LA ESCRITURA COMO IMAGEN: EL GESTO CALIGRÁFICO COMO RADIOGRAFÍA DE
ASPECTOS DE VIDA Y OBRA DE LA ARTISTA COLOMBIANA EMMA REYES
.
MARÍA DEL PILAR VERGEL CASTILLA
Pontificia Universidad Javeriana Cali
ADRIANA MARÍA RÍOS DÍAZ
La Sucursal.clo - espacio de arte contemporáneo
Resumen
Con este artículo se busca establecer el vínculo entre escritura, caligrafía y obra de arte de la
artista
colombiana Emma Reyes (Bogotá, 1919 Burdeos, 2003), a partir del estudio de fuentes primarias y
secundarias (cartas manuscritas, testimonios de entrevistas y referencias textuales
en publicaciones
sobre arte y periodismo) y su correlación con el todo grafológico para la
lectura y caracterización
de su caligrafía, y así revelar aspectos autobiográficos y biográficos
relacionados con su obra
.
Palabras Clave
Escritura, caligrafía, obra de arte.
WRITING AS PICTURE: THE CALLIGRAPHIC GESTURE AS A DEPICTION OF THE ASPECTS
OF
LIFE AND WORK OF THE COLOMBIAN ARTIST EMMA REYES.
Abstract
In this article we are looking to establish a bond between writing, calligraphy and work of art
of
colombian artist Emma Reyes (Bogotá, 1919 Burdeos, 2003), based on a study of primary
and
secondary sources (handwritten letters, interviews testimonies and textual references
within art
and journalism publications) and their correlation with the graphology method for
reading and her
calligraphic characterization to reveal autobiographical and biographical aspects related to her
work.
Key Words
Writing, calligraphy, work of art.
D
“La vida no es la que uno vivió, sino la que uno recuerda y cómo la recuerda
para contarla”
Vivir para contarla, 2002. Gabriel García Márquez (1927-2014)
Desde la escritura, Emma es única, como únicos fueron sus dibujos y sus pinturas, el principal insumo
de su
creación fueron su vida y sus anécdotas, esas que tanto magnetizaron a sus amigos, allegados,
a la prensa, a la
crítica que no supo comprenderla; precisamente resulta difícil tomar distancia desde
la memoria que dictan las
imágenes, aquellas que marcan una biografía como la de Emma Reyes. Y esto relacionado con las fuentes
documentales que puedan dar testimonio sobre el “carácter” de su
Ucoarte. Revista de Teoría e Historia del Arte, 2, 2013, pp.89-107. ISSN: 2255-1905
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
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caligrafía como radiografía sentida de un estado de ánimo revelado en su obra y en las voces de muchos que
la acompañaron y valoraron desde diversos ángulos, su peregrinaje. Además de contar
con su propia voz, la de
Emma Reyes.
Este artículo se plantea en dos partes fundamentales: la primera, establecer el vínculo entre tres conceptos
presentes en la vida y obra de la artista colombiana Emma Reyes, escritura caligrafía
obra de arte, a partir del
estudio de fuentes primarias y secundarias, en donde está presente la historia
de vida, la anécdota, la voz de la artista,
la voz filial y especializada de muchos personas que ayudaron a complementar y a narrar su biografía. La
segunda, propone el empleo de un método muy poco cercano al análisis de la obra artística, en forma y
contenido, como lo es el método grafológico. Con
este medio, se pretende analizar la caligrafía del artista
con el fin de revelar algunos aspectos
puntuales de su personalidad que están presentes en la construcción
misma de su relato-mito y la
valoración que el medio artístico le dio a su trabajo plástico.
Algunos aspectos fundamentales para conocer a Emma Reyes
La frase del historiador y periodista bogotano Germán Arciniegas “Siendo corrosiva e
inteligentísima, tiene unos aciertos de gracia que la convierten en una fabuladora
incomparable”
1
invita
de entrada a conocer a esta mujer, que tal como la describe, correspondería a una semblanza de escritora. Pero es
el carácter de una artista plástica nacional la que presenta en su cita. Arciniegas se refiere a su amiga Emma Reyes,
artista bogotana que se distinguió en escenarios
internacionales, tanto por su obra como por sus relaciones
entre los artistas de la época; y
especialmente, por el valor que fue tomando su relación con la escritura,
siendo este vínculo con Arciniegas y otros autores, uno de los lazos más estrechos que ella establece en su vida
por la calidad
de los testimonios.
Queda entonces latente la duda sobre su nombre y su connotación en el arte nacional. Emma Reyes es
una artista poco estudiada desde la academia y la investigación independiente a nivel nacional. Lo cierto es
que su vida y obra definen un contexto cultural y artístico en pleno periodo
moderno de la sociedad
colombiana, su incidencia en el campo de las artes y la cultura es importante,
así la genealogía del arte nacional no
la ubique ni siquiera en un lugar reconocible, como muchos
otros creadores que tomaron un rumbo similar:
emprendieron su periplo formativo y productivo por Latinoamérica y Europa, destinos obligados para cualquier
artista de la época, y Emma Reyes no sólo
fue la excepción, fue la madrina de los pintores colombianos en París y
Roma, la maestra del viaje, de la adaptabilidad, del aprendizaje duro y espontáneo, de las academias extranjeras, de
su paso por el cono sur, Francia Estados Unidos, México, Italia, Israel en la famosa ciudad de Haifa, “Ciudad de
los artistas” y finalmente en Francia donde ubica su último taller en la ciudad de París, lugar que fue descrito por
su misma voz, en artículos de revistas como El Aleph de Manizales, bajo la dirección de
Carlos Enrique Ruiz,
escritor colombiano y amigo cercano de Emma.
Existen muy pocos referentes bibliográficos sobre Reyes y lo particular es que lo poco que se encuentra
es de su mismo puño y letra. Esta particularidad puede constatarse en las pocas fuentes que se encuentran en el
país sobre el artista. Sólo en la Biblioteca Luis Ángel Arango de Bogotá, se encuentran 60 registros, 58 son
materiales referentes a las obras depositadas en la biblioteca, y lo 2 artículos, ambos de su autoría. A pesar del
árido panorama descrito anteriormente, Reyes fue una escritora aficionada y se han ubicado varios de sus
archivos personales en manos de sus amigos más
cercanos, asunto que apenas empieza a cobrar fuerza por la
importancia documental de su escritura,
la cual está íntimamente ligada con su producción plástica.
La problemática de la investigación realizada previamente a este artículo recae en la necesidad de
historiar,
levantar, revisar, seleccionar el archivo personal, el fondo documental y el acervo
productivo de una de las
artistas más influyentes del país en el exterior, mentora, “madre” y cómplice
de artistas como Fernando Botero,
Luis Caballero, Darío Morales, Antonio Barrera y Gregorio Cuartas. Su obra enraizada en los discursos del
arte geométrico, trabaja en gran escala pictórica con los géneros más tradicionales del arte (retrato, paisaje,
naturalezas muertas) desde un lenguaje
contemporáneo para su época. Cabe precisar que estos “cuerpos
documentales” se ven reflejados en
1
Arciniegas, 1993.
La escritura como imagen
91
esta primera investigación gracias a la colaboración de los acervos documentales del Museo de Arte
Moderno La
Tertulia en Cali (su Colección y su Centro de documentación), la Fundación Arte Vivo Otero Herrera con su
sede en laga España y la Colección de la Biblioteca Luis Ángel Arango del
Banco de la República en
Bogotá.
Lo cierto es que en la historiografía del arte nacional, los historiadores del arte del período
moderno
construyeron una historia conocida, destacada por genios masculinos (Alejandro Obregón,
Enrique Grau,
Eduardo Ramírez Villamizar, Edgar Negret como los grandes modernos) y figuras
preponderantes planteados
desde discursos masculinos o extranjerizantes de críticos y curadores; además de priorizar gustos particulares,
desestimando desde sus inicios artistas que aportaban a la
disciplina por divergencias en sus posturas ideológicas,
de género o por el simple hecho de producir
fuera del país, como es el caso de Reyes.
Resulta importante destacar varios aspectos relevantes a la hora de “leer” la obra de Emma Reyes,
el legado de
su acervo personal presente en cartas y referencias de otros autores, cercanos o no a ella, unos bajo un
discurso especializado, otros más bien coloquial y sentido en la anécdota. Germán
Arciniegas, escritor
colombiano y amigo personal de Emma, la llamaba Emmísima. Eran confidentes
y compartían el amor y oficio
por la escritura. En breve, Arciniegas presenta el periplo de vida de
Reyes con las siguientes palabras:
“Emma es polémica. Contradictoria. Subversiva. Es ese tipo de suramericano fabuloso que sorprende
imaginando. Arma tertulia en México con Diego Rivera, en Roma con Alberto
Moravia, en París con
los existencialistas de Sartre. Alberto Moravia y Elsa Morante en Roma son sus confidentes. Es la madrina de
cuanto pintor colombiano llega a París. ¿Cómo ha llegado a la tertulia de los de Sartre, a encontrarse con
Ezra Pound, a las tertulias de los estudiantes a que
la llame Giulietta Massini, a que la elogie Diego Rivera, a
que la quiera como hermana María Zambrano, a que la necesite Atahualpa Yupanqui, a que todos la
quieran. Jamás adulando,
polemizando sí, levantando el argumento contradictorio en un francés roto, en
un castellano
que no es”
2
.
El vínculo de su amistad los llevó a sostener una relación epistolar nutrida y de total complicidad. De igual
forma se forjó la relación que Emma estableció con Maritza Uribe de Urdinola, (fundadora
del Museo de Arte
Moderno La Tertulia de Cali) y con Gloria Delgado, miembros activos de la cultura
caleña de la década del
sesenta al noventa, quienes acompañaron a Emma en sus iniciativas de exhibición, valorando y divulgando su
trabajo en las pocas ocasiones que expuso en el país. Colmada de cariño y admiración, fue una relación basada en
el respeto por el trabajo mutuo y por un singular orgullo que Emma les profesaba por los proyectos culturales
que emprendían, destacando en gran medida la relación cálida y fraterna que sostenían en el Museo con los
artistas, aspecto que Emma
2
Arciniegas Germán (1992): “Cosas de Emma Reyes”. Periódico El Tiempo. Bogo. 20 de febrero. Recuperado el 5
de
noviembre de 2014 en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-40478.
Fig. 1.
Haifa
. Colección de diapositivas
35mm. Biblioteca Luis Ángel
Arango. Bogotá.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
92
valoraba y elogiaba enormemente. Tanto con Arciniegas como con Uribe de Urdinola, Emma conversaba
en todos los términos: desde lo más íntimo de sus vivencias, pasando por la crítica al medio artístico, su
modus vivendi en Europa, y aunque hablaba poco de su obra y más de su vida personal, su auto reflexión
resulta útil ante la falta de fuentes de crítica y estudio sobre su trabajo y
su pensamiento.
“[...] estoy escribiendo un libro, no de crítica, porque considero que el artista cree s en lo suyo y no
tiene serenidad objetiva para juzgar a los demás, sino de testimonio, sobre la vida de
todas estas personas
que he encontrado en mi vida y sobre mis amigos pintores. Considero que
es una obligación moral contar
estas cosas, porque creo que ha llegado el momento de formarnos una mejor conciencia histórica, y
eso a todos los niveles, no sólo en arte. Esas anotaciones se publicarán después de mi muerte,
porque, si no, alguien podría darme 40 cuchilladas... Es un poco de todo, no solamente de los artistas,
sino de hechos políticos muy importantes que me ha tocado vivir de cerca, sobre todo en países
latinoamericanos
3
.
Siguiendo con el carácter y valor de la amistad con Arciniegas, resulta interesante recordar en
plena voz
de Emma, como se conocieron:
“Lo vi por primera vez en París, en 1947. Fui invitada por la Embajada de Colombia a un acto de la firma
de los “Derechos del hombre” en la Unesco, [...] En un ascensor íbamos tres
personas: Germán
Arciniegas, otro señor y yo; nadie conocía a nadie. [...] Se trataba de Lin-Yu
Tang, de quien me había leído
su libro “La alegría de vivir”, [...] Ese señor hablaba solo en el ascensor, y los otros dos soltamos la
carcajada. Germán se le presentó, y yo también lo hice
diciendo “soy Emma Reyes”. Germán Arciniegas
volteó a decirme: “¿Usted es la colombiana Emma Reyes...?, pero no...” Y hasta hoy ha existido una
profunda amistad entre los dos, sin una
nube de por medio. Poseo tal vez unas cinco mil cartas de él, y en
todas me llama Emmísima. Es un hombre transparente y generoso”
4
.
Y para culminar este aparte en donde se perfila la exuberante personalidad de la artista, en la que claramente
impera la narración de vida sobre su obra —o como insumo de ella, se destaca la voz de
la periodista cultural
Alba Lucía Ángel, en entrevista con Emma, quien le confiesa otras inclinaciones
y gustos más allá del arte, y que
permite dilucidar otras facetas de su pensamiento y posturas personales.
“Y a Emma le gusta de la vida el ser humano, sobre todo, y le pide lucidez, al ximo, me explica, poder
comprender hasta el fin, no perderse de vista, jamás, la zalamería, la hipocresía es lo que más rechaza. ¡Ser actriz
de teatro!, ah sí, el sueño de mi vida, si no fuera pintora, y cambia de voz para decirme, ¿feminismo?, yo estoy
en contra de eso: tal vez el día en que los hombres le den de mamar a los niños creo en la tal, igualdad, qué va: la
mujer es un producto de la educación; es un proceso
individual y considero la pelea de los sexos como una
guerra imbécil”
5
.
Y sobre su educación, Emma tendría mucho que decir. Criada en un hospicio, aprendió a leer y
escribir ya
siendo una adolescente. Recibió una férrea educación católica que le permitió imaginarse
el mundo, más allá del
temor de Dios y la condición misma de género. Sus primeras líneas fueron las
del bordado y los dechados de
costura. Estas labores fueron su primera caligrafía y acercamiento con
su dibujo y su pintura.
Aproximacn metodogica a la técnica grafológica.
A partir del estudio de fuentes primarias y secundarias (cartas manuscritas, testimonios de entrevistas y
referencias textuales en publicaciones sobre arte y periodismo) se analizan algunos
aspectos psicológicos
(aptitudes y actitudes) de la artista colombiana Emma Reyes, que se vinculan a su autobiografía y su obra planteada
en series donde prima el dibujo como una manifestación gráfica,
capaz de emular la escritura y posterior
manifestación de su historia de vida. Se empleó para este
análisis el método grafológico para la lectura y
caracterización de su caligrafía, como “prueba” capaz
de narrar, relacionar y confirmar su perfil psicológico
con su producción artística y su historia
3
Calderón, p. 51.
4
Ruiz, 1999: p. 22.
5
Ángel, 1976.
La escritura como imagen
93
personal, con el firme propósito de establecer posibilidades investigativas, aparentemente “ajenas” a
la historia y la
teoría del arte y que resultan reveladoras e interesantes a la hora de emplearlas. El aspecto simbólico de la
caligrafía se presenta en este análisis como un dibujo adicional cargado de sentimiento. Frases y letras capaces
de develar a una mujer fabuladora y vivaz, que evidencia
constantemente su historia de vida como el
insumo principal de su trabajo artístico.
Para ahondar en el método, se consultó a la abogada y grafóloga colombiana Olga Patricia Trujillo
Valencia,
con 20 años de experiencia en el campo. Como primer ejercicio, se realizó una entrevista
semi-estructurada y
exploratoria con Trujillo, con el ánimo de conocer el método y las características
físicas que las letras y la
construcción de las frases como imagen en una página pudiera revelar (cualquiera que fuese su formato,
cartas, postales, tarjetas). La indagación empezó con la revisión
(visionado de la construcción de la escritura en
la página) y lectura de dos cartas de su puño y letra,
sin haber proporcionado ningún tipo de información a la
grafóloga sobre la autora, ninguna
referencia, dato o seña que pudiera condicionar la lectura, asunto que
según el procedimiento siempre resultara irrelevante, lo importante es la imagen del texto. Partiendo de
dicha lectura e interpretación de las formas de las letras e inclinaciones de las mismas en el plano del formato de
la
hoja, se identificó un listado de características o aspectos psicológicos y motivacionales que arrojó su
caligrafía
en 2 de sus cartas dirigidas a su amiga, Maritza Uribe de Urdinola. (1.carta manuscrita del 13 de Diciembre de
1985 escrita en Bordeaux y 2. carta manuscrita del 1de Julio de 1983 escrita en
París).
A continuación se presentan 23 aspectos relevantes en el ejercicio de lectura de las cartas
mencionadas anteriormente. Tomando literalmente, y en orden de aparición, los aspectos
referenciados por la grafóloga, se presentan los siguientes:
“1) Autoritarismo, voluntad de poder y de ejercer mando: 2) Capacidad de influenciar a los demás,
imponiendo sus ideas y conceptos; 3) Generosa, amplitud mental, visión global; 4)
Atenta,
concentrada;5) Entusiasta; 6) Creativa; 7) Excelente comunicación. Fluidez verbal; 8) Necesidad de
expandirse, trataba de frenar su tren de vida y no le era posible; 9) Ambivalente,
entre lo instintivo y
lo altruista; 10) Cansancio físico o mental. O tendencia a la tristeza o depresión; 11) Materialista;
12) Consecuencia entre lo que pensaba y hacia; 13) Melancólica;
14) Conflicto con su procedencia familiar, no le gustaba que la identificaran con su familia; 15)
Capacidad de engañar; 16) Dependencia afectiva; 17) Desordenada; 18) Egoísta; 19)
Sobreprotectora; 20) Finura intelectual; 21) Futurista, progresista; 22) Activa; 23) Necesidad de
dar y
sentir afecto”
6
.
Algunos de estos aspectos han podido ampliarse y constatarse por medio de una búsqueda y análisis de
fuentes que permiten describir el aspecto psicológico per se de Emma Reyes, así como su estado de ánimo en el
momento en que fue escrita la carta analizada. Entre los aspectos gráficos que
6
Diagnóstico realizado durante entrevista, el 31 de mayo de 2014, por Olga Patricia Trujillo Valencia. Nacida en
Manizales, Colombia. Abogada, especialista en Derecho empresarial y con conocimientos avanzados en grafología, con
experiencia laboral de 20 años
.
Fig. 2.
Sol en la empalizada
(por menor), 1968,
Collage, Colección de diapositivas
35mm.
Biblioteca Luis Ángel Arango.
Bogotá.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
94
ayudaron a la grafóloga a definir el perfil psicológico de Emma Reyes “retratada” en sus letras, se destacan las
letras abiertas como la g y la q, que marcan una personalidad fabuladora y ficcional, o las terminaciones de
letras como la l o la p que cuando se estilizan, denotan finura intelectual;
también el gesto de la escritura
que se circunscribe en las márgenes de la página, denotan la
necesidad de expandirse; así como un párrafo
que se aleja del margen con un indentado severo, que cae irremediablemente hacia los lados, manifiestan
tristeza y frustración en el momento de la escritura, tal como sucede en otras cartas consultadas como la del 20
Julio de 1990 en donde Emma
le cuenta a Maritza Uribe sobre la muerte del artista colombiano Antonio
Barrera.
Las citas textuales de periodistas, críticos, historiadores del arte, escritores, colegas artistas y
amigos
personales que están relacionadas a continuación, fueron empleadas como parte del método
que ayuda a
identificar algunos de los 23 aspectos revelados, en las cuales se referencia, tanto la voz del artista como otras
voces especializadas y no especializadas sobre su vida y obra. En otros casos se conjugan dos aspectos o
características que se encuentran referenciados en las mismas fuentes y
voces. Aquí parte el análisis.
Sobre Emma se escribieron muy pocos artículos críticos, en los que principalmente se reseñaban
aspectos de
su personalidad. Estas fuentes centralizan la atención en sus múltiples anécdotas, que son de una increíble
fabulación y en las que se despliega sobre sus orígenes un manto de misterio debido a que es emparentada con
un ex presidente de Colombia, hecho que no niega ni afirma, y de este modo mantiene sin saber si es su
propósitoun creciente interés sobre este tema. Por otro lado, en sus anécdotas de viajes se hace evidente
una mujer de carácter fuerte, capaz de lidiar con situaciones extremas e inverosímiles. Conoció y se relacionó
con intelectuales, políticos, literatos,
escritores, músicos, artistas plásticos de múltiples nacionalidades, con
quienes cultivó y mantuvo una
fuerte amistad por el resto de su vida.
Su personalidad impactante se sobrepone a su propuesta plástica, en sus entrevistas sus historias
personales
son reiterativas y terminan siendo el punto focal de atención, aún en las que pretenden reseñar su obra. En
consecuencia queda en deuda el estudio juicioso de su producción artística. Sobre esto, ella asegura que “la
enemiga de mi obra soy yo misma. Se suele dar más importancia a las
anécdotas de mi vida que a mi arte, esto
no debe ser así”
7
:
“`El Mito de Emma
́
”,
frase que utilizan en repetidos artículos, condensa sus reseñas (que inician
con el auto-stop que hiciera para llegar a Argentina) repitiendo en todas ellas sus recorridos de
forma tan parecida que casi pueden `calcarse
́
;
por otro lado, se encuentran las mismas frases que
contienen un compendio de sus exposiciones y de lo que otros escribieron
de su obra en Europa y
Medio Oriente, lo que da cuenta de que su personalidad estuvo
efectivamente por encima de su
obra. La crítica e historiadora del arte Martha Traba hace alusión
a la falta de revisión y estudio del
trabajo de Emma Reyes, debido a que su personalidad era
preponderante a la hora de
entrevistarla, lo cual eclipsaba su discusión
8
.
De Emma Reyes conocía solo la anécdota. Hay personas cuya vida se va adentrando en los otros
sin que ellos
mismos lo sepan. Emma era paracomo un fantasma familiar, un nombre que aparecía
en las conversaciones y
llegaba a ser tan habitual en ellas como un muro. Era una construcción
deshumanizada de cuentos romanos y
parisinos: mezcla incierta de narraciones que llegaban de Israel
o recuerdos de Argentina, y, además, una sombra
que pintaba al parecer si es que uno puede fiarse
de lo que le cuentanbien
9
.
La obra de Emma está emparentada con la escritura, un grafismo que se desarrolla a lo largo de
toda su
producción. El pintor colombiano Luis Caballero señalaba que “lo más interesante en la obra de Emma Reyes
desde un punto de vista meramente formal es el grafismo, que ha sido una constante
en su trabajoasí mismo
afirma que “[...] el grafismo es lo primordial en su obra
10
. En este sentido,
define su obra como “Grafías con
sentido
11
.
7
Valencia Diago, 1996: p. 37.
8
Ríos, 2014: p. 24.
9
Monta, 1960: p. 5
.
10
Penilla Céspedes, 1991: p. 13
.
11
Caballero, 1996, p. 35
.
La escritura como imagen
95
Generosa, amplitud mental, visn global
Emma era considerada por sus allegados como una conversadora con una gran capacidad de oratoria y
una persona generosa en extremo, tanto en sus relaciones y vida personal, así como en su
producción plástica.
Germán Arciniegas afirmaba que era “la madrina de cuanto pintor colombiano
llega a París”
12
por ser quién se
encargaba de recibir y ayudar a los artistas que iban a residir en la
ciudad. En este mismo sentido, Plinio Apuleyo
Mendoza en el libro Nuestros Pintores en París apunta
al respecto:
“Los pintores que fueron llegando en las postrimerías de los años sesenta y a lo largo de los
años setenta,
la encontraron siempre en su camino. Ayudó a Botero a plantar su tienda en París. Darío Morales y Ana
María, su esposa, veían llegar la aurora hablando con ella en su apartamento cercano al Observatoire.
Caballero, Cuartas, Cogollo, Barrera, Francisco Rocca y Gloria Uribe
giraron en torno suyo, recién
llegados. Sí, antes de echar plumas, ellos eran los pollitos y ella la gallina”
13
.
Su generosidad para con sus amigos y su país, del que consideraba que no le había hecho justicia, era notable.
Su relación de amistad con Maritza Uribe de Urdinola (fundadora del Museo de Arte Moderno La Tertulia,
quién fue su directora y presidenta honoraria, y Gloria Delgado museógrafa e historiadora del arte, directoras
ambas del Museo de Arte Moderno La Tertulia por más de 20 años) se afianzó a través de una larga y constante
correspondencia epistolar. Reyes asiste y participa en diversos eventos del Museo, como la II y III Bienal de
Gráficas en Cali. Y posteriormente realiza una donación al Museo debido a la admiración que les profesaba
como directivas, por la gestión que realizaban en pro del arte en el país. Por su forma de ser y cercanía con
artistas colombianos y de otras latitudes, Emma llega a coleccionar obras de arte de artistas que con el tiempo
llegaron a ser
figuras nacionales e internacionales. En entrevista con Camilo Calderón para la revista Al Día se hace
evidente no sólo su generosidad sino su amplitud mental al hacer manifiesto que desea dejar como legado al país,
esas adquisiciones que había logrado a lo largo de su trayectoria artística. Donación que efectivamente se
concreta posteriormente con treinta dibujos, tres pinturas y un ensamblaje; y
12
Arciniegas Germán. “Cosas de Emma Reyes”. Periódico El Tiempo. Bogotá. 20 de febrero de 1992. Recuperado el
5 de
noviembre de 2014 en: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-40478.
13
Garzón, 2013: pp. 122-123
.
Fig. 3. De Izquierda a derecha: Gloria Delgado, Emma
Reyes, Cecilia Zambrano y persona por identificar
en
casa de Cecilia Zambrano. París, circa 1989.
Fotografía cortesía de Gloria Delgado.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
por otro lado, pinturas de artistas de reconocida trayectoria en el país y en el mundo. En el artículo
Calderón
afirma que Emma:
“[...] conserva su importante colección de pinturas, cuadros que a lo largo de su vida ha ido
intercambiando con otros artistas de todo el mundo. Además, están los retratos de diferentes
épocas que
le han pintado los amigos, entre ellos ocho de Grau, uno de Obregón y uno de Luis
Caballero. Esta
colección, Emma Reyes piensa donarla al Museo de la Tertulia, de Cali, porque
considera que `es la obra
más respetable que se ha hecho en Colombia y porque tengo
verdadera admiración por la labor
discreta, elegante y efectiva que han hecho sus directivas ́
14
.
En su época de mayor producción y expansión temática, Emma Reyes exhibe mayoritariamente
en la ciudad
de Cali, Colombia. Certámenes como la exhibición de las obras de Emma Reyes del 13 al 24 de julio de 1961 en
el Museo de Arte Moderno La Tertulia, marcó su record expositivo en la ciudad. Reyes también participó en
eventos tales como el XV Salón de Artistas Colombianos en Noviembre de 1963, realizado en el Museo; el
Salón Austral y Colombiano de Pintura realizado en Junio de 1968, en el marco del 8o Festival Nacional de
Arte de Cali y participó en la exposición
(además de conformar) la Colección del Museo de Arte Moderno
La Tertulia desde 1976.
Parte de su legado en pinturas y dibujos, así como correspondencia de su autoría fue donado a la
Fundación
Arte Vivo Otero Herrera FAVOH, cuos integrantes son colombianos residentes en Málaga,
España. Y otra parte
del acervo se encuentra en Francia, a través de una donación de 150 de sus obras
que realizó Emma
personalmente al Museo de Perigueux, que para el momento era:
“[...] el mayor depósito que en un museo, no solo de Francia sino de Europa se consagra a una artista de
nuestra América. En cierto modo se explica por las vinculaciones de Emma con la ciudad de Montaigne.
En los edificios más importantes de Perigueaux, Emma deja grandes murales que figuran hoy en las
guías de la ciudad”
15
.
Esta actitud desprendida no solo reside en su capacidad de ofrecer el producto de su creación artística,
para garantizar su preservación para la posteridad, dado que Emma no tuvo hijos y su trascendencia se
encuentra en su obra, sino que “a Emma Reyes hay que reconocerle el mérito de ser uno de los artistas que
menos se repiten en Colombia y que menos concesiones le hacen al éxito comercial”
16
. Como viajera
incansable, el equipaje en la vida debe ser liviano para ser también
14
Calderón: p. 50.
15
Arciniegas, Germán. “Emma Reyes”. Periódico El Tiempo. 14 de diciembre de 1995. Recuperado el 5 de noviembre
de 2014 de: http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-482823.
16
Medina, 1986: p. 40.
Fig. 4.
Retrato No.14
, 1976, Retratos imaginarios,
Tinta sobre papel chitón, 71 x103
cm.
Exposición Emma Reyes. Galería
Esede.
Bogotá.
La escritura como imagen
97
generoso consigo mismo, por ello no es extraño que diera cuenta de su necesidad de compartir
aquello que
había logrado en vida, desprendiéndose de ataduras banales, por esto señala:
“Quisiera llegar a tener solamente el caballete, los cuadros que estoy trabajando, mi cama y,
naturalmente, los libros que me son indispensables. Todo lo demás lo he ido regalando. He adoptado el
verbo descosificarse, que para significa botar todas las cosas Por la ventana: perversamente, yo me
descosifico y le doy mis objetos a los otros para cosificar a los demás”
17
.
En su obra Emma es generosa con la nea, que parece interminable, de hecho, es una línea que desborda el
formato, que le queda pequeño o que se expande por fuera de él, sin poder contenerlo, así como no hubiese un
espacio físico en el planeta que la sujetara a ella. El crítico e historiador del
arte colombiano Álvaro Medina
indica al respecto:
“En general, la línea de Emma Reyes es gruesa. En ocasiones ha sido muy fina y a veces ha
llegado a ser
tan ancha como la palma de la mano. La línea llena las formas y además las bordea
[...] Para llenar las
formas, la línea se ordena en segmentos paralelos que ondulan o se
mantienen rectos cuando no giran
en torno de mismos en espirales muy vastas y de intrincada
factura. Se diría que Emma Reyes no concibe el
plano como un área delimitada al exterior por una línea que podría marcar el contorno, sino como
hileras de líneas paralelas en sucesión infinita”
18
.
Percepción que comparte el escritor colombiano Antonio Montaña, amigo cercano de Emma,
cuando
afirma de sus figuras, personajes, retratos y monstruos son obras que:
“He mirado una y otra vez a Emma dibujándolos: una línea que no cesa. Desciende, tuerce, se
envuelve, sin
dejar de correr como agua de arroyo inventando nuevos cauces. No hay aparente
finalidad y por eso no
extraña la ausencia de ese gesto del pintor cuando se detiene y aleja para observar desde la nueva
perspectiva el avance del trabajo”
19
.
En este mismo sentido, se manifiestan la escritora y crítica del arte colombiana Alba Lucía Ángel y
el escritor
colombiano Fernando Herrera cuando plantea que son:
“[...] figuras sin bordes. Sin aristas. Personajes sin límites, que se expanden: se salen del papel,
con líneas que
ella traza, segura, definida, dejando sin embargo que la modulación y el ritmo marquen siempre el
volumen
20
. [...] la pintura de Emma Reyes siempre se desborda de sus
límites. Podrían ponerle el papel
más grande de la tierra, y siempre pintaría un único elemento
que rebasara el espacio y que quedara
mutilado en alguna parte”
21
.
Esa amplitud que caracteriza su personalidad, que se hace visible en su obra con el trazo de sus líneas y
formas interminables, que se repiten una y otra vez de forma sistemática y obsesiva, se extiende a un mural
de 120 metros cuadrados que realiza en la nueva Biblioteca Municipal de
Perigeux que:
“[...] remite inmediatamente a una sensibilidad latinoamericana. Se trata de un jardín tropical
suspendido en
el aire con flores iridiscentes en relieve. Quise dibujar un sueño de alegría, con un cielo azul intenso, con
bellas flores y manuscritos que caen sobre nuestras cabezas [...]”
22
.
Otra de sus obras, reconocida como una obra poco estudiada y un tanto inédita, y que da cuenta
de su
necesidad de extender los límites, condensando su trabajo es:
“[...] un dibujo de 380 metros de largo que realizó en 1974 y que fue quedando enrollado a medida
que la ejecución avanzaba. Es la mejor explicación porque la cadena de variaciones modulares que
podemos ver cada vez que nos paramos delante de uno solo de sus dibujos de hoy (en verdad, sus
pinturas son elaboradísimos dibujos) guardan relación con de las que
17
Calderón: p. 50
.
18
Medina, 1986: p. 40
.
19
Montaña, 1996: p. 64.
20
Ángel, 1976: p. 19.
21
Herrera Gómez, Fernando “Medio día en casa de Emma Reyes”. Periódico El Mundo. Medellín. s.f
.
22
Un Sueño de Alegría”. En Revista Cromos, 1988: p. 97.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
podemos observar cuando se hala el rollo y el papel nos ofrece tres o cuatro palmos de ordenados
trazos que muestran las infinitas posibilidades de un cuadrado
23
.
Adicionalmente, esa misma amplitud se refleja en que no lo extendía las fronteras del espacio pictórico al
máximo, también extendía sus propias fronteras como viajera incansable, dispuesta siempre con entusiasmo a
una nueva aventura. De ello da cuenta ella misma en un texto que publica
la revista El Aleph.
“Yo preparaba mi regreso a Europa, porque de Italia me pidieron que fuera a hacer dos murales en una villa
privada de la isla de Capri; me pagaban los pasajes y además por sentirme devorada
por la pasión de querer
estar en todos los sitios, mucho más si eran bellos, acepte sin dudarlo ni un minuto. Pensé, por otra
parte, que tendría tiempo de volver a xico”
24
.
Atenta, concentra
Su disciplina y concentración se revelan a través de un trabajo constante, arduo y sin
interrupciones,
que recicla formas, figuras, personajes. En entrevista para la revista Al Día con Camilo
Calderón titulada Emma
Reyes trajo su exposición de París, indica “[...] pinto de seguido hasta las 8 de la noche. A esa hora, regularmente
tengo comidas o invitaciones con artistas y amigos; siempre trato de no hacer compromisos de día, porque es
tiempo sagrado para mi trabajo”
25
. En su obra es
cuidadosa y atenta, lo anuncia una línea meticulosa, que
“[...] delimita, pero también construye volúmenes y texturas rellenando los espacios o
fragmentos con
líneas paralelas muy cercanas, de una factura que denota minuciosidad. Estas líneas paralelas de relleno
están siempre presentes en su obra y ayudan a conformar volúmenes en hojas, músculos del rostro,
movimiento en las manos, plumas y texturas en las pieles de los diferentes motivos que emplea. Las líneas
de conformación del dibujo siempre están visibles, a
pesar de que se encuentren debajo de capas de
color. Las líneas de relleno también son producidas a través del uso de una cantidad de óleo o tinta que
empasta la superficie y genera
patrones con la pincelada. Usa colores de base en grandes superficies para
sobreponer líneas paralelas en otro color, generalmente contrastante, que rellenan la forma creando la
sensación
de volumen y movimiento a través de ello”
26
.
Creativa
Gabriela Arciniegas, hija de Germán Arciniegas, cuenta que Emma Reyes tenía la habilidad de transformar
elementos simples en objetos sofisticados, y como ejemplo de ello señala que era capaz de convertir con algunos
detalles el vestido más sencillo en uno que luciera refinado. Parte de su
formación en el convento estaba
conformada por la experticia en costura y bordado, que se
concretaban en dechados con múltiples
posibilidades en la puntada, forma y color. Disfrutaba la
innovación que lograba con gran imaginación y
cambios sutiles, lo que se refleja en su obra en el tratamiento de la línea cuando retoma elementos, figuras o
personajes con el fin de lograr evolución
en la imagen y producir una nueva. La intención es desplegar la
imagen hasta sus infinitas
posibilidades, “[...] un dechado realizado con experticia, en el que teje una huella
de misma, lo
que la hace coherente y consistente en toda su producción plástica”
27
. Por esto, es habitual
encontrar
en diferentes épocas obras con cierto grado de similitud, ejemplo de ello son las series de los
monstruos y los retratos imaginarios, de las que hay una enorme cantidad de dibujos con diferencias
en el color,
variación en la línea y la forma, que obedecen fundamentalmente a una misma idea. Una
serie que nunca logra
concluir, un dibujo automático como un dechado que se encuentra en continua
evolución por sus múltiples
posibilidades. En este sentido, Emma indica:
23
Medina, 1986: p. 41
.
24
Reyes, 2000: p. 10.
25
Calderón, Camilo. “Emma Reyes trajo su exposición de París”. Revista Al día. s.f. p. 50
.
26
Vergel, Maa del Pilar (2014): “Panorámica de una línea perpetua: Tres momentos en la obra de Emma Reyes” en Cajones
y Dechados: Memoria, vida y Obra de Emma Reyes. Libro en proceso de edición. Editorial Pontificia Universidad
Javeriana, Cali.
2014, p. 26.
27
Ibíd. p. 27.
La escritura como imagen
99
“Empecé como autodidacta, hice clasicismo, he hecho figura humana, paisaje, pintura abstracta
y
collage de objetos. Pero no encuentro contradicciones en mi obra, pienso que en conjunto
tiene
una unidad: hay cambios de materiales, de temas, hasta de escritura, pero hay siempre el mismo espíritu
de trabajo obsesivo sobre unos mismos elementos, que se repiten en el interior
de la forma
principal”
28
Antonio Montaña apunta que a pesar de que su obra está unida por elementos formales que se
reciclan,
estos logran originalidad a través del carácter propio que les imprime:
“Cuando los “monstruos salieron al mundo de las galerías con la mitológica barba coloreada con
tonos audaces se habían integrado ya la forma y el color. En los paisajes de Israel bulle la
misma idea
que generó los “Monstruos” y aunque por mesura y tranquilidad sean diversos los
une, en su
variación un estilo. Y un estilo profundamente personal en el que se bien difícil encontrar
influencias. Un estilo, para ser conciso original”
29
.
Estas mutaciones o transformaciones también se hacen evidentes en su obra en las variaciones de
color que
denotan diferencias entre el espíritu del trópico, agreste, desordenado y vibrante propio de su cultura, frente al
paisaje europeo, ordenado, cargado de colores fríos y agrisados que es donde se desarrolla como artista. “Para el
pintor colombiano Gregorio Cuartas, [...] la pintura de Emma tiene mimetizarse en el dicotómico mundo en el
que despliega su obra”
30
. Cuartas asevera sobre su
pintura que:
“Es una pintura muy propia, suramericana. Cuando ella pinta óleo o acrílico tiene un colorido
distinto, mientras que cuando trabaja sobre papel [...] es un colorido muy fino, muy refinado, su
componente europeo. Es lo que les pasa a todos los pintores latinoamericanos cuando llegan
aquí, se
van apaciguando en el color y en todo, se les va perdiendo lo brutal nuestro, el medio ambiente
influye y uno se va mimetizando”
31
.
Excelente comunicación, fluidez verbal
La excelente comunicación y fluidez verbal de Emma Reyes es indudable. En todas las entrevistas,
quienes la
reseñan dan fe de su agradable conversación y agudeza mental. Por otro lado, sus amigos, la pintora colombiana
Teresa Cuellar, el crítico e historiador del arte colombiano Álvaro Medina, la directora de la Galería el Callejón,
Lili de Ungar y Gabriela Arciniegas, hija de Germán Arciniegas manifiestan que además de ser el centro de
atención por sus interesantes narraciones y anécdotas,
las conversaciones con ella eran interminables por su
fascinante personalidad, y adicionalmente, por
aquello que está detrás de su historia, una mujer huérfana que sale
de un hospicio y que logra con
su ingenio, creatividad y capacidad de adaptación, superar su condición.
Antonio Montaña señala en un artículo para el periódico El Tiempo que era tan conocida que uno
podía
encontrar referencias de ella en la calle de la siguiente manera:
“`¿Conoce usted a una pintora colombiana, Emma Reyes, que pasó aquí algunos años y que en
Pa
s
viv
ía
co
n
una
mu
e
rta
?
́
O
era
al
gún
pi
nt
or
el
que
co
ntaba:
`C
o
n
Emma
puede
unos
pasar
los días
enteros hablando y jamás cansa. Puede conversar de pintura, o de mundanidad y ella siempre tiene
algo inteligente que decir
́
.
O tambn, por qué no, era un turista el que exclamaba: `Emma
Reyes es la mejor guía de Roma que alguien pueda conseguir
́
32
.
Para Alba Lucía Ángel, “Emma tiene el don de penetrar más allá de palabras, con la simpleza de quien ya
sabe muchas cosas, ha visto mundos, recorrido las trochas y los mares, pues es viajera
28
Calderón, Camilo. “Emma Reyes trajo su exposición de París”. Revista Al día. s.f. pág. 49.
29
Monta, 1960: p. 5.
30
Vergel, Maa del Pilar (2014): “Panorámica de una línea perpetua: Tres momentos en la obra de Emma Reyes” en Cajones
y Dechados: Memoria, vida y Obra de Emma Reyes. Libro en proceso de edición. Editorial Pontificia Universidad
Javeriana, Cali,
p. 28
.
31
Penilla Céspedes, 1991: p. 13
.
32
Monta, 1960: p. 5
.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
infatigable”
33
. Los relatos de su vida novelada, contados por ella misma, son tan interesantes e
increíbles,
que causa curiosidad entre quienes no la conocen, construyendo un mito que la acompañaría hasta el
final de sus días.
“Ya en Buenos Aires había escuchado su maravillosa aventura. Allí algunos amigos referían los hechos
increíbles de su vida todos los hechos de la vida de Emma Reyes parecen increíbles
y aún se
asombran como quien relata las hazañas
34
de un fantasma. [...] La historia de Emma reyes se
desarrolla vertiginosamente. Cada mes es una novela, cada nueva ciudad otra gran conquista del
azar
35
.
Estos relatos propios de su fluidez verbal y una gran capacidad oratoria, se trasladan a la escritura.
Inicia y
continua el hábito epistolar incentivada por Arciniegas, quien le propone escribir un libro
con ellas, con la
promesa de que guardaría estas cartas en un baúl.
“Emma comenzó a escribir las cartas con todas sus memorias, partiendo desde el primer lejano
recuerdo de su infancia, cuando a los dos años y medio se cayó de una silla. [...] Durante muchas
noches
hurgó todo su pasado, y fue escribiendo las cartas que en la casa de su amigo se iban amontonando
en el baú1. Sucedió que un día comenzaron a llegar los elogiosos comentarios
de sus amigos
escritores: Gara Márquez le proponía editarlas. Miguel Ángel Asturias le escribía maravillado por su
escritura vigorosa, y la llamaba colega. Manuel Scorza la felicitaba. Germán Arciniegas, entusiasmado,
no había podido guardar en silencio toda la correspondencia, y había
roto el pacto al dejar leer las
cartas”
36
.
Necesidad de expandirse, trataba de frenar su tren de vida y no le era posible.
De acuerdo a sus narraciones en Memorias por Correspondencia, libro publicado en el 2012 en
el que Reyes
le describe a Germán Arciniegas su infancia en 23 cartas escritas en casi una década, se narra con total desenfado
una vida llena de aventuras, con pasajes de privaciones, unos amargos y otros divertidos. Cuenta el abandono
del que fueron objeto ella y su hermana, así como su vida en el convento y como se escapa un día que
encuentra la puerta abierta. En 1976 en el programa de televisión Gloria 9.30, Emma relata sobre su infancia en
entrevista con Gloria Valencia de Castaño:
33
Ángel, 1976: p. 19.
34
sic.
35
Pérez, 1950: p. 11.
36
Herrera Gómez, Fernando “Medio día en casa de Emma Reyes”. Periódico El Mundo. Medellín. s.f.
Fig. 5.
Sin Título
, 1983, Serie Legumbres,
Gouache sobre papel baker, 71 x
100
cms. osición Alexis Gorodine.
Galería
Garcés Velásquez.
Bogotá.
La escritura como imagen
101
“Emma, ¿cómo fue tu infancia?
A veces me parece trissima, a veces me parece privilegiada. Eso es muy ambiguo, concretemos:
¿Cómo fue tu infancia?
Esa infancia se pasó en un convento sin salir nunca. En un mundo absolutamente de sueño, de
abstracción, porque todo lo que pasaba fuera del convento lo denominábamos `el mundo
́
,
como
si estuviéramos en otro planeta. Naturalmente eso desarrollo en nosotras una enorme
imaginación,
nuestra imaginación se enloqueció imaginándonos inclusive que los arboles eran
de otro color y la
gente de otra forma, y fue tal la angustia de lo que estaba afuera que yo decidí escaparme un día”. [...]
“¿Quién te dio afecto en esa infancia?
No creo que tuviéramos ese tipo de preocupación, lo nuestro era el pecado, salvar el alma, no ser
malas, tenerle miedo al diablo...” “Salí con el uniforme que tenía puesto y todo eso pasa en mi mente
como un sueño, hasta que llego a un tren al que prácticamente me fuerzan a subir, y
todo era tan irreal,
porque nunca había visto un tren un tranvía, un automóvil, te puedes figurar
si uno tiene una
descripción de esas cosas”.
“¿Y allí estudiabas algo?
No, eso era voluntario, los que querían leer o escribir, los domingos tenían una clase.
¿Y tú aprendiste?
No, yo no vi la necesidad, ¿para qué?
¿Entonces cuando saliste del convento no sabías leer ni escribir?
No,
nada, absolutamente
37
.
“El mundo” como ella le decía a lo que existía fuera de las paredes del hospicio, la recibió el día
que salió a
él, ese mundo le quedó pequeño desde ese mismo día, como reseñan los siguientes autores:
“[...] sintió la necesidad de salir del país, “simplemente porque creí que aquí no tenía porvenir;
fue algo
instintivo, espontáneo, con una sed infinita de conocer todo, de verlo todo, con una
enorme
vitalidad que me ha servido mucho, con una curiosidad insaciable y un gran amor por
el ser humano;
salí, como viajan los venes de hoy, sin un plan, sin itinerario fijo, sin saber si
uno va a ganar o perder,
pero con un espíritu de disponibilidad que imagino necesario cuando
uno se lanza a una vida así”.
Recorrió toda la América del Sur viajando por tierra, de pueblo en pueblo, hasta llegar a Buenos
Aires [...]”
38
.
“[...] Salió de Bogotá sin más experiencia que la de una recogida en el hospicio, experta en
dechados de costura. Y emprendió un viaje que paró en Buenos Aires, marchando a pie, en buses,
trenes o lo que fuera, vendiendo cajas de Emulsión de Scott. De Buenos Aires pasó a Montevideo
en plena guerra del Chaco, pasó la luna de miel en un garaje, se fue a vivir a la selva del Paraguay y los
guerrilleros le asesinaron el hijo en una escena de crueldad infinita. En Buenos Aires pintando se
ganó un concurso internacional y fue a dar a París [...]”
39
.
“América del Sur, a pie, prácticamente, cuando ni carreteras existían. Yo era más pobre que una
rata y
aprendí a subsistir chiquita a punta del ingenio. Cuando pedí que me ayudaran me contestaron
con cajas destempladas, (...), y luego de unos años de aprender caminando,
mirando,
compartiendo vivencias con toda clase de gentes, haciendo mil oficios, me comen
la picazón de la
pintura”
40
.
“De Francia se fue a Italia, donde vivió inmersa en el aire romano, en el arte barroco y bizantino de la
ciudad pagana y al encontró a De Chirico, a Moravia, Giacometti, Fontana, se hizo amiga
de todos: de
los hippies de entonces, de los príncipes. y así por toda Europa; porque Emma Reyes no da abasto
cuándo bota corriente”
41
.
Autoritarismo, voluntad de poder y de ejercer mando
37
Garzón, 2013: pp. 122-123.
38
Calderón, Camilo. “Emma Reyes trajo su exposición de París”. Revista Al día. s.f. p. 49.
39
Arciniegas, 1993
.
40
Ángel, 1976: p. 19.
41
Ibíd.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
Su capacidad natural para sobreponerse a las circunstancias y tomar el control de las situaciones,
aunado a una
personalidad férrea pero encantadora, construyen un halo sobre todo lo que la rodea, lo que deviene en el mito
de Emma Reyes. Ese mito la antecedería y continuaría siendo la forma de recordarla después de su muerte. El
culto a su personalidad convertida casi en leyenda, es evidente en los escritos que la reseñan, no sucede esto en
su pintura, particularidad de la que ella se sentía responsable y también lamentaba. La crítica del arte Martha
Traba, en relación a su personalidad,
afirma que:
“Es difícil hablar de Emma Reyes. Los innumerables comentarios periodísticos aparecidos sobre
ella
(raramente sobre sus cuadros), tienen la extraña y temible condición inapelable de los
dogmas. A través
de ellos se establecía, con entusiasta unanimidad, el dogma de la personalidad de Emma Reyes. [...] La
personalidad de Emma Reyes ha pospuesto el análisis de sus cuadros:
el gran público conducido
hábilmente, demostró una vez más su fácil emotividad y su falta de espíritu crítico. Pero su personalidad
no puede ponerse en duda [...]”
42
.
Traba, a pesar de su postura frente a su personalidad dogmática, al referirse a su trabajo artístico parece
también enunciar aspectos más propios de la personalidad de Emma, es así como se ve su
capacidad de
influenciar a los demás imponiendo sus ideas y conceptos.
“[...] Pero esa personalidad no se puede poner en duda. Sus obras la acusan con tanta violencia
como
simplicidad; se lee en ellas, a primera vista, su espíritu directo, su fortaleza de visión, su
claridad conceptual,
su inequívoca voluntad de reducir el universo de las formas a un esquema
claro y enérgico”
43
.
Luis Caballero confirma 20 años después de la reseña de Traba que el peso de su personalidad disminuye la
atención sobre su pintura, siendo indudable que esto sucede porque el mito de Emma
nace a través de su vida,
no de su producción artística.
“Hay pintores míticos. De leyenda. De los que se habla, en torno a quienes se tejen y destejen
anécdotas,
pero cuya pintura se ignora. Emma Reyes es uno de ellos. Su enorme personalidad impide que se vea su
obra para desventura de quienes en verdad aman la pintura. [...] La leyenda
de Emma se ha logrado a partir de
su propia vida, a pesar de su obra; es por esto que tal vez su obra es ignorada [...]”
44
.
Capacidad de influenciar a los demás, imponiendo sus ideas y conceptos.
Reyes fue autodidacta, uno de sus primeros maestros formales fue el artista francés André Lothé
en París,
quien la impulsaría a seguir por fuera del academicismo por su clara tendencia a seguir los dictados de su propio
instinto y estética, imponiendo sus ideas y conceptos sobre el arte, “sin recibir
la directa influencia de los grandes
maestros contemporáneos”. Esta particularidad se ve reflejada en
su obra, la cual se construye a partir de la
confianza y seguridad en misma y en sus decisiones, a pesar de la influencia que puede tener del entorno en
el que la desarrolló. En este sentido, en un
artículo de 1952 se señala que:
“No niega Emma Reyes que las tendencias y las preocupaciones de la pintura mexicana actual la
sugestionan e influyen, pero tiene fe en su personalidad y cree que pueden favorecerla, pero
nunca
perjudicarla en la consecución distintiva de su obra”
45
Esa personalidad encantadora, fuerza y capacidad de dirigir su propio destino, la llevan a lograr
todas sus
metas, es así como consigue su primer atelier en París, en un lugar exclusivo en la
postguerra, por un
precio irrisorio, con una particularidad en contraprestación: la de cuidar una momia. Al respecto, su amigo, el
pintor barcelonés Alejo Vidal Quadras le dice “tú, la analfabeta de
Colombia, todo lo que deseas lo
obtienes, y no se puede decir que con grandes esfuerzos o
sacrificios”
46
. Impulsada por Lothé,
posteriormente inaugura su primera exposición en París en la
42
Traba, 1993.
43
Ibíd.
44
Caballero, 1996: p. 32.
45
“Regreso a los Orígenes”. Periódico El Tiempo. Bogotá. 17 de Octubre de 1952.
46
Reyes, 2000: pp. 84-85.
La escritura como imagen
103
Galería Kleber, después de una exposición de Paul Gauguin, donde la prensa la registra y presenta
con gran
exotismo. A través de sus reseñas y los comentarios de sus conocidos, se percibe que
efectivamente por sus
cualidades naturales, Reyes poseía un singularidad que iba más allá de la visión
eurocentrista con relación a
Latinoamérica.
“El martes 1 de marzo se inauguró como fue profusamente anunciado por la prensa y los
noticieros cinematográficos de París, la exposición de 50 lienzos de una extraña pintora
“pielroja”, descubierta por dos periodistas franceses en el Gran Chaco, en el corazón de
Suramérica [...] La Pielroja resulto ser una colombiana: Emma Reyes de Botero, nacida en
Boyacá.
“Es una pielroja auténtica”, insiste el imaginativo diario parisino: “una india chibcha,
cuya raza,
prima-hermana de la de los aztecas, no cuenta en la realidad más que con 3.000
representantes [...]
El que las galerías Kleber la hayan escogido para suceder a Gauguin, a quien
se alcanza a parecer por el
aspecto un tanto exótico de sus motivos [...]”
47
.
Reyes se relaciona fácilmente por su carisma y su extroversión. En el viaje a México que realiza de 1951 a 1953,
conoce a los pintores mexicanos revolucionarios, a Frida Khalo, Diego Rivera y a la fotógrafa Lola Álvarez
Bravo. Consigue trabajar para Rivera en oficios varios en los murales y con Álvarez Bravo en su Galería de
Arte Contemporáneo, ayudándole en la organización de la última
exposición de Frida Khalo que se realizó por
encargo de Rivera, así como en una serie de exposiciones
en diferentes ciudades del país, donde ella misma
hace gala de su determinación:
[...] Como Lola me ayudaba a mí, yo me le ofrecí para organizar unas exposiciones de los
grandes pintores mexicanos, a quienes en las provincias desconocían. Le pareció muy buena mi
idea,
pero me dijo que le aburrían los viajes y la organización. En consecuencia asumí tanto la organización
como aquello de pelearme tal vez con los gobernadores para que aceptaran el
proyecto y pagaran el
nimo de los gastos de transporte de la obra y mi alojamiento, así como
los costos de uno o dos
ayudantes, ya que sola era incapaz de asumir el montaje de una
exposición de tal naturaleza [...]
viaje con los cuadro y montaba toda la exposición; cuando Lola
llegaba apenas tenía que participar en
el acto de inauguración”
48
.
Consecuencia entre lo que pensaba y hacía.
Emma Reyes era realista ante la lectura que tenía el medio y el público de ella y su obra. “Maritza querida,
como ves, el nomadismo continua [...]”. Esta cita corresponde a las primeras líneas de la
carta dirigida por
Emma a Maritza Uribe de Urdinola. Las líneas siguientes que completan el primer
párrafo muestran a una mujer
que ante todo, ha valorado la vida y desde la escritura y la grafía ha
manifestado sus mayores potencias:
“[...] Dejé París y he venido a instalarme con Jean (Perromat, su esposo) ha Bordeaux.
Compramos una casa que no es la ideal, ni la casa de mis sueños, pero tal vez mejor, porque si uno
tiene la casa de sus sueños tiene la casa y no le quedan los sueños, que al final es lo mejor de la vida,
porque nos sirven de motor y estímulo”
49
.
Como autodidacta, la vida y obra de Reyes están emparentadas, ella pinta lo que la sensibiliza, ve,
conoce, lee,
fundamentalmente su interés está basado en el ser humano. Su gran capacidad para
relacionarse la lleva a
interesarse por la condición humana primordialmente. En su pintura, toda su obra esta permeada de esta
condición. Sus paisajes, monstruos, retratos, frutas, flores y legumbres,
están cargados de una simbiosis entre la
naturaleza y lo humano que están en permanente cambio y
evolución:
“El motivo de mi paleta es el ser humano. El paisaje se encuentra dentro del ser humano. Y por eso el
hombre tiene el color del paisaje, el paisaje de mi país, el colorido fuerte del trópico. El hombre lleva
impreso ese color local; pero junto con este, también los colores y las angustias
del hombre universal,
que es no solamente el indígena de las tierras del Nuevo Continente, sino
47
“La Pielroja Boyacense”. Revista Semana. 5 de marzo de 1949.
48
Reyes, 2000: pp. 99-100.
49
Carta de Emma Reyes dirigida a Maritza Uribe de Urdinola. Burdeaux, Diciembre 13 de 1985.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
también el hombre cansado, solitario y sin esperanza que vive en el ambiente de la técnica y el
refinamiento de nuestro siglo”
50
.
“[...] mi pintura está inspirada en la humanidad porque mis personajes han estado basados siempre
en gente que conozco, sobre la que he leído, porque yo en realidad he gastado más tiempo estando
con la gente que pintando: y no en función social, de salón, me anota con viveza, porque me
ocupo de ellos, de estarles cerca para entender al máximo”
51
.
“Al público le interesa siempre más la historia de la persona, banal o no banal; yo he sido una víctima
de ese interés y por eso he llegado a pensar que el enemigo de mi obra es mi propia
vida, no
importa las experiencias extraordinarias que haya tenido. La verdad es que la obra se ha hecho con
esas experiencias: Sí, mi obra se parece a mi vida. Como he cambiado tantas veces
de sitio, como he
pasado por vivencias tan diversas, mi obra también ha tenido numerosos cambios y ha pasado
por todo”
52
.
Melanlica
La nostalgia es transversal en la obra de nuestra artista, que siempre anheló ser reconocida en su
país de la
misma manera que se lo era en el exterior. Al respecto en entrevista con Olga Lucía
Cárdenas, Reyes
afirma que “quisiera saber por qué no me perdonan que me haya radicado en Francia, si llevo a mi país en la
sangre de mi cuerpo y en la de mis pinturas”
53
. Perdió un hijo en el Paraguay en la guerra del Chaco y no fue
madre por segunda vez. Sus cuadros se convirtieron en sus
hijos. En su obra, de manera sistemática, se
encuentran maternidades sin nombre que desarrolla en
diversos dibujos y pinturas:
“El marido se inclinó más a la aventura bélica que al bohío. Era un rojo guerrillero. La mujer
quedó
sola en una de esas escenas sin nombre que produce hoy la barbarie universal, llegaron
los soldados
hambrientos a la casa y clavaron al niño con las bayonetas. Emma Reyes sin nombre, sin hijo,
con un pasado tremendo a las espaldas, se marchó a Buenos Aires
54
.
“Sus obras tienen rostro pero nunca un nombre. No necesita modelos. Trabaja inspirada en la
vibración de sus sentimientos y en la evocación de los recuerdos. La tristeza, la alegría, la
nostalgia es lo que más influye en mis cuadros. Trabajo con la memoria, pero también invento
y les
doy un toque personal a mis `hijos
́
,
a mis obras. Porque nunca fui madre, pero el fruto de mi labor,
cada una de mis Pinturas, son como ese bebé que se lleva en las entrañas”
55
.
“La pintura de Emma Reyes está estrechamente emparentada con el Jazz, este otro arte tan
p
i
c
am
e
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melan
li
c
a
y
agitada;
el
la
es a la vez
lírica y delicada, brutal y angustiosa. Ella y su magia, su color, su encanto”
56
.
Conflicto con su procedencia familiar, no le gustaba que la identificaran con su familia.
El halo de misterio sobre el origen familiar de Emma Reyes se refuerza constantemente al no poder
identificar ningún familiar o doliente en sus primeros años de vida, no más que una hermana que la acompaña en
un hospicio hasta la adolescencia y que se volverían a encontrar en la adultez, cuando Emma se casa por primera
vez en el Cono Sur, con el escultor colombiano Guillermo Botero- Gutiérrez. A partir de allí, sus amigos son su
familia, siendo Germán Arciniegas la figura paterna y filial más cercana de su vida, y sería a quien le confiaría
sus secretos en las cartas que él mismo le alienta a escribir en la década del sesenta, y que en el 2012 fueron
publicadas 23 de ellas, cumpliendo la voluntad de Emma, (si en algún momento dicho proyecto se cristalizaría, lo
cual ocurrió gracias a los familiares de Arciniegas y a la Fundación Arte Vivo Otero Herrera, entidad
residente aún en Málaga, España, quienes cuentan con el Fondo más amplio y vasto de Reyes a la fecha);
Emma en vida quiso que las ganancias de esa “publicación futura” se convirtieran en apoyos económicos para
50
Porat, M. “La Pintora Emma Reyes en Jerusalén”. Periódico Menorah, febrero de 1958. Catálogo del Museo de La
Tertulia
1993.
51
Ángel, 1976,: p. 19.
52
Calderón, Camilo. “Emma Reyes trajo su exposición de París”. Revista Al día. s.f. pp. 48-49.
53
Cárdenas, Olga Lucía.Emma Reyes Pinceladas de Nostalgia”. Revista Carrusel. p. 9.
54
Ruiz, 1999: p. 24.
55
Cárdenas, Olga Lucía.Emma Reyes Pinceladas de Nostalgia”. Revista Carrusel. p. 8.
56
Janco, 1993.
La escritura como imagen
105
la Fundación Hogar San Mauricio, quizás con el ánimo de corresponder a ese origen anónimo y cargado de
historias posibles del origen de una artista cautivadora por su vida. Contribuyendo al interés del mito o quizás
frente a una posible realidad de su origen, a Reyes se le vinculó en algún
momento con el abolengo Reyes,
proveniente de la cimiente de la familia del presidente Rafael Reyes.
Este dato ha sido parte del mito de una
niña que creció al margen de su origen por su misma
condición de “hija natural” (hijos “por fuera” del
matrimonio), hijos que por costumbre se dejaban
en manos de tutores, criadas, conventos y orfanatos.
“Helena me dijo: `Si hablas de la Sra. María yo te pego
́
.
Y ese silencio duró veinte os, ni en
público ni en privado volvimos nunca a pronunciar su nombre ni a hablar de los años pasados
con ella, ni de Guateque, ni de Eduardo, ni del niño, de Betzabé. Nuestra vida empezaba en el
convento y ninguna de las dos traicionó jamás ese secreto”, escribe Emma en
el libro. Y así fue.
Nunca habló de la señorita María, quien aparece en el libro como su acudiente,
como una especie de
mamá que compartía con su hermana, pero a la cual no llamó nunca
`mamá
́
:
solo `la señorita María
́
.
Pero ese secreto que quiso guardar para siempre fue el que más
quisieron develar sus allegados cada vez que narraba su vida: ¿de quién era hija Emma
Reyes? El
pintor Ramiro Arango, radicado en París con Edilma, su esposa, y gran amigo de Emma
Fig. 6. Carta de Emma Reyes dirigida a Maritza Uribe
de
Urdinola. Burdeaux, Diciembre 13 de 1985. 4
páginas. Fotografía cortesía Centro de
Documentacn. Museo
de Arte Moderno La
Tertulia, Cali, Colombia.
María del Pilar Vergel Castilla y Adriana María Ríos az
hasta su muerte, me cuenta por teléfono que un día coincidieron en una reunión con el escritor
Manuel Mejía Vallejo, quien, haciendo pública una sospecha que tenía, le preguntó:
¿Es cierto que eres nieta del presidente Rafael Reyes? Yo de eso no hablo. Cambiemos de
tema
por favor, respondió ofuscada como pocas veces. Durante muchos años en París optó por
no hablar
de su pasado. No sabía cómo podría ser la reacción de Jean y su familia, una familia tradicional y
reconocida en Francia. Por eso, prefirió que el libro con sus cartas se publicara después de su
muerte. De hecho hoy, tanto Sophie y Xavier Perromat, sobrinos de Jean, me dicen desde Francia
que no sabían nada de lo que cuenta el libro. Ni siquiera oyeron jamás de su hermana Helena”
57
.
Las siguientes citas hacen gala de su generosidad y respuesta ante las situaciones más atípicas de
la
cotidianidad, y como a partir de esa singularidad en su día a día, Emma vivió en correspondencia con un
contexto al que quiso pertenecer y responder con consecuencia y responsabilidad, pero que no le fue posible
tanto como hubiera querido: esa relación con Colombia y América Latina que fue tan distante, pero a la vez tan
estrecha desde sus amigos y su obra, fuente y puente de todo vínculo
con sus raíces.
Finura intelectual.
“Francia acaba de otorgar a Emma Reyes el grado de Caballero de la Orden de Artes y Letras.
Esta
distinción, que sorprende a Emma cuando Colombia apenas si tiene en cuenta a esta mujer
excepcional
que durante medio siglo le ha abierto las puertas de París a los estudiantes de Colombia que han
llegado a la aventura como ha sido la tradición en cuantos buscan en la capital francesa su
iniciación en el arte universal”
58
.
Necesidad de dar y sentir afecto
“En 50 años de actividad pictórica no he recibido nada. Un día recibí en París una carta de un
organismo del gobierno colombiano donde me informaban que había sido elegida para
participar en el aniversario del décimo año del gobierno de Pinochet. Me precipité y tomé tres telas
blancas y en el centro, sin haber pintado nada, con tinta china negra, escribí: Regularmente pinto flores.
Pero donde no hay libertad no hay flores, Firmado. `Emma Reyes
́
.
Una noche tocó
a mi puerta un
grupo de seis personas con un ramo de flores y vino. Eran exiliados chilenos
que habían sido
informados de mi gesto, secretamente, porque los tres cuadros nunca fueron expu
est
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.
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que
me
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hecho
Co
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o
m
b
ia
.
[...]
He
da
do
a
Colombia todo lo que he
logrado hacer por misma. Lo he dado por todos los caminos a
donde mi destino me ha llevado y
haciendo lo mejor posible para que mi país y yo no quedemos
más mal de lo que ya se conoce”
59
.
El proyecto “Cajones y Dechados: Memoria, Vida y Obra de Emma Reyes” Registro Institucional RII
020100349 Pontificia Universidad Javeriana Cali tiene como objetivo realizar una investigación monográfica que
establezca una revisión periódica de la producción artística y el acervo documental
de la artista bogotana
Emma Reyes (Bogotá, 1919 Burdeos, 2003), a través del registro y
catalogación de su obra depositada
en tres instituciones culturales de Colombia y España, como el Museo de Arte Moderno La Tertulia de Cali, la
Fundación Arte Vivo Otero (Málaga, España) y la
Colección de la Biblioteca Luis Ángel Arango del Banco de la
República en Bogotá. Todo este esfuerzo
con el fin de realizar una monografía de la artista, contribuyendo
de esta manera a los vacíos historiográficos del arte colombiano
.
57
Garzón, 2013, pp. 122-123.
58
Arciniegas, 1996: p. 5.
59
Mackensie, Eduardo. “Soy una Obrera del Arte”. Periódico El Espectador. Bogotá. 22 de octubre de 1998.
La escritura como imagen
107
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