Hace poco más de un año, Tom C. Avendaño escribía en El País un artículo donde se preguntaba sobre el origen de la fijación por la vida rural en el cine y la literatura. Diagnosticaba, sin empacho, que esa vuelta a lo rural podría ser la última expresión del neocostumbrismo con el que la cultura española llevaba tiempo coqueteando y recogía declaraciones como la de Elisa Levi quien achacaba esta situación “a la necesidad imperiosa de cambio, y de aceptar el cambio, que ha supuesto en nuestras vidas, en el mundo, la llegada de la pandemia y, en general estos primeros 20 años del siglo XXI”.

Dado que parece que lo rural está copando buena parte la producción audiovisual, en forma de películas pero también de series además del espacio de la no ficción, el número monográfico de SERIARTE se propone como espacio de reflexión sobre las distintas maneras en las que lo rural es objeto axial de discursos fílmicos, entendidos estos en sentido amplio, de una u otra forma. El objetivo de esa propuesta, con un enfoque inter y transdisciplinar, es el acercamiento a las técnicas cinematográficas utilizadas, sus valores estéticos y éticos así como la dimensión pragmática que se concentra en las manifestaciones que se aborden. A partir de este objetivo, se sugieren las siguientes líneas de estudio:

 

  • Las fronteras documental / ficción en el cine rural
  • Lo rural en el cine español y/o en otras cinematografías
  • Lo rural en las series televisivas españolas y/o en otros terrenos audiovisuales
  • Clásicos y contemporáneos del cine rural
  • El cine rural y sus vínculos con otras artes
  • Dialéctica rural / urbano en el arte cinematográfico
  • La naturaleza y el paisaje en el cine rural
  • La mirada del creador cinematográfico sobre el mundo rural