colección
América (15901634) de Theodore de Bry (Lieja, 1528Fráncfort, 1598), los cuales tradujeron
representaciones sobre la alteridad indígena que durante un siglo habían pervivido en
crónicas, cartas, relaciones y otras textualidades. Orfebre y grabador, formado en el norte
europeo, consolidó un proyecto editorial que articuló relatos de viaje con una retórica visual
impactante; combinó dibujos-fuente (White, Le Moyne, Staden, Benzoni, entre otros),
autoría de taller y una puesta pensada para mercados interconfesionales.
Sus imágenes circularon en un espacio atravesado por las tensiones religiosas propias de
la Reforma y la Contrarreforma, por lo mismo, adquirieron una autonomía discursiva que
excedió la mera ilustración: acompañaban relatos, pero a la vez fijaban determinadas
percepciones sobre el continente y el proceso de conquista, operando como un lenguaje
visual con capacidad de orientar lecturas morales y políticas en distintos públicos europeos.
Esa particularidad material y comercial explica la plasticidad de la recepción, ya que dichas
imágenes podían operar en múltiples circuitos.
Los grabados se consolidaron a partir de una estética basada en lo que hemos denominado
“espectacularización colonial”, un procedimiento mediante el cual un acontecimiento es
transformado en espectáculo visual o discursivo en su sentido más amplio, con la finalidad
de generar impacto y modelar una determinada percepción. El concepto es empleado en
diálogo con los marcos de Michel Foucault sobre el poder y el castigo
1
, y en función de los
planteamientos de David Freedberg sobre el poder de las imágenes
2
. La categoría opera a
través de una composición de alto impacto, serialidad de motivos y anclajes paratextuales
que reducen la polisemia; organiza una economía afectiva (horror, compasión, fascinación)
y sitúa al testigo europeo que modula identificación y distancia. Su finalidad, más que verificar
los hechos, es producir efectos ideológicos determinados.
Es importante mencionar que las imágenes fueron fundamentales durante el periodo
moderno, ya que “[e]l Occidente cristiano conocía de tiempo atrás esta función pedagógica
y mnemotécnica asignada a la imagen y ampliamente justificada por el analfabetismo de las
masas”
3
. De acuerdo con Serge Gruzinski, cumplían tres funciones: (1) servían como guía
para la comprensión textual, (2) facilitaban el aprendizaje sobre lo desconocido y (3)
reforzaban la ilusión y fascinación del público europeo
4
.
Los estudios previos sobre la obra de Theodore de Bry han explorado dimensiones
histórico-visuales complementarias: estrategias, colaboraciones e influencias
5
; el uso de
referentes clásicos en su configuración
6
; la inserción de estos grabados dentro de un marco
de producción más amplio
7
; su papel en el escenario global de las imágenes americanas
8
; la
autoría y colaboraciones de taller
9
; el contexto editorial y las ediciones alemanas
10
; la
1
Foucault, 2002.
2
Freedberg, 1992.
3
Gruzinski, 2022: 75.
4
Gruzinski, 1992: 39.
5
Duchet, 1987; Déak, 1992; Gaudio, 2008.
6
Bucher, 1981
7
Bueno, 2010, 2011, 2014, 2019.
8
Freire, 2008;
9
Bann, 1998; Mignolo, 2011.
10
Villas Bôas, 2019.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
83
construcción de la narrativa visual
11
, estudios sobre el autor, sus nexos y sus creaciones
12
, las
técnicas de grabado
13
y análisis sobre la ilustración de conquistas específicas como Perú y Río
de la Plata
14
.
Si bien la crítica ha examinado estos aspectos en profundidad, menos atención ha prestado
en la ambivalencia discursiva. Bajo esta premisa, el artículo plantea que la muerte en estas
representaciones opera en tres niveles interconectados: (1) como dispositivo de legitimación
que refuerza la necesidad de la presencia europea en América; (2) como mecanismo
estructurante en la reproducción de un imaginario que desde el periodo temprano había
fijado la violencia indígena dentro de una narrativa de irracionalidad; y (3) como un artefacto
visual de ambigüedad, que sugiere la inestabilidad del poder colonial.
Ahora bien, estas imágenes también fueron significativas dentro de los debates sobre la
legitimidad de la conquista. Un ejemplo claro son las ilustraciones de la Brevísima relación de la
destrucción de las Indias (1552) de Bartolomé de las Casas, que dan cuenta de cómo la retórica
visual podía ser resignificada en tanto prueba de los excesos imperiales, anticipando esa
lectura crítica que proponemos. Este corpus no forma parte de la colección que nos ocupa,
pero la revisión de la literatura corrobora su importancia en el marco general de la obra de
Theodore de Bry
15
. En este artículo, analizamos una selección de quince grabados
proveniente de diversos volúmenes de América, en los cuales la muerte se convierte en un
espectáculo y en un dispositivo de significación.
La serie reúne 350 láminas relativas al Nuevo Mundo, publicadas entre 1590 y 1634
16
. La
selección se concentra en escenas tanatográficas y de castigo, lo que supone un sesgo
temático respecto del conjunto. La muestra no pretende representar el universo total, sino
aislar el componente de la muerte para estudiarlo con precisión. En ese marco, contrastamos
los grabados a fin de calibrar recurrencias (motivos de suplicio, martirio, antropofagia,
ajusticiamientos) y ausencias (imágenes no tanatográficas), evitando extrapolaciones fuera del
campo de pertinencia. Los criterios de selección se sintetizan de la siguiente manera: (1)
representaciones de sacrificios humanos, ajusticiamientos y escenas de guerra; (2)
construcción de la brutalidad indígena a través de la muerte de los europeos; (3) y escenas
cuya lectura expone la fragilidad del dominio colonial.
Aunque la focalización remite a la violencia, es importante precisar que muchas imágenes
no se adscriben a esta naturaleza: representaciones de la vida cotidiana, comercio, rituales no
bélicos, etc. Estas quedan fuera del alcance del estudio porque no contienen la matriz visual
objeto de este trabajo, sin embargo, también son relevantes para la construcción de las
percepciones. A su propia manera, contribuyen a reforzar el exotismo y los estereotipos. Esta
precisión abre la posibilidad de futuras investigaciones que examinen cómo la representación
de la barbarie se relaciona con otras estrategias visuales que operan dentro del discurso
colonial
17
.
11
Bücken, 1996.
12
Groesen, 2007, 2008.
13
Giuseppi, 1915
14
Collon-Gevaert, 1966; Jaber, 2014.
15
Bom, 2023; Lira, 2017; Villaverde/Castilla, 2016.
16
Bueno, 2014: 4445.
17
Este estudio utiliza la edición de Michiel van Groesen y Larry Tise, que integra facsimilares y colecciones
digitales de la colección, particularmente de bibliotecas y archivos en Europa y Estados Unidos.
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84
Para evitar reduccionismos y complejizar la construcción de la otredad, nuestra lectura
dialoga con las obras de Tzvetan Todorov
18
y Antonello Gerbi
19
; sus planteamientos son
útiles para enmarcar el modo en que la diferencia se produce discursivamente en y a través
de la imagen. Por lo mismo, no tratamos los grabados y sus contenidos como esencia fija,
sino como efecto de operaciones dentro de la retórica visual. Con Todorov, atendemos a los
regímenes de traducción/malentendido y de clasificación moral mediante la consideración
de los indígenas como un “otro”; con Gerbi reponemos la trama polémica de los prejuicios
y disputas eruditas del periodo (degeneración, barbarie, exotismo) que configuran la lectura
de América y hacen de estos grabados pruebas en controversias más amplias
20
.
La espectacularización colonial es inseparable de la economía editorial de fines del siglo
XVI. La línea nítida del buril, la serialidad y la alta legibilidad de la estampa en cobre
favorecieron la acumulación de signos y la repetibilidad del horror. Estas operaciones se
inscriben en la tradición del grabado de los Países Bajos, renovado desde el siglo XV con el
buril y el aguafuerte, y en una cultura de la estampa (devocional, noticiosa y polémica) que
favoreció la repetición. En el plano industrial, este proyecto editorial se inscribe en un
mercado interconfesional, con paratextos bilingües y reimpresiones que facilitaron
recontextualizaciones polémicas.
Esta infraestructura, con redes de impresores/mercaderes y traducciones, explica por qué
las escenas funcionaban como catecismos del castigo o como acusaciones según su lugar de
circulación, condición material que potencia la eficacia del dispositivo. Además, las imágenes
se articularon a partir de una autoría múltiple (Theodor, Johann Theodor y Johann Israel de
Bry, además de colaboradores como Joos van Winghe) y con la mediación de las ilustraciones
de White, Le Moyne, Staden, por mencionar algunas fuentes.
Metodología
El estudio es interdisciplinario y combina el análisis iconográfico-iconológico de Erwin
Panofsky
21
con la retórica visual de Roland Barthes
22
, marcos que articulan forma, sentido y
recepción en un mismo horizonte. Esta aproximación permite examinar la composición y
los referentes presentes en las imágenes, al tiempo que releva su papel en la producción de
significados y su inscripción discursiva en circuitos editoriales. Se incorporan como
condiciones de lectura la materialidad técnica, la lógica de taller y el contexto confesional,
variables que modulan tanto la construcción de la evidencia visual como su eficacia.
Aunque se consideran los aportes de la semiótica de Umberto Eco
23
y de la teoría de la
imagen de William Mitchell
24
, por cuanto sus perspectivas son útiles para problematizar
códigos, subcódigos y regímenes de visualidad, se privilegia al binomio Panofsky/Barthes
por su capacidad para describir con precisión los mecanismos ideológico-retóricos sin perder
la traza visual del dispositivo y su contenido.
El análisis se organiza en tres niveles: (1) preiconográfico, que identifica elementos
visuales (figuras, gestos, objetos, escenarios, distribución espacial) y recursos técnicos (línea,
trama, contraste, escala, seriación); (2) iconográfico, que asocia dichos elementos con
18
Todorov, 2007.
19
Gerbi, 1960.
20
También puede incluirse a Morse (1982), en razón de su trabajo sobre la dialéctica entre Europa y América,
que desarrolla los temas indicados por Todorov y Gerbi.
21
Panofsky, 1939, 1998, 2012.
22
Barthes, 1986, 1990, 1999.
23
Eco, 1979.
24
Mitchell, 2009.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
85
motivos convencionales y paradigmas narrativos reconocibles por audiencias europeas
(paganismo, martirio, suplicio, alegorías morales); (3) e iconológico, que interpreta la
constelación resultante en el marco de estructuras culturales y programas ideológicos que las
(re)producen. Este modelo es muy aplicado para la historia colonial americana a partir de la
escuela etnohistórica de Leiden, pues ha permitido estudiar regímenes de sentido en
contextos de contacto, evitando tanto el anacronismo como el formalismo
descontextualizado.
De la retórica visual se recuperan conceptos como el studium, que describe la función
didáctica e ideológica de las imágenes en tanto dispositivo de información orientada; el
punctum, que localiza detalles de alta pregnancia (anomalías, desbordes, gestos liminares) los
cuales producen afectos y alteran la linealidad del relato; y el anclaje, que corresponde a la
relación multimodal con otras representaciones o secuencias visuales. Para asegurar
consistencia comparativa, cada figura se codifica con estos elementos y se correlaciona con
los niveles preiconográfico, iconográfico e iconológico para reconstruir la intención
persuasiva en su materialidad concreta, asegurando, además, un protocolo replicable.
Uno de los fenómenos que se advierte en el corpus es la construcción de la otredad, que
seguimos desde los planteamientos de Todorov: un proceso de clasificación mediante el cual
el europeo subsume la diferencia y captura al otro dentro de sus propias categorías
25
. Sin
embargo, son también útiles los postulados de Walter J. Ong en torno a las tecnologías de la
palabra (oralidad, escritura, impreso) como configuradoras de percepción y memoria
26
, pues
los grabados presentan indicadores visuales codificables desde ambas dimensiones: (1)
atributos corporales y su marcaje moral (desnudez, escarificaciones, cabelleras); (2) prácticas
rituales (sacrificio, antropofagia, suplicio) y sus equivalentes europeos (martirio, penalidad
pública); (3) regímenes de mirada (europeo testigo, indígena expuesto) y dispositivos
escénicos (gradas, mástiles, hogueras) que teatralizan la diferencia; (4) y paratextos (títulos,
secuencias) que orientan la lectura hacia barbarie, idolatría, redención o denuncia.
Esta metodología permite indagar con detalle la función persuasiva y los significados
ambivalentes del corpus. La hipótesis plantea que estas imágenes cumplen un doble
propósito: por una parte, legitiman la violencia al inscribir la muerte dentro de una narrativa
de barbarie indígena; de otra, evidencian la fragilidad del dominio europeo. Este proceso
describe el régimen de espectacularización colonial, cuya inteligibilidad se alcanza haciendo
dialogar niveles y operadores, manteniendo la verificación material y la coherencia histórica
como premisas analíticas.
Ahora bien, se debe precisar que el análisis enfrenta desafíos, ya que estas imágenes se
encuentran condicionadas por intereses políticos y religiosos. Además, no fueron las únicas
configuraciones visuales sobre América, por el contrario, hay otras producciones de gran
valor, entre ellas, los códices mesoamericanos. Este estudio no se refiere a la producción
indígena, pero la coexistencia y tensiones entre ambos soportes es también un aspecto clave
y poco estudiado en la construcción del discurso.
25
Todorov, 2007: 13.
26
Ong, 1982: 31.
Eric Francisco Salazar Lisboa
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La muerte como dispositivo de legitimación
La obra de Theodore de Bry presenta la violencia como un rasgo estructural de la
conquista. Las escenas de sacrificios humanos, rituales, incluso la antropofagia, fortalecen la
percepción de los indígenas como seres ajenos a la racionalidad y los inscriben en un marco
normativo que, indirectamente, justifica su dominación. En este horizonte, la experiencia
europea del siglo XVI organizó la muerte como un dispositivo pedagógico y público
(suplicios, martirios, autos) que afinó la sensibilidad del espectador
27
. Esto los preparó para
leer la violencia en una clave moral conocida. Asimismo, estas imágenes se nutrieron de un
archivo de tópicos ampliamente discutido, entre ellos: el degeneracionismo frente a la
perfectibilidad, la figura del monstruo y el prodigio, el exceso natural y la idolatría
28
.
La reiteración de estos motivos refuerza la alteridad y naturaliza la intervención europea.
La espectacularización colonial se convirtió en una estrategia clave para erigir un relato que
interpretara la violencia como un rasgo inmanente y recurrente. Como señala Mignolo, estos
grabados fueron una pieza clave en la construcción del imaginario identitario, tanto de los
indígenas como de los europeos
29
. En este contexto, la figura 1 exhibe el ritual de sacrificio
de un bebé, situando la composición dentro de un marco condenatorio. En el nivel
preiconográfico, las mujeres danzan mientras que el cacique y los europeos adoptan la
posición de espectadores.
En el nivel iconográfico, la imagen remite al paganismo como referente visual,
desplegando la alteridad desde una matriz conocida: los sacrificios. La escena presenta estas
prácticas como prueba de la incompatibilidad con los valores cristianos. Desde una lectura
de la alteridad, la identidad europea se afirma por contraste; y desde una teoría de la respuesta,
el diseño busca conmover, asegurando que el juicio moral se funde en un afecto intensificado.
En términos de la retórica visual, el grabado genera estupor a través de la exposición
del be, que corresponde al punctum. Su impacto se acentúa si consideramos a la mujer
sufriente frente al altar y cuya proximidad sugiere unnculo maternal. El contraste entre
27
Ariès, 2000: 31; Vovelle, 2002: 24.
28
Gerbi, 1960.
29
Mignolo, 2011: 176.
Fig. 1. Sacrificio de un bebé. Grabado de América, vol. II, Florida,
Theodore de Bry, p. 135.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
87
el dolor individual y la festividad colectiva consolida la percepción de insensibilidad y
establece una distancia emocional
30
. La composición se presenta como un testimonio de
la brutalidad, el salvajismo y la necesidad de intervención. La disposicn asegura que la
imagen se interprete en tanto muestra de una creencia ilegítima. Este gimen de
visibilidad (testigo europeo, cuerpo expuesto y rito condenado) traduce al universo
americano un repertorio de larga duración, en el que la muerte pública organiza el
aprendizaje moral y la obediencia potica. De ahí que el impacto no dependa tanto de la
novedad del horror sino más bien de su inscripcn en una dramaturgia ya legible.
La figura 2 expone un sacrificio en un basamento escalonado decorado con cneos
(tzompantli). La espectacularizacn colonial aumenta el dramatismo e intensifica su
impacto. En la cúspide, un grupo de sacerdotes sostiene a la víctima mientras se realiza
el sacrificio, en una clara dimensn teatral. En el nivel iconográfico, la representación
encuentra paralelos con el paganismo, lo que admite su lectura desde la óptica cristiana:
[e]l europeo interpreta los cultos indígenas en comparacn con la iconografía de los
santos de la religión cristiana, y por tanto ve en la ceremonia de adoracn (…) un culto
al diablo
31
.
Esta percepción se amplifica al visualizar a los demonios en los retablos y los ídolos
en las manos de los sacerdotes. La cultura visual europea dispoa de repertorios de
suplicio y martirio que, reordenados, facilitan la recepcn de la composicn; por eso el
cuadro compone una lección moral cuya fuerza ejemplar remite a una tecnología de
visibilidad y orden, confirmando la centralidad de la muerte como dispositivo pedagico
frente a la demonizacn de las culturas ingenas.
30
La inclusión de europeos como espectadores es un recurso común. Su disposición genera una distancia moral
con la práctica representada y presenta al europeo como testigo de un mundo que debe ser transformado.
31
Ruiz, 2011: 7.
Fig. 2. Sacrificio. Grabado de América, vol. IX, México y el estrecho de Magallanes,
Theodore de Bry, p. 339.
Eric Francisco Salazar Lisboa
88
En cuanto a la retórica visual, la muerte aparece como una puesta en escena
impactante, de hecho, el studium da cuenta de una ritualidad que contradice la brutalidad.
Stephanie Pratt se ha referido a lo ideogicamente sospechosoen estos grabados
32
,
que se manifiesta en la organización de los indígenas. Los personajes refuerzan la
percepcn de un sistema coherente y cohesionado, sin embargo, esto no significa que la
práctica sea legitimada, por el contrario, es exhibida como un mbolo de diferencia
colonial
33
. El punctum emerge en dos elementos: el hombre sacrificado, cuyo cuerpo
simboliza la consumación de la violencia, y los detalles que sostienen la
espectacularizacn (el hombre que cae por la escalera, las calaveras, los demonios en los
retablos y los ídolos). Esta acumulación intensifica el veromil del horror y, leída junto
al archivo de picos discutido por Gerbi, fija una tipificacn del otro a través de los
conceptos de idolata, crueldad y exceso.
En el caso de la antropofagia, opera como mecanismo de exotizacn y prueba de la
inferioridad moral. La figura 3 muestra a indígenas consumiendo carne humana en una
parrilla. Este detalle apunta a configurar esta pctica como cotidiana y no enmarcada en
un contexto ritual. Alfredo Bueno señala que “a través de estos grabados, la mirada
eurocentrista pretena exponer un estereotipo que asociaba el consumo de carne
humana con la supuesta naturaleza primitiva de las culturas indígenas”
34
. En el nivel
preiconográfico, destacan la parrilla, las partes del cuerpo, los indígenas y Staden como
espectador. A través de este personaje se introduce un contrapunto en la representacn:
el europeo es testigo de una violencia incomprensible; una mirada que opone el horror y
racionalidad frente a la barbarie e irracionalidad.
Al estructurar estos elementos, la composicn genera impacto inmediato y reiterado.
Staden actúa como anclaje para asegurar la identificacn y regula la distancia, mientras
que la tematizacn de la ingesta consolida la inscripcn de Arica en un calogo de
prácticas abyectas. El impacto visual se refuerza a tras de la continuidad de la secuencia,
que va desde la preparación de la carne hasta su consumo. El studium exterioriza la
antropofagia de un modo arraigado y su normalizacn es clave dentro del marco
ideológico, pues si esta realización es estructural en las sociedades indígenas, su
transformación solo es posible mediante una intervención externa.
El punctum esdado por la exhibicn de las partes humana sobre la parrilla, que
convierte la muerte en un especculo tangible; la presencia de hombres, mujeres y niños,
cuyas expresiones distorsionadas transmiten ferocidad instintiva; y la figura de Staden,
que afianza el impacto emocional. Se activa a un régimen de sensibilidad que apela al
asombro para intensificar la percepcn de la alteridad, combinando fascinacn y miedo.
Esta visión de la antropofagia se extiende en la figura 4. En rminos iconogficos,
la representación tiene paralelismos con los bacanales dionisíacos de la tradición clásica,
pero resignificados. En cuanto a la rerica, opera a tras del horror calculado, ya que
cada elemento ha sido diseñado para intensificar la recepción. El punctum se encuentra
en las acciones antropofágicas explícitas, que refuerzan la espectacularización y
configuran una pctica visualmente grotesca.
32
Pratt, 2009: 35.
33
De acuerdo con Mignolo, “la diferencia colonial ha tenido como misión clasificar dependiendo de la falta
o del exceso a gente o poblaciones fruto de un pensamiento hegemónico en distintas épocas, lo que marca la
diferencia e inferioridad respecto a quien clasifica y, consecuentemente, acaba justificando la colonización”
(2003: 27).
34
Bueno, 2014: 114.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
89
A tras del anclaje se integra nuevamente la figura de Staden, esta vez cubriendo su
desnudez. La ausencia de vestimentas es un rasgo atribuido a los habitantes del Nuevo
Mundo para acrecentar su salvajismo e inmoralidad, sin embargo, en este caso representa
la vulnerabilidad del europeo. El gesto introduce una fisura en la dicotoa
civilizacn/barbarie, pues la desnudez ya no marca solo al otro, por el contrario,
funciona como una cesura que devuelve al lector europeo su propia precariedad. Staden
expone que la civilizacn depende de emblemas escénicos y, al invertirse este dispositivo,
deja entrever la contingencia de esa identidad que la espectacularización colonial pretende
estabilizar.
Ahora bien, todas estas construcciones se alinean tambn con los conflictos licos.
En la figura 5 se aprecian los cuerpos desmembrados de los enemigos derrotados, cuyas
cabelleras son exhibidas como trofeos en el nivel preiconogfico. A diferencia de la
tradición europea, donde la guerra constituye un “arte militar”, aq el enfrentamiento es
una manifestacn instintiva de la irracionalidad. Este enfoque se traduce en la percepcn
de los habitantes del Nuevo Mundo como sujetos incapaces de organizarse, gobernarse
e interactuar.
Se debe recordar que el efecto de irracionalidad es un producto del código
representacional: la minuciosidad calcogfica, la acumulacn de signos y la eleccn de
motivos construyen una imagen que se superpone a realidades complejas; y el público
europeo, familiarizado con la exhibición blica del cuerpo castigado, reconoce una
lección de escarnio que naturaliza la intervención.
El grabado genera horror en función de la mutilacn y evidencia la deshumanización
de los indígenas derrotados. Estos son tratados como objetos y son sometidos a ltiples
ultrajes. La imagen incorpora un elemento particularmente perturbador: la sodomización,
que apunta a configurar este acto como uno de transgresiónsica y moral. La insistencia
en este aspecto tiene finalidades retóricas: provocar una respuesta visceral, por esta ran,
el punctum radica en la exposición de los cuerpos como emblemas de dominio, junto
con la penetracn, que introduce una dimensión del sometimiento que desborda las
categoas de interpretación europeas. La escena se vincula con un repertorio de prácticas
infames y cumple funciones disciplinarias, asegurando que la conmoción se traduzca en
juicio y que la diferencia quede fijada en el cuerpo del otro.
Fig. 3. Antropofagia. Grabado de América, vol. III,
Brasil, Theodore de Bry, p. 185.
Fig. 4. Antropofagia 2. Grabado de América, vol.
III, Brasil, Theodore de Bry, p. 182.
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El alisis permite observar el
modo en que la representación de la
muerte funcio como recurso
visual destinado a consolidar la
diferencia y justificar la
intervención. La reiteracn de
estos motivos no respond
únicamente al ámbito documental,
sino que pretendía inscribir estas
escenas dentro de un régimen
ideológicamente condicionado. En
su an por escenificar el horror,
estos grabados utilizaron la muerte
como un principio organizador de
la vida indígena, codificando la
transgresión y la brutalidad
ritualizada como evidencia de su
barbarie.
Como sala Mignolo, estas imágenes participaron activamente en la invencn de
categorías, fijando la alteridad en rasgos sicos y culturales que consolidaron una
distincn ontogica entre los europeos y los pueblos colonizados
35
. Este proceso se
comprende de manera s completa si se conecta con los repertorios mentales europeos,
pues América fue un campo de polémicas heredadas que la modernidad activó y
sistematizó. Los grabados de Theodore de Bry no crean esas categorías ex nihilo, sino que
las visualizan y las sedimentan en signos sensibles. Su eficacia procede de su capacidad
para confirmar, por vía de especculo, un repertorio de expectativas ya disponible en la
mente de los europeos.
El sufrimiento europeo en la espectacularizacn colonial
El desplazamiento de la muerte asociada a los rituales y prácticas indígenas da paso a
la integracn de escenas donde los europeos sonctimas de la violencia. Este giro debe
situarse dentro del horizonte mental de la muerte en la Europa del siglo XVI, marcada
por las guerras y por una cultura de ejecuciones públicas que educaban la sensibilidad del
espectador
36
. Ese trasfondo permite comprender que la compasión, sumada al desdén
por el agresor indígena, se activen de modo inmediato, sin contradecir el gimen de
espectacularizacn que organiza la mirada.
El siguiente grupo de grabados consolida la narrativa del fracaso, al establecer la
resistencia como un factor que limitó la expansn y expuso la fragilidad de los europeos,
subvirtiendo la imagen de dominio absoluto. Al mismo tiempo, conviene precisar para
evitar lecturas unívocas que, en el plano estrictamente representacional, se subraya la
vulnerabilidad, pero ello no implica negar la complejidad hisrica de este proceso, ni
autoriza generalizaciones sobre un dominio exclusivamente violento. Aq nos atenemos
a cómo el código visual organiza la experiencia para fines persuasivos.
La figura 6 muestra la captura y humillacn de los conquistadores, introduciendo un
matiz distinto: la inversn de las relaciones de poder. Esta modificación, sin embargo,
no busca reivindicar a las sociedades ingenas, sino reforzar la violencia como una
amenaza constante. La composicn transmite una vulnerabilidad que alimenta esta
35
Mignolo 2011: 177.
36
Ariès, 2000: 63; Vovelle, 2002: 23.
Fig. 5. Desmembramiento. Grabado de América, vol. II, Florida,
Theodore de Bry, p. 114.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
91
percepcn. El cautiverio muestra al europeo en un estado de indefensión y lo somete
ante la posibilidad de la muerte. El tinte especulativo amplifica la tensión dratica y la
incertidumbre, esto a partir de la desnudez y la rdida de atributos como disparadores
afectivos que estabilizan la empatía y la conmoción.
En cuanto a la rerica, se invisibiliza la agencia de los europeos, quienes se ven
despojados de los mbolos que construyen su identidad: armadura, espada, cruz,
vestimenta, entre otros. El punctum reside en la participacn de las mujeres, cuyas
expresiones y gestos rompen con la expectativa de pasividad. Diversas investigaciones
han señalado que la representacn de las mujeres ingenas en estos grabados es negativa
y se encuentra asociada con la narrativa bíblica
37
. El anclaje con la antropofagia como
destino de los capturados tambn es un aspecto a considerar, ya que enfatiza el cacter
oscuro, aunque no tan expcito como en otras secuencias. Esta cadena de anclajes
-cautiverio que prefigura suplicio- reproduce una dramaturgia reconocible sin que eso
suponga desatender que, fuera del marco representacional, coexistieron alianzas y
mediaciones que matizan el panorama.
El tratamiento de la muerte en las ejecuciones remite a la misma gica. En la figura 7
se presenta la ejecucn de Salcedo, inscrita dentro de un proceso de verificación de la
inmortalidad. Este grabado introduce un giro en la dominacn, evidenciando la fragilidad
de los conquistadores. La imagen sugiere, entonces, que el poder no es absoluto, sino
que depende de la contencn de la resistencia. La teatralidad del gesto (cuerpo volteado
y sumergido) remite al repertorio del suplicio y refuerza su cacter demostrativo. La
espectacularizacn exhibe la muerte y la coreograa para intensificar su valor
admonitorio, algo legible por un blico formado en la cultura de la pena visible y
conocedor de la iconografía de las artes moriendi
38
.
37
Racy, 2022; 84; Ruiz, 2011: 6.
38
Ariès, 2000: 47.
Fig. 6. Cautivos. Grabado de América, vol. III, Brasil, Theodore
de Bry, p. 162.
Eric Francisco Salazar Lisboa
92
En rminos retóricos, la inversión de las relaciones de poder tiene como objetivo
desestabilizar la superioridad. El studium integra la ejecucn dentro de un marco normativo
ajeno a la gica europea, recurriendo a la espectacularización colonial para materializar la
subversn del orden. Su efecto es de horror y desconcierto, ya que la muerte no es el resultado
de un sacrificio heroico ni nada parecido, es s, el punctum reside en la forma en que el cuerpo
de Salcedo es volteado y sumergido, un gesto que transmite crudeza. En esta clave, se articula
compasión y temor dentro de una economía disciplinaria del castigo, donde la visibilidad del
dolor asegura la inteligibilidad del acontecimiento y la continuidad del orden que se pretende
restaurar.
Fig. 8. Frailes siendo asesinados. Grabado de América,
vol. IV, Caribe y Centroamérica, Theodore de Bry, p. 214.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
93
La figura 8 expone el martirio de frailes y recurre a la iconograa cristiana para
establecer una narrativa de redención. Silvia Ruiz propone que estas imágenes permiten
una relectura de la violencia como un ataque contra la fe
39
. Así, estos grabados podían,
en ciertos contextos, amplificar la misión evangelizadora. Este punto es crucial si
consideramos que la fe fue utilizada como justificacn de la conquista, articulando su
realización con un discurso de salvacn y conversión. La espectacularizacn opera aq
como una estrategia para generar empatía. No obstante, conviene matizar su alcance
hisrico pues la persistencia de sincretismos y continuidades religiosas es una realidad,
a como la productividad de mestizajes y resemantizaciones que complejizan el mapa
40
.
En esta medida, el efecto persuasivo convivió con una realidad de prácticas bridas que
no se redujeron a una sustitución total.
La rerica visual enfatiza en la crueldad: los indígenas aparecen como figuras sin
misericordia. El studium remite a la capacidad de construir un relato en que la violencia
se entiende como un ataque al cristianismo y, en este caso, el punctum reside en dos
elementos: el fraile que eleva su mirada al cielo, cuyo gesto es de aceptacn; y el fraile
cdo, cuya postura refuerza la inevitabilidad de la muerte. Los espectadores de países
católicos podían interpretar esta imagen como un último testimonio de fe y el martirio
como una misn redentora, en el plano de la representacn; pero, en términos de
recepción, el mismo repertorio iconogfico alimentó la ctica en circuitos protestantes,
contribuyendo al archivo visual de la Leyenda Negra
41
.
La espectacularizacn colonial se intensifica en la figura 9, que muestra la ejecución
de un conquistador con oro fundido. La composicn adquiere un valor alegórico, ya que
el objeto de deseo se convierte en el instrumento de su muerte. La disposición sigue un
patn progresivo, donde la ejecucn es acompañada con otras formas de castigo,
incluyendo la desmembración y la antropofagia. Bueno ha señalado que esta iconograa
alude a la tradicn csica, particularmente al castigo de Craso a manos de los partos, lo
que fortalece su dimensión histórico-simbólica
42
.
En este contexto, la muerte está disada para impactar, presentado a los europeos
como ctimas de la brutalidad”. El motivo alegórico dialoga con una econoa moral
de la codicia. De a que, según el circuito, la imagen actuase como pabola ctica de la
ambicn imperial o como pieza polémica en la disputa intereuropea, formando parte de
lo que Melquíades Prieto denomina y desarrolla comoguerra de papel”
43
.
Finalmente, la figura 10 incrementa esta percepcn al presentar la insurrección en
tanto amenaza latente. La disposicn configura la conquista como una lucha permanente
por la supremacía, aunque de modo ambivalente: mientras busca reafirmar la brutalidad
indígena, también sugiere, en el nivel iconogico, que la empresa colonial no logró
consolidar su dominio. La presencia de los conquistadores derrotados introduce un matiz
ctico que la Leyenda Negra explo al presentarlos como víctimas de su propia
ambición.
39
Ruiz, 2011: 7.
40
Farriss, 1984; Klor de Alva, 1995; Piazza, 2014.
41
Prieto, 2000.
42
Bueno, 2019: 213.
43
Prieto, 2000: 17.
Eric Francisco Salazar Lisboa
94
En cuanto a la rerica visual, el studium evidencia un deceso repentino e inesperado,
configurando a los ingenas como un peligro. En este marco, el punctum se encuentra
en la postura de los conquistadores: en el suelo, derrotados y muertos. Su cda es el
especculo principal, mientras que la representación exotiza la violencia y los convierte
en figuras vencidas. Ahora bien, el correlato histórico fue s complejo: la conquista y
el orden colonial se sostuvieron tambn en alianzas, como las de los tlaxcaltecas con
Cors o de los cañaris con Pizarro, por lo que este escenario corresponde a una parte de
un entramado más amplio
44
. Espeficamente, la retórica del castigo está dada por su
función persuasiva, que obliga a privilegiar el conflicto.
44
Elliott, 1970; León-Portilla, 1959.
Fig. 9. Bebiendo oro.
Grabado de América, vol.
IV, Caribe y Centroamérica,
Theodore de Bry, p. 219.
Fig. 10. Conquistadores
derrotados. Grabado de
América, vol. VIII, Caribe,
Theodore de Bry, p. 327.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
95
De esta manera, la reiteración de la muerte evidencia la inestabilidad del asentamiento
en el Nuevo Mundo. La espectacularizacn afian la percepcn de los indígenas como
sujetos atrapados en ciclos de brutalidad y superstición. Sin embargo, introduce una
contradicción: si la violencia dea ser erradicada ¿por qué estos grabados enfatizan en la
continua necesidad de represión? La codificación visual no solo fijó la imagen de los
habitantes de Arica como un otro, sino que tambn estructuró un lenguaje visual de
larga duracn a través del horror, el asombro y la fascinación. Esta particularidad
legitimadora y reveladora de fisuras se entiende mejor al conectarla con el archivo
europeo de estereotipos y con la sensibilidad disciplinaria del espectáculo punitivo; a ello
se suman derivas de recepción cruzadas que resignificaron las igenes para fines
opuestos.
La muerte como artefacto visual de ambigüedad
En los grabados, la muerte de los ingenas tambn es espectacularizada. Las
imágenes que ilustran la aplicación de castigos: ejecuciones públicas, hogueras,
ahorcamientos y masacres, fueron diseñadas para escenificar el sometimiento y
consolidar el dominio a tras del terror. La violencia transforma estas secuencias en un
relato sobre el gimen colonial en que la muerte constituyó un medio sistetico de
control y aniquilación. Al mismo tiempo, esta dramaturgia se apoya en un horizonte
mental habituado al escarmiento público y a la pedagoa del dolor, lo que predispone la
lectura moral y se beneficia de convenciones culturales que intensifican el castigo, de
modo que la espectacularización ordena la mirada y administra los afectos.
Un caso paradigtico se presenta en la figura 11, que muestra, en el nivel
preiconogfico, a un grupo de indígenas colgados en el stil de un barco. La teatralidad
del castigo sugiere que el dominio europeo dependía de la represn. La ejecución se
realiza en un espacio extraterritorial, lo que refuerza la nocn de un poder sin mites,
capaz de ejercer su autoridad s allá de los territorios. En rminos iconogficos, esta
forma visual remite a la iconograa del suplicio y convierte a los cuerpos inertes en una
advertencia. Esa extraterritorialidad punitiva enfatiza una soberanía sin fronteras y
transmuta la nave en patíbulo, escena relacionada con ciertas tecnoloas del castigo,
particularmente con la horca, mientras que la composicn está caracterizada por la
presencia de espectadores.
Fig. 11. Ejecución en un
barco. Grabado de América, vol.
IV, Caribe y Centroamérica,
Theodore de Bry, p. 216.
Eric Francisco Salazar Lisboa
96
En rminos retóricos, la imagen reafirma el poder a tras de la muerte. El punctum
reside en los cuerpos colgados, cuya disposición transmite crudeza. La teatralidad del
castigo sugiere que el poder necesita de la realizacn de estos actos. Por lo mismo, el
grabado refuerza la necesidad de la represión como un pilar del dominio y un recurso
esencial para sostener el régimen colonial. Así, se genera una exposición bastante clara
de los conquistadores, como bien repara Ruiz: “[v]arias imágenes del taller de Bry
representan a los españoles como monstruos, en especial aquellas que muestran la
ejecución de los ingenas americanos ahorcados”
45
. No es menor que esta codificación
monstruosa”, visible en gestos, ademanes y accesorios, favoreciera lecturas de denuncia
en circuitos protestantes, sin impedir que en ámbitos calicos operara como escarmiento
dictico. La ambivalencia de la recepcn es constitutiva de su eficacia.
La figura 12 muestra un suicidio colectivo
46
. En el nivel preiconográfico, la escena se
compone de varias secuencias: indígenas ahorcándose, otros arrojándose de un barranco
y otros asesindose entre . La disposición general alude a un acto deliberado que
convierte la muerte en un espacio de agencia. La decisn de quitarse la vida evidencia
que la dominacn genemúltiples formas de resistencia
47
. Esta lectura se enriquece si
consideramos la política subalterna, que recupera prácticas anónimas y clandestinas tales
como huida, ocultamiento, autolesión, interrupción de la reproduccn mediante
infanticidio o aborto, sabotajes discretos, entre otras
48
. En este sentido, aunque la imagen
dramatiza el gesto extremo del suicidio, no agota el repertorio de resistencias
documentadas, y su disposicn en secuencias permite vislumbrar ese abanico general.
45
Ruiz, 2021: 29.
46
En varios relatos, como los de Oviedo y Las Casas, se menciona que algunos grupos indígenas preferían
quitarse la vida antes que ser esclavizados, lo que podría interpretarse como un acto de agencia y resistencia.
47
Sobre estrategias de resistencia indígena, véase: Salazar (2025).
48
Scott, 1985, 1990.
Fig. 12. Suicidio indígena. Grabado de América, vol. IV, Caribe y
Centroamérica, Theodore de Bry, p. 222.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
97
La iconografía cristiana ha asociado tradicionalmente el martirio con la trascendencia y la
gloria espiritual, mientras que el suicidio ha sido interpretado como un acto de desesperación
y pérdida. El punctum reside en los gestos de dolor y resignación, especialmente de la figura
central, que se lleva las manos a la cabeza, un detalle que enfatiza en la condición previa a la
muerte. Este gesto es propio de la pintura cristiana, un lenguaje visual reservado para los
santos y los mártires y genera una ambivalencia ideológica. De acuerdo con Deolinda Freire,
“[e]n repetidas ocasiones, los indígenas inmolados son retratados mirando al cielo, como
pidiendo ayuda al creador. Tal gesto es basado en conocidas escenas de los santos y los que
sufren para lograr el reino de Dios”
49
. Esa ambivalencia -¿martirio, desesperación, agencia?-
no cancela la lectura de resistencia, pues el gesto sacralizante habilita una apropiación
simbólica del morir que subvierte la asimetría del castigo y dialoga con repertorios de decisión
y honor que las fuentes consignan de forma fragmentaria.
El uso de la muerte como estrategia de escarmiento alcanza su punto más álgido en la
figura 13, en que Hernando de Soto ordena la ejecución y tortura de los indígenas. En el
grabado, la violencia se materializa a través de la espectacularización colonial, pues, como
plantea Obed Lira, la intención de Theodore de Bry no es simplemente documentar hechos,
sino construir un espectáculo de lo abyecto y, en este sentido, la brutalidad emerge como un
elemento central
50
.
Desde una perspectiva iconográfica, la imagen refuerza la lógica del poder a través del
terror e insinúa que el régimen colonial se apoyó sistemáticamente en la violencia. La
exhibición de la tortura como un procedimiento metódico también alude a la normalización
de la represión. Para evitar generalizaciones, conviene distinguir el código representacional
(que privilegia el castigo) de la complejidad histórica de la conquista. El grabado funciona
49
Freire, 2008: 215.
50
Lira, 2017: 124.
Fig. 13. Hernando de Soto y la ejecución, Grabado de América, vol. V,
Centroamérica, Theodore de Bry, p. 250.
Eric Francisco Salazar Lisboa
98
como parábola disciplinaria antes que como panorama exhaustivo del proceso. Su montaje
responde a una economía de ejemplo y visibilidad que facilitó su reutilización polémica en
contextos diversos.
En el análisis retórico, el grabado construye un espectáculo propagandístico. El punctum
consigna las múltiples representaciones del sufrimiento, ya que no hay un solo foco, sino una
sucesión de distintos planos de agonía, generando una sensación de horror acumulativo.
Desde esta perspectiva, se legitima la necesidad del control frente a la insurrección y se
evidencia la cualidad sistemática del castigo, articulando la imagen de los conquistadores
como “tiránicos” y “crueles”, términos utilizados en la Europa protestante en el marco de la
Leyenda Negra. Los detalles propios del circuito refuerzan la credibilidad de lo representado,
mientras la acumulación por estaciones activa una lectura moral de condena y favorece su
circulación como pieza acusatoria.
La figura 14 muestra la matanza de indígenas perpetrada por Pedro de Alvarado,
inscribiendo la muerte dentro de una lógica de exterminio. La disposición de los soldados y
la desprotección de las víctimas introducen una crítica implícita a la brutalidad. La imagen
exhibe la matanza como un dispositivo de poder, que busca integrar el terror en la memoria
colectiva, lo que significa que la masacre es una herramienta para garantizar el sometimiento.
El énfasis en la expropiación de joyas y adornos vincula explícitamente violencia y saqueo, y
permite leer la escena como alegoría de una economía de expoliación, que está conectada a
una monstruosidad del deseo que la crítica contemporánea ha subrayado
51
. En circuitos
protestantes, este encuadre alimentó la Leyenda Negra, mientras que en ámbitos católicos
operó como admonición interna sobre los “excesos”, sin neutralizar su función disciplinaria.
En el nivel retórico, la imagen construye una narrativa que se teatraliza en pos de su
función ejemplarizante. En el studium, cada conquistador tiene un rol activo en la escena,
mientras que los indígenas son reducidos a cuerpos despojados. El punctum se encuentra en
el asesinato central, que sintetiza el carácter implacable del ataque, sin embargo, hay otros
elementos que destacan: los cuerpos en posturas de suplicio, las manos alzadas en gestos de
51
Racy, 2022; Ruiz, 2011.
Fig. 14. Pedro de Alvarado y el exterminio, Grabado de América,
vol. V, Centroamérica, Theodore de Bry, p. 251.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
99
rendición y la apropiación de riquezas. Esto último es relevante, ya que consolida la relación
entre violencia y saqueo. Su eficacia descansa en la simultaneidad de planos (muerte, rapiña
y dominación) y en su legibilidad transconfesional: puede servir a la admonición moral del
exceso o a la denuncia política del enemigo.
Finalmente, la figura 15 presenta una ejecución convertida en espectáculo. En el nivel
preiconográfico, la composición se articula en dos planos: en el primero, la quema de los
indígenas, con los europeos mostrándose como verdugos; en el segundo, un grupo de
indígenas armados intentando resistir. La escena sitúa la ejecución en un espacio controlado
y la disposición de los condenados enfatiza en su agonía. Dentro del imaginario europeo, el
fuego ha sido situado como un signo de purificación y castigo divino, pero en el grabado es
presentado como un símbolo de poder. La remisión a los autos de fe y al repertorio del
suplicio público intensifica la inteligibilidad moral para el lector europeo, mientras que la
estratificación en los planos subraya la administración del castigo como espectáculo.
En términos rericos, la lógica del escarmiento aparece como fundamento del orden.
En el studium, la muerte es un especculo punitivo, con los conquistadores en
posiciones dominantes y los indígenas en poses de vulnerabilidad. El punctum radica en
los cuerpos que se están quemando, cuya representación intensifica la percepcn del
castigo en tanto acto de deshumanización. Al remitir a los autos de fe inquisitoriales, esta
violencia establece un correlato con el cristianismo y la vincularía con la narrativa de
denuncia de la Leyenda Negra.
En suma, las igenes exhiben meticulosamente el sufrimiento y refuerzan la gica
del escarmiento como mecanismo de sometimiento, en otras palabras: forman parte del
lenguaje visual del poder colonial. Esto nos lleva a concluir que el uso reiterado de la
muerte no solo legitima el orden por el terror, sino que deja entrever la fragilidad del
relato de conquista, pues necesita dramatizarse una y otra vez para sostener su propia
evidencia. Las imágenes configuran una memoria que revela los excesos y da lugar a
Fig. 15. Indígenas en la hoguera, Grabado de América, vol. VIII, Caribe,
Theodore de Bry, p. 308.
Eric Francisco Salazar Lisboa
100
respuestas ambivalentes. Leídas en conjunto, demuestran cómo la espectacularización
colonial articula pedagogías del castigo, sensibilidades y repertorios editoriales que
facilitan su resemantizacn en mercados y confesiones diversas. Por lo tanto, estamos
ante una maquinaria de persuasión que funciona también en términos de acusacn contra
la violencia que narra.
Conclusión
El alisis permite establecer tres conclusiones. En primer lugar, la muerte opera
como un dispositivo de legitimación. En esta vertiente, los europeos se convierten en
espectadores de escenas de ajusticiamientos, sacrificios, antropofagia, etc., que muestran
a los ingenas como sujetos atrapados en ciclos de brutalidad y supersticn. Este efecto
se potencia porque la cultura visual europea del siglo XVI estaba habituada a una
pedagogía del dolor que confería al castigo un valor demostrativo y ejemplar, y porque el
taller activó convenciones que maximizaron la legibilidad del escarmiento. De ahí que la
muerte no solo sea tema, sino un mecanismo que arma el consenso en torno a la
necesidad de corregir y dominar.
En segundo lugar, la configuración visual de los grabados se articula mediante
convenciones iconográficas reconocibles para el público europeo, asegurando su
interpretación dentro de esquemas preestablecidos, por ejemplo, el imaginario religioso
y hagiogfico, a la vez que reutiliza repertorios csicos para estabilizar la inteligibilidad
moral del especculo. La insistencia en cuerpos fragmentados, ajusticiamientos y
tormentos gene una estica del horror que consoli el distanciamiento entre Europa
y Arica. La repetición de estos motivos revela un proceso de estandarizacn en que
la imagen de la muerte se erig como un código visual reproducido en distintos contextos
y capaz de ser resemantizado según agendas editoriales y confesionales.
Finalmente, la contralectura evidencia la fragilidad del sistema colonial. Su insistencia
en la represión y el castigo revela un orden que necesi dramatizarse una y otra vez para
sostenerse. Esta ambivalencia no invalida el programa legitimador, sino que lo complejiza
por cuanto los grabados justifican y, simulneamente, problematizan la conquista. Su
eficacia se explica tanto por el dispositivo visual como por el entorno confesional que
politizó la circulación y la lectura, con mercados diferenciados y pomicas intereuropeas.
De a su centralidad en la Leyenda Negra y su potencia como artefactos
propagansticos
52
; pero también su capacidad para activar afectos de compasión que
desbordaron el circuito polémico.
Las implicancias metodológicas también se consolidan por cuanto la combinación de
Panofsky y Barthes permitió reconocer, simultáneamente, la arquitectura del sentido y la
econoa afectiva del especculo; el studium organi la función pedagógica-ideológica
y el punctum seña los dispositivos de conmoción que sostuvieron la
espectacularizacn. Al situar el alisis en el horizonte de los imaginarios, se inten no
sobredimensionar el efecto unívoco de las imágenes, incorporando matices sobre
evangelización y sincretismos, así como alianzas y mediaciones políticas que complejizan
la narrativa de un dominio exclusivamente violento. En otras palabras, la lectura
iconográfica-rerica funcio como un prisma para observar la construcción y
circulación de la diferencia colonial, sin disolver la densidad hisrica del proceso.
Finalmente, la espectacularización colonial explica tanto la eficacia persuasiva de los
grabados como su plasticidad semántica. El mismo dispositivo permitió, según contextos,
justificar el castigo o denunciar el exceso, fundar pedagoas del orden, nutrir pomicas
52
De María y Campos Adorno, 2022: 28.
Tras la sombra de la muerte en la conquista de América: Theodore Bry y la espectacularización colonial
101
antihispánicas y abrir el campo para reconocer la agencia indígena. De esta manera, las
imágenes no solo fijaron la percepcn del continente mediante códigos que devinieron
en patrones de larga duracn, sino que además contian siendo claves para comprender
la relación entre imagen, violencia y discurso en la configuración de la memoria visual.
Los grabados muestran cómo la muerte devino en una puesta en escena destinada a
generar fascinación, miedo y control, y que, al mismo tiempo, deja entrever las fisuras del
dominio que pretendía afianzarse.
Eric Francisco Salazar Lisboa
102
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