La subversión de la adaptación literaria en Tristana y ese oscuro objeto de deseo
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Esta dimensión personal marca la presencia del cineasta detrás de la instancia enunciadora
del texto fílmico. Sin embargo, Lope no es el único protag onista que permite al cineasta
expresarse. En la misma película, el campanero –un personaje creado por Buñuel– tiene un
discurso que remite a las propias declaraciones del director. Al añorar la pérdida de
espiritualidad y el desarrollo del materialismo y del individualismo, el campanero le cuenta a
Tristana: «(…) en los tiempos aquellos de mucha religión, la gente sabía las cosas por las
campanas, y las obedecía (…) Hoy, ya son otros tiempos (…) La gente tiene prisa por buscar
dinero. No escuchan.» Por su parte, Buñuel declaró: «(...) hoy lo sagrado cuenta muy poco.
Aunque no seamos creyentes, podemos sentir esto como una pérdida
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.»
Además, desde lo alto de la catedral, el campanero domina toda la ciudad como el cineasta
se sitúa por encima de sus personajes. Se comentó varias veces que Buñuel los filmaba de
manera científica, como un entomólogo que estudiara insectos. De hecho, muchas de sus
escenas empiezan con planos generales en picado. El sentimiento proporcionado por la altura
queda expresado por Francisco, el héroe de El, cuando lleva a su esposa Gloria a un
campanario. Al enseñarle a la gente en la calle, le dice: «Aquí tienes a tu gente. Desde aquí se
ve claramente lo que son : gusanos arrastrándose por el suelo. Me dan ganas de arrastrarlos
con el pie
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.» Aparece de nuevo el mismo sentimiento en la réplica de Tristana: «Aquí arriba,
debe sentirse usted muy importante. ¡Es como si dominase el mundo!» Sin embargo, la
respuesta del campanero subraya una evolución desde El: «A fuerza de ver siempre lo mismo,
uno ya ni se fija. Y eso de importante, ¡menos que un gato! (…) Antes, sí que éramos
importantes, pero hoy en día…
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»
Así, a través de sus últimas películas, Buñuel expresa sus sentimientos, y también sus
preocupaciones a propósito del desarrollo negativo del mundo. En Ese oscuro objeto, la
presencia excesiva de los actos terroristas que se amplifican paralelamente a la historia de
Mathieu y Conchita, provocan en los personajes ciertos comentarios que remiten a la propia
opinión del director sobre este tema. En el tren que lo lleva de Sevilla a Madrid, Mathieu
confía preferir el tren al avión porque «(…) aujourd’hui, vous prenez l’avion pour Bruxelles
et, à cause de deux jeunes gens très gentils, vous vous retrouvez dans le désert
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». Después,
cuando Mathieu está comiendo con su primo Edouard, dice: «La bande à Bon not, c’est bien
fini. Ceux-là au moins avaient un idéal. Avec des révolvers à barrillet, ils ont terrorisé Paris
pendant plusieurs jours, ils étaient désintéressés, généreux…
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» Estas réplicas tienen el mismo
sentido que las declaraciones de Buñuel:
El símbolo del terrorismo, inevitable en nuestro siglo, siempre me ha atraído; pero
del terrorismo total, cuyo objetivo es la destrucción de toda sociedad, es decir de toda
la especie humana. No tengo sino desprecio para aquellos que hacen del terrorismo un
arma política al servicio de una causa cualquiera, por ejemplo, esos que matan a
!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
un hombre frustrado y obsesionado que recuerda a Francisco, el héroe de El. A propósito de éste, Buñuel
declaró: «Hay algo de mí en el protagonista» (Tomás PEREZ TURRENT, José DE LA COLINA, op.cit., p. 79).
De Mathieu, dice: «(…) me interesaba (…) la historia de una obsesión que nunca puede hacerse realidad» (Ibid,
p. 230).
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Ibid., p. 139. Dijo también: «Y además las campanas. Las campanas de Calanda. Que tocan todo el día,
¿quién muere? Campanas, campanas a misa, al rosario, el toque de agonía. Iba mucho por el cementerio. Los
huesos (...) Los carneros. Una visión de muerte continua y el sentido del pecado.» Max AUB, op.cit., p. 41
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A propósito de esta escena, Buñuel declaró: «Comparto su sentimiento, cuando ve a la gente allá abajo,
como hormigas, y que dice : “Me gustaría ser Dios para aplastarlos…ˮ» Tomás PEREZ TURRENT, José DE
LA COLINA, op.cit., p. 79
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Estas palabras remiten a las propias declaraciones del cineasta cuando, al comparar su época surrealista
con sus últimas obras, dice que el surrealismo ha sido un fracaso ideológico porque –y cita a Breton– «el
escándalo ya no existe». Luis BUNUEL, con la colaboración de Jean-Claude Carrière, op.cit., p. 136 y p. 149
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«Hoy día uno coge el avión para Bruselas y, por culpa de dos jóvenes muy simpáticos, se encuentra en
pleno desierto.»
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«Se acabó con la banda de Bonnot. Por lo menos, éstos tenían un ideal. Con revólveres, aterrorizaron
todo París durante varios días. Eran desinteresados, generosos…