Fiesta y celebraciones luctuosas en la Catedral de Sevilla
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todo lo concerniente a este acto se nombró un comité que recibiría al prelado cuando llegase
a la ciudad, formado por los canónigos don Luís Federigui, arcediano de Carmona, don Juan
Antonio del Alcázar y el racionero don Juan Bonifás.
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Esta diputación recibió a Palafox con
grandes agasajos en Carmona, predicándose sermones panegíricos donde se exaltaba la
grandeza del eclesiástico y la buena suerte de la archidiócesis por tener un prelado de ejemplar
virtud. En un acto puramente protocolario, el deán pidió perdón por los posibles errores
cometidos durante el ejercicio de su gobierno en sede vacante, dando por concluida su
función.
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Como caso curioso, citar que a don Jaime de Palafox se le olvidó en el convento
de la Encarnación de Carmona su palio y el armiño, dignidad concedida por el Papa para
arraigar a ciertos prelados a la cátedra de San Pedro.
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Una vez llegado el arzobispo a Sevilla recibió una carta de su secretario en la corte de
Madrid, don Pablo Ressi del Castillo, con fecha de 22 de mayo de 1685. En ella, le informaba
de diferentes cuestiones y le mandaba 120 reales de anticipo para que se lo diese al tesorero
de la Capilla Real, ya que el arzobispo debía dar la citada cuantía a la sede hispalense a su
llegada, sin mencionar el documento en concepto de la deuda. En cualquier caso, cita el
documento, que la cuenta de los gastos de don Jaime de Palafox durante su viaje de Italia a
España fue tremendamente modesta y austera.
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El año de 1686 traerá el desafortunado fallecimiento de don Diego del Castrillo, confesor
y amigo de don Jaime de Palafox. Esta figura fue decisiva en el desarrollo eclesiástico de la
carrera de Palafox. Murió el arzobispo de Zaragoza el 9 de junio, habiendo ocupado cargos
relevantes en la administración eclesiástica como canónigo de la catedral de Sevilla, como
auditor en el tribunal de la Rota y como obispo de Cádiz, de donde pasó finalmente a la
diócesis cesaraugustana. Fue don Diego quien impulsó a Palafox a tomar la mitra del
obispado de Palermo y no hay duda de que mediase, gracias a sus buenas relaciones con la
monarquía y con el papado, para su elección como cabeza de la archidiócesis hispalense. Así
pues, el fallecimiento de su protector produjo una gran congoja al arzobispo y éste decidió
realizar una ceremonia solemne en la catedral en la que recordó los grandes logros de este
ilustre personaje.
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Idem: 35, en cabildo celebrado el jueves 5 de abril de 1685.
10
Idem: 38, en cabildo celebrado el mismo sábado día 14 de abril de 1685
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A.G.A.S., “Carta de don Pedro Valero a don Jaime de Palafox y Cardona sobre el palio de su Ilustrísima,
con fecha de Madrid 10 de abril de 1685”, en Correspondencia escrita por el arzobispo don Jaime de Palafox y Cardona
(1685- 1695), Fondo arzobispal, Sección II Gobierno, Serie Asuntos Despachados, Legajo 15.954, Expediente
1, doc. s/f. ”Y habiéndose quedado por olvido en el convento de la Encarnación el palio de su Ilustrísima,
envió mi señora la priora el martes pasado recado a don Juan de Terán para ver si podía ir a recogerlo con el
correo ordinario, dificultolo don Juan respecto hasta el jueves siguiente pasado que me lo envió a decir su
señoría la madre María, y con el cuidado que estaba de lo que perjudicaba a su Ilustrísima este olvido, sentí no
haberlo sabido el martes, pues no hubiera tenido inconveniente haber enviado el palio con el correo ordinario
para que lo tuviera su Ilustrísima en su poder. Y no habiendo quedado más arbitrio para la seguridad y brevedad
de esta reunión que la de despachar correo extraordinario, me pareció suspenderlos hasta la última hora de
precisión por si esto se podía lograr sin costa alguna, con la ocasión de algún extraordinario que se despachase
por su majestad. Esto no se ha podido lograr hasta ahora, y siendo la última que hay, para que vuestra Ilustrísima
no se halle con el sin sabor de no poder celebrar el Domingo de Ramos me ha parecido, por mi obligación por
el precepto de mi señora la madre María, y por las instancias de mi señora la priora, despachar este
extraordinario. No obstante, no venir en ello don Esteban, quien ha rehusado dar dinero para ello, y aunque
también lo hiciera por excusar a vuestra Ilustrísima este gasto, me ha parecido pensar más en el desazón con
que vuestra Ilustrísima se hallaría, no pudiendo lograr la función del Domingo de Ramos, a que se añade la
suma pena con que he visto por la presunción de satisfacer a mi señora la madre María, y también a mi señora
la priora, que me dijo despachase el extraordinario, que su señoría dará el dinero para él; No me pareció justo
permitirlo, despachándole yo, como lo hago, y suplico a vuestra Ilustrísima dispense esta determinación, si
tuviere por los motivos que le llevo referidos me han movido a ello. También remito con el mismo
extraordinario una caja en que van las dos en que van las dos que quedaron olvidadas en que están el pectoral
y los tres anillos de su Ilustrísima”.
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A.G.A.S., “Carta de don Pablo Ressi del Castillo al arzobispo de Sevilla, don Jaime de Palafox y Cardona,
con fecha de 22 de mayo de 1685”, en Correspondencia escrita por el arzobispo don Jaime de Palafox y Cardona (1685-
1695), Fondo arzobispal, Sección II Gobierno, Serie Asuntos Despachados, Legajo 15.954, Expediente 1, doc.
s/f.