Jesús Porres Benavides
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Desde el Puerto de Sevilla se cargaron anualmente muchos objetos que podríamos clasificar
como “artísticos” y que crecieron exponencialmente tras el descubrimiento de América.
Como bien investigó López Martínez
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, se ha atestiguado este tráfico de obras no sólo de
escultura y pintura sino también de cerámica e incluso paños.
Según la documentación, las obras escultóricas han sido muy variadas y de temática y
dimensiones diferentes, aunque casi exclusivamente limitadas al campo de la imaginería.
Retablos con sus arquitecturas, imágenes de bulto redondo y relieves, imágenes procesionales
y de devoción particular, etc., fueron la mayoría de las piezas que se enviaron a América.
Aunque más adelante se realizará algún sepulcro, fuente o estatuas con temática mitológica
o profana, siempre tendrán un carácter muy minoritario
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. La mayoría de esta obra fue
realizada en madera, aunque también consta la existencia de algunas imágenes en otros
materiales moldeables como el barro, la cera o la pasta de papel o incluso en piedra, aunque
esto último fue menos común.
La temática religiosa en dichas esculturas, ligada al movimiento evangelizador que se
desplegó en América y a las nuevas pautas impulsadas por el Concilio de Trento, fue muy
variada: Vírgenes con Niño, Cristos en distintos momentos pasionales (por supuesto
crucificados)
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, Niños Jesús
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(una iconografía en auge post-tridentino) y un gran repertorio de
santos.
Fruto de este proceso evangelizador en América surgieron numerosas iglesias, capillas o
ermitas que hubo de decorar
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. A esto unimos la proliferación de conventos y monasterios en
las grandes ciudades donde las órdenes establecían su sede y la creación de colegios. Por ello,
se necesitaron grandes cantidades de esculturas y retablos para “amueblar” estas sedes, sin
hablar de los hospitales y hermandades
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que por supuesto también requirieron de la creación
de sus imágenes titulares con sus con sus respectivos retablos
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. En lo que a escultura respecta,
hay que reseñar que aparte de la de origen sevillano, hubo otros focos importantes como el
italiano o el castellano, que también influyeron en la plástica americana, aunque sin duda los
talleres de nuestra ciudad tuvieron un papel fundamental.
No es de extrañar este papel preeminente de los talleres sevillanos en las nuevas tierras
conquistadas, debido principalmente a la centralización en esta ciudad del comercio con las
Indias y la salida de barcos por el río Guadalquivir. Emilio Harth-Terré nos comenta que, de
la gran cantidad de escultores provenientes de España durante el XVI que llegaron al Perú,
una gran parte eran sevillanos (como por ejemplo Cristóbal de Ojeda que llegó en 1555 y
falleció en Lima en 1578) o al menos casi todos embarcaron desde Sevilla
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.
También interesante es el papel pedagógico que tuvieron algunos de estos artistas como
Matías de la Cerda “español, notable esc ultor, que venido de España muy a principio de la
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
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En el Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla o en el Archivo General de Indias
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Interesante es por ejemplo el encargo a Marcos de Cabrera de tres escudos de piedra “que tiene hecho
para las Yndias” en 1596. Amador Marrero/Pérez Morales, 2007-2008: 87-98.
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Ya presentamos este Crucificado que se encuentra en la sala capitular de la antigua Universidad de San Marcos de
Lima, obra
probable sevillana del 2o tercio del XVI y estilísticamente cercanas a obras como el Crucificado de Almensilla
o el Cristo de la
Salud de Écija. Porres Benavides, 2014: 182
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Tenemos por ejemplo la noticia de que Pedro Cano de Casaus envía a Cartagena de Indias “cuatro figuras del niño Jesús y
una figura de nuestra señora de peltre” o Gaspar Luis “tres dozenas de figuritas de azabache” a la misma ciudad. Quintana
Echeverría, 2000: 105.
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Es interesante el testimonio que hace Francisco Gómez de Marro, natural de Ciudad Rodrigo y residente “más tiempo
de catorce años” en las provincias del Perú, a propósito de la falta de maestros de imaginería en aquellas tierras comentaba en
1553: “en aquellas provincias no hay las dichas imágenes sino las que de España se llevan, las cuales son muy caras y hacen mucha
costa y no pueden ser habidas...”. Sánchez Sánchez, 2013: 189
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Es interesante como también exportaron imágenes con las devociones locales como la Virgen de la Antigua, en
ocasiones,
de mano de pintores de primera fila como Alejo Fernández, Sturmio y Pedro de Campaña. Sánchez Sánchez, 2013: 194. A propósito
del tema de la influencia que tuvieron las hermandades sevillanas en las americanas véase Bernales
Ballesteros, 1986: 51-80
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Porres Benavides, 2014: 182
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En esta época es interesante cómo los gremios artísticos sevillanos intentan bloquear estas relaciones con América,
defendiendo la exclusividad y monopolio de estos negocios, aunque en legalidad este monopolio no existía. Así se explica
el
progresivo empobrecimiento de estos talleres en el XVIII cuando se traslada la Casa de Contratación a Cádiz.
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