Ángel Justo Estebaranz y Lucía Pérez García
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Prolífico y exitoso en toda clase de géneros
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, fue el western el que marcó su carrera.
Primero con Duelo al sol (King Vidor, 1946) y Río Rojo (Howard Hawks, 1948), cuya música,
pese a estar más cercana a la tradición americana, ya aportaba elementos novedosos. Más
tarde, su partitura para Solo ante el peligro supondría un punto de inflexión en la música del
western. Su concepción de la banda sonora basada en una canción, cuya melodía y letra van
siguiendo el argumento, se impondría durante toda la década de los cincuenta
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. Tan solo al
final de la misma, el desgaste de la moda y la llegada de Jerome Moross y Elmer Bernstein
con Horizontes de grandeza (William Wyler, 1959), y Los siete magníficos (John Sturges, 1960)
respectivamente, acabarían con el reinado de Tiomkin en el western. Y sin embargo, todavía
estaban por llegar películas como El Álamo (John Wayne, 1960), cuya influencia en el
spaghetti western fue decisiva
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.
Marcado por la faceta comercial de sus canciones
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, no fue esta su única y más importante
aportación al género del Oeste. También lo fueron el color, los timbres y las tonalidades.
Tiomkin manejó con habilidad toda una serie de elementos y recursos musicales que se salían
de la tradición clásica hollywoodiense. Consiguió que sus películas empezaran en pianissimo,
llegó a eliminar las cuerdas de la práctica totalidad de la música de Solo ante el peligro
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, utilizó
instrumentos tradicionales americanos junto a la orquesta sinfónica, dándoles un mayor
protagonismo; utilizó la voz humana de múltiples formas, simuló ruidos…, y todo ello sin
dejar de ser, ante todo, “europeo”.
Metodología
La metodología empleada para la elaboración de este trabajo es de carácter mixto
deductivo-inductivo. Basándonos en las características de la música del spaghetti western
apuntadas en la literatura sobre el tema, y de la experiencia en este tipo de estudios
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, pudimos
construir el sistema de categorías de análisis, que incluye los componentes musicales
utilizados por Tiomkin en las obras para cine, y una vez establecida y comprobada su
operatividad se procede a la tarea de análisis para determinar los componentes musicales de
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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Trabajó en multitud de ocasiones en el género de suspense, destacando las cuatro colaboraciones con
Alfred Hitchcock: La Sombra de Una Duda (1943), Yo Confieso (1953), Extraños en un Tren (1951) y Crimen Perfecto
(1954). Compuso bandas sonoras de películas de terror: El Enigma de Otro Mundo (Christian Nyby y Howard
Hawks, 1951); cine negro: La Noche Eterna (Anatole Litvak, 1947); bélico: Los Cañones de Navarone (J. Lee
Thompson, 1961) o los varios documentales propagandísticos de la Segunda Guerra Mundial; aventuras: Tarzán
y las Sirenas (Robert Florey, 1948); comedia: Vive Como Quieras (Frank Capra, 1938); deporte: El Ídolo de Barro
(Mark Robson, 1949); histórico: La Caída del Imperio Romano (Anthony Mann, 1964); animación: Rhapsody of Steel
(Carl Urbano, 1959) y drama: Escrito en el Cielo (William A. Wellman, 1954).
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Lo que comenzó con Solo Ante el Peligro, llegó al culmen en Duelo de Titanes (John Sturges, 1957), donde la
totalidad de la banda sonora está basada en la canción principal, la cual se divide, como la película, en tres actos.
Los otros westerns de Tiomkin que siguieron más de cerca este modelo fueron: Soplo Salvaje (Hugo Fregonese,
1953), La Pelirroja Indómita (Mervyn Leroy, 1955) o El Último Tren de Gun Hill (John Sturges, 1959). Otras
películas, si bien llevan una canción o tema principal, presentan una mayor variedad temática.
Entre otros, algunos de los westerns que siguieron su estela fueron: Johnny Guitar (Nicholas Ray, 1954), con
música de Victor Young; El Hombre de Laramie (Anthony Mann, 1955) y El tren de las 3:10 (Delmer Daves, 1957),
ambas con música de George Duning; o Centauros del Desierto (John Ford, 1956), con música de Max Steiner.
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Cumbow, 1982: 193. Padrol, 1998: 153.
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Algunas de las canciones de Dimitri Tiomkin para el western consiguieron records de ventas,
convirtiéndose no solo en una llamada para que el público asistiera a las salas de cine, sino en grandes éxitos
comerciales que lanzaron y relanzaron la carrera de varios cantantes. Ejemplo de ello son las canciones de Solo
ante el peligro, La gran prueba o Rawhide.
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No obstante, el tema que acompaña a Amy Kane sí lleva sección de cuerdas.
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En el trabajo “Del Japón feudal al planeta Akir: Estudio comparativo de la música en “Los siete samuráis”
y sus remakes americanos” (2015) realizamos un análisis categorial que ha servido de base para este texto. Véase
Justo Estebaranz/Pérez García, 2015: 159-166.