Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte, 14, 2025, pp. 391-395, ISSN: 2255-1905
GARCIA-LUENGO MANCHADO, Javier:
La iconografía cristiana
en el arte español y mexicano de los siglos XX y XXI. Encuentros y
paralelismos desde la tradición histórica a la actualidad social.
España-México, Océano Atlántico editores, 2024. ISBN 978-84-
1292856-3-2.
FUENSANTA GARCÍA DE LA TORRE
Directora del Museo de Bellas Artes de Córdoba, 1981-2012
Academia Andaluza de la Historia
Tras los correspondientes apartados
introductorios redactados por Ramon de la
Campa Carmona, Nora Ricalde Alarcón y
Cristina Sánchez Aguilar, el Dr. García-
Luengo Manchado afronta diferentes
capítulos que, como bien indica, proceden
de la reelaboracn y actualización de otros
textos suyos realizados entre 2015 y 2023.
Comienza vinculando el arte español y el
mexicano, con las necesarias referencias a
autores procedentes de otros ámbitos
geográficos y las interrelaciones estéticas e
iconográficas entre ellos, manifestando que
es una iconografía que con menos
frecuencia de la deseada, artistas de
diferentes disciplinas han tratado desde
ópticas e intereses diferentes.
A lo largo de siete capítulos y un epilogo,
completados con la bibliografía utilizada,
desarrolla su narrativa a través de diferentes
momentos de la vida de la Virgen María y de
su hijo Jes y su plasmación en los ámbitos
geográficos y la cronología indicada.
La cuarta estacn del Viacrucis: El encuentro
entre Cristo y María en la calle de la Amargura
desde la perspectiva del arte contemporáneo nos
aproxima, en primer lugar, al tratamiento del tema en el cine, desde El evangelio según san
Mateo de Pier Paolo Passolini (1964) a La pasión de Cristo de Mel Gibson (2004) analizadas
desde los textos bíblicos que inspiran a ambas desde el expresionismo del italiano a la
sensibilidad del norteamericano.
Fuensanta García de la Torre
392
Valorando desde la diversidad algunas obras de fines del XIX europeo que influyen en
maestros españoles que aqinteresan. Nos acerca al arte español en esta cuarta estación
del Viacrucis a tras de Teresa Peña Echeveste con una representación en la que
expresionismo y cubismo se resalta en sus pinturas mediante el reflejo de su propia
religiosidad. Algo similar a lo que sucede con Martin Ruiz Anglada, Ruizanglada, pintor
cuyo cromatismo y gestualidad lo aparta de detalles para llevarlo a una esencial
significación religiosa.
Avanzando hacia el siglo XXI establece García-Luengo diversos ejemplos del tema
como motivo iconogfico que continúa preocupando e interesando al arte actual” con
desarrollo de esticas muy diversas según los diferentes creadores.
Para analizar El signo de la cruz en la pintura española y mexicana del siglo XX: historia y cultos
compartidos parte de la realidad política, social y religiosa de ambos países en el siglo XX,
reflexionando cómo algunos de los s trágicos episodios acaecidos llevan a “la
dimensión redentora de la cruz […] ha llamado la atención de múltiples autores a un lado
y otro del Atlántico”, independientemente de sus creencias.
Reflexión trasladada a las pinturas de Ignacio Zuloaga como eco de la Generación del
98, que tiene en el Cristo de Velázquez de Unamuno un potente ejemplo literario. Intes
por la representación de la Cruz que recogen igualmente pinturas de José Gutiérrez Solana
o grabados de Darío de Regoyos.
Atrdo por la Generación del 98, el mexicano Ángel Zárraga llega a España sintiendo
atracción por sus pintores del siglo de oro y trasladando a sus pinturas murales o de
caballete en México, España o Pas un singular sentimiento religioso entre los que
también se representa la cruz y, como se ve en el correspondiente catulo, la imagen de
la Virgen Dolorosa.
El análisis de Picasso y su simbólico Guernica se afrontan desde una lectura que vincula
diversos elementos de la composición a la iconografía sagrada, presente también en sus
diferentes versiones del Crucificado.
El versátil Salvador Dalí aborda igualmente la representacn de la cruz desde su
peculiar surrealismo, fundamentalmente en su Cristo de san Juan de la Cruz inspirado en el
dibujo atribuido al místico castellano. Volviendo al siglo de oro Antonio Saura realiza
diferentes Crucifixiones como tema recurrente en su pintura durante varias cadas, con
evocaciones al conocido como Cristo de san Placido de Velázquez. El uso de la cruz en
diversas pinturas de Antoni Tapies se refleja en una interpretación bien distinta, definida
por el propio maestro catalán como una imagen tradicional de la meditación, de la
síntesis, de la combinacn y de la integracn de lo distinto”, manifiesta en la
espiritualidad presente en su obra.
Frente a estos ejemplos españoles en México, Diego Rivera, Alfaro Siqueiros o
Clemente Orozco proyectan sus grandes ciclos de pintura mural para edificios blicos.
Sedesde su compromiso social y político quienes “desde una perspectiva netamente
humana, mostrasen respeto y admiración por la figura de Cristo y la cruz, exaltando más
allá de su trascendencia espiritual, la figura de Jesús y la Pasión, como paradigma de quien
muere por defender la justicia socialy como tal lo llevan a algunas de sus pinturas que
deben interpretarse desde perspectivas no siempre concurrentes.
os después y alejado del muralismo oficial, Manuel Rodríguez Lozano parte de la
iconografía cristiana para una Piedad, situada en origen en la rcel donde estaba
prisionero, a la que a pesar de su evidente intencionalidad profana terminan rezando los
presos de Lecumberri.
Tras el análisis histórico del origen de la devoción de la Virgen Dolorosa y las
iconografías que de ella derivan, el Dr. García-Luengo reflexiona sobre La Dolorosa y la
devocn a la a matris en el imaginario artístico mexicano y español del siglo XX. La Orden de los
Siervos de Maa y la Tercera Orden Servita, en Espa como en Arica, contribuyen a
la difusión del tema desde el ámbito religioso, sin olvidar la aceptación en la piedad
popular y su repercusn antropológica.
Reseña: GARCÍA-LUENGO MANCHADO, Pedro: La iconografía cristiana en el arte español y mexicano
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Diferentes ejemplos se analizan en el texto, resaltando entre ellos a la mexicana Frida
Kahlo y algunas de sus pinturas como La dos Fridas, mencionada por el autor con
referencias implícitas al tema, tanto en su recuerdo de pinturas renacentistas y barrocas
como en la representación de corazones.
De nuevo, los muralistas mexicanos representan en su pintura social temas que se
pueden reinterpretar bajo una simboloa del dolor, trasladado a diferentes murales de
Manuel Rodríguez Lozano, Alfaro Siqueiros o Francisco Goitia y sus pinturas como La
tragedia en el desierto, Accidente en la mina o Tata Jesucristo pintados en un contexto funerario
que evoca temas interesados en esta publicacn.
La Generacn del 98 y el Modernismo no quedan ajenos a esta iconografía y
numerosos ejemplos lo constatan. En Cataluña, Antonio Gaudí, Josep Llimo y los
creadores del Circle Artistic de San Lluc, reflejan en sus composiciones como “la imagen
sagrada trascendía la mera ilustración más o menos literaria de un episodio, para
convertirse en un medio cuasi ascético, espiritual”. Ejemplos manifiestos en obras de José
Gutrrez Solana, cuyas procesiones castellanas son especialmente singulares y entre ellos
las Dolorosas reflejando el abatimiento de una madre ante el sufrimiento y muerte del hijo.
Bien distinta es la interpretación del tema en el cordos Julio Romero de Torres, que
escasamente representa temas religiosos, aunque muchas de sus iconograas y
composiciones profanas tengan evidentes connotaciones religiosas. Su Dolorosa es para el
autor “una alegoría tan poética como evocadora al reconocer en la angustia de María el
desconsuelo de cualquiera de las féminas que inspiran su pintura”.
Continuando en el ámbito andaluz Federico García Lorca lleva a sus dibujos y poeas
el dolor de Maa reflejado en Paso de la Virgen de los siete dolores y el Poema del Cante Jondo.
Temas que Salvador Dalí, alumno de Romero de Torres y amigo de Lorca, reinterpreta
bajo su peculiar concepción de algunos temas religiosos al igual que Picasso.
Tras el análisis de los precedentes hisricos como potente símbolo de la iconografía
cristiana, se analiza La Piedad: mefora del dolor divino en las artes de la imagen de México y España
durante la pasada centuria en la que de nuevo aparecen artistas ya citados.
La dualidad presente en Romero de Torres reaparece con El pecado y La gracia, esta
última a modo de piedad laica con reflejos compositivos de algunos maestros europeos
desde el tico reflejados en una pintura de 1915, en una interpretacn tan irreverente
como apasionada del Sexto Dolor de la Virgen”.
De nuevo Picasso y el Guernica reaparecen con su representacn profana de la Piedad
mostrando el dolor de una madre y su hijo, al igual que hace la ya citada Teresa Peña
Echeveste.
Es importante mencionar aq el reflejo del tema en referencias escultóricas, como es
el caso de Juan de Avalos y su Piedad del Valle de Cuelgamuros reinterpretada
posteriormente desde la transgresión de algunas versiones realizadas en la transición
espola. Ades de las potentes y polémicas imágenes representadas en la Piedad de Jorge
Oteiza, se recuerda el significado fúnebre de las representaciones de la madre y el hijo de
Victorio Macho como ejemplo sobresaliente del realismo castellano en sus obras de
Santander o Madrid.
La fotografía contemponea no es ajena a lo que ocupa al autor tal como manifiesta
al citar a Fernando Bayona o “las metáforas de las tragedias actuales” de Manu Bravo y
Samuel Aranda.
Sin olvidar ejemplos como los de Marina Abramovic en sus performances
autobiográficas llevadas en aln caso a evocaciones de la Piedad de Miguel Ángel como
hizo igualmente Salvador Da
Concluye el capítulo con una interesante reflexn sobre la trasposición de la Piedad
como iconografía religiosa para asumir “una relectura exclusivamente humana […] nos
permite identificar la cara de Dios con el rostro de nuestros semejantes”.
Fuensanta García de la Torre
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Volviendo a la Virgen como protagonista de diferentes repertorios psticos se afronta
La tierra de María Sansima en la cultura popular mariana en torno a la Edad de Plata: la Generación
del 98 y del 27, analizando el contexto cronogico entre ambas generaciones desde distintas
perspectivas para analizar la significación este tema mariano. Los debates entre tradición
y modernidad, luchas sociales y fuertes cambios que se producían a nivel mundial tienen
evidentemente su reflejo en nuestro país, donde intelectuales y artistas de distintos
ámbitos suponen un impacto cultural importante desde los considerados “centro y
periferia”.
La complejidad y diversidad de la tradición religiosa española y los cambios producidos
desde fines del XIX hasta las primeras décadas del XX, son analizados por García-Luengo
Manchado desde esa tradición religiosa hasta el proceso progresivo de secularización,
permaneciendo una fuerte piedad popular que tiene su reflejo en las artes psticas y la
literatura.
Analiza el autor estas reflexiones previas a partir de la “tradición mariana en la
intrahistoria de la Generación del 98”, algunos de cuyos pintores abordan iconografías
marianas más desde un interés antropogico y estético que religioso. Ejemplos de ello se
presenta Darío de Regoyos en Viernes Santo en Castilla o en los grabados de la semana santa
que ilustran su España negra. Notas de viaje de Emile Verhaeren. Como también lo hace desde
la llamada España blanca Sorolla para sus Visiones de Espa de la Hispanic Society y entre
ellos Sevilla. Los nazarenos con la potente luz del valenciano mezclando elementos de
diferentes hermandades y reflejando a la Dolorosa bajo palio como simbólica imagen de
la devoción mariana en Sevilla. Reaparece la Dolorosa igualmente en José Gutiérrez Solana
y su expresionista visn de la semana santa castellana.
Y vuelve a la escena Romero de Torres con dos importantes pinturas. La iconografía
de la Asuncn llevada a la Virgen de los faroles desde el s estricto sentido religioso y
Nuestra Señora de Andalua repitiendo la dualidad patente en su producción, personificando
una mujer al territorio andaluz en una iconografía y composición de clarísimas
reminiscencias religiosas.
La Generacn del 27 y sus escritores y artistas psticos nos ofrecen la representacn
de la Virgen en diversos ejemplos de la ilustración gfica y el cartelismo español,
presentando ades a García Lorca en obras ya citadas o a Rafael Alberti en su dibujo de
Nuestra Señora de la Cinta, vinculado por el autor a Gregorio Prieto, el simbólico pintor de
la Generación del 27, que presen a Lorca a Alberti y este dibujo.
Prieto, amigo de los principales autores del 27, plasma en su producción pstica
distintos temas marianos enraizados en la religiosidad popular vinculados especialmente
por García-Luengo con algunos textos de Gerardo Diego. Bastantes representaciones de
la Virgen jalonan la producción del artista manchego, destacando su representación de la
sevillana Esperanza Macarena y por supuesto la Virgen de la Consolación patrona de su
Valdepeñas natal, que sirve para enlazar con el capítulo Una iconografía mariana en el contexto
de la Generación del 27: el pintor Gregorio Prieto y la Virgen de la Consolación, en el que partiendo
de los postulados estéticos de los creadores de la Generacn del 27 se analizan los
orígenes e influencias manifestadas en sus creaciones literarias o psticas, con una vuelta
a la tradicn del siglo de oro sin olvidar el llamado neopopularismo que define muchas de
sus creaciones.
Encaja aq perfectamente el pintor y su tratamiento de los temas marianos
relacionados con otros de los citados de Lorca o Alberti, pero que tendn una especial
presencia en las representaciones de la Virgen de la Consolación, motivo permanente de su
veneración de la que deja constancia en textos personales en diferentes momentos vitales,
con un significado religioso pero también estico que refleja en dibujos, oleos, litografía
o collage recogiendo las diferentes visiones del maestro sobre su gran devoción mariana
presente en toda su trayectoria al margen de sus circunstancias vitales o sus preferencias
estéticas.
Reseña: GARCÍA-LUENGO MANCHADO, Pedro: La iconografía cristiana en el arte español y mexicano
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En el último capítulo un versículo del evangelio de san Lucas Este hermano tuyo estaba
muerto y ha vuelto a la vida”: la misericordia en el arte contemporáneo da pie a un texto que analiza,
partiendo desde los debates previos a la Constitución europea y un texto del Papa Juan
Pablo II, la misericordia en tiempos de guerra bajo la perspectiva del arte que enlaza con
la pabola del hijo prodigo como mefora contemporánea de la misericordia.
Reaparecen nombres de artistas y obras mencionadas en capítulos anteriores. Siempre
presente Picasso y el Guernica, poniendo de manifiesto el dolor de una madre ante la
muerte del hijo en el lienzo. Miró y Dalí llevan, desde sus obras relacionadas con la
misericordia, hasta quienes enfrentan el reflejo del tema que ocupa el final del libro, como
el caso de Ciencia y Caridad de Picasso, el Guerrero orante de Francisco Toledo, San Juan de
Ávila de Martin Ruiz Anglada, los llamados paredones de Antoni Tapies, El perpetuo regreso
(El regreso del Hijo prodigo) de Guillermo Pérez Villalta o el ejemplo reciente de arte urbano
en Amor y desenclavos de Denisdue.
Además el autor considera necesario citar ahora artistas que llevan a su producción el
reflejo de una Europa a la que el siglo XX golpea inmisericorde con bastantes episodios
de guerra y violencia, como Eugenius Zak, Arturo Martini, Marc Chagall, Giorgio de
Chirico, Emil Nolde o Max Beckmann.
Buena eleccn es finalizar con El abrazo de Juan Genovés, obra que tan bien refleja y
“exalta el perdón y la reconciliacn, en definitiva la misericordia”.
Cierra la publicación un Epílogo en el que el autor a modo de resumen plantea como los
creadores españoles y mexicanos a tras de las siete iconografías analizadas pueden haber
planteado desde el arte o desde la fe o desde ambos, finalizando con la reflexión de cómo
las artes de la imagen, antes y ahora, enfrentan a grandes preguntas, “sin obviar, antes al
contrario, las referencias cristianas significadas en su repertorio e iconografía”.
Nos encontramos ante un interesante libro, producto de años de investigacn de su
autor, en el que arte y fe se plantean desde perspectivas y estéticas muy diversas,
interpretando temas comunes por artistas españoles y mexicanos durante los siglos XX y
XXI desde la fe o desde el arte, pero también desde un ámbito compartido de fe y arte.