The Concept of Blasphemy in Augustine of Hippo
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Abstract
Among the many legacies of the philosophy of Augustine of Hippo, a very attentive understanding
of language can be detected. His approach deals with a variety of frames and they show that language must be understood in relation to a certain notion of praxis. This is not only because his writings synthesize his own rich journey of theoretical and empirical linguistic explorations, but also because it is through an energetic involvement in the discourse that Augustine constructs his position gesturally. He does this by writing, preaching, correcting, answering, discussing, and teaching. Incessantly immersed in a verbal act that encourages an original symbiosis between language and action, the reader of Augustine can be breathed in his work. His warnings about the performativity of blasphemy and slander are fundamental to understanding his linguistic position on the terminology of denial of an entire later tradition.
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2 De Scriptura sacta Speculum, XXIII.
3 Sermo 71,11. “¿De qué, sino de la carga de los pecados, debido a sus transgresiones de la ley? Porque la ley entró para que sobreabundara el delito. Por tanto, como el mismo Señor dice también en otro lugar: No he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores, ¿cómo es verdad que tendrían pecado si él no hubiese venido, sino porque esa afirmación, no pronunciada ni en sentido universal, ni en sentido particular, sino en sentido indefinido obliga a que no se entienda como referida a todo pecado?”.
4 Véase.Nash, D. (2007) Blasphemy in the Christian World, A History. Oxford University press, New York. Beneviste, E. (2004) “Blasfemia y Eufemia” en Problemas de la Lingüística II, Siglo XXI, Buenos Aires.
5 Conf. II, 1, 1.
6 Conf. I, XX,31.
7 Sermo 71, 6.
8 De natura boni, XII.
9 M. Lambert, Medieval Heresy: Popular Movements from the Gregorian Reform to the Reformation (Oxford, 1992), 26–30. This spread was uneven and probably reached Italy a century later. See also John N. Stephens, ‘Heresy in Medieval and Renaissance Florence’, Past & Present, 54 (1972), 25–60.
10Ex 20: "No tomes en vano el nombre de Yaveh, tu Dios, porque Yaveh no dejará sin castigo a aquel que toma su nombre en vano".
11 Sauer, E (2003) “The Archaeology of Religious Odred in the Roman and Early Medieval World”, Stroud, 162–4, 30, 159, 46, pág.162.
12 Eberhard Sauer, The Archaeology of Religious Hatred in the Roman and Early Medieval World (Stroud, 2003), 144, 47–52, and 10–12.
13 Contra mend. IV, 12-17.
14 Ep ad rom. 7: 23. “Todo el día extendí mis manos a un pueblo rebelde y contradictor “…el que se opone a la autoridad, a lo ordenado por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí” “Veo otra ley en mis miembros, que se rebela contra la ley de mi mente, y que me lleva cautivo a la ley del pecado que está en mis miembros ”.
15De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo XI, 20.
16 De natura boni, XII.
17 De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo XI, 20.
18 Salmo 51. “Has amado el mal más que el bien; y has pretendo hablar la mentira más que la justicia”.
19 Beneviste, E. (2004) “Blasfemia y Eufemia” en Problemas de la Lingüística II, Siglo XXI, Buenos Aires.pág.258.
20 Ibíd.
21 De civ. Dei., I, III.
22 Sauer, E (2003) “The Archaeology of Religious Odred in the Roman and Early Medieval World”, Stroud, pág. 147.
23 Nash, D. (2007) Blasphemy in the Christian World, A History. Oxford University press, New York, pág.2.
24 De civ. Dei., XVI, IV, 3.
25 Siguiendo la líena que en enlaza la blasfemia con la soledad se detecta que en Conf., VIII, XII, 28. Agustín, con el corazón afectado, se levantó y se apartó, porque le parecía que la soledad era más apta para llorar el estado interior que padecía. “Allí me llevó la tempestad desatada en mi pecho, para que nadie estorbara el ardiente combate que yo había entablado conmigo mismo, hasta que se dirimiera como Tú, Señor, sabías y yo ignoraba [...].
26 Sermo 71, 19. “Vuestros pecados causan la separación entre vosotros y de Dios”.
27 Éx. 20,7
28 Dt 5, 11
29 Lv 24,16.
30 De Moribus Ecclesiae et de Moribus Manichaeorum duo, XI. 20.
31 Sermo 71, 4.
32 Lev.8,6-24 en
33 Lev. 24,15-22
34 Sermo 71,11.
35 Sermo 71, 34
36Sermo 71, 7
37 Col. 3,8.
38 Sermo 71, 11
39 Sermo 71, 12
40 Mt 12,32
41 Mt 26,75; Lc 22,62
42 Mc 3,28-29
43 Sermo 71, 25
44 Agustín recuerda con esto a los incrédulos e impíos enemigos del nombre cristiano que, a causa de los diversos cismas y herejías originados cristianos, se reúnen rebaños de gente perdida.
45 Sermo 71, 25.
46 Sermo 71, 9. “De hecho, aunque esta blasfemia sea prolija, conste de muchas palabras y aparezca dilatada en el tiempo, la Escritura suele llamar también «palabra» a muchas palabras”.
47 Salmo 58,5.
48 Mt 12, 32 en Salmo 71, 6
49 Sermo 71, 23.
50 Sermo 71, 6.
51 Ibíd.
52 De Genesi ad litteram II, 5.
53 Sermo 71, 10.
54Ibíd.
55 De civ. Dei., I, XXX.
57 De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo, I, 14, 24.
58Ibíd.
59De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo, II, X, 19.
60 Cfr. Austin, J.L. (1998). Cómo hacer cosas con palabras. Barcelona: Paidos.
Los dictados performativos referidos por Austin en Cómo hacer cosas con palabras se constituyen como enunciados que ejecutan la acción que en ellos se expresa, no se limitan a describir un estado de cosas, sino que producen inmediatamente una acción significante.
61 Comentario a Jn 1,8.
62 Contra secundam iuliani responsionem imperfectum opus, II, 58. (Réplica a Juliano).
63 Salmo 77, 3.
64 Cfr. Mansuy, D & Svensson, M. “Tolerance” en Pollman, K. The Oxford Guide of Historical reception of Augustine, vol.1. Oxford University press, Oxford, pág. 1815.
65 De civ. Dei., I, XXIX, 2.
66 Conf. I, XVI, 26.
67 Beneviste, E. (2004) “Blasfemia y Eufemia” en Problemas de la Lingüística II, Siglo XXI, Buenos Aires. pág.256.
68 Ibíd. 257
69 Nash, D. (2007) Blasphemy in the Christian World, A History. Oxford University press, New York, pág.7.
70 Blanchot, M. (1990). La escritura del desastre. MonteAvila, Caracas. Pág.22.
71 Ibíd.
72 Sermo 71, 21
73 Cfr. De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo I, X,17. “Verdad es que hay entre nosotros espíritus infantiles que se representan a Dios como una forma humana y creen, además, que así es su ser o realidad, y no por eso deja de ser una opinión menos abyecta y despreciable”.
74 Bataille, G. (2010) La literatura y el mal. Nortesur, Barcelona, pág.33.
75 Ibid.
76 De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo II, I, V,7. 77 De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo II, I,VI, 8. 78 Sermo 71, 20.
79 Salmo 58, 4
80 De moribus ecclesiae catholicae et de moribus manichaeorum libri duo, II, XI, 24.
81 Pecknold, C.C & Toom, T (eds). (2014) The T&T Clark Companion to Augustine and Modern Theology. Bloomsbury T&T Clark, pág. 304.
82. Ibid.
83 Ep.187, X, 33.
84 De civ. Dei.,XIX, XXVIII. “Por el contrario, a los que no pertenecen a esta ciudad de Dios les aguarda una eterna desgracia, también llamada muerte segunda, porque allí ni se puede decir que el alma esté viva -separada, como está, de la vida de Dios- ni se puede decir que lo esté el cuerpo, atenazado por eternos tormentos. He ahí por qué esta segunda muerte será más atroz que la primera, puesto que no podrá terminar con la muerte”.
85 Cfr. Santo Tomás, Suma Teológica II-II Qu.13. En oposición a esta creencia agustiniana, Santo Tomás considera que blasfemar es “proferir palabras de ultraje u otros insultos en injuria del Creador” y que esto no se opone a la confesión de fe, sino que “corresponde más bien al odio a Dios que a la infidelidad”.
86 Ibíd.
87 Conf, I, 1.
88 Med, 40.
89 Callois, R. (2006). El hombre y lo sagrado. México, D.F: Fondo de Cultura. Económica; Durkheim, E. (21012) Las formas elementales de la vida religiosa, México, D.F: Fondo de Cultura Económica. Blanchot, M. (1990). La escritura del desastre. Caracas: Monte Avila.
90 Blanchot, M. (1990). La escritura del desastre. Caracas: Monte Avila. Pág.22.
91 Beneviste, E. (2004) “Blasfemia y Eufemia” en Problemas de la Lingüística II, Siglo XXI, Buenos Aires; Benjamin, W. (2007). Sobre el lenguaje en cuanto tal y sobre el lenguaje del hombre en el hombre. Obras II, Vol. I. Madrid: Abada, pág.93. Jerade, M (2018). Violencia: Una lectura desde la deconstrucción de Jacques Derrida. Sgo de Chile: Metales pesados.
92 Réplica a Juliano, VI, 14, Med. VII, De trinitate, X, I.
93 San ambrosio, De Cain et AbelI, 9, 36; Exp. In Ps. 118, 2, 5. Gregorio Magno, Moralia 7, 37, 59. 9 Cf. Reg. Past. III, 14. en Magnavacca, S. (2017). El cuidado del amigo en la palabra y el silencio. El caso de Alipio. Humanidades: Revista de la Universidad de Montevideo, 1, 17-28, pág. 25.
94 Benjamin, W. (2007). Sobre el lenguaje en cuanto tal y sobre el lenguaje del hombre en el hombre. Obras II,
Vol. I. Madrid: Abada, pág.94.
95Elizabeth Colingwood. (1997) La lengua del Exilio, Arcis-Lom. pág.42.
96 Sermo 71,4.
97 Enquiridion II, 7
98 De civ. Dei XVI, 4.
99 Elizabeth Colingwood. (1997) La lengua del Exilio, Arcis-Lom. pág.47
100 Commentatio principii, quo deus dicitur caelum et terram creavisse XI, 9, 11.
101 Callois, R. (2006). El hombre y lo sagrado. México, D.F: Fondo de Cultura pág. 33.
102 257
103 Bataille, G. (2010) La literatura y el mal. Barcelona: Nortesur, pág.16. “¡Que voluptuosidad la de destruir!. No conozco nada que acaricie más deliciosamente; no existe éxtasis comparable al que se saborea entregándose a esta divina infamia”.
104 Chenu, M.D. (1993) Introduction d l'étude de sailil Thomas d'Aquin, J. Paris: Vrin, pág. 74 105 Callois, R. (2006). El hombre y lo sagrado. México: Fondo de Cultura Económica, , pág. 29. 106 Ibíd, pág. 31.
107 Cf. Durkheim, E., Las formas elementales de la vida religiosa, pág.. 34.
108 Callois, R. (2006). El hombre y lo sagrado. México, D.F: Fondo de Cultura 33.
109 Respecto al par Bataille-Caillois, son múltiples las ocasiones de encuentro y desencuentro que tienen respoecto a lo profano: En El hombre y lo sagrado (2006), Caillois expresa su gratitud a Bataille diciendo "se ha establecido entre nosotros una especie de ósmosis intelectual que no me permite, por lo que a mí se refiere, distinguir con exactitud, después de tantas discusiones, cuál es su parte y cuál la mía en la obra que realizamos juntos" (Caillois, pág. 9). A su vez, Bataille menciona en varios artículos a Caillois, véase "La guerra y la filosofía de lo sagrado".
110 De natura boni, XII
111 Ibíd, II, III.
112 De sermone Domini in monte, II, 19.
113 De natura boni XLI
114 Cfr. Magnavacca, S. (2017). El cuidado del amigo en la palabra y el silencio. El caso de Alipio.
Humanidades: Revista de la Universidad de Montevideo, 1, 17-28, pág. 25.
115 Ibíd.
116 Retractationes I, 2. “En mucho hablar no faltará pecado”
117 Magnavacca, S. (2017). El cuidado del amigo en la palabra y el silencio. El caso de Alipio. Humanidades: Revista de la Universidad de Montevideo, 1, 17-28, pág.28.
118 Salmo 38, 3, 2.
119 Cfr. Magnavacca, S. (2017). El cuidado del amigo en la palabra y el silencio. El caso de Alipio.
Humanidades: Revista de la Universidad de Montevideo, 1, 128. pág. 27.
120 Conf. VIII,11, 27. “esta contienda en mi corazón no era sino la de mí mismo contra mí mismo”.
121 Salmo 38,3,2.
122 Conf. VIII, 5, 12. “Pero en este segundo caso casi ya no era yo mismo, porque en gran medida soportaba contra mi voluntad, antes que obraba voluntariamente. Pero sin embargo, la costumbre se había hecho más rebelde en contra mía a causa de mi mismo, porque queriendo había llegado adonde no hubiera querido. ¿Y con qué derecho protestar cuando al pecador le llegaba su justo castigo?”
123 Conf.I, XII, 19.
124 Benjamin, W. (2007). Sobre el lenguaje en cuanto tal y sobre el lenguaje del hombre en el hombre. Obras II, Vol. I. Madrid: Abada, pág.95.
125 Salmo 58,3
126 Ibíd. 58, 5.
127 Salmo 58, 5
128 Ibíd. 58,3. “¡Vosotros, judíos, perpetrasteis lo que está dentro de la maldición: Maldito el que cuelga de un madero8. Crucificasteis a Cristo; lo tuvisteis por maldito. Añade la mentira a la maldición: pusisteis guardias para custodiar el sepulcro; les disteis dinero para que mintieran9. Pero he aquí que Cristo resucitó: ¿En qué ha quedado la maldición de la cruz que perpetrasteis? ¿En qué la mentira de los custodios que sobornasteis?!”
129 Dominguez, P. “Las figuras literarias de la divina providencia. Reflexiones sobre Las Confesiones de San Agustín”. [Artículo inédito]. Universidad de los Andes.
130 Conf. I, 14, 23. “Sí, tú siempre estabas junto a mí, con un rigor misericordioso [misericorditer saeviens], esparciendo disgustos colmados de amargura sobre todos mis regocijos ilícitos” [nam tu semper aderas misericorditer saeviens, et amarissimis aspergens offensionibus omnes inlicitas iucunditates meas].
131 Conf. (iussisti enim et sic est, ut poena sua sibi omnis inordinatus animus)
132 Ibíd.
133 De civ. Dei, IV, II.
134 Bajo esta misma mirada debe interpretarse que en La Ciudad de Dios se analoguen las constelaciones del lenguaje con las realidades del universo creado, a través de la oposición de contrarios. Cuando se referencia a la ciudad terrena en función de la imagen de la ciudad celeste. La existencia de la ciudad terrena no deviene significándose a sí misma, señala el obispo, sino a la comunidad libre. “Pues no fue ella la razón de su fundación, sino el significar a la otra” Asimismo, el mal del habla se dice siempre en correspondencia a un bien anterior, del cual se carece.