Reseña : Montes Ruíz, Ramón. Mateo Inurria
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críticas. Motivadas por las envidias que despertó el joven escultor en el ámbito artístico, las
reacciones negativas vinieron a corroborar, más aun, su gran valía.
El segundo capítulo se centra en el período realista del artista, que discurre durante
la última década del ochocientos llegando a alcanzar el comienzo de la nueva centuria. La
vida de Mateo Inurria transcurre durante estos años en Córdoba, lejos del ambiente social y
artístico nacional. Pese a ello, sigue inmerso en su labor artística al tiempo que inicia su labor
docente como catedrático de las enseñanzas de Modelado de la Figura y Dibujo Antiguo en
la Escuela Municipal de Artes y Oficios, de la que llegaría a ser también director. Asimismo,
emprende trabajos de restauración en algunos monumentos de la ciudad: en el santuario de
la Fuensanta y en iglesia de San Pablo. Junto a esta intensa actividad goza del reconocimiento
de sus paisanos, ingresando como socio de número en la Real Academia de Ciencias, Bellas
Letras y Nobles Artes de Córdoba, y siendo admitido también en otra destacada institución
de la ciudad: el Círculo de la Amistad, Liceo Artístico y Literario.
Tal y como indica el profesor Montes, en lo que respecta a su labor escultórica, esta
etapa se halla marcada por la reflexión, adoptando una actitud autodidacta y de búsqueda de
identidad ante su obra. A ello contribuyó el viaje que efectuó a Francia e Italia en 1896, que
le brindó la oportunidad que conocer numerosas obras artísticas de ambos países. De la falta
de homogeneidad temática, de la que también nos habla el autor, se desprende la diversidad
de géneros escultóricos a los que se entrega durante estos años: desde la escultura religiosa
hasta el retrato, pasando por el monumento conmemorativo, tipología en la que habría de
alcanzar gran éxito. A este respecto, por encargo del consistorio municipal, realizaría un
primer proyecto para un monumento al Gran Capitán. Forman parte de esta fecunda etapa
bellas obras como la que dedicara a santa Teresa de Jesús, titulada Vivo sin vivir en mí,
actualmente en paradero desconocido; o la escultura de Lucio Anneo Séneca del Museo de
Bellas Artes de Córdoba. Siguiendo por el sendero del realismo, enviaría a la Exposición
Nacional de Bellas Artes de 1899 una obra realizada en yeso: La mina de carbón, interesante
composición de temática social muy en boga en la Europa finisecular. Abierto y receptivo,
pues, a las nuevas corrientes artísticas, asumió un breve modernismo en algunas de sus
creaciones, como el Mausoleo de Emilio Mariscal y López de Mendoza de la iglesia parroquial de
Martos (Jaén), destruido durante la Guerra Civil; o el bello relieve que decora el actual colegio
La Milagrosa de Córdoba.
La transición de Mateo Inurria al idealismo escultórico es abordada en el tercer
capítulo, constituyendo igualmente un período de intensa actividad que transcurre en
Córdoba durante los primeros años del siglo XX. Su reconocimiento iría en continuo
crecimiento, a lo que se suman los contactos con destacados artistas de la época. A este
respecto, el autor dedica un epígrafe al encuentro del artista cordobés con Auguste Rodin,
por mediación del pintor Ignacio Zuloaga, así como a la breve correspondencia que mantuvo
posteriormente con el afamado escultor francés. En cuanto a su labor artística, sin abandonar
totalmente el realismo y las tendencias formalistas expresadas en obras anteriores, Inurria fue
entregándose a creaciones cada vez más depuradas. Se trata de una fructífera etapa en la que
realizó numerosos bustos de destacados cordobeses de la época: el torero Lagartijo o los
políticos Manuel Reina y Antonio Barroso. Ejecutó también obras de carácter más poético
como Lobo de mar, busto conservado en el Museo de Bellas Artes de Córdoba; panteones y
esculturas conmemorativas como la de Lope de Vega o la Alegoría a La Marina, en el
monumento a Alfonso XII, ambos en Madrid; así como un nuevo proyecto para el
monumento al Gran Capitán en Córdoba, del que Ramón Montes nos ofrece un
pormenorizado estudio acompañado de valiosas ilustraciones.