La implantación del nuevo sistema educativo en los estudios superiores de Música y, por ende, la nueva configuración que han de tener los centros que los imparten, son dos hechos que invItan a un replanteamiento general de los Conservatorios Superiores. Pues si bien éstos han albergado tradicionalmente los estudios conducentes a la obtención de las distintas titulaciones superiores previstas en el anterior plan de
estudios, de 1966, lo cierto es que ello se producía en un marco muy distinto del actual: es decir, en un contexto de enseñanza musical generalizada: coexistiendo los tres grados del currículo elemental, medio y superior y, en consecuencia, con un alumnado extraordinariamente heterogéneo en cuanto a edades, motivaciones, aptitudes y niveles de formación.

De ahí que una vez producida la tantas veces reclamada separación de grados, y con ella, una mejor adecuación del o s centros que imparten cada uno de éstos a las tareas que tienen encomendadas, tales Conservatorios Superiores deban estar en mejor disposición para ofrecer una enseñanza más especializada y acorde con las demandas que exige la futura profesionalización de los alumnos.

Y en este sentido, no cabe duda de que la incentivación de los estudios historiográficos y musicológicos debe ser un objetivo a desarrollar en los próximos años, en el contexto de las distintas especialidades que se im- parten en este centro. Por lo que la existencia de una publicación periódica que dé cabida a tales cuestiones, y sirva de cauce a iniciativas y estudios de profesores y alumnos, es algo que se antoja inaplazable.

Así pues, con dicha vocación nace Musicalia -título de resonancias orteguianas-, cuyo primer número coincide felizmente en el tiempo con la conmemoración por este centro de la fundación del mismo hace ahora cien años. Nueva publicación que nos invita a recordar el prestigioso Boletín Musical que existió en Córdoba, a caballo de los años veinte y treinta del siglo pasado, gracias a los auspicios e impulso personal del entonces director del Conservatorio, D. Rafael Serrano Palma. Una publicación muy elogiada en su época y de la que fueron asiduos colaboradores, importantes figuras de la vida musical española de entonces, como Joaquín Turina, Bartolomé Pérez Casas, Joaquín Nin, Andrés Segovia o Eduardo López Chavarri, entre otros. Así como EL conocido arabista Julián Ribera y Tarragó o el crítico madrileño de La voz, Juan José Mantecón. Un brillante precedente, pues, que debe servirnos de acicate en el proyecto que ahora iniciamos.

Juan Miguel Moreno Calderón

Director del Conservatorio Superior de Música "Rafael Orozco".